PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas
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—Sí.<br />
—¿Qué es la columna de la derecha? —preguntó Grant.<br />
—La versión de lanzamiento de los animales. La mayoría de ellos son de la versión 4.1<br />
o de la 4.3. Estamos pensando en pasar a la versión 4.4.<br />
—¿Números de versión? ¿Quieren decir que es como en los programas de ordenador?<br />
¿Nuevos lanzamientos?<br />
—Bueno, sí. Es como programas de ordenador, en cierto sentido. A medida que<br />
descubrimos los defectos en el ADN, los laboratorios del doctor Wu tienen que hacer una<br />
nueva versión.<br />
A Grant le angustiaba la idea de que a seres vivos se les numerara como programas de<br />
ordenador, que se les sometiera a actualizaciones y a correcciones. No podía decir con<br />
exactitud por qué —era un pensamiento demasiado reciente—, pero instintivamente se<br />
sintió inquieto por ello. Eran, después de todo, seres vivos...<br />
Arnold debió de advertir su expresión, porque dijo:<br />
—Mire, doctor Grant, no tiene sentido ponerse melancólico por estos animales. Es<br />
importante para todo el mundo recordar que fueron creados. Creados por el hombre. A<br />
veces hay defectos. Entonces, cuando descubrimos los defectos, los laboratorios del<br />
doctor Wu tienen que hacer una versión nueva. Y necesitamos hacer el seguimiento de<br />
esa versión que tenemos ahí afuera.<br />
—Sí, sí, claro que lo hacen —intervino Malcolm, impaciente—. Pero, volviendo a la<br />
cuestión de recuento: entiendo que todos los cómputos se basan en sensores de<br />
movimientos.<br />
—Sí.<br />
—¿Y esos sensores están distribuidos por todo el parque?<br />
—Cubren el noventa y dos por ciento de la superficie del parque. Hay sólo unos pocos<br />
lugares en los que no los podemos usar por ejemplo, en el río de la jungla, porque el<br />
movimiento del agua y la convección que sube de la superficie confunden a los sensores<br />
pero los tenemos por todos los demás sitios, prácticamente y, si el ordenador sigue a un<br />
animal que penetra en una zona carente de sensor, lo recuerda y busca para ver si el<br />
animal salió de nuevo. Si el animal no sale, nos da una señal de alarma.<br />
—¿Así que pueden seguir muy bien a estos animales?<br />
—Sí, muy bien.<br />
—Ahora bien —dijo Malcolm— usted muestra cuarenta y nueve procompsognátidos.<br />
Supongamos que sospecho que algunos de ellos realmente no son de la especie<br />
correcta, ¿cómo me demostrarían que estoy equivocado?<br />
—De dos maneras: ante todo, puedo hacer el seguimiento de desplazamientos<br />
individuales, comparándolo con el de otros presuntos compis. Los compis son animales<br />
sociales, se desplazan en grupo. Tenemos dos grupos de compis en el parque, de modo<br />
que los individuos deben de estar dentro del grupo A o del grupo B.<br />
—Sí, pero...<br />
—La otra manera es la comprobación visual directa —prosiguió Arnold. Apretó botones<br />
y uno de los monitores empezó a pasar con rapidez fotografías de compis, numeradas de<br />
1 a 49.<br />
—Estas fotografías son...<br />
—Imágenes actuales de ID (11). Provenientes de lo ocurrido dentro de los cinco últimos<br />
minutos.<br />
—¿Así que pueden ver todos los animales, si así lo desean?<br />
—Sí. Cada vez que lo quiera, puedo revistar todos los animales en forma visual.<br />
—¿Y qué pasa con la contención física? —preguntó Gennaro—. ¿Pueden salir de sus<br />
cotos cerrados?<br />
—Absolutamente no. Éstos son animales caros, señor Gennaro. Los cuidamos muy<br />
bien. Mantenemos múltiples barreras: primera, los fosos. —Apretó un botón, y el tablero