análisis del año 2006 - Facultad de Ciencias Sociales - Universidad ...

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12 ANÁLISIS DEL AÑO 2006 - Departamento de Sociología de la Universidad de Chile militar desató toda su fuerza represiva contra los sectores populares y sus organizaciones sociales y políticas, en cambio los gremios patronales gozaron de todas las ventajas; las protestas contra el gobierno de Pinochet en los años 80 se desarrollaron en las poblaciones populares, mientras en el barrio alto se tomaba el té con toda normalidad; y ahora, en tiempos de elecciones, la Concertación y la izquierda extraparlamentaria obtienen su mejor votación en los sectores populares, mientras que los partidos de derecha arrasan en el barrio alto. La tendencia es clara en términos generales, y no me venga usted con que el tío suyo o la señora Juanita. Ni se haga el listo señalando que si así fuera no se entendería que la UDI lograra votos populares o que Lavín hubiera llegado casi-casi. Aunque tengo mis dudas, lo considero suficientemente inteligente e informado como para entender por qué pasa eso desde el tiempo de los troglodos. El hecho que interesa que entienda es que, después de diecisiete años de terminado el régimen militar, y sin que haya ideologías, doctrinas ni programas políticos, los sectores populares siguen mayoritariamente rechazando a los partidos de derecha, mientras que la llamada clase alta muestra una adhesión casi unánime a ellos. Todo indica que estas afinidades tienden a debilitarse, pero todavía son residuos que permanecen con fuerza. Si ahora volvemos al asunto del difunto, podemos comprobar que, en el momento de los símbolos, los gestos y las demostraciones, vuelve a expresarse esa división social. No sólo muchos políticos de derecha corrieron a reconocer filas al lado de su general, también hay un componente de clase alta que es demasiado visible como para ser escondido por los medios de comunicación: señoras muy decentes, caballeros de tomo y lomo, jóvenes curtidos por el velerismo. También hay clase medieros y algún torreja dándole el toque folclórico, pero el tono está dado por el buen tono. Pero no sólo se trata del juego, tan fácil en Chile, de andar reconociendo la clase por la facha. El empresariado tuvo un comportamiento ejemplar, en que no sólo reconoció públicamente los méritos del difunto, sino que apresuró la elección de sus máximos dirigentes en la Confederación de la Producción y el Comercio, para que, encabezados por su nuevo presidente, pudieran concurrir al funeral del occiso a dar gracias por los deseos concedidos cuando tuvieron susto. No se sabe que haya ocurrido algo similar entre lo que queda de organización sindical u otras organizaciones populares. No se sabe que haya habido romerías ni velatones en las poblaciones pobres. Por el contrario, los que espontáneamente salieron el día del muerto a la Plaza Italia y la Alameda a improvisar un carnaval (con ese espíritu festivo del chileno, heredado del kultrún y la trutruca, que hace palidecer de envidia a los tristes brasileños) tenían claramente o, mejor dicho, obscuramente, otro pelaje. Mucha sudadera, mucha cerveza en lata, mucho tatuaje, mucha pachanga, mucho estribillo cochino, mucha guata. También clase medieros (que de eso hay en todas partes), algún artista, y algún intelectual... como siempre despistado.

RODRIGO BAÑO - La justicia tarda, pero no llega Es cierto que con la muerte de Pinochet no pasa nada nuevo, pero sirve de excelente lente de aumento para ver las diferencias sociales tan nítidamente como se vieron al momento del golpe de 1973. Más diluidas, es cierto, pues ya no tienen organizaciones ni ideologías que les den consistencia, pero suficientemente claras como para responder a la señorita entrevistadora, que insiste en preguntar si con la muerte de Pinochet se van a terminar las divisiones entre los chilenos, con esa otra pregunta: ¿De qué divisiones estamos hablando? Más allá de la división social hay también otras expresiones que son importantes. Las fuerzas armadas y, con mayor dificultad, el ejército, recuperan fuerza institucional haciendo delicadas distinciones respecto de lo bueno y lo malo y cortando toda expresión que limite la recuperación de su carácter nacional. La iglesia lo manda bien recomendado por si le toca juicio allá arriba, aunque, con poquita fe, prefiere dejar el asunto en manos de la historia. Ambas instituciones tratan de recobrar su carácter nacional, por encima de cualquier división antigua o nueva. El Gobierno se las arregla mejor mientras más callado se queda. Los medios de comunicación son una vergüenza de desinformación y mañosa manipulación, pero nadie se entera. Complicado esto de los medios de comunicación, cuyas mañas también se hicieron presente con fuerza gracias al muerto. No es tan raro, pues es sabido que en Chile existe prácticamente un monopolio en la propiedad y orientación de los medios de comunicación. Hay dos cadenas que controlan toda la prensa y que incluso se han ido aceleradamente apoderando de lo que quedaba de prensa regional, con dos estrategias: La Tercera, mejorando su distribución a fin de llegar a todas partes temprano y desplazar a los diarios locales; El Mercurio, comprando los diarios regionales, entre ellos recientemente El Sur de Concepción. En la televisión abierta, todas las estaciones tienen identificaciones de derecha, que van desde el paroxismo pinochetista de Mega hasta la ponderación del canal de la Universidad Católica. Solo TVN trata de mantener una cierta ecuanimidad a través del expediente de no informar prácticamente nada. Resultaba hasta divertido, para los privilegiados que podían ver los titulares de prensa extranjera e informativos de canales internacionales, ver como en otras partes se hablaba directamente de la muerte del “dictador” o “tirano” (término más apropiado para los que saben algo de teoría política), mientras aquí en Chile se hablaba de “general”, “ex gobernante”, “ex mandatario”,etc. Pero donde ya no resulta tan divertido es cuando se puede constatar como abiertamente distorsionan los hechos. Eso se puede saber sólo si uno puede ver lo que ocurre y luego ver cómo se informa de ello. Por eso es que puedo informarle al inocente lector que fui a esa concentración espontánea que hicieron opositores al muerto y a la cual ya me referí recientemente. En ella vi decenas de miles de personas que llenaron la Alameda entre Plaza Italia y la Moneda. Era una manifestación totalmente tranquila que fue sorpresivamente atacada por Guanacos y Zorrillos, lo que provocó un muy peligroso 13

