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1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas

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estar preparado para la puesta. Los picos carpinteros, acostumbrados a extraer su<br />

alimento de la madera, tienen pocas dificultades en perforar cámaras de incubación<br />

en los troncos. Hacen unos huecos tan habitables que a menudo otros animales,<br />

carentes de las herramientas necesarias para la carpintería pero robustos y<br />

dispuestos, como rapaces nocturnas y ardillas, expulsan a los picos para instalarse<br />

ellos mismos.<br />

Algunos reptiles también hacen túneles. La tortuga gófer, que vive en los<br />

desiertos del sudoeste de Estados Unidos, necesita uno para refugiarse del calor del<br />

mediodía, y lo construye en el suelo reseco con lentos manotazos de sus patas<br />

delanteras acorazadas. Los túneles de estas tortugas son tan largos –hasta doce<br />

metros– que, a juzgar por el lento sistema de excavación, tienen que ser obra de<br />

varias generaciones, tal vez con centenares de años de antigüedad.<br />

Los pequeños mamíferos también son grandes excavadores. Las ratas canguro y<br />

las liebres se introducen en sus madrigueras para protegerse del calor, igual que la<br />

tortuga; las hienas y los lobos ocultan en ellas a sus crías; los tejones y los<br />

armadillos dormitan allí durante el día después de sus expediciones nocturnas; y<br />

los ratones y conejos se encuentran en su interior a salvo de la mayor parte de sus<br />

enemigos.<br />

Pero las madrigueras con una sola salida también llegan a ser trampas mortales.<br />

Un animal que viva en ellas puede quedar acorralado con suma facilidad, y muchos<br />

de sus habitantes toman medidas para reducir ese riesgo. Los cascanueces, que<br />

nidifican en huecos de árboles, hacen más estrecha su entrada añadiendo pegotes<br />

de barro, de forma que nadie mayor que ellos mismos pueda entrar; ni siquiera el<br />

pico de una urraca en busca de pollos puede alcanzar a los que hay en el nido. Los<br />

calaos van aún más lejos; cuando la hembra se pone a empollar los huevos, el<br />

macho lleva trozos de tierra humedecidos con su saliva, con los cuales ambos<br />

tapian la entrada hasta que sólo queda una pequeña rendija. Durante las siguientes<br />

semanas el macho pasa alimento para toda la familia a través de la rendija, hasta<br />

que la hembra derriba la pared y colabora a recolectar el alimento, cada vez más<br />

abundante, que requieren los pollos para su crecimiento. Después de salir la madre,<br />

los mismos pollos reconstruyen la pared; hasta que no tienen todas las plumas y<br />

están a punto de volar, no la derriban para marcharse.<br />

Quizá la madriguera más protegida de todas es la de la araña excavadora. Ésta<br />

tiene unos tres centímetros de longitud y construye una madriguera en la tierra<br />

blanda de unos quince centímetros de profundidad. Con su seda forra las paredes y<br />

también reúne partículas de tierra para formar una tapa circular de unos dos<br />

centímetros de diámetro, que fija con un gozne también de seda y lastra con<br />

piedrecitas para que cierre por su propio peso. Como la tapa está hecha con<br />

materiales del lugar, se confunde perfectamente con los alrededores y su borde<br />

biselado encaja tan bien que es casi imposible descubrirla. Durante el día, la araña<br />

no delata la presencia de su agujero. Sólo hacia el anochecer levanta un poco la tapa<br />

y se asoma para ver si la oscuridad ha llegado ya; cuando cae la noche, abre la tapa<br />

y saca sus dos patas delanteras fuera del túnel. Si un insecto pasa cerca, lo captura y<br />

lo introduce rápidamente en su madriguera, la puerta se cierra sola y la araña<br />

puede consumir su presa con tranquilidad.<br />

Esta morada es tan segura que la araña hembra, una vez la ha construido, nunca<br />

la abandona. A veces, incluso se encierra dentro: la araña al crecer tiene que

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