De ALTAMIRA al - Fiestabrava

Evolución Fiesta Brava
blanca del Sur; Egipto quedaba unificado. Si
bien cabe preguntarse: ¿Con quién arrancó
la Primera Dinastía?. El egiptólogo francés
Amelineau (Emilio Clemente), nacido en La
Chaize-Giraud, distrito de Vendèe (1850-
1915), catedrático de Historia de las religiones
de Egipto en la Escuela de Estudios superiores
de Francia, y que se dedicó especialmente
a la literatura copta y a la historia del
Egipto cristiano, descubrió en la ciudad de
Abydos los sepulcros de los faraones de la I
a la III dinastías. Sostuvo con Maspero viva
polémica, porque creía que Osiris, Horus y
Sit fueron reyes de carne y hueso, divinizados
después de su muerte.
Sobre los mismos años (3.000 a. C.)
se dio un verdadero culto al toro en toda Creta.
Este culto consistía en burlar la agresividad
del animal por medio de la habilidad e inteligencia
humana: nació el toreo. Estas prácticas
se utilizaron como deporte y rito religioso,
como podemos observar en el toro del
palacio de Knosos (1.500 adC.), conocido
como «El Toreador.» Desde entonces el toreo
era ya una fuerza del espíritu.
Durante el Imperio Sirio (720 adC.),
cuando ejercía como rey Sargón II (722-705)
-que tan pronto subió al poder atacó y tomó
la ciudad de Samaria, y mediante la expulsión
de la mayor parte de la población, extinguió
literalmente el reino de Israel-, el toro fue
representado en la escultura de piedra caliza
«Khorsabas», simbolizando al hombre con
alas y cabeza de toro.
Con respecto al citado reino de Israel,
éste fue restaurado por Ezequías, rey de Judá,
hijo Acaz y de Abí, nacido por los años 750 y
muerto en 692 adC. De él dice la Biblia que
hizo lo bueno delante del Señor y fue uno de
los más valientes y virtuosos que hasta
entonces habían gobernado en Judea. Venció
a los filisteos, sacudió el yugo por decenios
de los asirios negándose a pagar el tributo
que les pagaba su padre, fortificó Jerusalén
y formó alianza con los reyes de Egipto y de
Etiopía.
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TOMO I
Precisamente, el año 750 adC.,
puede considerarse como la fecha en que
se iniciaron de forma masiva las invasiones
de los celtas a España y, probablemente, su
penetración continuó a lo largo de varios
siglos. Con ellos llegaron el culto al sol y las
primeras artes taurinas. Por lo general, se
asentaron en los lugares ocupados anteriormente
por grupos de población más o menos
aborigen, constituyendo una casta militar
dominadora, que de hecho llegó a ser
absorbida debido a su menor importancia
numérica. Su cultura era relativamente pobre,
apareciendo a un nivel más bajo, por ejemplo,
que la de los íberos.
Para completar aun más la ya larga
cronología reseñada, enriquecemos los datos
expuestos sobre la Antigua Mesopotamia,
para describir una nueva representación
artística del toro, aparecida en la puerta de
Ishtar, entrada principal a la capital, durante
el gobierno de Nabudoconosor (606-562
adC.); puerta construida en honor de la
máxima diosa del panteón babilónico, del
amor y la guerra, la que pidió al padre de los
dioses, Aru, enviara el «toro celeste» para que
eliminara a Gilgamés, que había rechazado
su amor. Los muros de las dos torres que
flanqueaban la famosa puerta, como puede
Persia: Fragmentos del Paraíso,
exposición en la ciudad de México.
El PUERTO de SANTA MARÍA