De ALTAMIRA al - Fiestabrava

TOMO I
la cueva de Altamira se descubrió otra a 100
metros de distancia con bellísimas estalactitas
y estalagmitas. Explorada por el
catedrático de Prehistoria de la Universidad
de Madrid, Hugo Obermaier, opinó este
etnólogo que la cueva tiene más de 40.000
años de antigüedad y estuvo habitada
sucesivamente por varias agrupaciones
humanas -según denotan los restos fósiles
encontrados-, de unos tres metros de
espesor, divididos en capas correspondientes
a distintos pobladores. Si la de Altamira se
estima tiene entre 25 y 15 mi años ¿puede
darse realmente tantos años de diferencia?
Se encontraron asimismo restos de
marfil y huesos calcinados de bisonte, toro y
caballos, jabalí, lobo, cabra montes y foca de
Groenlandia. Esta nueva cueva sigue siendo
estudiada con nuevas exploraciones. Según
dijo en el Congreso de Arqueología celebrado
en Barcelona en septiembre de 1929, no se
confirmaron los descubrimientos de
Obemaier en cuanto a la antigüedad de los
fósiles.
Pronto los hombres aprenden a
cazar a estos y otros animales empujándolos
hacia sacos de cuero, y concentrándolos
después en cercados hechos con empalizadas
de madera. De esta forma se convirtieron
en pastores. A la fertilidad de estos
rebaños, y de los rebaños libres, se asocian
las danzas rituales y los cultos asociados a
El PUERTO de SANTA MARÍA
Evolución Fiesta Brava
pinturas rupestres de animales (Paleolíticas
en la cornisa Cantábrica, en su fase
Solutrense; y Protoneolíticas y Neolíticas en
la costa oriental), con un significado
probablemente mágico o de culto.
Los hombres usan eventualmente
(no siempre) plumajes en la cabeza, y
brazaletes en los brazos y en los tobillos, y la
caza es la actividad principal y la mayor
consideración social es para el gran cazador,
entre cuyas piezas preferidas figuró el uro. Y
por todo lo dicho, apareció el toro, que como
todas las formas vivas actuales, es la
resultante de una larga evolución filogenética
a través de las épocas geológicas más
extensa, que sobrepasan nuestra capacidad
imaginativa, durante las cuales, todos los
seres fueron sometidos a las implacables
leyes de la selección natural, que han ejercido
su máxima acción modeladora sobre todos
los seres vivientes, entre ellos, los que
componen el género Bos, que arrancó del
tronco común de los Anoploterium, del que
partieron tanto los monogástricos, como el
caballo, o los rumiante poligástricos, como
el Bos taurus primigenius y de este partió
el uro, del que derivan todas las razas de
vacunos existentes.
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