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LOS HEREJES DE PLASENCIA - Paseo Virtual por Extremadura

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<strong>LOS</strong> <strong>HEREJES</strong> <strong>DE</strong> <strong>PLASENCIA</strong><br />

Aunque hay estudios generales sobre la Inquisición, no se ha publicado ninguno<br />

específico sobre su incidencia en los habitantes de la villa de Plasencia. Los<br />

protagonistas de esta historia, son oscuros personajes de antaño, a quienes el pueblo y la<br />

inquisición, les colgó el “sambenito” de marranos, alumbrados, herejes, moros, brujas o<br />

hechiceros. Son personas que hacían algo tan habitual en todos los tiempos como ser<br />

infieles en su matrimonio, practicar ritos diferentes a los establecidos <strong>por</strong> la religión<br />

dominante, o decir públicamente lo que pensaban, chocando sus ideas con los cánones<br />

establecidos.<br />

Gracias a la difusión de la imprenta, las clases inferiores de la sociedad del siglo XVI,<br />

tuvieron acceso a cierta literatura popular que ayudaría a perfilar los conocimientos del<br />

pueblo llano, y de la pequeña burguesía naciente, almanaques, narraciones legendarias,<br />

libros de proverbios, vidas de santos, etc. A partir de entonces, se produjo el fin del<br />

monopolio de la cultura escrita, <strong>por</strong> parte de los clérigos. Aunque al principio serían<br />

pocos los potenciales lectores, todas estas obras, fueron entrando en los humildes<br />

hogares de las clases bajas, y contribuyeron a que tanto lectores como oyentes,<br />

adquirieran conocimientos y el vocabulario necesario, para poder expresar sus<br />

reflexiones, en las largas veladas junto al fuego del hogar.<br />

Muchas de las personas que tenían sobre sí el estigma del sambenito, fueron según se<br />

refiere en los distintos documentos, miembros del pueblo llano. Aunque no nos han<br />

dejado expresadas sus creencias directamente en escritos propios, y solo las conocemos<br />

a través de la doctrina dominante, podemos penetrar en sus hogares, y conversar con<br />

ellas mediante un esfuerzo de imaginación, además de imaginar, ciertas lecturas que<br />

llenarían sus largas horas de soledad, y de narraciones prodigiosas, que corrían de boca<br />

en boca.<br />

Pero antes de empezar a conocer a estos personajes, que sufrieron en sus carnes el<br />

estigma de la Inquisición de Llerena, situémonos en la época, y descubramos como era<br />

plasencia en 1572. El testimonio nos lo va a dar un miembro de la Inquisición llamado<br />

Juan Camargo, él mismo, nos cuenta lo que sigue en este documento inquisitorial cuyo<br />

titulo es.<br />

“Relación de las cosas de la ciudad de Plasencia año 1572”, el mismo nos<br />

narra lo siguiente.<br />

Plasencia, es una ciudad que tiene dos mil vecinos poco menos está entre dos sierras<br />

edificada en la falda de una de ellas, pasa junto a ella un río que se llama xercte, tiene<br />

mucho pescado, bueno de una espina, truchas y otros pescados, el río viene de unas<br />

sierras camino de Bejar. Tiene el río arriba frontero de la ciudad mucha rivera de<br />

huertas, y muchas arboledas cantidad de más de un cuarto de legua.<br />

Tiene tres puentes de cantería, el río se divide en dos partes y se hace una isleta que<br />

tendrá tres tiros de ballesta de largura, con mucha arboleda de una parte y de otra. Tiene<br />

dos <strong>por</strong>tones de cantería, uno en una parte a la parte de arriba para la entrada, y otro<br />

para la salida. Es muy fusca, donde los ciudadanos se van a recrear las tardes de verano,<br />

y tiene una carrera donde se corren los caballos.<br />

Y en ésta rivera de este río, existen diez molinos de molienda junto a la ciudad, dos de<br />

ellos tienen cinco piedras y los demás a cuatro y a tres y a dos, el más lejano estará<br />

como a dos tiros de ballesta de la ciudad. Tiene tres molinos de aceite, dos de ellos en la<br />

ribera del río, y el otro fuera, teniendo ésta ribera muchas viñas y parrales.


En lo alto de la ciudad está una fortaleza antigua que se llama la torre de Ambroz, tiene<br />

buenos edificios y aljibes de agua. Ésta ciudad no tiene fuente ninguna <strong>por</strong>que no se le<br />

encuentra agua, y la que da en algunos lugares no es de beber, se bebe de invierno del<br />

río, <strong>por</strong> que es muy buena agua delgada. Y de verano la gente regalada no bebe del río,<br />

<strong>por</strong>que se agosta y se daña con los ganados <strong>por</strong> la parte de arriba.<br />

Fuera de la ciudad hay dos fuentes a cuarto de legua, una se llama la fuente del Chantre,<br />

ésta se encuentra a media legua de la ciudad y otra se llama el chorrillo, se bebe de ellas<br />

que es buena agua, otra fuente hay más cerca pero no es tan buena agua. El agua se trae<br />

a la ciudad para las fuentes que se han de beber, desde unas sierras y peñascos tres<br />

leguas de la ciudad, viene encañada y tapada. El agua llega hasta la fortaleza desde<br />

donde se reparte. Es muy linda agua delgada y sabrosa, pero la bebí y pude ver que<br />

tiene tanto gordor de agua como la pierna <strong>por</strong> la pantorrilla.<br />

Tiene la ciudad las casas altas, las calles angostas y con algunas cuestas, están<br />

empedradas, son las casas faltas de corrales <strong>por</strong> ser la ciudad apretada y de poco suelo,<br />

la plaza es pequeña.<br />

Tiene una Iglesia catedral, tiene un Deán, tres arcedianos, seis canonjías una es entera,<br />

renta quinientas mil, las demás son medias, rentan a la mitad. Tiene nueve racioneros,<br />

renta cada ración doscientos y cincuenta mil. Seis clérigos que llaman compañeros, que<br />

sirven de hacer los oficios. Tiene cada uno de renta cuarenta mil, tiene dieciséis<br />

capellanes, tiene cada uno de renta veinticuatro mil. Tiene veinticuatro mozos de coro,<br />

gana cada uno a 40 cada año, un numero de catorce ganan el salario conforme a la voz.<br />

Tiene muy buena música de ministriles y organistas asalariados.<br />

Tiene cinco parroquias y cinco monasterios, tres de frailes y dos de monjas, uno de ellos<br />

es de la orden de los descalzos y están en el campo. Tiene corregidor, alcalde mayor, y<br />

alguacil mayor, y 20 con vara, y cuarenta pueblos de jurisdicción y tiene 38 regidores.<br />

Ésta ciudad es muy fría de invierno <strong>por</strong> los aires delgados que vienen de las sierras de<br />

Bejar, <strong>por</strong>que están siempre llenas de nieve y de verano es muy calurosa en demasía. Se<br />

coge poco trigo aceite y vino, el trigo se trae de Castilla cuando hace falta y el aceite de<br />

Andalucía, y el vino de la Sierra de Gata. Vale el trigo al presente 8 reales y cuartillo, y<br />

la arroba de vino anexo diez reales, y la arroba de aceite a 16, la cebada a la tasa, no<br />

tiene pescado fresco ninguno. La fanega de cal vale a real y medio, vale cada millar de<br />

ladrillos a 15 reales, la madera es mucha, no cuesta de comprar cosa alguna <strong>por</strong>que la da<br />

la ciudad. Vale cada carga de leña de encina de verano un real y de invierno dos, tiene<br />

la ciudad tres médicos y dos cirujanos, da la ciudad 20V de salario a dos médicos y 30V<br />

a un cirujano. Tiene abogados, pocos de ellos cristianos viejos. La caza vale cara. 1<br />

JUAN <strong>DE</strong> CAMARGO<br />

Ésta era la Plasencia de 1572, más o menos nos podemos hacer una idea de la realidad<br />

de la ciudad, lo que Juan Camargo no nos dice son las distintas corrientes humanas que<br />

existían en la ciudad. Judaizantes, moriscos, brujas, bígamos, sacerdotes solicitantes<br />

etcétera. A esas personas son a las que iremos a conocer en los próximos capítulos de<br />

este trabajo. Pero sí nos da un dato interesante, dice Camargo, que los abogados pocos<br />

eran cristianos viejos, nos está diciendo con este testimonio que la mayoría de los<br />

abogados eran o serían cristianos nuevos, es decir judaizantes, ya que estos solían ser,<br />

los que ocupaban los puestos más relevante en el mundo social de la villa.<br />

<strong>LOS</strong> <strong>HEREJES</strong> JUDAIZANTE <strong>DE</strong> <strong>PLASENCIA</strong><br />

1 A. H. N. Sección Inquisición de Llerena. Legajo 2711. Relación de las cosas<br />

de la ciudad de Plasencia año 1572.


