13.05.2013 Views

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

identificatoria de la especie, que les sirve para identificarse entre sí. Pero quizá no tenga<br />

un significado más amplio. O quizá sean extraños. Quizá los dinosaurios sean extraños. O<br />

quizá sea una especie de comunicación.<br />

Grant estaba pensando lo mismo: las abejas se podían comunicar en forma espacial,<br />

ejecutando una especie de danza. A lo mejor, los dinosaurios podían hacer lo mismo.<br />

Gennaro los observaba, y preguntó:<br />

—¿Por qué no salen al exterior?<br />

—Son de hábitos nocturnos.<br />

—Sí, pero es como si se escondiesen.<br />

Grant se encogió de hombros. Al instante siguiente, los ejemplares recién nacidos<br />

empezaron a chillar y a saltar, excitados. Los adultos los observaron con curiosidad<br />

durante unos instantes. Y después, con un ulular y un griterío que retumbaron en el<br />

oscuro recinto cavernoso, todos los dinosaurios se volvieron y corrieron, dirigiéndose por<br />

el túnel de hormigón hacia la oscuridad que aguardaba más allá.<br />

HAMMOND<br />

John Hammond se sentó pesadamente en la tierra mojada de la ladera y trató de<br />

recuperar el aliento. «Dios bendito, hace calor», pensó. Calor y humedad. Se sentía como<br />

si estuviera respirando a través de una esponja.<br />

Miró hacia abajo, hacia el lecho del arroyo, ahora doce metros por debajo de donde<br />

había llegado: parecía que hubieran pasado horas desde que dejó el arroyuelo y empezó<br />

a subir la colina. El tobillo estaba ya tumefacto y de color púrpura oscuro; no podía<br />

cargarle nada de peso encima. Se veía forzado a subir la colina saltando sobre la otra<br />

pierna, que le dolía por el esfuerzo.<br />

Y estaba sediento. Antes de dejar el arroyuelo detrás de sí, había bebido de él, aun<br />

cuando sabía que eso era una necedad: ahora se sentía mareado y, a veces, el mundo le<br />

daba vueltas. Tenía problemas de equilibrio. Pero sabía que tenía que subir la colina y<br />

regresar al sendero de arriba. Creyó haber oído varias veces pisadas en el sendero,<br />

durante las horas pasadas, y en cada ocasión había gritado pidiendo auxilio. Pero, por<br />

alguna causa, su voz no había llegado suficientemente lejos y no le habían rescatado. Y<br />

por eso, a medida que caía la tarde, se empezó a dar cuenta de que tendría que trepar la<br />

colina, con la pierna lesionada o no. Y eso era lo que estaba haciendo ahora.<br />

Esos malditos chicos.<br />

Hammond sacudió la cabeza, tratando de aclararla. Llevaba subiendo más de una hora<br />

y sólo había logrado recorrer un tercio de la distancia colina arriba. Y estaba cansado,<br />

jadeando como un perro viejo. La pierna le latía. Estaba mareado. Por supuesto, sabía<br />

perfectamente bien que no corría peligro, estaba casi a la vista de su cabana, por el amor<br />

de Dios, pero tenía que admitir que estaba cansado: sentado en la ladera de la colina<br />

descubrió que, realmente, ya no quería seguir moviéndose.<br />

«¿Y por qué no habría de estar cansado?», pensó: tenía setenta y seis años. Ésa no<br />

era edad para andar subiendo colinas. Aunque estaba en óptimo estado para un hombre<br />

de su edad. Personalmente, esperaba vivir hasta los cien. Tan sólo era cuestión de<br />

cuidarse, de atender a las cosas a medida que se iban presentando. Ciertamente, tenía<br />

abundantes razones para vivir. Otros parques que construir. Otras maravillas que crear...<br />

Oyó un grito; después, un gorjeo: grito de pájaro pequeño que andaba saltando por la<br />

maleza. Había estado oyendo animales pequeños toda la tarde. Vivían toda clase de<br />

animalitos por ahí: ratas, zarigüeyas, víboras.<br />

El grito creció en intensidad, y pedacitos de tierra rodaron por la ladera, más arriba de<br />

donde él estaba: algo se movía hacia allí. Después vio un animal color verde oscuro<br />

bajando la colina a saltitos, que avanzaba hacia él, y otro más, y otro más.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!