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PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas

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El doctor Grant le estaba mirando por el parabrisas frontal. Tim le vio levantar el<br />

micrófono del panel de instrumentos. Hubo un estallido de estática y, después, oyó la voz<br />

del doctor Grant:<br />

—¿Nos puedes ver aquí atrás?<br />

Tim tomó la radio que le daba Ed Regis:<br />

—Les veo.<br />

—¿Está todo bien?<br />

—Estamos bien, doctor Grant.<br />

—Quédense en el coche.<br />

—Lo haremos. No se preocupe. —Apagó la radio—. Está lloviendo a cántaros. Claro<br />

que nos quedaremos en el coche —resopló Ed Regis.<br />

Tim se volvió para mirar el follaje que había al lado del camino: visto con las lentes,<br />

tenía un color verde brillante electrónico y, más allá, pudo ver secciones de la cerca. Los<br />

Cruceros de Tierra estaban detenidos en la parte descendente de la ladera de una colina,<br />

lo que tenía que significar que se encontraban en algún lugar cerca del sector del<br />

tiranosaurio. Sería asombroso ver al tiranosaurio con esas lentes para visión nocturna.<br />

Algo verdaderamente emocionante Quizás el tiranosaurio se acercaría a la cerca y les<br />

miraría por encima de ella.<br />

Tim se preguntaba si los ojos le refulgirían en la oscuridad, cuando les viera en los<br />

coches.<br />

Eso sería estupendo.<br />

Pero no vio cosa alguna y, al cabo de un tiempo, dejó de mirar. Todos los que estaban<br />

en el coche quedaron en silencio. La lluvia hacía un ruido monótono sobre el techo del<br />

Crucero. Cortinas de agua bajaban por los lados de las ventanas. A Tim le resultaba difícil<br />

ver hacia fuera, incluso con las lentes.<br />

—¿Cuánto tiempo llevamos sentados aquí? —preguntó Malcolm.<br />

—No sé. Cuatro o cinco minutos.<br />

—Me pregunto cuál es el problema.<br />

—Quizás un cortocircuito debido a la lluvia.<br />

—Pero ocurrió antes de que la lluvia empezara a caer en serio.<br />

Hubo otro instante de silencio. Con voz tensa, Lex dijo:<br />

—Pero no hay relámpagos, ¿no? —Siempre le habían dado miedo los relámpagos, y<br />

ahora estaba sentada presa de los nervios, estrujando el guante de béisbol entre las<br />

manos.<br />

El doctor Grant dijo:<br />

—¿Qué ha sido eso? No lo recibimos del todo bien.<br />

—Sólo mi hermana hablando.<br />

—Ah.<br />

Una vez más, Tim escudriñó el follaje, pero no vio nada. Ciertamente nada tan grande<br />

como un tiranosaurio. Empezó a preguntarse si los tiranosaurios salían de noche. ¿Eran<br />

animales de hábitos nocturnos? Tim no estaba seguro de haber leído eso alguna vez.<br />

Tenía la sensación de que los tiranosaurios eran animales adaptados a todo clima, y tanto<br />

podían salir de día como de noche. La hora del día no le importaba a un tiranosaurio.<br />

La lluvia continuaba cayendo con gran intensidad.<br />

—Maldita lluvia —dijo Ed Regis—. Cae agua de veras.<br />

—Tengo hambre —repitió Lex.<br />

—Ya lo sé, Lex —dijo Regis—, pero estamos inmovilizados aquí, guapa. Los coches se<br />

mueven mediante electricidad que pasa por cables enterrados en el camino.<br />

—¿Inmovilizados durante cuánto tiempo?<br />

—Hasta que arreglen la electricidad.<br />

El sonido de la lluvia hacía que Tim se sintiera cada vez más amodorrado. Bostezó y se<br />

volvió para mirar las palmeras que había al lado izquierdo del camino, y le sobresaltó un

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