13.05.2013 Views

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

En realidad, la planta motriz se extendía dos pisos por debajo del nivel del suelo: un<br />

vasto complejo de gimientes turbinas, y de cañerías que penetraban en la tierra, el<br />

conjunto iluminado por deslumbrantes lámparas eléctricas.<br />

—No pueden necesitar todo esto nada más que para un centro de recreo —terció<br />

Malcolm—. Aquí están generando suficiente energía para una ciudad pequeña.<br />

—¿Quizá sea para los ordenadores?<br />

—Quizá.<br />

Grant oyó un balido y caminó algunos metros hacia el Norte. Llegó hasta un cercado<br />

que contenía cabras. Mediante un rápido cómputo, estimó que había cincuenta o sesenta<br />

cabras.<br />

—¿Para qué es eso? —preguntó Ellie.<br />

—Ni idea.<br />

—Probablemente se las dan de comer a los dinosaurios —aventuró Malcolm.<br />

El grupo siguió caminando por un polvoriento sendero de ladrillo que pasaba a través<br />

de un denso matorral de bambúes. Al otro lado vieron una cerca doble, reforzada, de unos<br />

cuatro metros de altura y hecha de eslabones, con espirales de alambre de púas en la<br />

parte superior. A lo largo de la cerca exterior se oía un zumbido eléctrico.<br />

Más allá de las cercas, Grant vio densos apiñamientos de helechos grandes, de un<br />

metro y medio de alto. Oyó un resoplido, una especie de husmeo. Después, el sonido<br />

crujiente de pisadas que aplastaban follaje, y que se acercaban.<br />

Luego, un prolongado silencio.<br />

—No veo nada —susurró Tim, finalmente.<br />

—Ssshhh.<br />

Grant esperó. Pasaron varios segundos. Algunas moscas revoloteaban por el aire.<br />

Todavía no veía cosa alguna.<br />

Ellie le golpeó suavemente en el hombro y señaló con el dedo.<br />

Entre los helechos, Grant vio la cabeza de un animal. Estaba inmóvil, parcialmente<br />

escondido en las frondas, los dos grandes ojos oscuros observándoles con frialdad.<br />

La cabeza tenía algo más de medio metro de largo. Desde un hocico rematado en<br />

punta, una larga hilera de dientes se extendía hacia atrás, hasta el agujero del meato<br />

auditivo, que actuaba a guisa de oído. A Grant la cabeza le recordaba la de una lagartija<br />

grande o, quizá, la de un cocodrilo. Los ojos no pestañeaban y el animal no se movía. Su<br />

piel era coriácea, con textura granulosa y, básicamente, la misma coloración que la del<br />

ejemplar juvenil: amarillo-marrón con marcas rojizas más oscuras, como las bandas de un<br />

tigre.<br />

Mientras Grant observaba, un solo miembro superior se extendió hacia arriba muy<br />

lentamente, para apartar los helechos que había al lado de la cara del animal. El miembro,<br />

pudo ver Grant, estaba dotado de músculos fuertes. La mano tenía tres dedos prensiles,<br />

cada uno rematado en garras curvas. Suave, lentamente, la mano empujó a un lado los<br />

helechos.<br />

Grant sintió escalofríos y pensó: «Nos está cazando.»<br />

Para un mamífero como el hombre, había algo indescriptiblemente antinatural en el<br />

modo en que los reptiles cazaban sus presas. No sin razón el hombre odiaba a los<br />

reptiles: la inmovilidad, la frialdad, el ritmo, todo, estaba mal. Encontrarse entre cocodrilos<br />

u otros reptiles grandes era recordar una clase diferente de vida, ahora desaparecida de<br />

la Tierra. Naturalmente, ese animal no se dio cuenta de que lo habían localizado, de que...<br />

El ataque llegó en forma repentina, desde la izquierda y la derecha. Los animales,<br />

corriendo a la carga, cubrieron los nueve metros que había hasta la cerca con<br />

desconcertante velocidad.<br />

Grant tuvo la borrosa impresión de cuerpos poderosos de un metro ochenta de alto, de<br />

rígidas colas que los equilibraban, de patas armadas con garras curvas, de mandíbulas<br />

abiertas con hileras de dientes de sierra.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!