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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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ocas se hicieron resbaladizas; el sendero estaba cubierto de barro. Había una bruma<br />

constante que flotaba en el aire: era como moverse a través de una nube. El sendero parecía<br />

llevar directamente al interior de la masa de agua que se precipitaba pero, a medida que se<br />

acercaban, vieron que, en realidad, pasaba por detrás de la catarata.<br />

El tiranosaurio les seguía buscando aguas abajo, con el lomo vuelto hacia ellos. Se<br />

apresuraron a recorrer el sendero que llevaba hacia la cascada, y ya casi habían llegado detrás<br />

de la cortina de agua, cuando Grant vio que el tiranosaurio se volvía. En ese momento<br />

quedaron completamente detrás de la cascada, y Grant no podía ver a través de la cortina<br />

plateada.<br />

Miró en derredor sorprendido: había un pequeño nicho ahí, apenas más grande que un<br />

armario empotrado, y lleno de maquinaria; ronroneantes bombas y grandes filtros y tuberías.<br />

Todo estaba mojado y frío.<br />

—¿Nos ha visto? —dijo Lex; tenía que gritar para cubrir el ruido del salto de agua—.<br />

¿Dónde estamos? ¿Qué es este lugar? ¿Nos ha visto?<br />

—Un momento, por favor —dijo Grant. Estaba observando el equipo. Resultaba claro que<br />

era maquinaria del parque. Y que tenía que haber electricidad para hacerla funcionar, así que,<br />

quizás, hubiera un teléfono para establecer comunicación. Empezó a meter las manos entre los<br />

filtros y las tuberías.<br />

—¿Qué está haciendo? —gritó Lex.<br />

—Busco un teléfono.<br />

Eran cerca de las diez de la mañana: tenían apenas un poco más de una hora para ponerse<br />

en contacto con el barco, antes de que llegara a tierra firme.<br />

En la parte de atrás del nicho, Grant halló una puerta metálica en la que se había impreso el<br />

letrero MANT 04, pero estaba firmemente cerrada con llave. Junto a ella había una ranura para<br />

introducir una tarjeta de seguridad. A lo largo de la puerta vio una hilera de cajas metálicas: las<br />

abrió una después de otra, pero únicamente contenían interruptores y temporizadores. Ningún<br />

teléfono. Y nada para abrir la puerta.<br />

Casi pasó de largo la caja que estaba a la izquierda de la puerta: al abrirla, encontró un<br />

micro teclado con nueve botones, cubierto con puntos de moho verde. Pero tenía el aspecto de<br />

ser un medio para abrir la puerta, y Grant tenía la sensación de que al otro lado de esa puerta<br />

había un teléfono. Grabado en el metal de la caja estaba el número 1023: Grant lo marcó en el<br />

teclado.<br />

Con un chirrido, la puerta se abrió: abismal oscuridad más allá, escalones de hormigón que<br />

llevaban hacia abajo. Sobre la pared de atrás vio otro letrero: VEHÍCULO 04/CARGADOR 22<br />

MANT, y una flecha que señalaba hacia la parte baja de la escalera. ¿Podría ser que realmente<br />

hubiera un auto?<br />

—Vamos, chicos.<br />

—¡Ni lo piense! —declaró Lex—. Yo no me meto ahí.<br />

—Vamos, Lex —la instó Tim.<br />

—No —repitió Lex—, no hay luz ni nada. No voy.

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