PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas
PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas
—Sí. Vea esto —trató de explicar Malcolm—: el suceso básico que se produjo en el Parque Jurásico es que los científicos y técnicos han tratado de hacer un nuevo mundo biológico completo. Y los científicos que están en la sala de control esperan ver un mundo nuevo. Como en el gráfico que nos mostraron. Aun cuando un instante de meditación revela que esa distribución normal cuidadosa, es terriblemente inquietante en esta isla. —¿Lo es? —Sí. Sobre la base de lo que el doctor Wu nos dijo antes, nunca se debería ver un gráfico de población como ése. —¿Por qué no? —Porque es el gráfico de una población biológica normal. Lo que el Parque Jurásico no es precisamente. El Parque Jurásico no es el mundo real. Se espera que sea un mundo controlado que sólo imite el mundo real. En ese sentido, es un verdadero parque, más bien como un jardín japonés formal: la Naturaleza manipula para ser más natural que la Naturaleza, si así lo prefieren. —Me temo que ha hecho que me pierda —declaró Gennaro, con aire de enfado. —Creo que la visita lo aclarará todo —añadió Malcolm, sonriendo.
LA VISITA —Por aquí, todo el mundo por aquí —indicó Ed Regís. A su lado, una mujer estaba entregando cascos de médula vegetal, con la inscripción «Parque Jurásico» aplicada en la faja para la cabeza, y el pequeño logotipo de un dinosaurio azul. Una fila de Cruceros de Tierra «Toyota» salió de un garaje subterráneo situado debajo del centro de visitantes. Cada coche se detuvo, sin conductor y silencioso. Dos negros, vestidos con uniformes de safari, estaban abriendo las portezuelas para los pasajeros. —De dos a cuatro pasajeros por coche, por favor, de dos a cuatro pasajeros por coche — estaba diciendo una voz grabada—. Los niños de menos de diez años tienen que ir acompañados por un adulto. De dos a cuatro pasajeros por coche, por favor... Tim observó que Grant, Sattler y Malcolm entraban en el primer Crucero, junto con el abogado Gennaro. Tim examinó a Lex que, de pie, estaba golpeándose en el guante con el puño. Tim señaló el primer coche y preguntó: —¿Puedo ir con ellos? —Temo que tienen cosas que discutir —contestó Ed Regís. —¿Qué cosas? —Cosas técnicas. —Me interesan las cosas técnicas. Preferiría ir con ellos. —Bueno, podrás oír lo que digan: tendremos una radio abierta entre ambos coches. El segundo vehículo llegó. Tim y Lex entraron, y Ed Regís les siguió. —Éstos son coches eléctricos —explicó—. Guiados por un cable. Tim estaba contento de haberse sentado en el asiento de delante porque, montadas en el tablero de instrumentos, había dos pantallas de computadora y una caja que le pareció que era una «CD-ROM»: un reproductor de discos grabados por láser, controlado por ordenador. También había un trasmisor-receptor portátil y una especie de trasmisor de radio. Vio dos antenas en el techo y unas extrañas gafas en el bolsillo para mapas. Los negros cerraron, y aseguraron, las portezuelas del Crucero de Tierra. Con un zumbido de motor eléctrico, el vehículo se puso en marcha. Allá adelante, los tres científicos y Gennaro estaban hablando y señalando, resultando claro que estaban excitados. Ed Regis dijo: —Oigamos lo que están diciendo. —Se oyó el chasquido de un intercomunicador. —No sé qué demonios piensa usted que está haciendo aquí —decía la voz de Gennaro a través del intercomunicador. Parecía muy enfadado.
- Page 87 and 88: unos pocos segundos. Pero los dinos
- Page 89 and 90: contra un trasfondo verde cometía
- Page 91 and 92: CUANDO LOS DINOSAURIOS DOMINABAN LA
- Page 93 and 94: gráfico de alternancia como éste,
- Page 95 and 96: y un guante de béisbol que le colg
- Page 97 and 98: que era famoso porque en él se hab
- Page 99 and 100: Grant sonrió: haga. —Durante añ
- Page 101 and 102: corbata, que fumaba un cigarrillo
- Page 103 and 104: RftflTCGRCGC 61 GGTGGCGRRR CCCORCñ
- Page 105 and 106: 361 TCflCT 421 OGGCT 481 GCGG 541 T
- Page 107 and 108: TGCTCfiCGCTGTRGGTflTCTCflGTTCGGTGTR
- Page 109 and 110: —Sí —dijo Nedry—. La mayor p
- Page 111 and 112: abierta, bañada por una luz infrar
- Page 113 and 114: nariz, como los cuernos de rinocero
- Page 115 and 116: postura de súbita furia intensa.
