Edición N° 11 - Institución Universitaria de Envigado
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Metacognición, complejos y sueños<br />
pensar en ellos <strong>de</strong>se diferentes perspectivas” (Young-Eisendrath,<br />
1999). De hecho, nuestros complejos ya nos hablan continuamente, uno<br />
pue<strong>de</strong> percibir esas voces que <strong>de</strong>sautorizan o ensalzan lo que hacemos,<br />
los autoreproches, las malas intenciones, los odios que rápidamente<br />
queremos olvidar, etc. La pregunta al paciente, entonces, no es ¿por<br />
qué piensas eso? o ¿Cómo es que sientes eso?, la pregunta será: ¿quién<br />
en ti se siente o piensa así? Una cognición <strong>de</strong>sarrollada así permitirá un<br />
acercamiento a nuestros síntomas que es nuevo y menos culposo para<br />
el Yo; pero, al mismo tiempo, exige <strong>de</strong>l Yo una flexibilidad muy gran<strong>de</strong>,<br />
pues nuestro yo no ce<strong>de</strong> fácilmente ante la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que él no controla,<br />
<strong>de</strong> que es uno más entre los sistemas psíquicos que generan i<strong>de</strong>as, que<br />
se oponen a la realidad y que luchan con la vida.<br />
En este or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, la promoción <strong>de</strong> la metacognición en<br />
psicoterapia analítica es un cometido que sólo se logra mediante<br />
la interacción constante <strong>de</strong> ejercicios que buscan, por un lado, la<br />
flexibilización <strong>de</strong>l Yo y, por el otro, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la imaginación. En<br />
muchísimos casos, sobre todo en aquellas personas que han integrado<br />
eficientemente las i<strong>de</strong>as mo<strong>de</strong>rnas <strong>de</strong> objetividad y claridad racional,<br />
estos dos logros (flexibilización <strong>de</strong>l Yo y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la imaginación),<br />
son los más difíciles y, en muchos casos, les parece preferible a estos<br />
pacientes soportar el síntoma <strong>de</strong>bido a que son más fuertes en ellos<br />
estos “complejos <strong>de</strong> la objetividad y <strong>de</strong>l control <strong>de</strong>l Yo”, sancionados<br />
positivamente por gran parte <strong>de</strong> la cultura occi<strong>de</strong>ntal.<br />
Con relación a lo anterior, es preciso aclarar que el concepto <strong>de</strong><br />
complejo no es un concepto exclusivamente patológico. Si el complejo<br />
es una constelación <strong>de</strong> imágenes cargadas afectivamente, tendremos<br />
que aceptar que nuestras i<strong>de</strong>as, nuestras religiones y nuestras<br />
i<strong>de</strong>ologías, son complejos compartidos y por lo tanto consi<strong>de</strong>rados<br />
normales. Ellos tienen imágenes y una fuerza afectiva tremenda que<br />
nos lleva a seguirlos y a invertir nuestros valores (nuestra energía)<br />
en su mantenimiento. Por supuesto que a los capitalistas o a los<br />
marxistas no les gustará mucho que les digan que están fascinados<br />
Katharsis - ISSN 0124-7816, No. <strong>11</strong>, pp. 141-151 - enero-junio <strong>de</strong> 20<strong>11</strong>, <strong>Envigado</strong>, Colombia 149