PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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13.05.2013 Views

una bruma baja se aferraba al suelo, enroscándose en torno a las raíces de los árboles. Era hermoso, pero hacía que la marcha se volviese traicionera. Y Grant estaba observando los sensores: parecían estar numerados en orden descendente. Pasó el x/s/03 y el T/s/02. finalmente, llegaron al T/s/01. Estaba cansado de llevar a la niña y había albergado la esperanza de que ese número de código coincidiera con un límite de la reserva del tiranosaurio, pero no resultó ser más que otra caja en medio de la espesura. La caja siguiente a ésa tenía la marca T/N/ 01, seguida por la x/N/02. Grant se dio cuenta de que los números tenían que estar ordenados en forma geográfica, en torno a un punto central, como en el caso de la brújula: estaban marchando de Sur a Norte, de modo que los números bajaban a medida que se aproximaban al centro y, después, volvían a crecer. —Por lo menos, estamos yendo en la dirección correcta —comentó Tim. —Bravo por ti —dijo Grant. Tim sonrió, y tropezó con unas enredaderas ocultas por la bruma. Rápidamente se puso de pie. Siguieron caminando un rato, hasta que Tim anunció: —Mis padres están haciendo los trámites de divorcio. —Aja. —Mi papá se mudó el mes pasado. Ahora tiene su propia casa en Mili Valley. —Aja. —Ya no lleva a mi hermana. Ya ni siquiera va a buscarla. —Y dice que tienes dinosaurios en los sesos. —Sí —suspiró Tim. —¿Tienes nostalgia de él? —En realidad, no. A veces. Ella tiene más nostalgia. —¿Quién, tu madre? —No, Lex. Mi mamá tiene un novio. Le conoce del trabajo. Caminaron en silencio durante un rato, pasando frente a t/n/ 03 y t/n/04. Después: —¿Le conoces? —Sí. —¿Cómo es? —Está bien. Es más joven que mi papá, pero es calvo. —¿Cómo te trata? —No sé. Bien. Creo que simplemente trata de tocarme el lado bueno. No sé lo que va a pasar. A veces, mi mamá dice que tendremos que vender la casa y mudarnos. A veces, él y mi mamá pelean, tarde por la noche; me siento en mi habitación y juego con mi ordenador, pero así y todo les puedo oír. —Aja. —¿Usted está divorciado? —No. Mi esposa murió hace mucho. —¿Y ahora está con la doctora Sattler? Grant sonrió en la oscuridad:

—No. Ella es alumna mía. —¿Quiere decir que ella todavía está en la escuela? —Una escuela para graduados, sí. —Grant se detuvo lo suficiente para pasar a Lex a su otro hombro y, después, prosiguieron la marcha, pasando frente a los t/n/05 y t/n/06. Se oyó el retumbar de truenos en la distancia: la tormenta se había desplazado hacia el Sur. Había muy pocos sonidos en el bosque, con la salvedad del rumor de las cicadíneas y del suave croar de las ranas arbóreas. —¿Tiene hijos? —No. —¿Se va a casar con la doctora Sattler? —No: ella se va a casar con un agradable médico de Chicago, en alguna fecha del año próximo. —Oh. —Tim pareció sorprendido de oír eso. Siguieron caminando un rato. Después—: Entonces, ¿con quién se va a casar usted? —No creo que me vaya a casar con alguien. —Yo tampoco. Caminaron un rato y Tim dijo: —¿Vamos a caminar toda la noche? —No creo poder hacerlo. Tendremos que parar, al menos durante unas pocas horas. —Le echó un vistazo al reloj—: Vamos bien: casi quince horas faltan para que debamos volver. Antes de que el barco llegue a tierra firme. —¿Dónde vamos a parar? —preguntó Tim de inmediato. Grant se estaba preguntando lo mismo: su primer pensamiento fue que podrían trepar a un árbol, y dormir ahí arriba. Pero tendrían que trepar muy alto para mantenerse a distancia segura de los animales, y Lex se podría caer mientras dormía. Y las ramas de los árboles eran duras: no tendrían el menor descanso. No él, al menos. Necesitaban un sitio verdaderamente seguro. Volvió a pensar en los planos que había visto en el avión, cuando se dirigían a la isla: recordaba que había edificios externos para cada una de las diferentes divisiones. Grant no sabía cómo eran, porque no estaban incluidos los planos correspondientes a los edificios individuales. Y no podía recordar con exactitud dónde estaban, pero sí que estaban diseminados por todo el parque. Podría haber edificios en algún lugar de las proximidades. Pero eso era diferente del simple hecho de cruzar una barrera y salir del terreno del tiranosaurio: encontrar un edificio significaba emplear una estrategia de búsqueda de alguna clase. Y las mejores estrategias eran... —Tim, ¿puedes sostener a tu hermana un momento? Voy a trepar a un árbol y echar un vistazo por los alrededores. Desde lo alto de las ramas tuvo una buena vista del bosque: las copas de los árboles se extendían hacia su derecha y su izquierda. Descubrió que estaban sorprendentemente cerca

