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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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que, en términos aproximados, había un carnívoro depredador por cada cuatrocientos<br />

herbívoros: esto significaba que una manada de diez mil dinosaurios de pico de pato sólo<br />

podían mantener a veinticinco tiranosaurios. Así que era improbable que hallaran los restos de<br />

un depredador grande.<br />

Pero, ¿dónde estaban los depredadores pequeños? Snakewater tenía muchísimos<br />

emplazamientos de anidamiento; en algunos lugares el suelo estaba literalmente cubierto por<br />

fragmentos de cáscaras de huevo de dinosaurio, y muchos dinosaurios carnívoros pequeños<br />

comían huevos. Animales como el dromaeosaurus, el ovirraptor y el coelurus, depredadores<br />

cuya altura oscilaba entre el metro y el metro ochenta, debían de encontrarse allí en<br />

abundancia.<br />

Pero, hasta el momento, no habían descubierto ninguno.<br />

Quizás ese esqueleto de velocirraptor significaba que su suerte había cambiado. ¡Y un<br />

bebé! Ellie sabía que uno de los sueños de Grant era estudiar la conducta de crianza en los<br />

dinosaurios carnívoros, del mismo modo que ya había estudiado la de los herbívoros. A lo<br />

mejor, éste era el primer paso hacia ese sueño.<br />

—Debes de estar bastante emocionado —insinuó Ellie.<br />

Grant no contestó.<br />

—He dicho que debes estar muy emocionado —repitió.<br />

—¡Dios mío! —dijo Grant, en voz baja: tenía la vista clavada en el fax.<br />

Ellie miró la radiografía por encima de Grant y exhaló el aire con lentitud.<br />

—¿Crees que es un amassicus?<br />

—Sí —dijo Grant—. O un triassicus. ¡El esqueleto es tan ligero!<br />

—Pero no es una lagartija.<br />

—No. Eso no es una lagartija: durante doscientos millones de años, ninguna lagartija de tres<br />

dedos ha caminado sobre este planeta.<br />

El primer pensamiento de Ellie era que estaba mirando un fraude, un fraude ingenioso y<br />

hábil, pero fraude de todos modos. Todo biólogo sabía que la amenaza del fraude era<br />

omnipotente: el fraude más famoso, el del Hombre de Piltdown, se había mantenido cuarenta<br />

años sin que se lo descubriera, y su perpetrador todavía era desconocido. En fecha más<br />

reciente, el distinguido astrónomo Fred Hoyle había afirmado que un dinosaurio alado fósil, un<br />

Archaeopteryx que se exhibe en el Museo Británico, era una superchería. (Más tarde se<br />

demostró que era auténtico.)<br />

La esencia de un fraude que sale bien es que a los científicos les presenta lo que esperan<br />

ver. Y, para el ojo de Ellie, la imagen de rayos X de la lagartija era exactamente correcta: la<br />

pata tridáctila estaba bien equilibrada, con la garra del medio más pequeña; los restos óseos de<br />

los dedos cuarto y quinto estaban hacia arriba, cerca de la articulación metatarsiana; la tibia era<br />

fuerte y considerablemente más larga que el fémur; en la cadera, la cavidad cotiloidea estaba<br />

completa; la cola mostraba cuarenta y cinco vértebras. Era un Procompsognathus.<br />

—¿Podría ser falsificada esta radiografía?

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