1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas
1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas
1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
cuerpo las líneas del campo magnético terrestre.<br />
Muchos animales tienen que realizar largos viajes a través de territorio<br />
desconocido durante el transcurso normal de su vida. Algunos peces migran cada<br />
año a grandes distancias. El salmón atlántico freza en los ríos europeos. La<br />
velocidad a la que crecen los alevines varía bastante. En los fríos ríos escandinavos,<br />
donde el alimento es escaso, pueden tardar seis o siete años en alcanzar una<br />
longitud de diez centímetros. En el sur de Inglaterra suelen tardar un solo año.<br />
Pero cuando alcanzan este tamaño, empiezan a descender río abajo. El viaje es<br />
lento, porque los pequeños peces hacen poco más que dejarse arrastrar por la<br />
corriente. Para empezar, sólo viajan de noche y muchas veces no recorren ni dos<br />
kilómetros. Tras varias semanas, llegan al mar y allí empiezan a nadar de forma<br />
más decidida en busca de alimento. Después de varios años, cuando han alcanzado<br />
el tamaño adulto, retornan a los ríos para reproducirse.<br />
Su viaje de ida fue fácil. La vuelta está llena de obstáculos. Tienen que nadar<br />
contra la corriente del río; quizá tengan que remontar saltos de agua, pero, con<br />
muy pocas excepciones, consiguen llegar al mismo tramo del río donde nacieron.<br />
Para conseguirlo, utilizan un sentido del olfato muy refinado. Los orificios nasales<br />
(narinas) de los peces no están relacionados en absoluto con la respiración sino que<br />
son tubos en forma de U que contienen células olfativas detectoras de sustancias<br />
disueltas en el agua. Cada río tiene su propia mezcla única de minerales disueltos,<br />
vegetación en descomposición y el efluvio de su comunidad específica de<br />
habitantes. El salmón puede reconocer este cóctel, primero de forma general en el<br />
agua salobre de un estuario y luego con precisión creciente a medida que se<br />
introduce en afluentes cada vez menores, hasta que por fin llega a los remansos que<br />
cumplen las condiciones requeridas por sus narinas. Sólo entonces se detiene para<br />
desovar.<br />
Una especie de langosta efectúa la puesta en los arrecifes de coral de Florida y de<br />
las Bahamas. Pero cuando la primera tormenta de otoño remueve el agua,<br />
abandonan sus escondrijos del arrecife y se reúnen en gran número. Forman<br />
entonces una fila de hasta cincuenta individuos en columna de uno en uno, cada<br />
uno de ellos tocando el abdomen del que le precede con las antenas, y parten a<br />
través del fondo arenoso hacia aguas más profundas. En ellas evitarán los embates<br />
de las tormentas que se avecinan y, además, debido a que las temperaturas son más<br />
bajas, sus procesos corporales se harán más lentos y gastarán menos energía en<br />
una época del año en que encuentran poco alimento. Su sistema de navegación<br />
puede ser la búsqueda constante de aguas algo más frías y también puede ser que<br />
se orienten por la dirección de las olas y el tipo de ondulaciones de la superficie del<br />
agua. El desplazarse en hilera reduce la resistencia del agua para todos menos para<br />
el que va delante. También les otorga protección al aventurarse a través de los<br />
fondos de arena llanos, donde no hay lugar para esconderse. Si son atacadas por<br />
uno de sus principales enemigos, el pez ballesta, la columna se rompe y forman<br />
círculos con las pinzas hacia fuera, como una caravana del Lejano Oeste atacada<br />
por los indios.<br />
Una necesidad similar de ir en busca de temperaturas más bajas es la que<br />
impulsa a la mariposa bogong de Australia cuando emprende su migración. En<br />
primavera las orugas se alimentan en las praderas herbáceas del sur de Queensland<br />
y Nueva Gales del Sur. A medida que el año avanza hacia el verano se transforman