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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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tres metros. Más de tres metros. Sus patas tenían que ser increíblemente poderosas.<br />

—Creí que dijiste que no podían... —murmuró Lex.<br />

—¡Cállate!<br />

Tim estaba tratando de pensar, pero miraba, con una especie de fascinación producida por<br />

el terror, cómo el tercer velocirraptor saltaba al balcón. Durante unos instantes, los animales<br />

dieron vueltas sin rumbo por el corredor; después, empezaron a avanzar en fila india.<br />

Acercándose a Tim y a Lex.<br />

En silencio, Tim se apoyó contra la puerta que tenía a sus espaldas, para volver a entrar en<br />

la sala de control. Pero la puerta estaba trabada. Empujó con más fuerza.<br />

—Nos hemos quedado fuera —susurró Lex—. Mira. —Señalaba la ranura para tarjetas de<br />

seguridad que estaba al lado de la puerta: allí refulgía un brillante punto rojo. De alguna<br />

manera, se habían activado las puertas de seguridad.<br />

—¡Pedazo de idiota; nos has dejado fuera!<br />

Tim estaba al lado de la sala de control, a mitad de camino por el corredor. Más allá, vio<br />

varias puertas más, pero todas tenían sendas luces rojas brillando al lado: eso quería decir que<br />

todas las puertas estaban trabadas. No había lugar alguno al que pudieran ir.<br />

Entonces, vio una forma tendida en el suelo, en el otro extremo del corredor era un guardia<br />

muerto. Una tarjeta blanca de seguridad estaba prendida en su cinturón.<br />

—Vamos —susurró. Corrieron hacia el guardia. Tim tomó la tarjeta y volvió. Pero, claro está,<br />

los raptores les habían visto: gruñeron y les bloquearon el camino de regreso a la sala de<br />

control. Empezaron a separarse, abriéndose en abanico por el pasillo, para rodearles. Las<br />

cabezas de los animales empezaron a oscilar hacia atrás y hacia delante en forma rítmica.<br />

Iban a atacar.<br />

Tim hizo lo único que podía hacer: usando la tarjeta, abrió la puerta más próxima del pasillo<br />

e hizo entrar a Lex de un empujón. Cuando la puerta se empezaba a cerrar lentamente tras<br />

ellos, los velocirraptores sisearon y se lanzaron a la carga.

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