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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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unos pocos segundos. Pero los dinosaurios se erguían sobre patas rectas, y muchos<br />

caminaban erectos sobre las patas traseras. Entre los animales vivientes, la postura erecta sólo<br />

se presentaba en los mamíferos y aves, ambos de sangre caliente. Por eso, la postura de los<br />

dinosaurios sugería la existencia de sangre caliente.<br />

Después, esos investigadores estudiaron el metabolismo, calculando la presión necesaria<br />

para hacer que la sangre ascendiera por el cuello de cinco metros de un braquiosaurio, y<br />

llegaron a la conclusión de que esa presión únicamente podía producirla un corazón provisto de<br />

cuatro cavidades, un corazón para sangre caliente.<br />

Estudiaron las huellas fósiles de patas que quedaron en el barro, y llegaron a la conclusión<br />

de que los dinosaurios corrían tan de prisa como el hombre: una actividad así entrañaba la<br />

existencia de sangre caliente. Encontraron restos de dinosaurios por encima del Círculo Ártico,<br />

en un ambiente helado inimaginable para un reptil. Y los nuevos estudios sobre conducta<br />

grupal, basados principalmente en el propio trabajo de Grant, sugerían que los dinosaurios<br />

tenían una compleja vida social y criaban a sus hijos, cosa que los reptiles no hacían: las<br />

tortugas abandonan sus huevos. Pero los dinosaurios probablemente no lo hacían.<br />

La controversia sobre la sangre caliente se mantuvo con encarnizamiento durante quince<br />

años, antes de que una nueva concepción de los dinosaurios, la de que eran animales activos y<br />

de desplazamiento rápido, se aceptara, pero no sin que quedaran duraderas animosidades; en<br />

los simposios todavía había colegas que no se dirigían la palabra.<br />

Pero ahora, si los dinosaurios se podían conseguir por clonación... Vamos, entonces el<br />

campo de estudio de Grant iba a cambiar en forma instantánea. El estudio paleontológico de<br />

los dinosaurios estaba acabado. Todo el despliegue de esfuerzos, las salas de museo con sus<br />

gigantescos esqueletos y las bandadas de escolares con voces retumbantes, los laboratorios<br />

universitarios con sus bandejas de huesos, los trabajos de investigación, las publicaciones<br />

especializadas, todo eso iba a terminar.<br />

—No parece usted perturbado —dijo Malcolm.<br />

Grant negó con la cabeza:<br />

—Esto ya se discutió en la Universidad. Mucha gente imaginó que esto ocurriría. Pero no<br />

tan pronto.<br />

—La historia de nuestra especie —rió Malcolm—; todos sabían que eso ocurriría, pero no<br />

tan pronto.<br />

Ya no podían ver los dinosaurios, pero todavía los podían oír, barritando suavemente en la<br />

distancia.<br />

—Mi única pregunta es, ¿de dónde sacaron el ADN? —inquirió Grant, que estaba al tanto<br />

de que en laboratorios de Berkeley, Tokyo y Londres se había especulado seriamente sobre<br />

que, con el transcurso del tiempo, sería posible clonar un animal extinguido, como un<br />

dinosaurio... si se pudiera obtener algo de ADN de dinosaurio sobre el que trabajar. El<br />

problema era que todos los dinosaurios conocidos eran fósiles, y la fosilización destruía la<br />

mayor parte del ADN, remplazándolo por material inorgánico. Claro que, si un dinosaurio<br />

estaba congelado, o conservado en un pantano de turba, o momificado en un ambiente

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