13.05.2013 Views

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Eran demasiado grandes. Tenían que ser cearadáctilos, grandes reptiles voladores de<br />

comienzos del cretáceo. Cuando estaban muy altos, parecían pequeños aeroplanos;<br />

cuando descendieron más, pudo ver que tenían una envergadura de casi cinco metros,<br />

con cuerpos cubiertos de pelambre y cabeza como de cocodrilo. Comían peces, según<br />

recordó. Sudamérica y México.<br />

Lex se hizo sombra en los ojos con la mano y alzó la vista hacia el cielo:<br />

—¿Nos pueden hacer daño?<br />

—No lo creo. Comen peces.<br />

Uno de los dáctilos descendió en espiral, una veloz sombra oscura que pasó como una<br />

exhalación junto a ellos, produciendo una corriente de aire caliente y dejando atrás un<br />

persistente olor agrio.<br />

—¡Uau! —exclamó Lex—. Son verdaderamente grandes. —Y después preguntó—:<br />

¿Está seguro de que no nos pueden hacer daño?<br />

—Muy seguro.<br />

Un segundo dáctilo se abalanzó sobre ellos, desplazándose más rápido que el primero.<br />

Llegó desde atrás, pasando como un relámpago sobre sus cabezas. Grant tuvo una fugaz<br />

visión de su pico dentado y del cuerpo peludo. Parecía un enorme murciélago, pensó.<br />

Pero quedó impresionado por el aspecto frágil de los animales: sus alas inmensas, de<br />

delicadas membranas rosadas, resultaban traslúcidas; todo reforzaba la imagen de<br />

delicadeza de los dáctilos.<br />

—¡Ay! —gritó Lex, apretándose el cabello—. ¡Me ha mordido!<br />

—¿Te qué? —Se sorprendió Grant.<br />

—¡Me ha mordido! ¡Me ha mordido! —Cuando retiró la mano tenía sangre en los<br />

dedos.<br />

En lo alto del cielo, dos dáctilos más plegaron las alas, desplomándose como pequeñas<br />

formas oscuras que caían hacia el suelo. Mientras se abalanzaban a tierra, producían una<br />

especie de alarido.<br />

—¡Vamos! —exclamó Grant, aferrando la mano de los chicos.<br />

Corrieron a través de la pradera, oyendo el alarido que se aproximaba, y se arrojó al<br />

suelo en el último momento, arrastrando a los chicos con él, mientras los dos dáctilos<br />

silbaban y chillaban al pasar sobre ellos, batiendo las alas. Grant sintió garras que le<br />

cortaban la camisa a lo largo de la espalda.<br />

Después se puso en pie, tirando de Lex para que hiciera lo mismo y corrieron con Tim<br />

algunos metros hacia delante, mientras, en lo alto, dos pájaros más giraban y se lanzaban<br />

sobre ellos en picado, aullando. En el último instante, Grant tiró de los niños para que<br />

cayeran al suelo, y las enormes sombras pasaron sobre ellos aleteando.<br />

—¡Puaj! —exclamó Lex, con repugnancia: Grant vio que estaba sucia con una veta<br />

producida por los excrementos blancos de los pájaros.<br />

Logró ponerse de pie:<br />

—¡Vamos!<br />

Estaba a punto de correr, cuando Lex lanzó un alarido de terror.<br />

Grant se volvió y vio que uno de los dáctilos la había apresado por los hombros,<br />

utilizando sus garras traseras. Las enormes alas coriáceas del animal, traslúcidas a la luz<br />

del sol, batían intensamente a ambos lados de la niña. El dáctilo estaba tratando de<br />

elevarse, pero Lex era demasiado pesada y, mientras pugnaba por levantarla, le<br />

propinaba repetidos golpes en la cabeza con su larga mandíbula puntiaguda.<br />

Lex gritaba, agitando los brazos con desesperación. Grant hizo lo único que se le<br />

ocurrió en el momento: corrió hacia delante y saltó hacia arriba, lanzándose contra el<br />

cuerpo del dáctilo. Lo derribó, haciendo que el animal cayera de lomo contra el suelo, y él<br />

cayó encima del peludo cuerpo. El animal chilló y lanzó mordiscos como tijeretazos; Grant<br />

movió la cabeza para esquivar las mandíbulas y se apoyó en el animal para alejarse,<br />

mientras las gigantescas alas batían alrededor de su cuerpo. Era como estar en una

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!