12 ANÁLISIS DEL AÑO <strong>2006</strong> - Departamento <strong>de</strong> Sociología <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Chile<br />

militar <strong>de</strong>sató toda su fuerza represiva contra los sectores populares y sus<br />

organizaciones sociales y políticas, en cambio los gremios patronales gozaron <strong>de</strong><br />

todas las ventajas; las protestas contra el gobierno <strong>de</strong> Pinochet en los <strong>año</strong>s 80 se<br />

<strong>de</strong>sarrollaron en las poblaciones populares, mientras en el barrio alto se tomaba el té<br />

con toda normalidad; y ahora, en tiempos <strong>de</strong> elecciones, la Concertación y la izquierda<br />

extraparlamentaria obtienen su mejor votación en los sectores populares, mientras<br />

que los partidos <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha arrasan en el barrio alto.<br />

La ten<strong>de</strong>ncia es clara en términos generales, y no me venga usted con que el tío<br />

suyo o la señora Juanita. Ni se haga el listo señalando que si así fuera no se enten<strong>de</strong>ría<br />

que la UDI lograra votos populares o que Lavín hubiera llegado casi-casi. Aunque<br />

tengo mis dudas, lo consi<strong>de</strong>ro suficientemente inteligente e informado como para<br />

enten<strong>de</strong>r por qué pasa eso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tiempo <strong>de</strong> los troglodos. El hecho que interesa<br />

que entienda es que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> diecisiete <strong>año</strong>s <strong>de</strong> terminado el régimen militar, y sin<br />

que haya i<strong>de</strong>ologías, doctrinas ni programas políticos, los sectores populares siguen<br />

mayoritariamente rechazando a los partidos <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha, mientras que la llamada<br />

clase alta muestra una adhesión casi unánime a ellos. Todo indica que estas afinida<strong>de</strong>s<br />

tien<strong>de</strong>n a <strong>de</strong>bilitarse, pero todavía son residuos que permanecen con fuerza.<br />

Si ahora volvemos al asunto <strong><strong>de</strong>l</strong> difunto, po<strong>de</strong>mos comprobar que, en el momento<br />

<strong>de</strong> los símbolos, los gestos y las <strong>de</strong>mostraciones, vuelve a expresarse esa división<br />

social. No sólo muchos políticos <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha corrieron a reconocer filas al lado <strong>de</strong><br />

su general, también hay un componente <strong>de</strong> clase alta que es <strong>de</strong>masiado visible como<br />

para ser escondido por los medios <strong>de</strong> comunicación: señoras muy <strong>de</strong>centes, caballeros<br />

<strong>de</strong> tomo y lomo, jóvenes curtidos por el velerismo. También hay clase medieros y<br />

algún torreja dándole el toque folclórico, pero el tono está dado por el buen tono.<br />

Pero no sólo se trata <strong><strong>de</strong>l</strong> juego, tan fácil en Chile, <strong>de</strong> andar reconociendo la clase<br />

por la facha. El empresariado tuvo un comportamiento ejemplar, en que no sólo<br />

reconoció públicamente los méritos <strong><strong>de</strong>l</strong> difunto, sino que apresuró la elección <strong>de</strong> sus<br />

máximos dirigentes en la Confe<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> la Producción y el Comercio, para que,<br />

encabezados por su nuevo presi<strong>de</strong>nte, pudieran concurrir al funeral <strong><strong>de</strong>l</strong> occiso a dar<br />

gracias por los <strong>de</strong>seos concedidos cuando tuvieron susto. No se sabe que haya<br />

ocurrido algo similar entre lo que queda <strong>de</strong> organización sindical u otras organizaciones<br />

populares. No se sabe que haya habido romerías ni velatones en las poblaciones<br />

pobres.<br />

Por el contrario, los que espontáneamente salieron el día <strong><strong>de</strong>l</strong> muerto a la Plaza<br />

Italia y la Alameda a improvisar un carnaval (con ese espíritu festivo <strong><strong>de</strong>l</strong> chileno,<br />

heredado <strong><strong>de</strong>l</strong> kultrún y la trutruca, que hace pali<strong>de</strong>cer <strong>de</strong> envidia a los tristes brasileños)<br />

tenían claramente o, mejor dicho, obscuramente, otro pelaje. Mucha suda<strong>de</strong>ra, mucha<br />

cerveza en lata, mucho tatuaje, mucha pachanga, mucho estribillo cochino, mucha<br />

guata. También clase medieros (que <strong>de</strong> eso hay en todas partes), algún artista, y algún<br />

intelectual... como siempre <strong>de</strong>spistado.

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