13.05.2013 Views

1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas

1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas

1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

de orientarse en la oscuridad. Las salanganas, pequeñas aves parecidas a vencejos<br />

que viven en el sudeste asiático y en Australia, nidifican en cuevas. Las aves<br />

nocturnas, como los búhos, que dependen de sus ojos en extremo sensibles para<br />

volar con la luz más tenue, pueden volar en las partes de la cueva más cercanas a la<br />

entrada; algunas especies de salangana nidifican en cámaras tan profundas que no<br />

llega la menor luz. Allí las rapaces nocturnas estarían en el suelo completamente<br />

indefensas. Pero las salanganas vuelan sin temor y sin equivocarse a través de la<br />

oscuridad porque tienen otro sentido con el que guiarse.<br />

Cuando entran en la cueva empiezan a emitir una serie de chasquidos muy<br />

agudos cuya frecuencia varía. En una gran cámara espaciosa emiten sólo cuatro o<br />

cinco por segundo; cuando se aproximan a las paredes de roca y tienen que saber<br />

dónde están para no chocar con ellas, aumentan la frecuencia de los chasquidos,<br />

hasta llegar a veinte por segundo, y el sonido se convierte a nuestros oídos en un<br />

castañeteo casi continuo. El tiempo que tarda el sonido de cada chasquido en<br />

rebotar de la roca al ave, le permite a la salangana calcular a qué distancia se<br />

encuentra de la pared.<br />

Para que este sistema funcione, el chasquido tiene que ser corto para que el eco<br />

llegue antes de que salga el próximo chasquido y lo oculte. El ave debe saber<br />

también en qué dirección se encuentra el obstáculo que produce el eco. Para ello,<br />

calcula la diferencia de intensidad del sonido en cada oído y la diferencia<br />

infinitesimal de tiempo que tarda el eco en alcanzar un oído antes que el otro.<br />

Todo esto requiere unos aparatos muy sensibles. Pero la técnica de la salangana<br />

es burda comparada con la de los murciélagos, que han depurado todos los<br />

aspectos del sistema. En primer lugar el tono del sonido: cuanto más alto sea,<br />

menor superficie revela su eco. A veces las personas pueden oír algún grito de<br />

murciélago, sobre todo cuando son jóvenes y tienen el oído agudo, pero eso son las<br />

vocalizaciones sociales de los murciélagos. Los sonidos utilizados para la<br />

navegación son de frecuencia tan alta que entran en la gama de los ultrasonidos,<br />

muy alejados de la capacidad auditiva humana. Algunos son tan altos que permiten<br />

al murciélago detectar la presencia en su camino de un hilo no más grueso que un<br />

cabello humano.<br />

En segundo lugar, la intensidad del sonido. Cuanto más fuerte sea, podrá<br />

detectar objetos más lejanos, y los murciélagos producen sonidos que, si se<br />

tradujeran a frecuencias que pudiéramos oír, sonarían tan fuerte como un martillo<br />

neumático. Esto, sin embargo, ocasiona una gran complicación. Es tan fuerte, que<br />

si los murciélagos tuvieran que oírlo, sus oídos hipersensibles, ajustados para<br />

percibir el más débil de los ecos, resultarían severamente castigados. La solución a<br />

este problema la da un músculo del oído medio, unido a uno de los tres huesecillos<br />

que transmiten las vibraciones desde el tímpano al oído interno, que, a su vez, los<br />

convierte en estímulos nerviosos. Cada vez que se emite un chasquido, el músculo<br />

aparta el hueso, de forma que el tímpano queda por un momento desconectado,<br />

luego el hueso vuelve a su lugar a tiempo para recibir el eco. Esto lo puede hacer<br />

más de cien veces por minuto en perfecta sincronización con los gritos.<br />

En tercer lugar, cuanto más deprisa se emitan los gritos, mayor información<br />

reciente recibirá el murciélago mientras esquiva los obstáculos de las cuevas y<br />

maniobra entre las ramas y lianas de la selva en tinieblas. Algunos murciélagos<br />

pueden lanzar un torrente de doscientos chasquidos en un segundo, con una

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!