De ALTAMIRA al - Fiestabrava

Evolución Fiesta Brava
bellas pinturas rupestres el primer cartel de
toros, hasta «el más admirable de los que
luego se han ido fijando en las paredes de
España», que con razón le hicieron exclamar
a la niña María Sanz de Sautuola: «¡Toros!
¡Toros!», cuando los descubrió…, aunque
también había bisontes. La significación de
tales pinturas sobrepasa el espacio de esta
publicación y detallar los muchas etapas
estelares en la evolución de la torería (3),
desde los finales de la Edad de la piedra
pulimentada, hasta la llegada de Goya, la
aparición de Picasso, seguido del derroche
de fuerza espiritual en el toreo de Belmonte,
hasta la figura del toreo escolástico de
Manolete, sería como tratar de escribir otra
monumental obra como LOS TOROS, de don
José María de Cossío.
En cuantos libros hemos leído, sobre
el tema central de esta publicación, nada se
dice de lo que representa una de las historias
más fascinantes: la del lanzamiento de
flechas con arcos. Porque viene resultando
que cuando los pintores estaban trabajando
afanosamente en el techo de la Cueva de
Altamira, hace entre 25 y 15 mil años, los
hombre estaban cogiendo por primera vez
un rudimetario arco para disparar flechas.
Esta actividad, pues, también se remonta al
paleolítico, en cuyo periodo ya se representan
escenas de caza, lo que demuestra que el
arco tuvo un marcado carácter utilitario en
tan lejana época… y que los toros silvestres
fueron abatidos a flechazos. El arco y la flecha
han sido desde siempre herramientas fundamentales
para la supervivencia de la humanidad.
Gracias a ellas el hombre se convirtió
en cazador de grandes animales, como los
rinocerontes, ya que la caza resultaba bastante
más segura y de menores riesgos que con
otros métodos utilizados entonces.
20
TOMO I
Estaba preguntándome: ¿cómo sería la niña
María? -éste autor tiene una preciosa sobrinanieta:
María Alcaín Abreu, en Córdoba-,
cuando pasaba por delante del Centro
Cultural Alfonso X «El Sabio», en El Puerto
de Santa María. Don Manuel Pico, Director
de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia,
organizadora de la extraordinaria exposición
dedicada a la fabulosa obra pictórica de
nuestro paisano Juan Lara, me invitó a verla
-un éxito cultural más de la Academia-... y
mi espíritu saltó de gozo, porque en el óleo
sobre tabla, de 25 x 50 cms., que representa
a «Mari Carmen», D. Juan Lara me estaba
brindando unos instantes de duende, con
un halo propio de la rica magia tauromáquica,
al ofrecerme la respuesta que tanto me
inquietaba. ¡Gracias!, paisano.
La Exposición fue del 15 al 25 de
(3) Es la evolución y cambio a la que se refiere Noviembre María Mérida de 2007.
Fernández, esa flor hecha
mujer que escribe con delicioso encanto, para decirnos en su obra «La Torería» (1999):
«Los ritos y las formas del toreo han evolucionado mucho con el transcurso del tiempo,
pero se mantiene su esencia y su significado porque lo auténtico, lo de verdad, no puede
ser sometido a modas pasajeras o costumbres mudable.» ¡Dios te oiga, linda María!
El PUERTO de SANTA MARÍA