1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas
1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas
1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
azucarado cuando se la estimula. Además, tiene otras muchas pequeñas glándulas<br />
en la piel productoras de aminoácidos. Las hormigas consumen con predilección<br />
esas sustancias, y a esa oruga en lugar de despedazarla la protegen con gran<br />
solicitud. Construyen un pequeño refugio para ella en el que pasa la noche; la<br />
acompañan cuando sale por la mañana a alimentarse, corriendo a su alrededor e<br />
incluso subiéndosele encima; si se acerca una avispa depredadora o una araña, la<br />
ahuyentan lanzándole ácido fórmico. Todo ello para poder ordeñarla estimulando<br />
su glándula dorsal y obtener así el líquido azucarado y peinarle la piel para recoger<br />
las partículas de aminoácidos. Parece claro que las hormigas explotan a la oruga<br />
igual que un ganadero a una vaca.<br />
Pero la oruga también se beneficia de esta situación. Si se ponen orugas de esta<br />
especie en un árbol donde no haya hormigas, son capturadas por un depredador u<br />
otro. En experimentos realizados para valorar ese riesgo, se utilizaron varios<br />
centenares de orugas de la mariposa azul del roble, y ni una sola sobrevivió.<br />
Entonces, ¿es la oruga beneficiaria pasiva de los desvelos de la hormiga o toma un<br />
papel más activo en la relación? La clave a esta cuestión la da un detalle de su<br />
anatomía. Tiene un par de pequeñas plumas en el dorso que al levantarse<br />
desprenden un cierto olor. Aún más, emite un sonido sordo retumbante que se nota<br />
como una vibración tomando la oruga en la mano. Ambas señales atraen a las<br />
hormigas. Pueden servir incluso como señales de identificación que indiquen a las<br />
hormigas que esa oruga no es de las que se comen sino de las que hay que cuidar.<br />
De esta forma quizá habría que ver a la oruga no tanto como una vaca atendida por<br />
ganaderos, sino como un gordo emperador que ha reclutado una guardia<br />
mercenaria de guerreros armados a los que paga con raciones diarias de comida.<br />
Sin embargo, una relación equilibrada como ésta puede transformarse en otra en<br />
que una parte explota a la otra y no da nada a cambio. Las mismas hormigas verdes<br />
se asocian con otra oruga, pariente cercana a la anterior. Ésta no tiene la piel<br />
blanda sino que está protegida de los pies a la cabeza por un escudo marrón<br />
ovalado. No es ni una vaca ni un emperador: es un tanque. Este extraño insecto se<br />
abre paso hacia el nido de hojas de las hormigas arborícolas avanzando, con los<br />
bordes del caparazón tan cerca de la superficie de la hoja sobre la que se arrastra,<br />
que las hormigas no pueden meterse debajo y atacar sus partes blandas, ni<br />
tampoco sus mandíbulas causan el menor efecto en la coraza de la oruga. De esta<br />
forma la oruga llega a la parte del nido donde están las larvas de las hormigas;<br />
cuando se encuentra junto a una, levanta un lado del escudo y lo cierra de nuevo<br />
con la infortunada larva atrapada dentro. Luego, bien protegida por su coraza<br />
invulnerable, la devora.<br />
El intruso pasa el resto de su existencia como oruga dentro del hormiguero,<br />
alimentándose de esta manera. Las hormigas no pueden hacer nada para detenerla<br />
ni pueden expulsarla. Allí se transforma en crisálida y allí, rodeada de hormigas,<br />
surge la mariposa adulta. Parece llegado el momento en que las hormigas,<br />
agresivas y bien armadas, podrán tomar venganza. La mariposa ya no dispone de<br />
ningún escudo, sin embargo, posee otra forma de protección. Tiene las alas, el<br />
cuerpo y las patas recubiertas de unas escamas blancas muy sueltas que se<br />
desprenden cuando las hormigas la atacan, haciendo imposible que la puedan<br />
coger; de esta forma la mariposa las burla y escapa hacia el mundo exterior.<br />
Si existe gran disparidad de tamaño entre los partícipes de la relación, cada uno