PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas
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PABELLÓN<br />
Ian Malcolm inhalaba cada bocanada de aire como si pudiera ser la última. Observaba<br />
a los raptores con ojos opacos. Harding le tomó la presión, frunció el entrecejo, la volvió a<br />
tomar. Ellie Sattler estaba envuelta en una manta, tiritando y con frío. Muldoon estaba<br />
sentado en el suelo, la espalda apoyada contra la pared. Hammond tenía la vista clavada<br />
en lo alto, sin hablar. Todos estaban atentos a la radio.<br />
—¿Qué le ha pasado a Tim? —inquirió Hammond—. ¿Todavía no hay información?<br />
—No sé.<br />
—Feos, ¿no es así? Verdaderamente feos —comentó Malcolm.<br />
Hammond sacudió la cabeza.<br />
—¿Quién podría haber imaginado que las cosas resultarían así?<br />
—Aparentemente, Malcolm lo hizo —respondió Ellie.<br />
—No lo imaginé así —aclaró Malcolm—. Lo calculé.<br />
Hammond suspiró:<br />
—No más de eso, por favor. Lleva horas diciendo «se lo dije». Pero nadie quiso jamás<br />
que pasara esto.<br />
—No es cuestión de que se quiera o no se quiera —dijo Malcolm, con los ojos<br />
cerrados. Hablaba con lentitud, a causa de las drogas—. Es cuestión de que lo que se<br />
crea se pueda lograr. Cuando el cazador sale a la jungla tropical para cazar para su<br />
familia, ¿espera controlar la Naturaleza? No. Simplemente intenta ser parte de la<br />
Naturaleza. Deja que la Naturaleza se cuide a sí misma. Imagina que la Naturaleza está<br />
más allá de él, más allá de su comprensión, más allá de su control. Quizá le reza a la<br />
Naturaleza, a la fertilidad de la jungla que le provee de alimento. Reza porque sabe que<br />
no la controla. Está a merced de ella.<br />
«Pero usted decide que no estará a merced de la Naturaleza. Usted decide que la<br />
controlará y, a partir de ese momento, se encuentra con serios problemas, porque no<br />
puede hacerlo. Y, sin embargo, creó sistemas que exigen que usted lo haga. Y usted no lo<br />
puede hacer, y nunca lo hizo, y nunca lo hará. No confunda las cosas: usted puede<br />
fabricar un barco, pero no puede fabricar el océano. Usted puede hacer un avión, pero no<br />
fabricar el aire. Sus poderes son mucho menores de lo que sus sueños de raciocinio le<br />
hicieron creer.<br />
—Me he perdido —suspiró Hammond—. ¿A dónde fue Tim? Parecía un chico tan<br />
responsable...<br />
—Estoy seguro de que está tratando de conseguir el control de la situación —afirmó<br />
Malcolm—. Como todos los demás.<br />
—Y Grant también: ¿qué le ha pasado a Grant?<br />
Con Gennaro a la zaga, Grant llegó a la puerta trasera del centro para visitantes, a la<br />
misma puerta que había dejado veinte minutos atrás. Tiró del pomo: estaba cerrada.<br />
Entonces vio la lucecita roja. ¡Las puertas de seguridad estaban reactivadas! ¡Maldición!<br />
Corrió hasta el frente del edificio y pasó por las puertas principales, hechas añicos, hasta<br />
el vestíbulo principal, deteniéndose junto al escritorio del guardia en el que había estado<br />
antes. Pudo oír el siseo seco de su radio. Fue a la cocina, en busca de los niños, pero la<br />
puerta estaba abierta; los niños se habían ido.<br />
Fue al piso de arriba, pero llegó al panel de vidrio señalado con ZONA CERRADA y la<br />
puerta estaba trabada. Necesitaba una tarjeta de seguridad para ir más allá. No podía<br />
entrar.<br />
Oyó a los raptores gruñendo en alguna parte del pasillo.