13.05.2013 Views

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Es un depósito que no figura en la lista. No sé qué hay ahí.<br />

—Entonces, podría haber armas —dijo Grant.<br />

Todos estaban detrás del edificio de mantenimiento, abriendo la cerradura de una cortina de<br />

acero, levantándola bajo la luz del día, para revelar escalones de hormigón que descendían<br />

hacia la tierra.<br />

—¡Maldito Arnold! —masculló Muldoon, mientras bajaba cojeando los escalones—. Debía<br />

de saber durante todo este tiempo que esto estaba aquí.<br />

—Quizá no —dijo Grant—. No intentó venir hacia aquí.<br />

—Pues entonces Hammond lo sabía. Alguien lo sabía.<br />

—¿Dónde está Hammond ahora?<br />

—En el pabellón todavía.<br />

Llegaron al pie de la escalera y se toparon con hileras de máscaras antigás colgadas de la<br />

pared, dentro de recipientes de plástico. Dirigieron el haz de luz de sus linternas hacia lo más<br />

profundo de la habitación, y vieron varios cubos de vidrio espeso, de sesenta centímetros de<br />

altura, que tenían tapones de acero. Dentro de los cubos, Grant pudo ver pequeñas esferas<br />

oscuras: «es como estar en una habitación llena de granos gigantes de pimienta», pensó.<br />

Muldoon abrió la tapa de uno de los cubos, metió el brazo, hurgó y sacó una esfera. Le dio<br />

vueltas a la luz, frunciendo el entrecejo:<br />

—Qué les parece...<br />

—¿Qué es? —preguntó Grant.<br />

—MORO-12: es un gas neurotóxico que actúa por inhalación. Esto son granadas. Montones y<br />

montones de granadas.<br />

—Empecemos —dijo Grant, con tono sombrío.<br />

—Le gusto —dijo Lex, sonriendo. Estaban en el garaje del centro de visitantes, junto al<br />

pequeño velocirraptor que Grant había capturado en el túnel. La niña estaba acariciando al<br />

animal a través de los barrotes de la jaula. El raptor se frotó contra su mano.<br />

—Yo tendría cuidado —advirtió Muldoon—; pueden dar un desagradable mordisco.<br />

—Le gusto —dijo Lex—. Se llama Clarence.<br />

—¿Clarence?<br />

—Sí.<br />

Muldoon tenía en la mano el collar de cuero que tenía adherida la cajita metálica. Grant oyó<br />

el sonido intermitente y agudo a través de los auriculares y preguntó:<br />

—¿Es un problema ponerle el collar al animal?<br />

Lex todavía estaba acariciando al raptor, metiendo la mano por entre los barrotes:<br />

—Estoy segura de que me va a dejar ponérselo —dijo.<br />

—Yo no lo intentaría —la previno Muldoon—. Son impredecibles.<br />

—Estoy segura de que a mí me dejará.<br />

Así que Muldoon le dio el collar, y ella lo levantó para que el animal lo pudiera oler.<br />

Después, lentamente, lo deslizó alrededor del cuello del velocirraptor, que adquirió un color

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!