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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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VERSIÓN 4.4<br />

—¿Hubo algún problema con el grupo? —preguntó Hammond.<br />

—No —contestó Henry Wu—. No hubo problema en absoluto.<br />

—¿Aceptaron sus explicaciones?<br />

—¿Por qué no habrían de hacerlo? Todo es bastante sencillo, a grandes rasgos. Son sólo<br />

algunos detalles los que resultan escabrosos. Y yo quería hablar de los detalles con usted; hoy<br />

no puede pensar en ello como en una cuestión de estética.<br />

John Hammond arrugó la nariz, como si oliese algo desagradable:<br />

—¿Estética? —repitió.<br />

Estaban en pie en la sala de estar de la elegante casa de campo de Hammond, ubicada<br />

detrás de las palmeras, en el sector norte del parque. La sala estaba bien ventilada y era<br />

confortable, dotada de media docena de monitores de televisión que mostraban los animales<br />

en el parque. La carpeta que llevaba Wu, en la que, marcado con un sello, decía DESARROLLO<br />

DE ANIMALES: VERSIÓN 4.4, estaba sobre la mesa de café.<br />

Hammond miraba al genetista con aire paternal, paciente. Wu, con treinta y tres años de<br />

edad, era muy consciente de que había trabajado para Hammond durante toda su vida<br />

profesional: Hammond le había contratado en cuanto salió de la escuela universitaria para<br />

graduados.<br />

—Por supuesto, también hay consecuencias prácticas —continuó Wu—. Realmente pienso<br />

que debe usted tomar en consideración mis recomendaciones para la fase dos. Debemos ir a la<br />

versión 4.4.<br />

—¿Quiere remplazar todas las cepas actuales de animales? —preguntó Hammond.<br />

—Sí, eso quiero.<br />

—¿Por qué? ¿Qué hay de malo en ellas?<br />

—Nada, salvo que son dinosaurios verdaderos.<br />

—Eso es lo que pedí, Henry —dijo Hammond, sonriendo—. Y eso es lo que me diste.<br />

—Lo sé. Pero, verá usted... —Vaciló: ¿cómo le podía explicar eso a Hammond? El anciano<br />

prácticamente nunca visitaba la isla. Y lo que Wu estaba tratando de comunicar era una<br />

situación peculiar—: En este mismo momento, mientras estamos aquí, casi nadie, en todo el<br />

mundo, ha visto alguna vez un dinosaurio verdadero. Nadie sabe cuál es su aspecto verdadero.<br />

—Así es...<br />

—Los dinosaurios que ahora tenemos son verdaderos —prosiguió Wu, señalando las<br />

pantallas que había alrededor de la sala—, pero, en ciertos aspectos, no son satisfactorios. No

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