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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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—Sí —contestó Grant. Aunque quedó momentáneamente perplejo: ¿fue ayer cuando miró<br />

dentro del edificio? Parecía que hubieran transcurrido años.<br />

—Ahora, escuche —continuó Wu—: creemos que podemos hacer que todos los<br />

velocirraptores bajen aquí, junto al pabellón, pero no estamos seguros. Así que tenga cuidado,<br />

dénos cinco minutos.<br />

—Está bien —dijo Grant.<br />

—Puede dejar a los chicos en el autoservicio; allí deberán de estar bien. Llévese la radio<br />

cuando vaya.<br />

—Está bien.<br />

—Apáguela antes de salir, de modo que no haga ruido alguno en el exterior. Y llámeme<br />

cuando llegue al edificio de mantenimiento.<br />

—Está bien.<br />

Grant apagó la radio. Lex regresó deslizándose.<br />

—¿Vamos al autoservicio? —susurró.<br />

—Sí —contestó Grant.<br />

Se levantaron y empezaron a caminar a través de la bruma que flotaba en el vestíbulo.<br />

—Quiero una hamburguesa —susurró Lex.<br />

—No creo que haya electricidad para cocinar.<br />

—Entonces, helado.<br />

—Tim, tendrás que quedarte con ella y cuidarla.<br />

—Lo haré.<br />

—Tengo que irme un rato —anunció Grant.<br />

—Lo sé.<br />

Se desplazaron hasta la entrada del restaurante. Al abrir la puerta, Grant vio mesas<br />

cuadradas para comer y sillas; más allá, puertas batientes. Cerca de donde estaban él y los<br />

niños, había una máquina registradora y un estante con goma de mascar y golosinas.<br />

—Muy bien, chicos. Quiero que os quedéis aquí, pase lo que pase. ¿Entendido?<br />

—Déjenos la radio —pidió Lex.<br />

—No puedo. La necesito. Quedaos aquí. Sólo estaré fuera unos cinco minutos. ¿Está bien?<br />

—Está bien.<br />

Grant cerró la puerta.<br />

Tim se sintió orgulloso y responsable, cuando la puerta se cerró. El restaurante quedó<br />

completamente a oscuras. Lex le aferró la mano:<br />

—Enciende las luces —dijo.<br />

—No puedo. No hay electricidad. —Pero sacó sus lentes para visión nocturna.<br />

—Eso está bien para ti. ¿Y qué hay de mí?<br />

—Cógeme la mano. Buscaremos algo para comer.<br />

La guió hacia delante. En verde fosforescente, Tim vio las mesas y sillas. Hacia la derecha,<br />

la registradora, en verde refulgente, y el estante con goma de mascar y golosinas. Se apoderó<br />

de un puñado de barras de chocolate relleno.

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