Los judaizantes eran las personas convertidas forzadamente al cristianismo, que<br />

anteriormente habían abrazado la ley de Moisés. Iban a ser perseguidas <strong>por</strong> la<br />

Inquisición de Llerena, <strong>por</strong> no demostrar con su testimonio una conversión profunda,<br />

sino que a escondidas, en las alcobas de sus casas, practicaban en secreto los ritos que<br />

siempre sus familias les habían trasmitido, como buenos seguidores y defensores de la<br />

ley de Moisés. Conozcamos a continuación algunos de éstos personajes, que sufrieron<br />

el castigo de la Inquisición, <strong>por</strong> pensar de forma diferente a lo establecido.<br />

PEDRO <strong>DE</strong> TORRES. Hijo de Gómez Álvarez vecino de Plasencia, converso de<br />

judíos. Hubo información contra él que hablando con cierta persona de la encarnación<br />

del hijo de Dios dijo: “cuando Dios se encarnó en su santa madre, bajó del cielo<br />

formados todos sus miembros de carne del tamaño de una abeja. Y que aquél fue el<br />

milagro de haber entrado en su vientre sagrado el hijo de Dios sin corrupción de su<br />

madre bendita”. Y diciéndole <strong>por</strong> la persona qué se lo oyó qué mirase lo que decía,<br />

<strong>por</strong>que nunca tal cosa había oído, ni tal cosa podía creer, el reo se torno y le dijo, “qué<br />

ahora sabría algo más”, el reo riéndose dijo, “pues sabed qué esta es la verdad y que yo<br />

lo he oído a predicadores letrados de la orden de Santo Domingo. Y si queréis para qué<br />

no dudéis de esto, vayamos a preguntarlo al canónigo Muñoz” y con esto cesó la<br />

platica. El testigo escandalizado de lo que había oído, se lo contó a un sacerdote de<br />

buena vida para que sacase al reo de este error.<br />

El dicho Muñoz canónigo de la magistral de la dicha ciudad de Plasencia de pone y<br />

dice, que él reprobó y testó una copla que éste reo y un racionero llamado Tamayo le<br />

llevaron en nombre del licenciado Ramos, juez para que la viese y examinase ya que la<br />

querían cantar en el día del corpus, la cual decía así: “que voló y como abeja posó, en la<br />

flor del padre eterno, y el vernos <strong>por</strong> grande gobierno de sus tornas sacó”. Y que él<br />

puso en la margen de la copla, ésta no se lea. En otra estrofa de la copla dice “que el<br />

espíritu santo se sentó en la flor del Padre, y que su sustancia sacó el verbo divino,<br />

<strong>por</strong>que esta es católica verdad, qué solo el Padre engendra” Hay un testigo contra él,<br />

canónigo, que dice oyó decir a otra persona que es sobrino del dicho clérigo, que<br />

reprendiéndole algunos de sus criados al dicho Muñoz <strong>por</strong> la mala vida que trae en<br />

juegos otras flaquezas y vanidades. Hay otro testigo mujer que dice, que hablando ella y<br />

otras religiosas beatas, declararon que este reo les dijo clara y abiertamente preguntando<br />

si traían camisa nueva, ellas respondieron que sí. Les dijo el canónigo que mejor qué<br />

sean buenas <strong>por</strong>que algunos vienen con piojos a alabar a Dios. También dijo que San<br />

Agustín buenas gallinas se comía cuando las había menester, y buenas camisas de<br />

Holanda se traía. Fue calificado <strong>por</strong> herejía contra los dogmas de la Santa Iglesia<br />

Católica, el tribunal estudiaba el casó. 2<br />

DOÑA MARIA RODRÍGUEZ. Mujer de Antonio López vecina de la ciudad de<br />

Plasencia, natural del reino de Galicia, hija de padres <strong>por</strong>tugueses, de 50 años de edad,<br />

fue condenada <strong>por</strong> judaizante. Confeso haber guardado la ley de Moisés <strong>por</strong> tiempo de<br />

treinta años. Haber hecho muchos ayunos en diferentes tiempos, en la conformidad qué<br />

ha referido los hacía con los judaizantes de la villa, guardando los sábados <strong>por</strong> fiesta y<br />

vistiendo camisa limpia la noche antes. Declaró quien le había enseñado la dicha ley de<br />

Moisés, y las personas en cuya compañía había practicado los ritos y ceremonias. Se le<br />

comunico su sentencia que fue la que sigue: fue condenada a salir a Auto Público de Fe,<br />

con sambenito y coroza e insignia de judaizante, fuese reconciliada en formas, abjurase<br />

2 A. H. N. Sección Inquisición. Legajo 1987 N 5. Relación de los negocios y<br />

causas que resultaron de la visita qué el licenciado Arteaga Inquisidor de la<br />

provincia de León hizo en el obispado de Plasencia año 1567.


de vehemente, se le confisquen sus bienes, cárcel perpetua, y lleve perpetuamente el<br />

sambenito. 3<br />

DOMINGO RODRÍGUEZ. Portugués vecino de Plasencia y natural de Cubillana en<br />

el reino de Portugal. De oficio mercader de 33 años de edad, salió al Auto <strong>por</strong><br />

judaizante, confesó haber guardado la ley de Moisés, desde el año 1665 hasta qué fue<br />

preso. Haber practicado en su observancia, los ritos de la ley en Cáceres y la ciudad de<br />

Plasencia, con más de cuarenta ayunos, y alguno de ellos el día grande el quince y<br />

dieciséis de septiembre. En cuya víspera en la tarde, se lavaba los pies y brazos y se<br />

quitaba la barba, se cortaba las uñas de pies y manos, y se ponía camisa y vestido<br />

nuevo. Puesto esto, <strong>por</strong> la noche cenaba pescado y no carne, y se estaba sin comer y<br />

beber hasta el día siguiente a la misma hora, qué volvía a cenar de los mismos manjares.<br />

Rezaba tres oraciones, que la primera empieza así: “Buenos amores Señor me tienen<br />

descuidado, qué no hago otro cuidado si no servir a vos señor”. La segunda: “La<br />

hermosura de nuestro señor” y la última, “Las armas de Adonai han desarmado” y qué<br />

de lo de esta oración no se acordaba. Que guardaba los sábados <strong>por</strong> fiesta, y en ellos se<br />

ponía ropa limpia. Declaró quién le había enseñado la dicha ley de Moisés, y qué<br />

personas en su compañía había practicado los ritos y ceremonias de ella. Se condenó ha<br />

salir en el Auto de fe de 1666, siendo reconciliado en forma, salió con sambenito y<br />

coroza, abjurase de vehementi, se le confiscasen sus bienes, y tuviese cárcel perpetua. 4<br />

MANUEL RODRÍGUEZ. Vecino de Plasencia de 42 años de edad, salió al Auto <strong>por</strong><br />

judaizante, y confeso haber guardado la ley de Moisés <strong>por</strong> tiempo de 35 años. Y que en<br />

ese tiempo había realizado muchos ayunos, y algunos de ellos el día grande <strong>por</strong> los<br />

meses de septiembre. Se lavaba las manos, se ponía ropa limpia, guardaba el sábado <strong>por</strong><br />

fiesta, no comía carne de puerco, ni pescado sin escamar, ni liebre, ni conejo. Declaró<br />

quién le había enseñado la dicha ley de Moisés, y las personas que participaban con él<br />

en los ritos de judaizantes. Fue sentenciado, a reconciliación en forma, abjurase de<br />

vehementi, saliese al Auto de Fe con sambenito y coroza, se le confisquen sus bienes,<br />

cárcel perpetua y llevar perpetuamente el sambenito. 5<br />

DOÑA FELIPA <strong>DE</strong> SILVA. Portuguesa mujer del anterior reo, vecina de Plasencia,<br />

de 40 años de edad fue condenada <strong>por</strong> judaizante, y practicas de la ley de Moisés. Se le<br />

puso la misma sentencia qué a su marido. 6<br />

ANTONIO LÓPEZ. Portugués vecino de la ciudad de Plasencia, condenado <strong>por</strong><br />

judaizante y haber practicado ayunos, y otros ritos de la ley muerta de Moisés. El ayuno<br />

del día grande etc. La misma condena que los anteriores reos. 7<br />

PEDRO ALONSO <strong>DE</strong> CAR<strong>DE</strong>NAS. Vecino qué fue de la ciudad de Plasencia,<br />

fugitivo judaizante; salió al Auto en estatua de cartón qué representaba a su persona y<br />

nombre, con coroza de condenado, sambenito <strong>por</strong> una parte con llamas, y <strong>por</strong> la otra el<br />

letrero con su nombre y su apellido, y habiéndosele leído su sentencia con meritos, fue<br />

entregado al brazo seglar para qué fuese quemado en estatua. 8<br />

3 A. H. N. Sección Inquisición de Llerena. Legajo 1987 N 39. Relación de<br />

causas, año 1662.<br />

4 Ibídem.<br />

5 Ibídem.<br />

6 Ibídem.<br />

7 Ibídem.<br />

8 Relación del Auto particular de fe que el día 25 de junio de1752, se celebró<br />

<strong>por</strong> el santo oficio, y tribunal de la ciudad de Llerena en el convento de San<br />

Buenaventura, observantes de San Francisco, extramuros de ella. Varios del<br />

Consejo Supremo. T. 9, Numero 25 pagina 224.


LA IGLESIA HEREJE <strong>DE</strong> <strong>PLASENCIA</strong><br />

La renuncia a los bienes materiales, y a otras mundanas satisfacciones, que impone la<br />

vida religiosa para quienes se consagran al cuidado de las almas, a veces no resulta fácil<br />

de sobrellevar, y determinados individuos no llegan a asumir, de buen grado, las<br />

frustraciones de la vida monacal. Pero si en nuestros días es relativamente sencillo<br />

rectificar una errónea vocación, de entregar la propia existencia al servicio de Dios, en<br />

el periodo dentro del que se movían nuestros personajes, la vida de religioso no solía ser<br />

algo <strong>por</strong> lo que la persona había optado libremente, sino que venía impuesta al hilo de<br />

los diferentes avatares del destino, y sobre todo, <strong>por</strong> constituirse en una salida honrosa<br />

para todos aquellos, que no encontraban otros arbitrios con que ganarse el sustento.<br />

Una vez puesto el hábito, se hacía voto de obediencia, de pobreza y castidad, pero<br />

nuestros personajes de esta real historia, no so<strong>por</strong>taban el peso y el sacrificio inaudito<br />

del voto de castidad. Sus instintos naturales no los podían reprimir, y es que como dice<br />

el refrán, “la cruz, en los pechos, y el diablo en los hechos”. La naturaleza imponía su<br />

razón, y a partir de ahí, sálvese quien pueda. La Inquisición, ante las denuncias<br />

presentadas en el Tribunal, <strong>por</strong> mujeres que en la confesión habían sido solicitadas,<br />

ponía su maquinaria en marcha. Comenzaba la persecución de la Iglesia dogmática,<br />

contra la Iglesia descarriada, conozcamos a éstos hombres de Iglesia, que fueron<br />

condenados <strong>por</strong> la Santa Inquisición de Llerena.<br />

FRAY FRANCISCO <strong>DE</strong> BELVIS. Fraile profeso del hábito de San francisco de los<br />

descalzos, morador en el convento de Paracuelos de su orden, natural de Belvis<br />

obispado de Plasencia de edad de 24 años. Éste reo se defirió en este Santo Oficio, y<br />

confesó que <strong>por</strong> el mes de noviembre del año pasado de 1605, salió del convento de<br />

Paracuelos de la provincia de San José para venirse a vivir a esta provincia de San<br />

Gabriel, <strong>por</strong> ser natural de ella con licencia del General y su Provincial. Habiendo<br />

llegado a la villa de Valverde de la Vera del dicho Obispado de Plasencia, <strong>por</strong> principio<br />

de enero del año pasado de 1606, ordenado de orden ninguna, dijo una misa cantada en<br />

un día de Domingo, en la Iglesia parroquial del dicho lugar, estando todo el pueblo<br />

junto y congregado.<br />

Y que otro día, el lunes siguiente, había dicho otra misa en la misma Iglesia también<br />

cantada, y que en los lugares de Aldea Tejada, y Belvis había dicho otras dos misas. En<br />

la ciudad de Plasencia, había dado tres misas rezadas diciendo falsamente en los lugares<br />

qué era ordenado. Y qué estando en la dicha ciudad de Plasencia, el guardián del<br />

convento de su orden de la dicha ciudad, le pidió recados de misa. Como no los tenía,<br />

sospechando lo qué había hecho, le dijo qué si había dicho en algunas de las misas<br />

algún disparate, qué se volviese a su provincia y diese cuenta de ello a su provincial. Se<br />

volvió a su convento, y el Provincial le mandó viniese a la Inquisición de Llerena a<br />

descargar sus culpas y pedir misericordia.<br />

La causa qué le movió a decir misa sin estar ordenado, fue, para dar a entender qué era<br />

sacerdote para qué le estimasen, y qué en todas las misas dijo las palabras de la<br />

consagración, sabiendo qué no podía consagrar <strong>por</strong> no estar ordenado. Mostró una<br />

licencia de su provincial, donde le daba permiso para venir a este Santo Oficio en<br />

compañía de Fray Juan de Bienvenida religioso y sacerdote de su orden. Éste religioso,<br />

declaró qué <strong>por</strong> mandato de su provincial había salido de la villa de Madrid para ir a la<br />

villa de Cebreros, y sacar de allí, al dicho reo qué estaba encarcelado y preso, y traerle a<br />

este Santo Oficio para entregarle en él. Contaba Fray Juan de Bienvenida, qué <strong>por</strong> el<br />

camino le había traído con mucho cuidado <strong>por</strong>que no se le fuese, <strong>por</strong> haberle dicho su<br />

provincial que lo trajese a muy bien recaudo, <strong>por</strong>que era un embelesador y hombre de<br />

quimeras, y embustes, y que bien entendía, qué el dicho reo, no venía de muy buena<br />

gana al Santo Oficio.


Con esta testificación y confesión del reo, <strong>por</strong> el peligro qué había de fuga fue mandado<br />

recluir en las cárceles secretas (como se hizo) y en la primera audiencia que con él se<br />

tuvo, confesó lo mismo qué tenía declarado. Habiéndosele proveído de curador se le<br />

puso la acusación, y respondiendo a ella perseveró en lo qué tenía confesado. Estando<br />

en este estado pidió audiencia de su voluntad, y confesó haber dicho en una ermita del<br />

lugar de Casa tejada, otra misa rezada, y que de todo pedía misericordia. Se le dieron en<br />

publicación los testigos examinados, y una confesión qué el guardián de la ciudad de<br />

Plasencia le había tomado cuando le prendió, declaró ser la misma qué había hecho, y<br />

que como hombre dejado de la mano de Dios, había dicho ante el mismo guardián de<br />

Plasencia y con los que le llevaron a su provincial, fue <strong>por</strong>que no le daban a entender<br />

qué le enviaban preso si no qué se fuese con ellos, <strong>por</strong>que no le diesen tentación de irse<br />

a otra parte. Con lo cual sustanciada la causa, se concluyo definitivamente, y<br />

habiéndose visto en consulta se acordó que el dicho reo en Auto público si lo hubiese, o<br />

en Iglesia saliese, en forma de penitente, donde se le leyese su sentencia, y que en la<br />

sala de la audiencia abjurase de levi, y qué en las galeras de su majestad sirviese al<br />

remo sin sueldo, <strong>por</strong> tiempo de cuatro años. Y que cumplidos los mismos, volviese al<br />

convento de su orden donde profesó, y que en el estuviese recluso <strong>por</strong> tiempo de dos<br />

años, y fuese privado de poder ascender a ningunas ordenes, y qué si alguno tuviese,<br />

fuese suspenso de ellos. Vuestra señoría mandó hacer justicia como estaba acordado, y<br />

así se ejecutó. 9<br />

GABRIEL CALVO MANZANO. Estudiante de cánones vecino y natural de Plasencia<br />

de edad de 19 años, clérigo de primera corona y un grado. Fue testificado <strong>por</strong> cuatro<br />

testigos varones mayores todos, de que viniendo <strong>por</strong> el mes de diciembre de 1596 de<br />

