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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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CONTROL<br />

Grant miró todos los monitores de ordenador de la oscurecida sala de control, sintiéndose<br />

irritado: no le gustaban los ordenadores. Sabía que eso le convertía en anticuado, pasado de<br />

moda como investigador, pero no le importaba. Algunos de los muchachos que trabajaban para<br />

él tenían verdadera sensibilidad para los ordenadores, una intuición. Grant nunca sintió eso;<br />

encontraba que eran maquinitas engañadoras, extrañas. Hasta la distinción fundamental entre<br />

sistema operativo y aplicación le dejaba confuso y descorazonado, literalmente perdido en una<br />

geografía ajena a él, que no podía entender. Pero observó que Gennaro estaba perfectamente<br />

cómodo y Malcolm parecía encontrarse en su elemento, emitiendo ruiditos de husmeo, como<br />

un sabueso que sigue una pista.<br />

—Ustedes quieren saber cosas sobre los mecanismos de control —decía John Arnold,<br />

girando en su silla. El ingeniero jefe era un hombre delgado, tenso, de cuarenta y cinco años,<br />

que fumaba un cigarrillo tras otro. Miró de soslayo a las demás personas que le acompañaban<br />

en la sala— ...Poseemos mecanismos increíbles de control —aseguró, y encendió otro cigarrillo<br />

más.<br />

—Por ejemplo... —insinuó Gennaro.<br />

—Por ejemplo, el seguimiento de animales. —Arnold apretó un botón de su consola y el<br />

mapa vertical de vidrio se encendió, exhibiendo un patrón de líneas azules en forma de diente<br />

de sierra—: Ése es nuestro T-rex joven. El «rexito». Todos los movimientos que hizo dentro del<br />

parque, en el transcurso de las veinticuatro últimas horas. —Arnold apretó el botón otra vez—:<br />

Veinticuatro anteriores. —Y otra vez—: Veinticuatro anteriores.<br />

Las líneas del mapa se superponían, formando una trama densa, el garabato de un chico.<br />

Pero el garabato estaba localizado en un solo sector: cerca del margen sudeste de la laguna.<br />

—Con el tiempo se desarrolla una percepción del ámbito que prefiere para vivir —continuó<br />

Arnold—: es joven, ven, así que permanece cerca del agua. Y se mantiene alejado del rex<br />

adulto grande: representen las posiciones del rex grande y del rexito, y verán que sus caminos<br />

nunca se cruzan.<br />

—Así que puede mantener el seguimiento de todo este... —comenzó Gennaro.<br />

—Todo almacenado en la memoria —completó Arnold.<br />

—¿Dónde está el rex grande, en este preciso instante? —preguntó Gennaro.<br />

Arnold apretó otro botón: del mapa desaparecieron las líneas anteriores y, en los campos<br />

situados al noroeste de la laguna, apareció un solo punto brillante que tenía un número de<br />

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