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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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mantenimiento pero, en ese momento, vio el techo hacia su derecha, por encima de las<br />

palmeras.<br />

Fue hacia él; pasó a su lado; encontró la puerta; la abrió y entró: estaba muy oscuro.<br />

Tropezó con algo.<br />

Un zapato de hombre.<br />

Frunció el entrecejo. Apuntaló la puerta para que quedara completamente abierta y<br />

penetró más profundamente en el edificio. Vio una pasarela directamente ante él. De<br />

pronto, se dio cuenta de que no sabía a dónde ir. Y había dejado la radio atrás.<br />

—¡Maldición!<br />

Podría haber una radio en alguna parte del edificio de mantenimiento. O bien,<br />

sencillamente buscaría el generador; probablemente estaba en alguna parte abajo, en el<br />

piso inferior. Encontró una escalera que llevaba hacia abajo.<br />

En el nivel inferior estaba más oscuro y resultaba difícil ver algo. Gennaro avanzó a<br />

tientas entre las cañerías, manteniendo los brazos extendidos hacia arriba, para evitar<br />

golpearse la cabeza.<br />

Oyó el gruñido de un animal y quedó paralizado. Escuchó, pero el sonido no se repitió.<br />

Avanzó con cautela. Algo le goteó sobre el hombro y el brazo desnudo: era caliente, como<br />

agua. Lo tocó en la oscuridad.<br />

Pegajoso. Lo olió.<br />

Sangre.<br />

Miró hacia arriba: el velocirraptor estaba encaramado sobre los caños, sólo unos<br />

metros por encima de su cabeza. Le goteaba sangre de las garras. Con una sensación de<br />

extraña despreocupación, Gennaro se preguntó si el animal estaría herido. Y empezó a<br />

correr, pero el velocirraptor le saltó sobre la espalda, empujándole al suelo.<br />

Gennaro era fuerte: con esfuerzo, se quitó al animal de encima, lo sacudió de un golpe<br />

y rodó lejos de él sobre el hormigón. Cuando se volvió, vio que el raptor había caído sobre<br />

el costado, y yacía en el suelo jadeando.<br />

Sí, estaba lesionado. En la pata, por alguna razón.<br />

Mátalo.<br />

Gennaro se puso en pie, ayudándose con las manos, buscando un arma. El animal<br />

todavía estaba jadeando sobre el hormigón. Frenéticamente, Gennaro buscó algo,<br />

cualquier cosa, que pudiese usar como arma. Cuando se volvió, el velocirraptor se había<br />

ido. pero oyó resonar el gruñido en la oscuridad.<br />

Gennaro giró sobre sí mismo, describiendo un círculo completo, palpando alrededor<br />

con las manos extendidas. Y entonces sintió un dolor agudo en la mano derecha.<br />

Dientes.<br />

Le estaba mordiendo.<br />

El velocirraptor tiró bruscamente de la cabeza de Gennaro, y Donald Gennaro se vio<br />

levantado en vilo y cayó.<br />

Acostado en la cama, bañado en sudor, Malcolm escuchaba mientras la radio<br />

chasqueaba.<br />

—¿Hay algo? —preguntó—. ¿Reciben algo? —Ni una palabra —dijo Wu.<br />

—¡Demonios! —masculló Muldoon.<br />

Hubo un momento de vacilación.<br />

Malcolm suspiró:<br />

—No puedo esperar a oír el nuevo plan.<br />

—Lo que quisiera —dijo Muldoon— es hacer que todos fuesen al pabellón y se<br />

reagrupasen. Pero no veo cómo.<br />

—Hay un jeep frente al centro de visitantes —intervino Wu—. Si yo lo llevase hasta<br />

donde está usted, ¿podría meterse en él?<br />

—Quizá. Pero usted abandonaría la sala de control.

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