De ALTAMIRA al - Fiestabrava
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TOMO I<br />
su particular condición en el ataque y en la<br />
defensa y tuviesen a g<strong>al</strong>a vencer la furia y la<br />
fuerza con la maña y la astucia, es cosa tan<br />
natur<strong>al</strong> y está tan en lo humano que no hay<br />
motivo para admirarse del espectáculo de la<br />
lidia como se hacía en los antiguo y con las<br />
modificaciones con que hoy se ejecuta.» Y<br />
ciertamente, mucho fue el v<strong>al</strong>or de los<br />
hombres primitivos para enfrentarse a vacunos<br />
con esa armadura esc<strong>al</strong>ofriante, como<br />
puede verse en la imagen <strong>al</strong> pie de esta<br />
página.<br />
Nadie ha podido dudar de la estrecha<br />
relación milenaria del hombre ibérico con el<br />
toro, sellada con una mítica predestinación<br />
única que contribuyó a establecer una<br />
especie de par<strong>al</strong>elismo mágico y espiritu<strong>al</strong><br />
entre el carácter bravo del toro y la condición<br />
temperament<strong>al</strong> de los españoles, de la que<br />
nació una infrenable, tan extraña como oculta<br />
tendencia del español para medirse con la<br />
fiera y dominarla, dentro de una doble actitud:<br />
caza y diversión, anteponiendo <strong>al</strong> placer del<br />
juego a la necesidad de cubrir el sustento. El<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Evolución Fiesta Brava<br />
logro de ambas ha <strong>al</strong>imentado desde siempre<br />
una jactancia anímica, tan v<strong>al</strong>erosa como<br />
placentera. Y debemos reconocer que, en lo<br />
más profundo del espíritu humano, está<br />
inmerso una ancestr<strong>al</strong> innata preferencia por<br />
la lucha, la competición –deportiva en todas<br />
sus variantes, desde la caza hasta la<br />
aeronáutica-, la emoción ante el riesgo<br />
voluntariamente provocado y, sin dudarlo,<br />
hasta un fondo sádico de crueldad y de<br />
paradójica ansia y repulsa por la sangre derramada.<br />
Y es que en este juego con el toro<br />
hay que tener muy en cuenta, como dijo un<br />
diestro a un actor, para defenderse de la<br />
censura, «…que aquí no se muere de<br />
mentiras, como en las tablas», enunciando<br />
así «la radic<strong>al</strong> distinción entre un arte refinado,<br />
que fingidamente simulada la crueldad, y el<br />
primario que la afronta con todas sus patéticas<br />
consecuencias, hasta la última», según<br />
don José María de Cossío. Ciertamente, la<br />
mayoría de las actividades, como las de<br />
torear, están inevitablemente sujetas <strong>al</strong> signo<br />
Los mismos hombres, la misma v<strong>al</strong>entía, pero <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> brilla el arte. Entre<br />
ambos diestros, miles de años de evolución. ¿Verdad que v<strong>al</strong>ió la pena?<br />
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