PARQUE JURÁSICO - Fieras, alimañas y sabandijas
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Delante de ellos vieron a los niños en el coche, señalando hacia el océano. Mar<br />
adentro, debajo de nubes cada vez más bajas, Grant vio el oscuro contorno del barco de<br />
suministros, que volvía hacia Puntarenas.<br />
—¿Por qué nos hemos detenido? —preguntó Malcolm.<br />
Grant encendió la radio y oyó a la niña diciendo, con excitación:<br />
—¡Mira ahí, Timmy! ¡Lo ves, está ahí!<br />
Malcolm miró el barco con los ojos entrecerrados:<br />
—¿Están hablando del barco?<br />
—Aparentemente.<br />
Ed Regis se apeó del coche de delante y fue corriendo hasta la ventanilla de los dos<br />
hombres:<br />
—Lo siento, pero los niños están completamente excitados. ¿Tienen prismáticos aquí?<br />
—¿Para qué?<br />
—La niña dice que ve algo en el barco. Una especie de animales.<br />
Grant tomó los prismáticos y apoyó los codos en el borde de la ventanilla del Crucero.<br />
Escudriñó la larga forma del barco de suministros. Estaba tan oscuro que la nave era casi<br />
una silueta. Mientras Grant observaba, las luces de navegación del barco se encendieron,<br />
brillantes en el oscuro crepúsculo rosado.<br />
—¿Ve algo? —preguntó Regis.<br />
—No —contestó Grant.<br />
—Están abajo —indicó Lex por la radio—. Mire muy abajo.<br />
Grant bajó los prismáticos, escudriñando la sección del casco que estaba justo por<br />
encima de la línea de flotación. El barco de suministros era muy ancho, con un borde<br />
antisalpicaduras que recorría toda la longitud de la nave. Pero ahora estaba bastante<br />
oscuro y Grant a duras penas podía discernir detalles.<br />
—No, nada...<br />
—Los puedo ver —insistió Lex, impaciente—. Cerca de la parte de atrás. ¡Mire cerca<br />
de la parte de atrás!<br />
—¿Cómo puede ver ella algo con esta luz? —preguntó Malcolm.<br />
—Los chicos pueden ver —dijo Grant—. Tienen una agudeza visual que olvidamos que<br />
alguna vez tuvimos.<br />
Llevó los prismáticos hacia la popa, desplazándolos con lentitud y, de repente, vio los<br />
animales: estaban jugando, lanzándose con rapidez entre las estructuras de la popa, que<br />
sólo se veían en silueta. Grant sólo pudo verlos en forma breve pero, incluso a la luz cada<br />
vez menos intensa del día, pudo reconocer que andaban erectos, tenían unos sesenta<br />
centímetros de alto y que se erguían con rígidas colas que los equilibraban.<br />
—¿Los ve ahora? —preguntó Lex.<br />
—Los veo —contestó Grant.<br />
—¿Qué son?<br />
—Son velocirraptores —informó Grant—. Dos, por lo menos. Quizá más. Ejemplares<br />
jóvenes.<br />
—¡Jesús! —exclamó Ed Regis—. Ese barco va a tierra firme.<br />
Malcolm se encogió de hombros y sugirió:<br />
—No se excite. Llame sencillamente a la sala de control y dígales que hagan que<br />
vuelva el barco.<br />
Ed Regis metió la mano en el coche y aferró la radio, tomándola del tablero de<br />
instrumentos: oyeron una estática sibilante, así como chasquidos, cada vez que Regís<br />
cambiaba de canal con rapidez.<br />
—Algo anda mal en éste —dijo—. No funciona.<br />
Salió corriendo hacia el primer Crucero de Tierra. Le vieron hundir la cabeza dentro del<br />
vehículo. Después, les miró: