El método del camello - IMB Resource Catalog

Sura Al Ma’idah (La Mesa Servida) 5:66a Si obsevaran la Tora, el Evangelio
(Inyil) y la Revelación que han recibido de su Señor, disfrutarían de los bienes del cielo
y de la tierra.
PUNTO 1: LA TRADICIÓN DEL CURBÁN
Después de que Adán pecó y fue expulsado de la presencia de Alá, comenzó la tradición
del curbán. El acto del curbán es un ejemplo o una imagen de nosotros. Necesitamos
entender que cualquiera que comete pecado contra Alá, ha cometido un crimen
serio. La persona culpable debe ser castigada con la muerte (que quiere decir separado
de la presencia de Alá, así como lo vemos con Adán). El ejemplo del curbán muestra
que la persona culpable es librada del castigo, cuando un sustituto toma el castigo en
su lugar. En su misericordia, Alá transfiere el castigo de la persona culpable a otro que
es inocente. De esta manera, Alá muestra su misericordia y cumple con el castigo al
mismo tiempo.
PUNTO 2: EL SEGUNDO CURBÁN MÁS FAMOSO
Un día, Alá le dijo a Ibrahim (Abraham) que llevara a su hijo bendito a una montaña y
que lo ofreciera como el curbán. Ibrahim obedeció la petición de Alá. Cuando estaban
sobre la montaña, el hijo de Ibrahim le preguntó a su padre: “¿Dónde está el animal
para el sacrificio?” Ibrahim le respondió: “Alá mismo proveerá el animal para el sacrificio”
(Génesis 22:7-8). Al último instante, antes que Ibrahim matara a su hijo, Alá lo
detuvo y proveyó un carnero para el sacrificio.
Esta historia nos ayuda a entender mejor el significado del sistema de sacrificios de
Alá. Alá comprobó el amor de Ibrahim hacia Él. Ibrahim pasó la prueba. Un padre dispuesto
a sacrificar a su hijo inocente muestra su amor supremo a Alá. De igual forma,
un amor del mismo valor es el de aquel hijo dispuesto a ser sacrificado.
PUNTO 3: EL PLAN DE ALÁ DE OFRECER UN CURBÁN
Adán, el padre de toda la humanidad, fue expulsado de la presencia de Alá en el huerto
del Edén porque desobedeció a Alá una sola vez. Para que una persona vuelva a la
presencia de Alá, sus pecados deben ser totalmente removidos. Alá es cien por ciento
santo y nada inmundo puede entrar a su presencia.
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