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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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El suelo estaba seis metros más abajo.<br />

Miró sin comprender. El dolor pulsátil de su cabeza creció. Cerró los ojos un instante y<br />

respiró con lentitud. Después volvió a mirar, con la esperanza de que no fuera verdad. Pero lo<br />

era: el Crucero de Tierra estaba caído de costado, entre las ramas de un árbol grande, a seis<br />

metros sobre el suelo, oscilando de un lado a otro por la acción del viento.<br />

—¡Mierda! —exclamó.<br />

¿Qué podía hacer? Se puso de puntillas y atisbo hacia afuera, tratando de ver mejor, y se<br />

aferró al volante para tener un punto de apoyo: el volante giró libremente en su mano y, con un<br />

fuerte crac, el Crucero cambió de posición, cayendo unos pocos centímetros por las ramas del<br />

árbol. El movimiento súbito hizo que Tim se agarrara con fuerza a la columna de dirección y se<br />

colgara de ella. A través del vidrio destrozado de la ventanilla de la portezuela del<br />

acompañante, miró hacia el suelo, que estaba muy abajo.<br />

—¡Oh, mierda! ¡Oh, mierda! —seguía repitiendo—. ¡Oh, mierda! ¡Oh, mierda!<br />

Otro crac fuerte. El Crucero de Tierra se sacudió y cayó otros treinta centímetros.<br />

Tenía que salir. Se miró los pies: estaba sobre la manecilla de la portezuela. Se agachó,<br />

apoyándose sobre manos y rodillas, para mirar la manecilla. No podía ver muy bien en la<br />

oscuridad, pero podía discernir que la puerta estaba abollada hacia fuera, por lo que la<br />

manecilla no podría girar. Nunca conseguiría abrir la puerta. Trató de bajar la ventanilla, pero<br />

estaba atascada también. Después pensó en la portezuela de atrás. Quizá pudiera abrirla. Se<br />

inclinó sobre el asiento delantero, y el Crucero se bamboleó como consecuencia del<br />

desplazamiento de su peso. Tim se aferró al asiento, aterrado. El Crucero de Tierra se<br />

acomodó otra vez.<br />

Con cuidado, Tim extendió el brazo hacia atrás y dio vuelta a la manecilla de la portezuela<br />

trasera.<br />

Estaba trabada también.<br />

¿Cómo iba a salir?<br />

Oyó un resoplido y miró hacia abajo. Una forma oscura pasó debajo de él. No era el<br />

tiranosaurio: esa forma era rechoncha y producía una especie de resuello mientras caminaba<br />

como un pato. La cola se movía con torpeza hacia delante y hacia atrás, y Tim pudo ver unas<br />

largas espinas.<br />

Era el estegosaurio, aparentemente recuperado de su malestar. Eso hizo que Tim se<br />

preguntara dónde estaba el resto de la gente: Gennaro, Sattler y el veterinario. La última vez<br />

les había visto cerca del estegosaurio. ¿Cuánto tiempo había pasado desde entonces? Miró su<br />

reloj, pero la esfera estaba resquebrajada: no podía ver los números. Se quitó el reloj y lo tiró a<br />

un lado.<br />

El estegosaurio resopló y prosiguió su camino. Ahora, los únicos sonidos eran el viento en<br />

los árboles y los crujidos del Crucero de Tierra, cuando se deslizaba hacia atrás y hacia<br />

delante.<br />

Tenía que salir de ahí.<br />

Aferró la manecilla y trató de forzarla, pero estaba completamente trabada. No la podía

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