13.05.2013 Views

1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas

1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas

1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

invención arquitectónica más espectacular. Anillos formados por láminas verticales<br />

de hasta quince centímetros de ancho, dispuestos en torno a la columna cubren el<br />

techo. En realidad no son anillos separados sino una espiral continua con las<br />

vueltas separadas unos tres centímetros. Su borde inferior presenta unos agujeros<br />

como de encaje y su color es blanco a causa de los depósitos salinos. Esta delicada<br />

estructura, hecha de barro seco, absorbe a través del techo la humedad del nido que<br />

tiene encima, la cual a su vez se evapora en la superficie de la espiral; es entonces<br />

cuando se depositan las sales. Lo fundamental es que el proceso de evaporación<br />

refrigera el aire circundante y hace del sótano el lugar más fresco de todo el<br />

termitero. El calor generado por los jardines de hongos y los termes en la parte<br />

principal del nido, situada sobre la placa basal, hace que el aire ascienda a través de<br />

galerías y cámaras hasta que alcanza los grandes espacios de la parte superior del<br />

termitero, en el interior de las torres. De allí parten unas chimeneas que recorren el<br />

termitero cerca de la pared exterior atravesando la placa basal hasta el sótano.<br />

Mientras sigue subiendo aire caliente por el centro del termitero, el aire de la parte<br />

alta se ve obligado a bajar por esas chimeneas periféricas hacia el sótano, más<br />

fresco. Las paredes exteriores de las chimeneas están hechas de un material poroso,<br />

atravesado en ciertos lugares por pequeñas galerías que terminan muy cerca de la<br />

pared exterior, de forma que los gases se pueden difundir a través de ella. Mientras<br />

el aire viciado pasa por las chimeneas, el dióxido de carbono sale al exterior y el<br />

oxígeno entra. Para cuando el aire llega al sótano, se ha renovado y allí se refresca.<br />

Con esta ingeniosa estructura, basada en un principio simple pero complejo, en su<br />

plasmación arquitectónica, las termitas belicosas mantienen sus plantaciones de<br />

hongos permanentemente a unos 30 o 31 o C, la temperatura que el valioso hongo<br />

requiere.<br />

Si las dimensiones de este termitero se trasladaran a proporciones humanas,<br />

suponiendo que cada obrera fuera del tamaño de una persona, esta sorprendente<br />

fortaleza tendría un kilómetro y medio de altura. Si tuviéramos que construir un<br />

edificio de tal magnitud –lo cual jamás se ha intentado– es fácil imaginar el ejército<br />

de arquitectos e ingenieros, los volúmenes de planos, las baterías de ordenadores,<br />

los regimientos de maquinaria que necesitaríamos. Pues bien, ese millón de<br />

termitas construye su equivalente de forma coordinada en la oscuridad total. Cada<br />

insecto, ciego y con un cerebro minúsculo, sabe dónde tiene que poner sus pellas de<br />

barro para fabricar guarderías, columnas de soporte, cámaras de habitación,<br />

jardines, chimeneas, paredes defensivas y esa extraordinaria lámina refrigerante en<br />

espiral.<br />

Como pasa con otros muchos de los edificios construidos por arquitectos<br />

animales, tenemos muy poca idea de cómo lo hacen.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!