Salamanca a Plasencia el reo y testigos juntos dijo. “Que no sabía Dios lo que había<br />

hecho, en no hacer a Nuestra Señora más que a las otras mujeres” uno de los testigos<br />

añade que dijo el no haberla dotado de más ser y calidad qué a las demás. Éste mismo<br />

testigo dice, que el acusado venía representando y cantando coplas y que una de las<br />

coplas trataba de esto. El otro testigo es de oídas <strong>por</strong>que iba un poco más adelanta, le<br />

refirieron lo que había pasado, y todos cuatro contestes dicen qué siendo reprendido <strong>por</strong><br />

ellos respondió. “que lo había oído a un fraile, y uno de ellos añade, haber dicho “voto a<br />

Dios que lo compuso un fraile y lo tendré que decir, todas las veces que yo quisiere”. Se<br />

calificó de ser blasfemia heretical, fue mandado llamar. En la primera audiencia y<br />

siguientes hasta la respuesta de la acusación, no dijo cosa alguna. Se le nombró curador<br />

y letrado con cuya asistencia y consejo se siguió esta causa, respondiendo a la acusación<br />

dijo. “Que él había oído decir, qué cierta persona tenía una loa, y decía en un pie de<br />

ella, Dios no hizo cosa buena y que la tubo <strong>por</strong> herejía y cree que tiene lo qué tiene y<br />

cree en la Santa Madre Iglesia”. Confesó todo lo testificado, y que lo había dicho sin<br />

advertir lo qué decía, y qué se arrepentía de lo ocurrido. Fue votado a salir en el Auto<br />

Público de Fe en forma de penitente, con una mordaza en la boca y abjure de levi, y otro<br />

día siguiente le sean dados 100 azotes. 10<br />

EL LICENCIADO ANTONIO <strong>DE</strong> VALENCIA. Fraile de la orden de Alcántara<br />

natural de Plasencia. Fue testificado <strong>por</strong> tres testigos contestes un varón y dos mujeres<br />

hermanos y cuñada, de qué abría un año qué tratando con ellos de la confesión<br />

sacramental dijo: “que después de haberse confesado, uno no era obligado aunque se le<br />

olvidase algún pecado a volverse a confesar. Y diciéndole qué sí era, respondió que: o<br />

era el examen bien hecho, o no, diciéndole que siempre se quedaba con escrúpulos si se<br />

había hecho bien. Se afirmó en que llevando buen examen si <strong>por</strong> olvido, se quedaba <strong>por</strong><br />

9 A. H. N. Relación de las causas despachadas en el Santo Oficio de la<br />

Inquisición de Llerena este presente año de 1607. legajo 1988.<br />

10 A. H. N. Relación de las causas despachadas en el Santo Oficio de la<br />

Inquisición de Llerena este año presente de 1600. legajo 1988.


confesar algún pecado mortal, aunque después se acordasen de él, no había obligación<br />

de confesar. El tribunal lo califico de herético, y visto en se votó en discordia, y se<br />

envía el proceso a VS.<br />

FRAY ESTEBAN <strong>DE</strong> CABAÑAS. Fraile de la orden de Santo Domingo morador en<br />

el convento de Piedra Hita natural de Plasencia. Fue testificado <strong>por</strong> tres testigos de<br />

haber dicho misa y confesado sin ser presbítero, y tenido a cargo las almas de un lugar<br />

<strong>por</strong> ausencia del cura, de lo cual había hecho antes información el comisario<br />

remitiéndola a este Santo Oficio. Visto en el tribunal, mandó qué se escribiera a la<br />

Inquisición de Toledo para qué averiguase con el prior y otros religiosos, las ordenes<br />

qué tenía el dicho Fray Esteban <strong>por</strong>que los testigos no saben más de que le prendieron<br />

los frailes <strong>por</strong> esto. 11<br />

Hubo religiosos que era tal el amor que sentían <strong>por</strong> algunas de sus preciadas amantes,<br />

que no escatimaban en el día del en entierro de ésta, utilizar el sermón para ensalzarla, e<br />

incluso para promocionar su santidad como ser humano. El caso que vamos a conocer<br />

es un caso muy especial. Un fraile sacerdote de la orden de predicadores de Plasencia,<br />

va a demostrar su amor incondicional a una religiosa del convento de la Encarnación de<br />

esta villa. Lo va hacer no en el momento de la vida de ésta, cosa evidente de que ya se<br />

lo había demostrado a la monja, pero esta vez lo va ha demostrar a través de un sermón<br />

en el entierro de dicha religiosa. Debido a los comentarios de tan apuesto galán, éste va<br />

a ser denunciado al Santo Oficio. Y es que a veces, ciertos sentimientos vividos, no<br />

entienden de justicia. Esta es la historia.<br />

Relación de los meritos de la causa del fraile Francisco de Arias de la , maestro de estudiantes que fue del convento de San Vicente de la<br />

ciudad de Plasencia. Sacada <strong>por</strong> mandato de los señores del consejo <strong>por</strong> carta de<br />

22 de octubre de 1669.<br />

Dicho fraile fue testificado de proposiciones que predico en las honras de Doña Micaela<br />

de Guevara, religiosa profesa del convento de la Encarnación de la ciudad de Plasencia,<br />

en el mes de abril del año de 1663.<br />

Por deposición de 28 testigos que declararon en las dos audiencias que se hicieron, las<br />

proposiciones que testificaron estos testigos son las siguientes.<br />

1.Que en un coloquio que Jesucristo tuvo con la religiosa, le dijo que si viniera otra vez<br />

a la tierra y se tuviese que encarnar, no había de ser en otra criatura nada más que en<br />

ella, y que tomaría carne de sus entrañas <strong>por</strong> ser la criatura más pura que había en el<br />

mundo.<br />

2. Que el niño Dios bajaba a sustentarse de los pechos de dicha Doña Micaela.<br />

3. Que en un viernes santo bajo Jesucristo a darle la comunión, para que no la faltase el<br />

consuelo espiritual.<br />

4. Que para graduar y calificar las obras de dicha Doña Micaela a quien llamaba la<br />

santa, el fraile cuando cantaba el Magnificat nombraba en el cántico a la religiosa.<br />

5. Que el Espíritu Santo había traído una sortija colocando esta en uno de los dedos de<br />

la monja.<br />

6. Que nuestro señor había tomado la medida a dicha doña Micaela para hacerla un<br />

vestido que le estaba haciendo en el cielo.<br />

7. Que había tenido relaciones el delatado, había venido a ser confesor de dicha Doña<br />

Micaela <strong>por</strong> particular inspiración de Dios.<br />

8. Que viendo una vez dicha doña Micaela junto así muchos animales venenosos sin<br />

tocarla, pregunto a Dios la significación y Dios le dijo que eran pecadores y que a ella<br />

no la tocarían <strong>por</strong> su viva santidad.<br />

11 Ibidem.


9. Que viendo dicha monja sobre sí muchos gusanos <strong>por</strong> todo un día pregunto lo mismo<br />

a Dios, y la dijo que aquellos eran pecados de los otros que los ponía sobre ella.<br />

10. Que dicha doña Micaela había visto en una revelación, que Cristo había tomado los<br />

corazones de ambos y hecho un corazón, y que ella se lo había llevado.<br />

11. Que en cierta ocasión se le había aparecido Dios a dicha monja, y le había dicho que<br />

todos los de la ciudad de Plasencia y cuatro leguas en contorno habían comulgado en<br />

gracia al tiempo de las misiones.<br />

12. Que nuestro señor había puesto a dicha religiosa su corona de espinas, y que desde<br />

entonces quedo con gran dolor de cabeza.<br />

13. Que el padre eterno dijo a dicha Micaela, que no solamente quería que estuviese<br />

desposada con su hijo, sino que también se desposase con el Padre y el Espíritu Santo.<br />