- Page 117 and 118: —¿Cuál? —Bueno, en esta isla
- Page 119 and 120: cuando se desarrolla, resulta ser d
- Page 121 and 122: —¿Para qué es eso? —preguntó
- Page 123 and 124: por hora, lo suficientemente rápid
- Page 125 and 126: VERSIÓN 4.4 —¿Hubo algún probl
- Page 127 and 128: emparchados; los vacíos en la secu
- Page 129 and 130: —No creo que sea imposible. Los r
- Page 131 and 132: CONTROL Grant miró todos los monit
- Page 133 and 134: Pterosaurus 6 6 4.3 Hypsilophodonti
- Page 135 and 136: apaciguadores láser, redes electri
- Page 137: alguna clase de estudios sobre ello
- Page 141 and 142: Todos miraron hacia la izquierda. E
- Page 143 and 144: CONTROL —Los engranajes rechinan
- Page 145 and 146: Hay problemas en el control de los
- Page 147 and 148: —¡Eh! —sonrió Tim—. Muy bie
- Page 149 and 150: GRAN REX —Los poderosos tiranosau
- Page 151 and 152: prehistóricos obtenidos por ingeni
- Page 153 and 154: «Cautelosa», pensó Grant. —¿C
- Page 155 and 156: CONTROL Henry Wu entró en la sala
- Page 157 and 158: investigadores pensaban que el ultr
- Page 159 and 160: —Sí, John. —Quiero ese equipo
- Page 161 and 162: —Quizá. Y no olvides que el vete
- Page 163 and 164: terriblemente amargas. —¿Has enc
- Page 165 and 166: —¿Y los otros sectores? —En t
- Page 167 and 168: —¿Como cuál? —preguntó Arnol
- Page 169 and 170: ERROR: Paráms. Búsqueda: 300 Anim
- Page 171 and 172: —Bueno, no es algo tan malo —in
- Page 173 and 174: —Cuando hicieron el ADN de dinosa
- Page 175 and 176: —No, a decir verdad, no. —Los f
- Page 177 and 178: —Los chicos pueden ver —dijo Gr
- Page 179 and 180: —No quiero parar. ¿Por qué para
- Page 181 and 182: —¡Maldita sea! —barbotó Arnol
- Page 183 and 184: CUARTA ITERACIÓN Inevitablemente,
- Page 185 and 186: —Pero ocurrió antes de que la ll
- Page 187 and 188: clavada en Tim. Con las lentes, los
LA VISITA<br />
—Por aquí, todo el mundo por aquí —indicó Ed Regís. A su lado, una mujer estaba<br />
entregando cascos de médula vegetal, con la inscripción «Parque Jurásico» aplicada en la faja<br />
para la cabeza, y el pequeño logotipo de un dinosaurio azul.<br />
Una fila de Cruceros de Tierra «Toyota» salió de un garaje subterráneo situado debajo del<br />
centro de visitantes. Cada coche se detuvo, sin conductor y silencioso. Dos negros, vestidos<br />
con uniformes de safari, estaban abriendo las portezuelas para los pasajeros.<br />
—De dos a cuatro pasajeros por coche, por favor, de dos a cuatro pasajeros por coche —<br />
estaba diciendo una voz grabada—. Los niños de menos de diez años tienen que ir<br />
acompañados por un adulto. De dos a cuatro pasajeros por coche, por favor...<br />
Tim observó que Grant, Sattler y Malcolm entraban en el primer Crucero, junto con el<br />
abogado Gennaro. Tim examinó a Lex que, de pie, estaba golpeándose en el guante con el<br />
puño.<br />
Tim señaló el primer coche y preguntó:<br />
—¿Puedo ir con ellos?<br />
—Temo que tienen cosas que discutir —contestó Ed Regís.<br />
—¿Qué cosas?<br />
—Cosas técnicas.<br />
—Me interesan las cosas técnicas. Preferiría ir con ellos.<br />
—Bueno, podrás oír lo que digan: tendremos una radio abierta entre ambos coches.<br />
El segundo vehículo llegó. Tim y Lex entraron, y Ed Regís les siguió.<br />
—Éstos son coches eléctricos —explicó—. Guiados por un cable.<br />
Tim estaba contento de haberse sentado en el asiento de delante porque, montadas en el<br />
tablero de instrumentos, había dos pantallas de computadora y una caja que le pareció que era<br />
una «CD-ROM»: un reproductor de discos grabados por láser, controlado por ordenador.<br />
También había un trasmisor-receptor portátil y una especie de trasmisor de radio. Vio dos<br />
antenas en el techo y unas extrañas gafas en el bolsillo para mapas.<br />
Los negros cerraron, y aseguraron, las portezuelas del Crucero de Tierra. Con un zumbido<br />
de motor eléctrico, el vehículo se puso en marcha. Allá adelante, los tres científicos y Gennaro<br />
estaban hablando y señalando, resultando claro que estaban excitados. Ed Regis dijo:<br />
—Oigamos lo que están diciendo. —Se oyó el chasquido de un intercomunicador.<br />
—No sé qué demonios piensa usted que está haciendo aquí —decía la voz de Gennaro a<br />
través del intercomunicador. Parecía muy enfadado.