análisis del año 2006 - Facultad de Ciencias Sociales - Universidad ...
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RODRIGO BAÑO - La justicia tarda, pero no llega<br />
con las simpatías <strong>de</strong> la teleaudiencia. Aunque su popularidad tuvo un pequeño bajón<br />
cuando los niños salieron a la calle a sacarle la lengua, pronto se recuperó y se apresta<br />
a empezar su segundo <strong>año</strong> con el mismo entusiasmo y zapatos <strong>de</strong> taco medio.<br />
POBRE PERO HONRADO, ES DECIR, SIN VOCACIÓN POLÍTICA.<br />
La ética suele plantear exigencias muy difíciles, como eso <strong>de</strong> ser pobre pero<br />
honrado, en circunstancias que sería mucho más fácil pedir al rico que sea honrado,<br />
aunque fuera <strong>de</strong> vez en cuando. Lo mismo ocurre en la política, don<strong>de</strong> se pi<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>dicarse al servicio público sin ser-vicio público y se espera que se ayu<strong>de</strong> a los<br />
negocios sin hacer negocio. Exigencias difíciles, como las que le plantearon a Adán,<br />
poniéndole a una mujer en pelotas y esperando que no se comiera la manzana.<br />
Respecto a las relaciones entre ética y política, se podría <strong>de</strong>cir que no han cambiado<br />
mucho las cosas, pero han cambiado un poquito y con eso basta. Porque siempre ha<br />
habido cierta relación entre el dinero y la política (se recomienda leer “Los negocios<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> señor Julio César” y la Vida Social <strong>de</strong> El Mercurio). Pero ahora, para no cansar<br />
al lector, reducimos a dos los cambios: la política carece <strong>de</strong> orientación utópica y el<br />
dinero es la medida <strong>de</strong> todas las cosas. En tales condiciones es natural que los cargos<br />
políticos se utilicen como vehículos en la difícil movilidad social ascen<strong>de</strong>nte. A la<br />
vez, también es natural que la lucha política no se <strong>de</strong>sarrolle sobre la base <strong>de</strong><br />
planteamientos i<strong>de</strong>ológicos o programáticos, sino en cuanto <strong>de</strong>scubrir vicios <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
adversario. Una combinación perfecta tanto para los buenos negocios como para<br />
los escándalos.<br />
Obviamente, no se trata <strong>de</strong> justificar a nadie... mientras no me paguen. Pero el<br />
caso es que suscita mucho menor preocupación el uso <strong>de</strong> la política para entrar en la<br />
buena clase que el meter las manos en la caja chica. En efecto, es bastante conocido<br />
el hecho <strong>de</strong> que varios personajes que se han <strong>de</strong>dicado a la política han <strong>de</strong>sarrollado<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> ésta las vinculaciones que los han transformado en exitosos ejecutivos y<br />
empresarios en el sector privado. No voy a dar nombres, porque uno nunca sabe<br />
cuando va a tener que pedir favores a un amigo, pero que les ha ido bien, les ha ido<br />
bien.<br />
Esto tampoco es novedoso. Históricamente la aristocracia y la burguesía han<br />
recibido la fresca sangre <strong>de</strong> políticos, civiles o militares, <strong>de</strong> éxito. El problema es<br />
cuando la política no tiene otro objetivo que éste, porque ahí empieza la sospecha<br />
<strong>de</strong> que eso <strong>de</strong> los intereses generales y el bien común son puro cuento. Pue<strong>de</strong> que<br />
todavía no sea para tanto, pero tampoco se le da mucha publicidad al asunto.<br />
El otro tema es el <strong>de</strong> meter las manos en la caja chica. Esto sí que se presta para<br />
el escándalo, no porque la conciencia <strong>de</strong> los periodistas (si es que existe algo como<br />
eso) no pueda soportar tales actos, sino porque tales <strong>de</strong>nuncias pue<strong>de</strong>n rendir buenos<br />
divi<strong>de</strong>ndos políticos. Es normal: si una organización política no tiene i<strong>de</strong>as, proyectos<br />
o programas que proponer para convencer y obtener apoyo <strong>de</strong> los televi<strong>de</strong>ntes, es<br />
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