Y que el Espíritu Santo le había dado una sortija con tres piedras, la una blanca, la otra<br />

azul, y la otra verde.<br />

14. Que el dicho fraile en el sermón hablando de los siete sellos del Apocalipsis dijo,<br />

que en estos sellos se fundaron las virtudes de la monja Micaela.<br />

15. Que antes de la Pascua de la natividad, se hallaba dicha monja como si estuviera<br />

preñada del hijo de Dios. Y que el día de la Pascua salio tan jugosa como si le hubiese<br />

parido, y estuviera en sus brazos dándole leche de sus pechos.<br />

16. Que dicha Micaela había visto muchas luces entre ellas, una muy grande y<br />

resplandeciente y, Jesucristo le había dicho, que aquella grande era ella y era la criatura<br />

más pura que había en el mundo. Y las demás luces eran sus pechos.<br />

17. Que una noche había puesto el Espíritu Santo a dicha monja un manto azul, y otro<br />

día había llovido mana y ella había comido de el.<br />

18. Que una noche nuestro señor había pasado con una saeta el corazón de dicha<br />

religiosa.<br />

19. Que un día había dado nuestro señor un ramillete de flores diferentes a dicha Doña<br />

Micaela, y la dijo que aquellas flores eran sus virtudes.<br />

20. Que ha dicha monja en diferentes ocasiones se le había dispensado espiritualmente<br />

el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Según esto dijo el fraile en su sermón, que como<br />

saludamos a la Virgen Santísima diciéndola Dios te Salve hija de Dios padre, Dios te<br />

Salve Madre de Dios hijo, Dios te Salve esposa del Espíritu Santo. Que se podía saludar<br />

a la dicha doña Micaela diciendo Dios te Salve esposa de Dios, esposa del Hijo, y<br />

esposa del Espíritu Santo.<br />

21. Que habiendo sido la muerte de dicha monja común, y su vida tan favorecida de<br />

Dios, que parecía que había padecido en la muerte el desamparo, Dios la había tratado<br />

como una reliquia.<br />

22. Que nuestro Señor dijo a dicha Doña Micaela, que la ultima vez que comulgara en<br />

esta vida, la había de dar tanta gracia como a los Apóstoles.<br />

23. Que nuestro señor había dicho a dicha religiosa, que <strong>por</strong> su intercesión había sacado<br />

del purgatorio 150 almas y otro día 300.<br />

24. Que la dicha Doña Micaela tenía hecho voto de obrarlo más perfecto, y que lo<br />

hacía> y que en una ocasión habiéndose cumplido el tiempo del voto,<br />

estando enfermo su confesor, la dijo en revelación Nuestro Señor, que hiciese el voto en<br />

sus manos, y dijo la religiosa que no quería, sin que se lo mandase su confesor, sobre<br />

que tuvo <strong>por</strong> fía con su Divina Majestad, y con efecto no lo hizo, hasta que se lo mando<br />

su confesor.<br />

Estas proposiciones fueron mandadas al tribunal de Llerena, el cual mando las mismas<br />

al consejo de la Suprema Inquisición para que la votasen los calificadores. El reo<br />

mientras, fue preso en la cárcel de su convento el día 23 de abril de 1664. En la primera<br />

audiencia, dijo llamarse Fray Francisco de Arias religioso de la orden de Santo<br />

Domingo y maestro de estudiantes del convento de San Vicente de la ciudad de


Plasencia, de 38 años de edad. Y dijo que presumía que la causa de su prisión era <strong>por</strong><br />

haber predicado un sermón en las honras de Doña Micaela de Guevara, religiosa del<br />

convento de la Encarnación de Plasencia. Por haber tenido noticia que le habían<br />

delatado, y <strong>por</strong> haberle quitado el sermón los ministros de la inquisición.<br />

Declaro ser cierto todo lo dicho en el sermón, su sentencia fue la siguiente.<br />

Que a este reo en la sala de la Audiencia se le lea su sentencia sin meritos, en presencia<br />

de los ministros del secreto, y cuatro religiosos de su orden y los curas de la iglesia<br />

mayor de Plasencia. Y que fuese gravemente advertido reprehendido y conminado, y<br />

suspenso de predicar y confesar cuatro años, <strong>por</strong> los mismos cuatro años, desterrado de<br />

Plasencia, Llerena, y Madrid, con seis leguas en contorno, y que se recogiese el sermón<br />

y se le preguntase si alguna persona tenía copia del mismo. Se ejecuto lo mandado <strong>por</strong><br />

los señores del consejo en 28 de julio de 1669.<br />

En mismo día se le pregunto que otras personas tenían el sermón, contestando el reo,<br />

que una copia tenía Don Álvaro Rodríguez canónigo de la Iglesia de Plasencia, y otra<br />

copia María de Orozco monja profesa del convento de la Encarnación. Con esta<br />

declaración, se mando al reo que entregase las copias de los sermones dentro de 100<br />

días, ejecutándolo así. Se mando relación de su sentencia al Prior de su convento para<br />

que la conociese. El reo salio a los seis días de la ciudad de Llerena, y se fue al<br />

convento de Santa Catalina de sena, donde sin duda alguna cumplirá la sentencia,<br />

<strong>por</strong>que no se puede presumir otra cosa de su virtud.<br />

Se saco esta relación del proceso de Fray Juan de Arana de la orden de predicadores,<br />

para remitirla a los señores del consejo de su Majestad de la Santa General Inquisición,<br />

como lo tiene mandado su A, <strong>por</strong> carta de 22 de octubre de este año de 1669. Llerena a<br />

13 de noviembre de 1669. 12<br />

FRAY LUÍS <strong>DE</strong> CHAVES. Fraile franciscano fue condenado <strong>por</strong> solicitar a una<br />

doncella con palabras deshonestas, diciéndole pusiese sus manos en las partes<br />

vergonzosas. La moza era doncella honrada. 13<br />

FRAY JERÓNIMO JIMENEZ. Padre de la compañía de Jesús, fue condenado <strong>por</strong><br />

solicitar en el sacramento de la confesión a una mujer, la requería de amores con<br />

palabras no muy claras, después pasado unos días tuvo según su declaración cuenta<br />

carnal con ella. Otra mujer dice: que en la confesión le dijo que mucha simiente echaba<br />

un hombre cuando tenía relación carnal con una mujer, y señaló con su mano la<br />

simiente. También le dijo a la testigo, que el se subiría a la tribuna y que cuando ella se<br />

sentase en el banco abriera sus piernas. Eran mujeres de labradores. 14<br />

FRAY BERNARDO. Dominico fue condenado <strong>por</strong> haber metido las manos en los<br />

pechos de una mujer durante la confesión. 15<br />

FRAY URBANO. Fraile francisco solicitó a una doncella muy honrada y honesta<br />

durante la confesión con palabras feas. 16<br />

FRAY FRANCISCO BEJARANO. De Santo Domingo fue condenado <strong>por</strong> lo mismo. 17<br />

FRAY FRANCISCO HERNÁN<strong>DE</strong>Z. Fraile de Santo Domingo, inmediatamente que<br />

acabó de confesar a una mujer, la solicitó con palabras deshonestas. 18<br />

FRAY DIEGO. Fraile francisco fue acusado, de que estando confesando a una mujer<br />

abrió una rejecita del confesionario y dijo que paraba la confesión <strong>por</strong>que estaba<br />

12 AHN. Sección Inquisición. Legajo 2738.<br />

13 AHN. Sección Inquisición de Llerena. Legajo 1988. Exp. 22. Relación de<br />

causas año 1587.<br />

14 Ibídem.<br />

15 Ibídem.<br />

16 Ibídem.<br />

17 Ibídem.<br />

18 Ibídem.


encendido. Él mismo le dio a la mujer un pañuelo mojado diciendo que era su simiente,<br />

diciéndole que le besara y le dio <strong>por</strong> la rejecita un dedo para que se lo mordiese,<br />

diciendo el fraile en la misma confesión otras muchas palabras deshonestas. 19<br />

FRAY JUAN LÓPEZ. Fraile dominico, fue condenado <strong>por</strong> pedir a una mujer que antes<br />

que se arrodillase en el confesionario, ésta le enseñase los pechos y las piernas. 20<br />

ANA <strong>DE</strong> ELOISA. Monja profesa en el convento de Santa Clara, fue denunciada <strong>por</strong><br />

haber dicho que Dios ordenó el matrimonio, siendo mejor estado el de los casados que<br />

el de los religiosos. Lo mismo le ocurrió a Doña Inés de la Cerda, monja profesa en el<br />

mismo monasterio <strong>por</strong> haber dicho lo mismo que la otra Monja. 21<br />

