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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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mover en absoluto. En ese momento se dio cuenta de qué era lo que estaba mal: ¡la puerta<br />

trasera tenía puesto el seguro! Tim tiró hacia arriba del pasador y dio vuelta a la manecilla. La<br />

puerta abierta giró sobre sus bisagras, abriéndose hacia abajo... y se detuvo contra la rama que<br />

estaba unas decenas de centímetros más abajo.<br />

La abertura era estrecha, pero Tim pensó que podría salir por ella serpenteando. Al tiempo<br />

que retenía el aliento, se arrastró lentamente hacia atrás, hasta el asiento posterior. El Crucero<br />

de Tierra crujió, pero mantuvo la posición. Aferrándose a los dos lados del marco de la<br />

portezuela, Tim se dejó caer lentamente a través de la estrecha abertura en ángulo que dejaba<br />

la portezuela. Pronto estuvo totalmente acostado boca abajo sobre la puerta que estaba en<br />

pendiente, con los pies asomándole fuera del coche. Pataleó en el aire, los pies tocaron algo<br />

sólido... una rama, y se apoyó en ella con todo su peso.<br />

En cuanto lo hizo, la rama se dobló hacia abajo y la portezuela se abrió más, haciéndole<br />

caer fuera del Crucero de Tierra. Tim se precipitó a plomo, sintiendo las ramas que le arañaban<br />

la cara. Su cuerpo rebotaba de rama en rama, sintió una sacudida, un dolor lacerante, una luz<br />

brillante dentro de la cabeza...<br />

Su caída se detuvo con un golpe muy brusco, que lo hizo quedarse sin aliento. Doblado en<br />

U sobre una rama grande, el aliento le volvió en forma de jadeos entrecortados, mientras sentía<br />

el estómago presa de un dolor ardiente.<br />

Tim oyó otro crac y alzó la vista hacia el Crucero de Tierra, una gran forma oscura a algo<br />

más de un metro por encima de él.<br />

Otro crac. El coche se desplazó.<br />

Tim se forzó a moverse, a descender por el árbol. Le solía gustar subirse a los árboles; era<br />

un buen escalador de árboles. Y éste era un buen árbol para trepar: las ramas estaban cerca<br />

unas de las otras, casi como si fuera una escalera...<br />

Cracccc...<br />

Positivamente, el coche se estaba moviendo.<br />

Con pies y manos, en forma desordenada, Tim descendía, resbalando sobre las ramas<br />

húmedas, sintiendo resina pegajosa en las manos, apresurándose. No había descendido más<br />

que unas decenas de centímetros, cuando el Crucero de Tierra crujió con gran estrépito por<br />

última vez y, después, con lentitud, con mucha lentitud, se inclinó: Tim pudo ver la gran parrilla<br />

verde y los faros, que oscilaban hacia él y, después, el coche cayó a plomo, ganando velocidad<br />

mientras iba cayendo hacia el niño, y golpeó estrepitosamente la rama en la que Tim estaba<br />

hacía un instante...<br />

Y se detuvo.<br />

La cara del niño, sobre la que cayeron gotas de aceite, quedó a unos centímetros de la<br />

rejilla abollada y torcida hacia adentro como una boca maligna, y los faros a modo de ojos.<br />

El chico todavía estaba a unos cuatro metros del suelo. Extendió el brazo hacia abajo, palpó<br />

otra rama y descendió. Por encima de él vio la otra rama, que se arqueaba hacia abajo por el<br />

peso del Crucero de Tierra y que después se quebró dejando caer el Crucero de Tierra a toda<br />

velocidad en pos de Tim, que supo que nunca podría escapar, que nunca podría bajar lo

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