—No. Ella es alumna mía.<br />

—¿Quiere decir que ella todavía está en la escuela?<br />

—Una escuela para graduados, sí.<br />

—Grant se detuvo lo suficiente para pasar a Lex a su otro hombro y, después, prosiguieron<br />

la marcha, pasando frente a los t/n/05 y t/n/06. Se oyó el retumbar de truenos en la distancia: la<br />

tormenta se había desplazado hacia el Sur. Había muy pocos sonidos en el bosque, con la<br />

salvedad del rumor de las cicadíneas y del suave croar de las ranas arbóreas.<br />

—¿Tiene hijos?<br />

—No.<br />

—¿Se va a casar con la doctora Sattler?<br />

—No: ella se va a casar con un agradable médico de Chicago, en alguna fecha del año<br />

próximo.<br />

—Oh. —Tim pareció sorprendido de oír eso. Siguieron caminando un rato. Después—:<br />

Entonces, ¿con quién se va a casar usted?<br />

—No creo que me vaya a casar con alguien.<br />

—Yo tampoco.<br />

Caminaron un rato y Tim dijo:<br />

—¿Vamos a caminar toda la noche?<br />

—No creo poder hacerlo. Tendremos que parar, al menos durante unas pocas horas. —Le<br />

echó un vistazo al reloj—: Vamos bien: casi quince horas faltan para que debamos volver.<br />

Antes de que el barco llegue a tierra firme.<br />

—¿Dónde vamos a parar? —preguntó Tim de inmediato.<br />

Grant se estaba preguntando lo mismo: su primer pensamiento fue que podrían trepar a un<br />

árbol, y dormir ahí arriba. Pero tendrían que trepar muy alto para mantenerse a distancia<br />

segura de los animales, y Lex se podría caer mientras dormía. Y las ramas de los árboles eran<br />

duras: no tendrían el menor descanso. No él, al menos.<br />

Necesitaban un sitio verdaderamente seguro. Volvió a pensar en los planos que había visto<br />

en el avión, cuando se dirigían a la isla: recordaba que había edificios externos para cada una<br />

de las diferentes divisiones. Grant no sabía cómo eran, porque no estaban incluidos los planos<br />

correspondientes a los edificios individuales. Y no podía recordar con exactitud dónde estaban,<br />

pero sí que estaban diseminados por todo el parque. Podría haber edificios en algún lugar de<br />

las proximidades.<br />

Pero eso era diferente del simple hecho de cruzar una barrera y salir del terreno del<br />

tiranosaurio: encontrar un edificio significaba emplear una estrategia de búsqueda de alguna<br />

clase. Y las mejores estrategias eran...<br />

—Tim, ¿puedes sostener a tu hermana un momento? Voy a trepar a un árbol y echar un<br />

vistazo por los alrededores.<br />

Desde lo alto de las ramas tuvo una buena vista del bosque: las copas de los árboles se<br />

extendían hacia su derecha y su izquierda. Descubrió que estaban sorprendentemente cerca

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