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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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—Una batería. Es casi tan grande como un dedo. Con marcas grises.<br />

Gennaro se inclinó para mirar en la caja de acero. Sintió la vibración del jeep, oyó el motor<br />

ronroneando. No vio batería alguna. El tiranosaurio rugió: para Gennaro fue un sonido<br />

aterrador, que retumbaba desde la gran cavidad torácica del animal, un bramido que se<br />

extendía por el paisaje. Gennaro se sentó en forma brusca y extendió las manos sobre el<br />

volante; puso la mano sobre la palanca de cambios. A través de la radio oyó una voz que<br />

decía:<br />

—Muldoon. Aquí Arnold. Lárguese de ahí. Cambio y fuera.<br />

—Sé lo que estoy haciendo —contestó Muldoon.<br />

El tiranosaurio se lanzó a la carga.<br />

Muldoon se mantuvo firme en su puesto. A pesar de la bestia que se abalanzaba sobre él a<br />

toda velocidad, lenta y metódicamente alzó el lanzador, apuntó y disparó. Una vez más,<br />

Gennaro vio la bocanada de humo y la raya blanca del cartucho que iba hacia el animal.<br />

Nada ocurrió. El tiranosaurio siguió avanzando.<br />

Ahora Muldoon estaba de pie y corriendo, al tiempo que gritaba:<br />

—¡Vamos! ¡Vamos!<br />

Gennaro puso el jeep en marcha y Muldoon se arrojó sobre la portezuela lateral, mientras el<br />

jeep se bamboleaba hacia delante. El tiranosaurio se aproximaba con rapidez, y Muldoon abrió<br />

la portezuela de un golpe y trepó al interior del vehículo.<br />

—¡Vamos, maldita sea! ¡Vamos!<br />

Gennaro hundió el pedal hasta el suelo. El jeep iba dando tumbos inseguros; el extremo<br />

anterior se elevaba tanto que, a través del parabrisas, únicamente vieron el cielo, para después<br />

volver a caer estruendosamente al suelo y correr nuevamente hacia delante. Gennaro enfiló<br />

hacia un bosquecillo de árboles que había a la izquierda hasta que, por el espejo retrovisor, vio<br />

al tiranosaurio lanzar un rugido final y alejarse.<br />

Gennaro redujo la velocidad del coche y masculló:<br />

—¡Jesús!<br />

Muldoon estaba meneando la cabeza:<br />

—Podría jurar que le di la segunda vez.<br />

—Yo diría que falló —dijo Gennaro.<br />

—La aguja tiene que haberse roto antes de que el émbolo le inyectara.<br />

—Admítalo: erró el tiro.<br />

—Sí —asintió Muldoon.<br />

Suspiró:<br />

—Erré el tiro. La batería estaba agotada en las malditas miras láser. Culpa mía. Debí<br />

haberla revisado, después de estar fuera toda la noche pasada. Regresemos y consigamos<br />

más cartuchos.<br />

El jeep se dirigió hacia el Norte, hacia el hotel. Muldoon tomó el micrófono:<br />

—Control.<br />

—Sí —dijo Arnold.

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