De Harmont a Trujillo - Banco de Reservas
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César A. Herrera | DE HARTmOnT A TRUJILLO advertir a V. que de esa cantidad dejé dispuesto reservar £5,000 destinadas a pagar, primero, una parte de los numerosos gastos que V. supondré he tenido que hacer; segundo, una factura de efectos encargados por el Ciudadano Presidente de la República al Señor mendel para adorno del Palacio de Gobierno y un trimestre para las pensiones de los estudiantes dominicanos que se hallan por cuenta del Estado en París. De todo lo cual le presentaré la cuenta oportunamente. Comprendiendo que mi ausencia de París dejaba un vacío para la Representación del Gobierno en asuntos fiscales, me pareció conveniente autorizar al Señor I. mendel, que lo es ya del Gobierno cerca del “Banco nacional” cuyos servicios en todas mis gestiones han sido de verdadera importancia, a llenar las funciones de Agente fiscal de la República durante mi ausencia y mientras daba cuenta de ello al Gobierno. Tengo el honor de acompañarle copias de dicha autorización marcada con la letra E y copia de la nota que dirigí al Señor Barón de Almeda, ministro Plenipotenciario de la República, informándole de este acto a fin de que pudiera atestiguarlo, marcada con la letra f. me prometo que el Gobierno aprobará cuanto he hecho en beneficio de la misión que se me confiara para cuyo buen desempeño no he omitido esfuerzo alguno. Tengo la honra de saludar a V. con la más elevada consideración. (fdo.) M. M. Gautier, Vicepresidente de la República Dominicana. 33 La segunda operación Westendorp quedó definitivamente sancionada por resolución del Congreso nacional del 8 de septiembre de 1890, y por cuyo medio se autorizaba además el aumento a £900,000 de la cuantía del empréstito. La República, por obra y gracia de sus gobernantes, daba un nuevo paso hacia el abismo. Este empréstito constituyó un fraude mayor que el de Hartmont. nunca se supo ni se sabrá jamás cuánto recibió el gobierno dominicano. Los trabajos del ferrocarril de Puerto Plata a Santiago tuvieron que 33no. 14. Expediente 7, Legajo 27 de de la Sección de Hacienda. Archivo General de la nación. 78
César A. Herrera | DE HARTmOnT A TRUJILLO ser financiados con nuevos préstamos, y las liquidaciones finales del “segundo Westendorp” nunca fueron presentadas al gobierno dominicano. El año de 1891 fue de gran incertidumbre. La Casa Westendorp, comprometida en negociaciones tan fraudulentas con el gobierno dominicano, vacilaba en sus cimientos, acosada por los millares de europeos que habían invertido sus ahorros en bonos dominicanos. El gobierno nacional se veía reducido a la impotencia, por la paralización casi total de los negocios, con la consiguiente merma de los ingresos fiscales. Si el servicio del empréstito de 1888 no se cumplía regularmente, mucho menos se atenderían las obligaciones contraídas por el segundo. Además, los funcionarios europeos de la Caja de Recaudación, a gran distancia de la vigilancia directa de Westendorp, no cumplían con la obligación de hacer en tiempo oportuno las remesas de sus recaudaciones. Den Tex Bondt, interesado en mantener en pie este productivo aparato administrativo, al comprobar la precaria situación del gobierno, propuso a éste un acuerdo que en el fondo era una modificación sustancial a los dos contratos de empréstito, en cuanto a las garantías se referían. El 10 de diciembre de 1891, la Caja de Recaudación, por intermedio de su director, y el gobierno dominicano, por órgano de su ministro de Hacienda, firmaron un convenio por cuyo medio se reducía a un 35% la cuantía de la porción de ingresos aduaneros que recibiría la Regie para el servicio de los empréstitos, y el gobierno el restante 65%. Cuando Westendorp tuvo conocimiento de este convenio lo rechazó airadamente, alegando que vulneraba las estipulaciones de los contratos. notificado el ministro de Hacienda, general Juan francisco Sánchez, por el director de la Caja, que Westendorp rechazaba y anulaba esta Convención, el funcionario 79
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ser financiados con nuevos préstamos, y las liquidaciones finales<br />
<strong>de</strong>l “segundo Westendorp” nunca fueron presentadas al gobierno<br />
dominicano.<br />
El año <strong>de</strong> 1891 fue <strong>de</strong> gran incertidumbre. La Casa Westendorp,<br />
comprometida en negociaciones tan fraudulentas con el gobierno<br />
dominicano, vacilaba en sus cimientos, acosada por los millares<br />
<strong>de</strong> europeos que habían invertido sus ahorros en bonos dominicanos.<br />
El gobierno nacional se veía reducido a la impotencia, por la<br />
paralización casi total <strong>de</strong> los negocios, con la consiguiente merma<br />
<strong>de</strong> los ingresos fiscales.<br />
Si el servicio <strong>de</strong>l empréstito <strong>de</strong> 1888 no se cumplía regularmente,<br />
mucho menos se aten<strong>de</strong>rían las obligaciones contraídas<br />
por el segundo. A<strong>de</strong>más, los funcionarios europeos <strong>de</strong> la Caja <strong>de</strong><br />
Recaudación, a gran distancia <strong>de</strong> la vigilancia directa <strong>de</strong> Westendorp,<br />
no cumplían con la obligación <strong>de</strong> hacer en tiempo oportuno<br />
las remesas <strong>de</strong> sus recaudaciones.<br />
<strong>De</strong>n Tex Bondt, interesado en mantener en pie este productivo<br />
aparato administrativo, al comprobar la precaria situación <strong>de</strong>l<br />
gobierno, propuso a éste un acuerdo que en el fondo era una modificación<br />
sustancial a los dos contratos <strong>de</strong> empréstito, en cuanto<br />
a las garantías se referían.<br />
El 10 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1891, la Caja <strong>de</strong> Recaudación, por intermedio<br />
<strong>de</strong> su director, y el gobierno dominicano, por órgano <strong>de</strong><br />
su ministro <strong>de</strong> Hacienda, firmaron un convenio por cuyo medio se<br />
reducía a un 35% la cuantía <strong>de</strong> la porción <strong>de</strong> ingresos aduaneros que<br />
recibiría la Regie para el servicio <strong>de</strong> los empréstitos, y el gobierno<br />
el restante 65%. Cuando Westendorp tuvo conocimiento <strong>de</strong> este<br />
convenio lo rechazó airadamente, alegando que vulneraba las estipulaciones<br />
<strong>de</strong> los contratos. notificado el ministro <strong>de</strong> Hacienda,<br />
general Juan francisco Sánchez, por el director <strong>de</strong> la Caja, que<br />
Westendorp rechazaba y anulaba esta Convención, el funcionario<br />
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