Evolución Fiesta Brava 66 RESUMEN y COMENTARIOS, El famoso «Guernica», del insigne Picasso. TOMO I El PUERTO de SANTA MARÍA
TOMO I 123456789 123456789 e D 123456789 123456789 123456789 123456789 123456789 123456789 123456789 El PUERTO de SANTA MARÍA Evolución Fiesta Brava HASTA la ERA CRISTIANA cuanto hemos reseñado se desprende una idea, una re<strong>al</strong>idad y unos hechos, hasta cierto punto irrefutables: Que, prácticamente, en todas las 123456789 religiones primitivas del Viejo Mundo, se encuentran representaciones artísticas del toro, «símbolo de la tierra madre y del cielo padre -según el filólogo D. José María Garzón Rubio-, que Picasso, como otros muchos artistas desde el Cuaternario, han representado <strong>al</strong> uro primitivo y a todos sus descendientes a lo largo de las distintas épocas pre e históricas-artística, mitificándolo y <strong>al</strong> mismo tiempo mitificándose.» Muchas dotes natur<strong>al</strong>es tiene el toro para que haya sido para los hombres desde los tiempos ancestr<strong>al</strong>es un anim<strong>al</strong> sagrado, cuya casi sobrenatur<strong>al</strong> condición de fuerza y nobleza, la de ser un anim<strong>al</strong> grande, silvestre, libre y hasta errante, siempre ajeno -hasta hace tres siglos- a la tiranía humana. Esas serían las razones, por un lado, para que los artístas se fijaran en él, y, por el otro, para que los hombres primitivos creyeran adivinar en él a un ser peligroso que le disputaba el dominio del mundo; «por lo tanto, <strong>al</strong> concebir el toro como enemigo a vencer no le quedaba otra <strong>al</strong>ternativa que la eliminación física o simulada de su oponente, cazándolo o capturándolo, t<strong>al</strong> y como hicieron Enkidu y Gig<strong>al</strong>més con el toro celeste, y ello originó una lucha trágica y despiadada, un continuo medir de fuerzas el uno contra del otro», naciendo la Tauromaquia. Pero en todo esto hay muchísimo más y todo constituye un gran misterio, de unas dimensiones muy difíciles delimitar, ya que está <strong>al</strong>imentado por el fervor de una masa humana que vive la Fiesta de Toros, en su mayoría, sin saber el por qué. Ofrecemos seguidamente datos que de una forma u otra quedaron como relegados y que vienen a resumir y comentar hechos como que en el período Neolítico, en el que aparecen utensilios a base de piedra más pulimentada, hacia el año 5.900 a. C., y, concretamente, en la cultura Cot<strong>al</strong> Hüyük, en la región de Anatolia, aparecen en los santuarios cabezas de toros, no solamente en las paredes de los mismos, sino en bancos y asientos, para proteger a sus habitantes del m<strong>al</strong>. «Si regresamos -nos dice Garzón Rubio- a la Edad de Bronce español, aunque en muy poca escultura en la misma, en las Islas B<strong>al</strong>eares nos ofrecen <strong>al</strong>gunos preciosos ejemplares de gran interés, como en el caso de la cabeza de toro de Costitx, fundida en bronce, que deja <strong>al</strong> descubierto una técnica artísistica y de un dominio técnico de la fundición de una escultura meg<strong>al</strong>ítica que nos lega construcciones muy origin<strong>al</strong>es, haciéndonos pensar en las <strong>al</strong>abanzas a dicho anim<strong>al</strong>.» El culto <strong>al</strong> toro s<strong>al</strong>tó del lejano Oriente -en la India la vaca sigue siendo un anim<strong>al</strong> sagrado- hasta Occidente, y así, en Egipto, también a partir del período Neolítico, el toro y la vaca comenzaron a recibir un culto loc<strong>al</strong> íntimamente emparentado con las ideas de fecundidad y fertilidad propias de una población rur<strong>al</strong>. Pero después, este mismo culto fue incorporado a la teología solar y celeste. La vaca se conviertió en el anim<strong>al</strong> sagrado: Hator, Nut, Isis y Nefthis; también los tres diostoros: Apis, Mneuis y Bukhis. Apis es el más famoso de todos y se distinguía por su potencia generatriz. Este toro-dios apareció en la primera dinastía, que se inició con los reyes Buto, y hacia el año 3.200 a. C., Menes reunió la corona roja del Norte y la corona 67