PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas
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—¿No es esto extraordinario? —comentó Ed Regis—. En especial en un día brumoso,<br />
estas plantas realmente contribuyen a formar la atmósfera prehistórica. Éstos son<br />
helechos jurásicos auténticos, claro está.<br />
Ellie se detuvo para mirar más de cerca los helechos; sí, era exactamente como Regis<br />
había dicho: Serenna veriformans, planta que se encuentra en abundancia en fósiles de<br />
más de doscientos millones de años de antigüedad, ahora solamente comunes en las<br />
tierras húmedas de Brasil y Colombia. Pero quienquiera que hubiese decidido ubicar ese<br />
helecho en especial al lado de la piscina, evidentemente no sabía que las esporas de<br />
Veriformans contenían un alcaloide beta-carbolinólico letal; con sólo tocar las atractivas<br />
frondes verdes una persona se sentiría descompuesta y, si un niño simplemente las<br />
mordía, casi con seguridad moriría; la toxina era cincuenta veces más letal que la de la<br />
adelfa.<br />
La gente era tan ingenua en cuanto a las plantas, pensaba Ellie: simplemente las<br />
elegía por el aspecto, del mismo modo que elegiría un cuadro para colgarlo en la pared.<br />
Nunca se le ocurría pensar que, en realidad, las plantas eran seres vivos, que realizaban<br />
activamente todas las funciones inherentes a la vida, de respiración, ingestión, excreción,<br />
reproducción... y defensa.<br />
Además, en la historia de la Tierra, las plantas habían evolucionado de manera tan<br />
competitiva como los animales y, en algunos aspectos, con más ferocidad. El veneno de<br />
la Serenna veriformans era un pequeño ejemplo del complejo arsenal de armas químicas<br />
que habían desarrollado las plantas. Existían terpenos que las plantas esparcían para<br />
envenenar el suelo que las rodeaba e inhibir el desarrollo de las plantas competidoras;<br />
alcaloides, que les conferían sabor desagradable para insectos y depredadores (y niños);<br />
y feromonas, que se utilizaban para la comunicación: cuando un abeto de Douglas era<br />
atacado por escarabajos, producía una sustancia química que le quitaba el carácter<br />
alimenticio a la madera, y lo mismo hacían otros abetos de Douglas situados en partes<br />
distantes del bosque. Esto ocurría en respuesta a una sustancia aloquímica de<br />
advertencia, secretada por los árboles que estaban siendo atacados.<br />
La gente que imaginaba que la vida en la Tierra consistía en animales desplazándose<br />
contra un trasfondo verde cometía el grave error de no comprender lo que estaba viendo:<br />
ese trasfondo verde estaba activamente vivo; las plantas crecían, se movían, retorcían y<br />
giraban, luchaban por el sol e interactuaban en forma continua con animales,<br />
desalentando a algunos con cortezas y espinas, envenenando a otros, y alimentando<br />
otros para fomentar su propia reproducción diseminando su polen y sus semillas. Era un<br />
proceso dinámico y complejo que Ellie nunca dejaba de hallar fascinante. Y del que sabía<br />
que no era comprendido por la mayoría de la gente.<br />
Y si plantar helechos mortíferos al lado de la piscina era indicio de algo, entonces<br />
resultaba claro que los diseñadores del Parque Jurásico no habían sido todo lo<br />
cuidadosos que debieron de haber sido.<br />
—¿No es sencillamente maravilloso? —estaba diciendo Ed Regís—. Si miran hacia<br />
delante verán nuestro Pabellón Safari.<br />
Ellie vio un espectacular edificio bajo, con una serie de pirámides de vidrio sobre el<br />
techo.<br />
—Ahí es donde todos ustedes permanecerán durante su estancia en el Parque<br />
Jurásico —completó Ed Regis.<br />
La suite de Grant era de tonos beige; los muebles, de caña de la India con motivos<br />
verdes relativos a la jungla, y no estaban terminados: había pilas de tablas aserradas en<br />
el armario empotrado y trozos de tubo portacables en el piso. Sobre un televisor situado<br />
en un rincón se veía una tarjeta:<br />
Canal 2: Tierras Altas del Hipsilofodonte<br />
Canal 3: Territorio del Triceratops