13.05.2013 Views

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

fue; uno de los dilofosaurios parecía sorprendido y, después, ululó. El otro ululó en<br />

respuesta al primero.<br />

La balsa se fue flotando río abajo.<br />

TIRANOSAURIO<br />

El jeep avanzaba dando saltos bajo un sol cegador. Muldoon conducía, con Gennaro a<br />

su lado. Estaban en campo abierto, alejándose de la densa línea de vegetación y<br />

palmeras que señalaba el curso del río, unos noventa metros hacia el Este. Llegaron a<br />

una elevación y Muldoon detuvo el vehículo.<br />

—¡Cristo, hace calor! —comentó, enjugándose la frente con el dorso del brazo. Bebió<br />

de la botella de whisky que tenía entre las rodillas; después se la ofreció a Gennaro.<br />

Gennaro negó con la cabeza. Contempló el paisaje, que centelleaba débilmente bajo el<br />

calor matinal. Después miró el ordenador y el monitor de televisión montados en el tablero<br />

de instrumentos: el monitor mostraba vistas del parque, tomadas por cámaras lejanas.<br />

Todavía no había señales de Grant y los niños. Ni del tiranosaurio.<br />

La radio chasqueó:<br />

—Muldoon.<br />

Muldoon levantó el receptor:<br />

—Sí.<br />

—¿Tiene el equipo que va montado en el tablero? He encontrado al rex: está en la<br />

cuadrícula 442. Y va a la 443.<br />

—Un momento —dijo Muldoon, ajustando el monitor—. Sí, lo tengo ahora. Está<br />

siguiendo el río.<br />

El animal marchaba a lo largo del follaje que tapizaba las márgenes del río, yendo<br />

hacia el Norte.<br />

—No se exalte con él. Tan sólo inmovilícelo.<br />

—No se preocupe —le tranquilizó Muldoon, entornando los ojos por el sol—, no voy a<br />

lastimarle.<br />

—Recuerde: el tiranosaurio es nuestra principal atracción —hizo hincapié Arnold.<br />

Muldoon apagó la radio con un chasquido de estática:<br />

—Maldito idiota: todavía está hablando de los turistas. —Puso en marcha el motor—:<br />

Vamos a ver a «Rexy» y a darle una dosis.<br />

El jeep avanzó traqueteando por el terreno.<br />

—Hace tiempo que estaba deseándolo —dijo Gennaro.<br />

—Hace tiempo que esperaba hacerle una trastada a ese gran bastardo —confesó<br />

Muldoon—. Y ahí está.<br />

Se detuvieron con tanta brusquedad que el jeep giró sobre sí mismo. A través del<br />

parabrisas, Gennaro vio el tiranosaurio directamente delante de ellos, moviéndose entre<br />

las palmeras que había a lo largo del río.<br />

Muldoon vació la botella de whisky y la tiró en el asiento de atrás. Tendió la mano para<br />

alcanzar sus tubos. Gennaro miró el monitor de televisión, que mostraba el jeep de ellos y<br />

el tiranosaurio: debía de haber una cámara de circuito cerrado en los árboles, en alguna<br />

parte allá atrás.<br />

—Si quiere ayudar —dijo Muldoon—, puede romper los sellos y abrir esos cartuchos<br />

que tiene a sus pies.<br />

Gennaro se inclinó y abrió una caja «Halliburton» de acero inoxidable. El interior estaba<br />

acolchado con espuma de goma. Cuatro cilindros, cada uno del tamaño de una botella de<br />

un cuarto de litro de capacidad, estaban alojados en la espuma. Todos llevaban el rótulo<br />

MORO-709. Gennaro extrajo uno.<br />

—Le rompe la punta y le atornilla una aguja —explicó Muldoon.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!