1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas
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hembra después de la cópula llegan a uno de ellos, pronto se pondrá a seguirla.<br />
Puede que descubra que el macho que la está escoltando es mayor que él, y<br />
entonces ése va a ser el final del caso. Pero si él es el mayor, expulsará al macho<br />
pequeño y él se apareará con ella. Tan pronto como lo ha hecho, la hembra repite<br />
de nuevo su llamada retumbante. Ésta puede ser escuchada por otro macho que<br />
puede ser incluso mayor. Muchas cópulas más tarde, cuando se aproxima el final<br />
de sus seis días de receptividad sexual, tendrá a su lado al macho mayor de varios<br />
kilómetros a la redonda. Tan sólo entonces, en su interior un óvulo se desplazará<br />
desde su ovario hasta el oviducto. Sólo ahora estará apta para concebir.<br />
Las leonas, como los elefantes, viven en grupos familiares de hermanas, hijas y<br />
sus jóvenes. Los machos, o bien solos, o en grupos de dos o tres, se instalan con<br />
ellas. Pero pueden aparecer otros machos que desafíen a los residentes por el<br />
privilegio de permanecer con la familia de leonas. La aceptación de los recién<br />
llegados, una vez ganada la batalla y tomado el poder, está precedida por una<br />
carnicería. Los machos victoriosos matan a los jóvenes cachorros lactantes. Las<br />
hembras, sin bocas hambrientas que aprieten sus mamas, cesan de producir leche y<br />
entran de nuevo en celo. Entonces, los nuevos machos se aparean con ellas.<br />
La explicación de este comportamiento, tan horrible para nosotros, es que el<br />
león, como todos los individuos animales, está preocupado no por el bien de la<br />
especie como un todo, sino por la propagación de su propia descendencia<br />
particular, de sus propios genes. Los cachorros apadrinados por otros no tienen<br />
lugar en su afecto o apoyo. Es sólo lo suyo lo que desea perpetuar. Desde el<br />
momento en que está siendo incitado a comportarse de esta forma por influencia<br />
de sus genes, puede decirse que son los genes por sí solos los que están trabajando<br />
de forma autosuficiente para asegurar su propia supervivencia.<br />
Estas matanzas de jóvenes no emparentados llevadas a cabo por machos ocurren<br />
entre muchos animales. Los monos langures se comportan de esta forma. Su<br />
organización social, como la de los leones, está basada en grupos de hembras con<br />
sus jóvenes que están atendidas por un pequeño grupo de machos. Pocos de ellos<br />
permanecen largo tiempo con las hembras. Después de dos o tres años serán<br />
expulsados por otro grupo de machos y, una vez más, las muertes siguen a la toma<br />
de posesión. Los bebés son arrebatados cuando sus madres están despistadas y son<br />
muertos con un rápido mordisco. Cabría pensar que una hembra afligida tendría<br />
poco que hacer con el asesino de su bebé, pero no es así. Dentro de algunos días, a<br />
veces en horas, copulará con él.<br />
Para un macho, la necesidad u oportunidad de destruir sus hijastros sólo puede<br />
ocurrir entre animales que tienen una larga gestación o cuyos jóvenes permanezcan<br />
dependientes por un tiempo considerable. Para la mayoría de los animales, éste no<br />
es el caso. Entonces la tarea reproductiva más importante del macho se limita a<br />
asegurar que es su esperma y no otro el que fertiliza los óvulos de la hembra. Pero<br />
incluso esto no es fácil de conseguir.<br />
El macho de pez sol de bandas corteja la hembra entre los corales de un arrecife<br />
tropical mediante un gran espectáculo de temblores de aletas y colores<br />
relampagueantes. Si ve otro macho aproximándose, se lanza hacia él, lo echa fuera<br />
y después regresa para danzar en torno a la hembra, induciéndola a desovar. Pero<br />
cuando los dos van juntos, un tercer macho puede aparecer entre el coral donde<br />
estaba vagando, se desliza junto a la hembra, inyecta su esperma sobre los huevos y