13.05.2013 Views

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Recordó que Regís le había dicho que eran venenos poderosos: unas pocas moléculas<br />

matarían en forma instantánea.<br />

La caperuza se encontraba embutida al ras, contra la superficie de la mesa. Grant no pudo<br />

pasar la mano por debajo. Hizo presión contra la caperuza. Trató de abrirla, pero no había<br />

puerta, no había tirador, no había modo alguno de que pudiera ver... Se levantó con lentitud y<br />

echó una rápida mirada a la sala principal: los velocirraptores todavía se estaban desplazando<br />

entre las mesas de huevos.<br />

Se volvió hacia la caperuza: vio un extraño accesorio metálico hundido en la superficie de la<br />

mesa; parecía un enchufe para exteriores, con una tapa redonda. Levantó la tapa, haciéndola<br />

girar sobre sus bisagras, y vio un botón: lo apretó.<br />

Con un suave siseo, la caperuza se deslizó hacia arriba, hacia el cielo raso.<br />

Vio anaqueles de vidrio por encima de él, e hileras de botellas señaladas con la calavera y<br />

con las tibias cruzadas. Escudriñó los rótulos: CCK-55... TETRA-ALFA SECRETINA ...<br />

TIMOLEVINA X-1612... Bajo la luz ultravioleta, los fluidos refulgían en verde pálido. En las<br />

proximidades vio una placa de Petri que contenía jeringas; las jeringas eran pequeñas, y cada<br />

una contenía una cantidad reducidísima de fluido con un brillo verde. Agachado en la oscuridad<br />

azul, Grant extendió el brazo hacia la placa de las jeringas. Las agujas estaban cubiertas por<br />

un protector plástico: Grant quitó uno de ellos, arrancándolo con los dientes. Observó la<br />

delgada aguja.<br />

Avanzó. En dirección a los velocirraptores.<br />

Había dedicado toda su vida al estudio de los dinosaurios y ahora vería cuánto sabía en<br />

realidad. Los velocirraptores eran pequeños dinosaurios carnívoros, como los ovirraptores y los<br />

dromeosaurios, de los que desde hacía mucho se creía que robaban huevos. Precisamente del<br />

mismo modo que algunas aves modernas comen los huevos de otras aves. Grant había<br />

supuesto que los velocirraptores comerían huevos, si pudieran.<br />

Se arrastró hasta la mesa de huevos más cercana, de las que estaban en el vivero. Con<br />

lentitud, alzó el brazo, metiéndolo en la bruma, y tomó un huevo grande de la mesa acuñadora.<br />

Tenía el tamaño de una pelota de rugby, casi, de color crema con tenues motitas rosadas. Tuvo<br />

que sostener el huevo con cuidado, mientras clavaba la aguja a través de la cáscara, e inyectó<br />

el contenido de la jeringa. El huevo refulgió con una tonalidad tenuemente azul.<br />

Grant se volvió a inclinar. Por debajo de la mesa vio las patas de los velocirraptores, y la<br />

bruma que se derramaba desde arriba. Lanzó el brillante huevo rodando por el suelo, en<br />

dirección a los animales. Los raptores miraron hacia arriba, oyendo el débil retumbar sordo que<br />

producía el huevo al rodar, y con movimientos espasmódicos volvieron la cabeza para mirar a<br />

su alrededor. Después, reanudaron la lenta búsqueda de su presa.<br />

El huevo se detuvo a varios metros del raptor más próximo.<br />

¡Maldición!<br />

Grant repitió la misma operación: tomar en silencio un huevo, bajarlo de su balancín,<br />

inyectarlo y mandarlo rodando hacia los velocirraptores. Esta vez, el huevo se detuvo al lado de<br />

la pata de uno de los animales. Se movió con suavidad, produciendo un sonido suave y corto al

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!