Saquen sus propias conclusiones, la mía la más común y la más oída, “El Habito no<br />

Hace al Monje”.<br />

LAS BRUJAS PLACENTINAS<br />

La brujería o hechicería, fue perseguida sañudamente <strong>por</strong> la Inquisición <strong>por</strong> el motivo<br />

de que tales prácticas siempre fueron consideradas diabólicas y que las personas que las<br />

realizaban estaban poseídas <strong>por</strong> el demonio. Los Tribunales del Santo Oficio siempre<br />

estaban al acecho de estas desviaciones, pero mientras que en la vida pública un<br />

ciudadano no se apartara del camino trazado, ni mezclara cuestiones divinas o dogmas<br />

de fe, el Santo Oficio no solía intervenir en cuestiones que no rozaran estos conceptos.<br />

Solo lo hacía cuando alguien había invadido o traspasado el campo de la herejía,<br />

Las personas señaladas de brujas o hechicera, en caso de que hubieran realizado algún<br />

acto herético, hecho pacto implícito o explicito con el demonio, o el haber usado objetos<br />

sagrados y de culto en sus actuaciones, se les imponían como único castigo algunas<br />

penas saludables, es decir, como mucho de 100 a 200 azotes <strong>por</strong> las calles más<br />

principales y frecuentadas, destierro <strong>por</strong> cierto tiempo de la ciudad donde solía vivir.<br />

Para poder enjuiciar con objetividad estas conductas, hay que tener presente el estado<br />

en que se hallaba inmerso el país, en donde había pocos letrados y un elevado<br />

<strong>por</strong>centaje de analfabetos. Épocas medievales o renacentistas, en el que las clases<br />

menos favorecidas de la sociedad luchaban cotidianamente <strong>por</strong> una mísera subsistencia;<br />

donde las mujeres no contaban para nada y estaban a merced de las imposiciones o<br />

caprichos de los hombres; un país donde la picaresca tenía asiento propio <strong>por</strong> carta de<br />

naturaleza, y donde los mas osados buscaban seguro refugio para sobrevivir,<br />

arrodillándose ante el Rey cuando lo veían y, a Dios cuando se oía la campanilla que iba<br />

delante del viático de los enfermos.<br />

Era mentalidad abonada <strong>por</strong> la credulidad y la ignorancia, diferente e incomprensible en<br />

nuestros días. Es lógico pensar que estuviera en primer plano lo misterioso y se le<br />

concedieran excesivo crédito a cuanto en tal sentido pudiera decirse, <strong>por</strong> lo que afectaba<br />

a personas emotivamente dubitativas, pusilánimes, medrosas o atemorizadas los más<br />

mínimos accidentes, como el cerrarse una o varias puertas violentamente, los ladridos<br />

insistentes y a deshoras de perros, el maullido o reunión de gatos en una riña, un gallo<br />

que canta en tiempo inusual, en una palabra, cualquier causa fortuita, era motivo más<br />

que suficiente para que se estableciera la relación causa-efecto, y se le adjudicara a las<br />

brujas y hechiceras asociándolo con los demonios y sus secuaces que, <strong>por</strong> otra parte,<br />

ellas no trataban de desmentir o desvelar, sino <strong>por</strong> el contrario, con frases ambiguas de<br />

las que eran verdaderas maestras, daban a entender que todo ello se ejecutaba a su<br />

petición mediante sus conjuros, oraciones y otras habilidades nigromantes.<br />

19 Ibídem.<br />

20 Ibídem.<br />

21 Ibidem.


La Inquisición, tan severa con los penitenciados, y a la vez indulgente en esta clase de<br />

delitos, en <strong>Extremadura</strong> según los documentos observados, no se quemó a ninguna<br />

mujer <strong>por</strong> bruja o hechicera. En sus declaraciones ponían de manifiesto los sistemas y<br />

medios empleados, siendo frecuente que todo cuanto habían realizado se lo imputaban a<br />

otras personas, las más de las veces difuntas, para no involucrar o implicar a los a las<br />

que vivían.<br />

En Plasencia nos vamos a encontrar algunas brujas, varias hechiceras y algún que otro<br />

hechicero. Normalmente, estas personas intervenían la mayoría de las veces en casos de<br />

amoríos, a ellas acudían las mozas para saber del conocimiento de su pareja; de la<br />

existencia de algún amante, si la quería o detestaba; si el casamiento se había de<br />

celebrar de inmediato o, <strong>por</strong> el contrario, no se realizaría. Para que hiciera impotente –<br />

ligara- al que no se mostraba propicio a entregarse a su apasionado amor o, para que<br />

deshiciera el maleficio de impotencia –desligara-, lo que otras hechiceras hubiesen<br />

hecho a su amante o esposo; Las mujeres casadas y afligidas, que sospechaban o<br />

querían saber si era cierto que sus maridos tenían secretas relaciones amorosas o<br />

carnales con otras mujeres. Conozcamos a éstos personajes placentinos, que hacían<br />

vibrar con sus conjuros, a una inmensa mayoría de seguidores.<br />

DOÑA ISABEL <strong>DE</strong> LANDIN. Alias “Isabel Vázquez” <strong>por</strong>tuguesa viuda de Andrés<br />

Díaz Landin vecina de la ciudad de Plasencia de 40 años de edad. Esta rea fue<br />

penitenciada <strong>por</strong> éste Santo Oficio el año de 1604 <strong>por</strong> hechicera, había mezclado cosas<br />

sagradas con profanas. Fue condenada en dicho auto de 1604 con sambenito y coroza,<br />

abjurase de leví, y fuese azotada con 200 azotes, y saliese desterrada de la ciudad de<br />

Plasencia. En este año de 1612, ha sido testificada <strong>por</strong> cinco testigos mayores las cuatro<br />

mujeres de que tomaba un rosario y le ponía en cruz doblado en cuatro partes en forma<br />

de óbolo, y <strong>por</strong> la parte superior extendía la mano izquierda y asentaba la parte inferior<br />

del rosario sobre las puntas de los dedos de la mano izquierda. Estando así decía estas<br />

palabras “Jesucristo encarno” y luego pasaba el rosario al medio de la mano y decía<br />

“Jesucristo nació” luego pasaba al fin de la mano casi a la muñeca y decía “Jesucristo a<br />

los cielos en cuerpo y alma subió” y que luego volvía a poner el rosario en medio de la<br />

mano y decía “espíritu maligno así como esto es verdad tú me digas lo que te quiero<br />

preguntar” y si el rosario andaba a la redonda decía la dicha rea “ qué era verdad” y<br />

hacía de suceder lo que le preguntaba y si no andaba decía “que no” y que un testigo<br />

advertía que el rosario andaba a la redonda. Y que habían oído decir a la rea “que si<br />

tuviera pintado a San Erasmo con los sayones, y torno con que le martirizaban”<br />

diciendo “Erasmo que <strong>por</strong> amores enfloreciste, y fuiste asno, haz de fulano asno y de mí<br />

pega qué le suba <strong>por</strong> el rabo y le baje <strong>por</strong> la cabeza y luego arrear diciendo arre asno y<br />

dándole de varadas a la figura del santo, qué con esto al hombre o mujer que se lo<br />

hiciese, se ablandaría de manera que se haría de ellos que se quisiesen. Y a una de las<br />

testigos, le testifica de que la dicha rea hacia una suerte con 33 granos de trigo dos de<br />

cebada y un carbón y un grano de sal, y que los dos granos de cebada eran las personas<br />

<strong>por</strong> quien se hacía el conjuro. La rea decía “conjurote a ti fulano y fulana con Dios<br />

