De ALTAMIRA al - Fiestabrava
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Evolución Fiesta Brava<br />
a los propios nativos, de los cu<strong>al</strong>es apenas<br />
nos han llegado uno pocos nombres. Fueron,<br />
suele decirse, todos a una, y es historia<br />
reseñar que eso ocurrió entre los reinados<br />
de Felipe V y Fernando VI, que tuvieron la<br />
reputación de no amar las fiestas de toros.<br />
T<strong>al</strong> fenómeno de cambio se produjo<br />
sin demasiados signos expresivos, pero<br />
llevaban en si una gran revolución del toreo,<br />
cuya interpretación no resulta fácil explicar.<br />
Sin embargo, en la medida que se fue retirando<br />
la nobleza y miles de cab<strong>al</strong>leros,<br />
ocupando su lugar los hombres del pueblo<br />
aficionados a los toros y muy especi<strong>al</strong>mente<br />
de los auxiliares de los mismos, los llamados<br />
chulos, los ruedos fueron conquistados por<br />
los hombres de a pie y el fenómeno fue<br />
tomando forma, con ligeras variantes en las<br />
diversas regiones españolas, hasta que<br />
fueron unificándose los criterios, costumbres,<br />
reglas y estilos para lidiar toros, dependientes<br />
de las diversas castas de toros.<br />
En esa evolución, debemos dedicar<br />
la atención <strong>al</strong> estancamiento que sufrió en<br />
And<strong>al</strong>ucía, pues en esa región el mayor<br />
42<br />
Felipe V fue un rey sin voluntad..., que<br />
le gustó fomentar la cultura y le<br />
disgutaba el arte de la tauromaquia.<br />
TOMO I<br />
interés gravitaba en la continuidad del toreo<br />
a cab<strong>al</strong>lo. Hasta t<strong>al</strong> punto, que los cuerpos y<br />
personajes más respetables de ciudades<br />
como Sevilla, Ronda y Granada, entre otras,<br />
en las que con la creación de la Maestranzas<br />
de Cab<strong>al</strong>lería, fomentaron t<strong>al</strong> afición taurina,<br />
y el correr los toros, espectáculo el más<br />
querido en todo el resto de España y, en<br />
especi<strong>al</strong> en las regiones del Norte, cuyo papel<br />
fue muy secundario.<br />
Ya sabemos que los toreros de a pie<br />
no fueron sino los ayudantes o auxiliares de<br />
los cab<strong>al</strong>leros rejoneadores. En ese sentido<br />
no es difícil hacerse una idea de cómo aquellos<br />
primitivos chulos adquirieron con el correr<br />
del tiempo un gran oficio para desenvolverse<br />
con gran habilidad en las plazas, aparte de<br />
ejercer la función de <strong>al</strong>argar el rejón <strong>al</strong><br />
cab<strong>al</strong>leros o atender cu<strong>al</strong>quiera de sus necesidades.<br />
El conocimiento cada vez más depurado<br />
que fueron adquiriendo aquellos humildes<br />
auxiliares creció considerablemente y el<br />
pueblo fue aplaudiendo más los actos de<br />
v<strong>al</strong>entía que re<strong>al</strong>zaban ante los toros, que el<br />
trabajo de sus jefes.<br />
Fernnando VI, tras la muerte de su<br />
esposa, f<strong>al</strong>leció trastornado y sin<br />
haber disfrutado de la Fiesta Brava.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA