análisis del año 2006 - Facultad de Ciencias Sociales - Universidad ...
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112 ANÁLISIS DEL AÑO 2006 - Departamento de Sociología de la Universidad de Chile El Dios Padre Todopoderoso del Chile concertacionista de los noventa es Pinochet. Pero ese Dios se desgasta y hasta desvanece desde The Clinic y el Banco Riggs. Por eso, lo que debemos observar es el fenómeno de la renovación de esta religión, el movimiento transvalorador esperable, que cambie los poderes y reproduzca más o menos las formas. En la religión de Cristo, él trajo un mensaje de paz para relajar a la comunidad religiosa frente al temor a las venganzas de Dios Padre, a sus sanciones y molestias. Es un mensaje de renovación. En la construcción simbólica del Chile sin Pinochet veremos como es Lagos quien cumple el papel de reemplazar al padre, de renovar el mensaje de la Concertación en la necesidad de articular una nueva era. Además, el rol cristológico de Lagos era muy complejo, pues en el caso del cristianismo la figura del hijo de Dios es afirmativa del padre. En cambio, Lagos es representante de una religión basada en el estar en las antípodas, en ser opuestos al padre de esta nueva patria. Por eso su mensaje de renovación debía ser de reemplazo total del padre. Ya se había construido la religión de ‘lo que no somos’ (Concertación por el No), pero no se había construido la religión de ‘lo que somos’. Por supuesto, tampoco era todo tan mecánico y simple. Porque en medio del mensaje de renovación había que lograr convencer a la comunidad de que todo lo que continuaba siendo igual o muy parecido a la época de Pinochet, era en realidad obra de los hijos. b) Auge y ocaso de Pinochet post-Pinochet: crónica de su muerte en vida. Los gobiernos de la Concertación están marcados por Pinochet. Aylwin y su ‘justicia en la medida de lo posible’ como eslogan moral, con su culposa mirada del libremercado, con sus indicadores país no muy óptimos, resulta invisible en todos estos aspectos, que son en rigor los que le pertenecen, su doctrina. Su única visibilidad es ser el baluarte moral de ‘no ser’ Pinochet, de ser el primero en ‘no ser’ Pinochet. Es decir, ‘no ser Pinochet’ pasa a ser un mérito. Por su parte, Frei se encuentra con un Pinochet ya cada vez más mal visto, ya cada vez más en retirada, ya cada vez más incómodo para la derecha y cada vez mejor para la Concertación. Es el mejor momento de unidad y fraternidad de la comunidad concertacionista, por una razón simple: Pinochet parece ser poderoso, pero todos saben que ya no lo es tanto. Al aparentar ser poderoso, consumarse como su opuesto tiene algún mérito heroico. Se tienen todos los beneficios de tener a Pinochet como figura viva e intensa. Pero al mismo tiempo no hay ningún costo importante en ello. En todo caso, Frei ya no tiene el mérito de no ser Pinochet, pues la gente se pone más exigente o quizás simplemente pedigüeña. Frei tiene el mérito de ser Frei, de ser el hijo de su padre, de ser el hijo de un hombre que fue oposición de Pinochet y que fue un presidente de esos importantes, aunque sea difícil enterarse de la razón para ello. Más aún, Eduardo Frei junior nunca entendió lo que su hermana decía: la importancia de convencer a
ALBERTO MAYOL MIRANDA - De Pinochet a Bachelet 113 todos de que Pinochet había matado a Frei padre. Ese habría sido su triunfo completo, pues se habría consumado como hijo del dolor y se podría haber construido una trinidad (Frei Padre, Frei Hijo y el Espíritu DC). Pero Eduardito lo comprendió tarde, muy tarde, como diez años después, cuando ya empieza a sonar raro que Pinochet tenga la culpa de todo lo que se nos ocurra. Y suena raro porque Pinochet no da para tanto, como bien insistió siempre Leigh. Lo cierto es que mientras Eduardito (o Martita) gobernaba, Pinochet avanzaba hacia el retiro, tanto de sus roles militares como cívicos. Así y todo, su estatus de senador vitalicio lo mantenía encarnado en el sistema. Pero en Londres se acabó todo. Pinochet fue detenido y sometido a un régimen de vaciamiento de carisma, que en rigor fue un ayuno propio. Volvió a Chile humillado y ofendido y su último acto de huaso ladino fue pararse en el aeropuerto y caminar, demostrando que no estaba tan enfermo. Pero ya no estaban los tiempos para quedar de astuto. Sólo quedó de mentiroso y cobarde. El extirpador del cáncer marxista, el hombre que venció al marxismo internacional, de pronto era un hombre muerto apenas caminando. El fin del gobierno de Frei estuvo marcado por la crisis asiática, lo que nos hace más occidentales por echarle la culpa a los orientales; por la agonía política de Pinochet, por la figura de Insulza como sostén institucional y por una elección presidencial que hizo pasar un buen susto al PRI, perdón, a la Concertación. Lavín y sus rasgos deslavados, sin personalidad y con una ideología nihilista políticamente (donde la política son puras cosas sin importancia), encarnaron el decadentismo exitoso en medio de una Concertación que no tenía objeto de existir dado que crecientemente Pinochet se apagaba y decirle que ‘no’, ser su antípoda, carecía de toda gracia, sobre todo porque la Concertación tuvo que decirle que sí en Londres y eso le quitaba todo su carisma. Finalmente Lagos gana, pero apenas y con una fuerte sensación de derrota se inicia un gobierno que dio tumbos unos buenos meses. Pero de pronto Lagos encontró el filón. Ya no se podía ser el ‘dedo’ de Lagos, ya no se podía amenazar a Pinochet, no tenía sentido atacar al muerto. ¿Cuál era la solución? Renovar la religión opositora de la Concertación en una religión propia. Quitar el énfasis en la lucha contra el mal y proponer el énfasis en la lucha por el bien. Lagos, además, tuvo suerte. Luego de la crisis por corrupción en el MOP, donde él mismo podía verse envuelto; y luego de una oleada de casos de corrupción, que situaron a la Concertación en la zona del mal, Lagos finalmente salió sin daño. La ecuación inicial era complicada. Caso MOP + Sobresueldos + CORFO = Concertación Corrupta
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El Dios Padre Todopo<strong>de</strong>roso <strong><strong>de</strong>l</strong> Chile concertacionista <strong>de</strong> los noventa es<br />
Pinochet. Pero ese Dios se <strong>de</strong>sgasta y hasta <strong>de</strong>svanece <strong>de</strong>s<strong>de</strong> The Clinic y el Banco<br />
Riggs. Por eso, lo que <strong>de</strong>bemos observar es el fenómeno <strong>de</strong> la renovación <strong>de</strong> esta<br />
religión, el movimiento transvalorador esperable, que cambie los po<strong>de</strong>res y<br />
reproduzca más o menos las formas.<br />
En la religión <strong>de</strong> Cristo, él trajo un mensaje <strong>de</strong> paz para relajar a la comunidad<br />
religiosa frente al temor a las venganzas <strong>de</strong> Dios Padre, a sus sanciones y molestias.<br />
Es un mensaje <strong>de</strong> renovación. En la construcción simbólica <strong><strong>de</strong>l</strong> Chile sin Pinochet<br />
veremos como es Lagos quien cumple el papel <strong>de</strong> reemplazar al padre, <strong>de</strong> renovar<br />
el mensaje <strong>de</strong> la Concertación en la necesidad <strong>de</strong> articular una nueva era. A<strong>de</strong>más, el<br />
rol cristológico <strong>de</strong> Lagos era muy complejo, pues en el caso <strong><strong>de</strong>l</strong> cristianismo la<br />
figura <strong><strong>de</strong>l</strong> hijo <strong>de</strong> Dios es afirmativa <strong><strong>de</strong>l</strong> padre. En cambio, Lagos es representante<br />
<strong>de</strong> una religión basada en el estar en las antípodas, en ser opuestos al padre <strong>de</strong> esta<br />
nueva patria. Por eso su mensaje <strong>de</strong> renovación <strong>de</strong>bía ser <strong>de</strong> reemplazo total <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
padre. Ya se había construido la religión <strong>de</strong> ‘lo que no somos’ (Concertación por el<br />
No), pero no se había construido la religión <strong>de</strong> ‘lo que somos’.<br />
Por supuesto, tampoco era todo tan mecánico y simple. Porque en medio <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mensaje <strong>de</strong> renovación había que lograr convencer a la comunidad <strong>de</strong> que todo lo<br />
que continuaba siendo igual o muy parecido a la época <strong>de</strong> Pinochet, era en realidad<br />
obra <strong>de</strong> los hijos.<br />
b) Auge y ocaso <strong>de</strong> Pinochet post-Pinochet: crónica <strong>de</strong> su muerte en vida.<br />
Los gobiernos <strong>de</strong> la Concertación están marcados por Pinochet. Aylwin y su<br />
‘justicia en la medida <strong>de</strong> lo posible’ como eslogan moral, con su culposa mirada <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
libremercado, con sus indicadores país no muy óptimos, resulta invisible en todos<br />
estos aspectos, que son en rigor los que le pertenecen, su doctrina. Su única visibilidad<br />
es ser el baluarte moral <strong>de</strong> ‘no ser’ Pinochet, <strong>de</strong> ser el primero en ‘no ser’ Pinochet.<br />
Es <strong>de</strong>cir, ‘no ser Pinochet’ pasa a ser un mérito. Por su parte, Frei se encuentra con<br />
un Pinochet ya cada vez más mal visto, ya cada vez más en retirada, ya cada vez más<br />
incómodo para la <strong>de</strong>recha y cada vez mejor para la Concertación. Es el mejor<br />
momento <strong>de</strong> unidad y fraternidad <strong>de</strong> la comunidad concertacionista, por una razón<br />
simple: Pinochet parece ser po<strong>de</strong>roso, pero todos saben que ya no lo es tanto. Al<br />
aparentar ser po<strong>de</strong>roso, consumarse como su opuesto tiene algún mérito heroico.<br />
Se tienen todos los beneficios <strong>de</strong> tener a Pinochet como figura viva e intensa. Pero<br />
al mismo tiempo no hay ningún costo importante en ello. En todo caso, Frei ya no<br />
tiene el mérito <strong>de</strong> no ser Pinochet, pues la gente se pone más exigente o quizás<br />
simplemente pedigüeña. Frei tiene el mérito <strong>de</strong> ser Frei, <strong>de</strong> ser el hijo <strong>de</strong> su padre, <strong>de</strong><br />
ser el hijo <strong>de</strong> un hombre que fue oposición <strong>de</strong> Pinochet y que fue un presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong><br />
esos importantes, aunque sea difícil enterarse <strong>de</strong> la razón para ello. Más aún, Eduardo<br />
Frei junior nunca entendió lo que su hermana <strong>de</strong>cía: la importancia <strong>de</strong> convencer a