1. Llegando - Fieras, alimañas y sabandijas
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Un grupo de aves conocidas como jardineros, que están muy emparentadas con<br />
las aves del paraíso, desarrollaron una técnica especial de cortejo que evita estas<br />
desventajas. Viven en Nueva Guinea y norte de Australia. Aunque algunas tienen<br />
crestas, no poseen grandes plumas complicadas. Por el contrario, realizan sus<br />
exhibiciones con objetos brillantemente coloreados que recogen del bosque<br />
cercano. Cada jardinero tiene su propio gusto estético y cada uno construye su<br />
particular diseño de vitrina para exponer sus tesoros.<br />
Existen cuatro tipos principales de estas construcciones. El más simple lo hace el<br />
jardinero de pico dentado, también conocido como el constructor de plataformas,<br />
una criatura marrón sin más atractivos y del tamaño de una grajilla. Limpia un área<br />
del suelo del bosque de hasta dos metros y medio de largo, retirando todos los<br />
desperdicios, de manera que parece como si se hubiera barrido con una escoba.<br />
Incluso limpia la base de los arbolitos que pudieran estar creciendo en él. Entonces<br />
corta hojas de una clase particular de árbol, serrando cada pedúnculo con su pico<br />
dentado. Para recolectar sólo una puede necesitar hasta un cuarto de hora. Las<br />
utiliza para alfombrar su pista de baile, dejándolas con su parte inferior hacia<br />
arriba, de forma que su palidez destaque en la oscuridad del bosque. Al finalizar,<br />
puede haber depositado hasta cien hojas en este estrado. Cada día saca fuera<br />
aquellas que se marchitan, depositándolas en el bosque, justo a continuación de la<br />
plataforma; cada mañana trae nuevas hojas para reemplazarlas. Una vez que la<br />
plataforma está adornada a su satisfacción, se sienta en un árbol por encima de<br />
ella, cantando. Si aparece una hembra, revolotea hasta la plataforma y se exhibe<br />
arrastrándose, agachado, abriendo las alas y sacudiendo la cola.<br />
El jardinero de Archbold construye unas glorietas de otra clase. Limpia unas<br />
avenidas a través del suelo del bosque, que decora con montones de alas de<br />
escarabajos, conchas de caracol, bayas y pedacitos de resina de color ámbar<br />
proveniente de los helechos de los árboles. Incluso, de manera significativa, los<br />
adornará con las plumas de muda de las aves del paraíso.<br />
Un tercer grupo construye unos emparrados con dos paredes de ramitas<br />
paralelas de 30 cm de alto y 30 de separación, entrelazando las ramitas que lo<br />
forman con tanto cuidado como cualquier ave al construir su nido. Al final de este<br />
corredor, amontona sus joyas. Los jardineros moteados se muestran partidarios de<br />
las cosas blancas: piedrecitas, conchas, huesos calcinados, pequeños cristales. Los<br />
jardineros lisos las prefieren azules: plumas de cotorras, bayas y, cuando están<br />
cerca de los asentamientos humanos, plástico azul. Para embellecer su jardín, el<br />
liso incluso llega más lejos. Con el pico pinta las paredes interiores con bayas azules<br />
trituradas.<br />
El cuarto tipo de jardinero es todavía más sofisticado. Con palos levanta unas<br />
construcciones altas alrededor de los troncos de pequeños árboles. El jardinero de<br />
Mac Gregor erige una única torre, con un sendero en la tierra cercado en torno a la<br />
base, alrededor de la cual danza como si fuera el poste de una fiesta de la<br />
primavera. El jardinero dorado construye dos torres, usando un par de arbolillos<br />
vecinos y construyendo una muralla de palos entre ellos para formar una silla de<br />
montar que decora con pálidos mechones de liquen. Y el más complejo de todos, el<br />
jardinero común, usa el tronco de un pequeño árbol como pilar central para<br />
sostener las raíces de una cabaña cónica, de 90 cm de alto y 150 de ancho. Delante<br />
de la entrada deposita un lecho de musgo verde que ha arrancado, y en él coloca