Padre, con Dios Hijo, y con Dios Espíritu Santo, y la Santísima Trinidad, con el ara<br />

consagrada, y otras palabras y lo echaba todo sobre la halda, y que si caían los granos<br />

de cebada con el blanco decía “qué era buena suerte”. Se calificó <strong>por</strong> sospechosa de<br />

herejía <strong>por</strong> lo que hacía con el rosario, y lo de San Erasmo <strong>por</strong> falta impostora e<br />

injuriosa blasfemia que se hacía al santo, <strong>por</strong> aplicar su imagen para semejantes<br />

embustes diabólicos, y que lo demás sabía a herejía.<br />

Fue votada a que se hiciese con ella su causa, y qué se le señalase una casa u Hospital<br />

donde se siguiese las audiencias. El 28 de julio del dicho año, fue mandada poner en el<br />

hospital de la cruz y se tuvo con ella la primera audiencia. El 31 del dicho, en la cual<br />

confesó haber estado presa en este Santo Oficio habría d10 o 12 años, y haber dicho los


conjuros y palabras <strong>por</strong> las qué había sido testificada, diciéndolo <strong>por</strong> las mismas<br />

palabras. El dicho día el fiscal presentó petición, reiterando qué como la rea había<br />

repetido las mismas herejías fuese llevada a las cárceles secretas de la Inquisición. Por<br />

haber caído enferma no se le pudo poner la acusación, hasta el 5 de septiembre del<br />

dicho año. La cual respondió haber sido castigada, sobre todo <strong>por</strong> haber tomado un<br />

trozo de piedra de ara de un altar. Fue gravemente reprendida con 200 azotes, y<br />

advertida para que viviese cristianamente y católicamente.<br />

ISABEL GARCÍA. Vecina de Plasencia santera de la ermita de Nuestra Señora de<br />

Fontidueñas fue testificada <strong>por</strong> un testigo muchacho de que había oído decir a una su<br />

nuera qué se hacía bruja de noche. La cual contaminada “in voce” diciendo contra ella<br />

algunas cosas de hechicerías, que no parecieron pertenecer al Santo Oficio. Se le mandó<br />

que las fuese a declarar al provisor, el cual prosiguió la causa sobre ella y habiendo<br />

examinado 18 testigos, dos varones y lo demás mujeres la testificaron de que daba<br />

remedios para hechizados, y para que hombres y mujeres se quisiesen bien en amores.<br />

También para que no se empreñasen, y que aparecieran cosas perdidas y no les hiciesen<br />

mal. Y que para esto y encomendar sabía varias oraciones, lo cual no podría obrar<br />

donde hubiere imágenes de santos y Agnus Dei, y que hablaba con el diablo y hacía<br />

cerco para ello. Y cuando no le sabía mandar la a<strong>por</strong>reaba, y mostraba los cardenales de<br />

ello. Diciendo que <strong>por</strong>que le costaba mucho trabajo esto se lo debían de pagar, y ella<br />

confeso en el tormento qué hablaba con el diablo. Que le llamaba con estas palabras: yo<br />

te conjuro Satanás que me digas esto <strong>por</strong> esto, y lo qué es bueno para esto y para esto<br />

otro. Para qué viniese le hacía un cerco con granos de mijo, y con una vara de mimbre<br />

apareciéndosele en forma de cabrón, y en otras diferentes con largos cuernos, otras de<br />

perro, y le dice que engañase a mujeres para que anden con hombres. Le preguntaba<br />

donde se hallaban las cosas perdidas, y que le ha enseñado lo que han de hacer y decir<br />

las mujeres para que no se empreñen. Y que <strong>por</strong> esto le mandó el dedo meñique, y la<br />

a<strong>por</strong>reaba <strong>por</strong>que no le mandaba el alma y <strong>por</strong>que no le acertaba a llamar con las<br />

palabras que el le decía. Cuenta la rea que todo esto le pasaba <strong>por</strong>que se iba a confesar y<br />

comulgar, y que algunas veces le conjuraba <strong>por</strong> el miembro que le tenía dado. Y con<br />

esto le decía todo lo que le pedía. De esto dio noticia el Provisor, y envió el proceso<br />

para que se viese <strong>por</strong> si tocaba al santo oficio, y habiéndose calificado <strong>por</strong> sospechosa<br />

de que tiene pacto con el demonio, y enviándose el proceso al tribunal mandó que ésta<br />

rea se llevase a las cárceles secretas, y se prosiguiese su causa, la cual estaba recibida a<br />

prueba. 22<br />

HORACIO FABRE. Napolitano organista del Rey vecino de Plasencia, se defirió que<br />

siendo muchacho vio que en casa de su madre en Nápoles, tomó una mujer una redoma<br />

de agua bendita. Y le puso un paño blanco en cima y una vela bendita encendida de tras,<br />

y dijo estas palabras Ángelo Santo, Ángelo blanco <strong>por</strong> mí virginidad me quieras mostrar<br />

el camino de la verdad, y en esta garrafa de agua que se hizo lo que se a hecho fulano.<br />

Nombrando la persona que se quería saber, y que una niña que lo decía o una mujer<br />

preñada, diciéndolo <strong>por</strong> lo que estaba en el vientre veía en la garrafa la persona en la<br />

figura que estaba, lo cual había dicho a Elena de Angulo su suegra, y a su mujer qué es<br />

difunta para que supiesen de un hijo que andaban <strong>por</strong> esos mundos, que estaban <strong>por</strong><br />

esos mundos, que estaba muy penada de él aunque nunca le había dado crédito. Se<br />

calificó <strong>por</strong> superstición y que se entiende que hay pacto con el diablo.<br />

ELENA <strong>DE</strong> ANGULO. Viuda de Pedro Alegre vecino de Plasencia, confesó lo mismo<br />

añadiendo que le había dicho Horacio Fabre que el agua debía de ser de la primera que<br />

se bendijese en la Iglesia. Y que él lo había hecho <strong>por</strong> un hermano suyo siendo<br />

22 A. H. N. Sección Inquisición de Llerena. Relación de las causas despachadas<br />

en el auto público de la fe qué se celebró en la ciudad de Llerena, año de 1603.<br />

Legajo 1988 N 57/B.


muchacho, y le había visto estar sentado en el borde de una galera con un soldado viejo,<br />

y qué ella había rogado a una moza doncella si se atrevería a hacerlo <strong>por</strong> el seseo que<br />

tenía de saber de su hijo, y no se atrevió. Y <strong>por</strong> esto no lo había hecho, calificado <strong>por</strong><br />

superstición y sospechoso de pacto con el demonio.<br />

CATALINA PAVONA. Mujer de Pedro de Torres tintorero vecina de Plasencia. Fue<br />

testificada <strong>por</strong> dos testigos mujeres sus primas hermanas, de que para saber de su<br />

marido le había dicho la una de ellas, que la dicha Elena de Angulo la anterior acusada<br />

decía lo de la Redoma. Qué le había enseñado su yerno, y que para hacerlo le había<br />

traído la otra el agua bendita, como se lo había rogado la dicha Catalina Pavona, y<br />

después no saben si lo hizo, y creen que no. Se calificó <strong>por</strong> supersticioso y sospechoso<br />

de pacto con el demonio.<br />

LA MACHARRA. Qué es conocida en Plasencia <strong>por</strong> la hechicera de las garrobillas,<br />

fue testificada <strong>por</strong> un testigo mujer de que haría cuatro días que habiéndola traído allí,<br />

para curar algunas personas que se temían de estar hechizadas, la había curado también<br />

a ella. Le afirmó que dentro de un año habría de tener un hijo y después otro y también<br />

una hija, a la que le tenía que poner un escapulario de San Jerónimo o de la<br />

Concepción. Y para qué no le hiciesen mal, le dio unos polvos negros qué decía qué<br />

eran de lo que el diablo mayor echaba cuando sé ensuciaba, qué se llamaban Almea. Y<br />

le dijo que no había dormido una noche, <strong>por</strong> saber las cosas que le convenían al testigo,<br />

de lo cual, y <strong>por</strong> que tenía un dedo de la mano torcido qué ha oído decir que es señal de<br />

los que tratan con el demonio. Y <strong>por</strong> haberle encargado mucho el secreto de sospecha,<br />

de si <strong>por</strong> esta vía tenía alguna virtud, o pacto con el demonio. Se calificó <strong>por</strong> pacto<br />

expreso o implícito con el diablo, y que las palabras huelen y saben a herejía.<br />

ANA SANCHÉZ. Viuda vecina de Plasencia, fue testificada <strong>por</strong> un testigo mujer de<br />

que la cuaresma pasada le había dicho estando sola, qué sabía unas palabras para hacer<br />

que un hombre viniese a una mujer donde estaba ella. Comenzándolas a decir oyó que<br />

nombraba a los diablos, y a el caldero de Pedro Botello, no quiso la testigo oír lo demás.<br />

Y preguntándole si ella lo sabía o si le había aprovechado, respondió que las había<br />

dicho mirando al cielo <strong>por</strong>que se había de ver cuando se decía. Y qué un hombre que<br />

trataba con ella venía así como así y no sabía si era <strong>por</strong> las dichas palabras. Calificase<br />

<strong>por</strong> pacto implícito o explicito con el diablo.<br />

MARÍA <strong>DE</strong> MEDINA. Mujer de Miguel Martín organista de la catedral de Plasencia<br />

se defirió de que abría dos años qué una mujer que ya es difunta, le había enseñado una<br />

oración qué la había de decir acostado en la cama sin santiguarse, para qué viniese a ella<br />

el hombre qué quisiese. La cual había hecho dos veces diciendo: en esta cama me<br />

acuesto a dormir y holgar, y mi cuerpo descansa y a fulano mala noche llevara. Allá le<br />

envío una cama el colchón sea de hormigas, el cobertor de ortigas, <strong>por</strong> almohada<br />

lagartos pintos, y a la cabeza cien silvas, de ellas preñadas y de ellas paridas tales ansias<br />

y vascas les de <strong>por</strong> mí, como tenían las silvas cuando querían parir”. Y que también le<br />

enseñó otra mujer difunta que para que un hombre quisiese bien a una mujer se habían<br />

de cortar las uñas de los pies, y de las manos y cabellos de la cabeza, quemarlos y<br />

dárselo a beber en vino, y sacase dos o tres gotas de sangre de un dedo y echarlas en el<br />

vino, pero que esto no lo había hecho malo a uno ni a lo otro. Le había dado crédito,<br />

más lo tomó como con guasa. Calificase <strong>por</strong> supersticioso, y que entender que cause<br />

semejantes efectos es contra la fe. Visto en el tribunal mandó que se suspenda.<br />

CATALINA GARCÍA. Natural de Asturias y vecina de Plasencia se defirió de que <strong>por</strong><br />

la navidad pasada, andando buscando remedio para que volviese a ella un su amigo que<br />

la había dejado le dijo Francisca López natural de Córdoba qué también vive en<br />

Plasencia. Qué le mostraría ciertas oraciones con qué su amiga hiciese lo qué ella<br />

quisiese, una de las que le enseñó decía: “así té ligo y té encanto con tres frailes de<br />

misas, tres monjas profesas, y tres hombres muertos a hierro, el uno ladrón, el otro


judío, y el otro salteador, que vallan a ti y te den tres puñaladas en el corazón. Que de<br />

mí tengas dolor, y si de mí tienes algún enojo así se te deshaga como se deshace esta sal<br />

en el agua, echando en ella tres granos de sal”. Y otra oración qué decía: “Jesucristo<br />

murió, Jesucristo murió, Jesucristo resucitó, así lo creo yo. Y teniendo en la mano<br />

habas, tierra, carbón, sal. Cera, papel, y un ochavo, iba haciendo con la otra mano tres<br />

cruces, mientras proseguía diciendo conjuros: habas con Dios Padre y con Santa Maria<br />

su madre, y con el pan y con la sal y con las aguas de la mar, y con la redondez de la<br />

tierra, y con la barba de la ballena, y con los siete pelos de la barba de David, y con el<br />

bien aventurado San Julián qué en la mar entro, y esta suerte echo y buena le salió, y así<br />

haga en mí en esto, que pedir y preguntarte quiero” y arrojando las dichas cosas en el<br />

suelo sabía al caer juntas o apartadas lo que había de ser. Otro conjuro era: Jesucristo<br />

nació, Jesucristo murió, Jesucristo resucitó, y así lo creo yo, haciendo tres veces la señal<br />

de la cruz, teniendo un hueso colgado de un hilo, y diciendo te conjuró hueso de palo<br />

con el hilado que tienes en cimba, que es para cubrir vivos y muertos, te conjuró con<br />

Dios Padre y con Santa Maria su madre, y con el cáliz y el ara, con la ostia consagrada,<br />

y con el cirio pascual, con el libro misal, con el río Jordán donde Nuestro Jesucristo fue<br />

bautizado. Le preguntó a San Juan Bautista ¿Juan quien está mejor bautizado yo o tú? Y<br />

le respondió yo, inmediatamente con el hueso cogido con el hilo le decía: te suplicó me<br />

digas la verdad, y si el hueso meneándose hacía una I decía qué sí, y si una O decía que<br />

no. Otro conjuro era el qué sigue: te conjuró estrella la más alta y la más bella, como te<br />

conjuro con uno te conjuro con dos multiplicando hasta nueve cada vez. Uno y con el<br />

diablo “Mexeriquel” qué todos nueves os juntéis y en nueve caballos cabalguéis, y en el<br />

huerto de Amor entréis, y nueve varas de cedro negro me cortéis, y en las fraguas de<br />

Barrabas y Satanás las moldeéis y agucéis, y en el corazón de fulano se las clavéis. Qué<br />

no pueda estar ni sosegar, ni comer ni beber ni dormir, ni gusto cumplido con ninguna<br />

mujer tener, hasta que conmigo venga a estar. Otra oración era la siguiente, miraba a la<br />

estrella de la guía y decía: te conjuro con Dios y Santa María, con Pedro y con Pablo y<br />

con Andreguela (que dijo qué era San Andrés) y con la leche de nuestra señora, y con<br />

la madre de Zacarías, y con el diablo cojuelo, y con el diablo Mexeriquel que todos<br />

nueves os juntéis como en la pasada, y me mostréis en hombre halar o en puerta llamar,<br />

o en gallo cantar, <strong>por</strong>que cualquier señal de éstas era buena. Y que salía la acusada y la<br />

testigo, dos o tres veces de noche a un corredor y lo hicieron mirando al cielo. Se<br />

calificó de pacto implícito con el demonio, injurioso a Dios y a los Santos, y a los<br />

misterios de la fe, y blasfemó contra San Andrés.<br />

MARÍA <strong>DE</strong> AGUILAR. Monja en el monasterio de Santa Clara, le pidió Doña<br />

Petronila que hiciese una oración, diciéndole la monja que no podía <strong>por</strong>que había<br />

olvidado los conjuros, <strong>por</strong> haber perdido un libro que tenía las dichas oraciones y<br />

conjuros. Comentó la monja, que en el monasterio de Santa Clara de Plasencia, hace<br />

muchos años hubo costumbre de hacer una oración de la siguiente manera: unas monjas<br />

se ponían en el coro y otras andando alrededor del claustro rezando, otra monja estaba<br />

en un aposento sola con un pie descalzo metido en una vacía de agua, y allí dice lo que<br />

quiere saber. Las monjas solían salir a media noche a rezar a una estrella durante 33<br />

noches, donde conjuraban la dicha estrella. Cuenta María Aguilar, que de esas monjas<br />

quedan pocas en el convento, el resto están difuntas. Y que lo comentaba <strong>por</strong>que dicha<br />

oración se ha dejado de hacer en el convento. 23<br />

Estas han sido las brujas de Plasencia, seguro que habría más, de momento éstas las<br />

tenemos seguras. La ignorancia, la necesidad de una cosa y el temor de la contraria, la<br />

incertidumbre angustiosa del <strong>por</strong>venir, dependiente del libre albedrío del hombre y de la<br />

voluntad divina, son las causas psicológicas, que en todo tiempo han impulsado a la<br />

humanidad, a pretender rasgar el velo misterioso de las cosas ocultas y de los sucesos<br />

23 AHN. Legajo 1988. N. 22. Relación de causas año 1987.


futuros. Espero que esta pequeña historia de Plasencia cargada de tensiones,<br />

humillaciones, recelos, desprecio y falta de respeto de vecinos de la villa, hacia otros<br />

vecinos de la misma solo <strong>por</strong> pensar de forma diferente, no se vuelva a repetir.<br />

Qué esta realidad histórica sirva de ejemplo, para que algunas instituciones revisen su<br />

currículo histórico, y antes de querer ver la paja en ojo ajeno revisen los suyos cargados<br />

de pesadas vigas negras. Que estas páginas sirvan, para reconocer y desenmascarar a los<br />

verdaderos herejes de la historia, y sobre todo, que estos acontecimientos vividos en<br />

otros tiempos, contribuyan a confeccionar el tan discutido espacio de recuperar la<br />

memoria.<br />

FERMÍN MAYORGA HUERTAS<br />

BIBLIOTECA VIRTUAL EXTREMEÑA - http://biblioteca.paseovirtual.net

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