De Harmont a Trujillo - Banco de Reservas
De Harmont a Trujillo - Banco de Reservas De Harmont a Trujillo - Banco de Reservas
César A. Herrera | DE HARTmOnT A TRUJILLO Art. 2º Esta amortización no entraña la idea de que el Gobierno Dominicano reconoce la legalidad del llamado empréstito Hartmont. Art. 3º Las disposiciones del presente Decreto permanecerán secretas, mientras las negociaciones para la amortización de los bonos no hayan sido ultimadas de todo lo que se dará cuenta oportunamente al Cuerpo Legislativo. Art. 4º El presente Decreto será ejecutado a diligencia del ministro de Hacienda y Comercio, derogando toda Ley, Decreto o disposición que le sea contraria. Dado, firmado de mi mano y sellado en Santo Domingo, Capital de la República, a los 7 días del mes de marzo de 1875, 32º de la Yndependencia y 12º de la Restauración. (firmado) Ygnacio M. González. Refrendado: El ministro de Hacienda y Comercio, (fdo.) Francisco X. Amiama. Es copia conforme al original. –El oficial mayor del ministerio de Hacienda y Comercio.– (fdo.) J. Machado C. Aprobado: El ministro Secretario de Estado en los Despachos de Hacienda y Comercio.– Francisco X. Amiama. 13 Cuando Pedro Tomás Garrido llegaba a francia, arribaba a Santo Domingo un nuevo aventurero a caza de fortuna: George O. Glavis, quien se titulaba Agente del Banco Anglo-Austríaco, de Londres, y que le pareció tal vez al presidente González como un enviado del cielo. Las proposiciones de George O. Glavis eran distintas. Solicitó y obtuvo una concesión para el establecimiento de un Banco nacional que financiaría el empréstito. firmó todos los contratos y expidió libranzas a favor del gobierno dominicano contra banqueros de Alemania, por un total de cien mil pesos. Cuando el enviado Garrido recibió en francia la noticia de estas negociaciones, junto con las libranzas de Glavis, sufrió el mayor 13 Doc. 5, Exp. 4, Leg. 27, 1875, Relaciones Exteriores. A. G. n. 50
César A. Herrera | DE HARTmOnT A TRUJILLO chasco de su vida. En una comunicación fechada en París el 30 de agosto de 1875 le dice textualmente al gobierno: Los banqueros de París, a la primera noticia del convenio O. Glavis telegrafiaron a todas las principales casas comerciales de Europa, y muy presto se impusieron de que dicho señor era un Caballero de Industria. y que nuestro Gobierno había sido puesto en ridículo al entrar en tratos con semejante persona. 14 no obstante esa cruda información, el gobierno dominicano urgía a su enviado en París negociar un empréstito con cualquier banquero. Garrido contestó en septiembre de 1875, diciendo: Respecto a la orden que me trasmite V. E. de gestionar nueva contratación de empréstito, debo, además de lo expuesto en mis últimos despachos, añadir que hoy por hoy sería ridículo tocar a las puertas de los banqueros. 15 Garrido regresó a Santo Domingo en 1875, tan avergonzado como derrotado. Simultáneamente con esos acontecimientos tan lamentables, en desmedro del crédito y el buen nombre del país, el Parlamento británico designó un Comité Especial para efectuar una minuciosa investigación en torno a la estafa de Hartmont. Cuando Sir Henry James, Procurador General del Reino, sometió una moción al Parlamento británico solicitando se nombrase una comisión encargada de investigar las negociaciones de diversos empréstitos con países americanos que habían culminado en pérdidas desastrosas para los inversionistas ingleses, incluyó a la República Dominicana entre 14 Doc. 39, Exp. 4, Legajo 27, Sección de Relaciones Exteriores, año 1875. A. G. n. (Ver, también, en Colección de Leyes y Decretos, Contrate O. Glavis). 15 Doc. 41, Exp. 4, Leg. 27, Sección de Relaciones Exteriores, año 1875. A. G. n. 51
- Page 3: De Hartmont a Trujillo ESTUDIO PARA
- Page 6 and 7: SOCIEDAD DOmInICAnA DE BIBLIófILOS
- Page 8 and 9: Esta publicación, sin valor comerc
- Page 10 and 11: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 12 and 13: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 15 and 16: Presentación Es un verdadero honor
- Page 17: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 20 and 21: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 22 and 23: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 24 and 25: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 26 and 27: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 28 and 29: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 30 and 31: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 32 and 33: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 34 and 35: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 36 and 37: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 38 and 39: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 40 and 41: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 42 and 43: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 44 and 45: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 46 and 47: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 48 and 49: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 52 and 53: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 54 and 55: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 56 and 57: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 58 and 59: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 60 and 61: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 62 and 63: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 65 and 66: CAPíTULO III Ulises Heureaux o el
- Page 67 and 68: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 69 and 70: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 71 and 72: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 73 and 74: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 75 and 76: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 77 and 78: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 79 and 80: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 81 and 82: CAPíTULO IV El apogeo del desastre
- Page 83 and 84: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 85 and 86: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 87 and 88: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 89 and 90: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 91 and 92: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 93 and 94: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 95 and 96: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 97 and 98: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 99 and 100: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
César A. Herrera | DE HARTmOnT A TRUJILLO<br />
chasco <strong>de</strong> su vida. En una comunicación fechada en París el 30 <strong>de</strong><br />
agosto <strong>de</strong> 1875 le dice textualmente al gobierno:<br />
Los banqueros <strong>de</strong> París, a la primera noticia <strong>de</strong>l convenio O. Glavis<br />
telegrafiaron a todas las principales casas comerciales <strong>de</strong> Europa, y<br />
muy presto se impusieron <strong>de</strong> que dicho señor era un Caballero <strong>de</strong><br />
Industria.<br />
y que nuestro Gobierno había sido puesto en ridículo<br />
al entrar en tratos con semejante persona. 14<br />
no obstante esa cruda información, el gobierno dominicano<br />
urgía a su enviado en París negociar un empréstito con cualquier<br />
banquero. Garrido contestó en septiembre <strong>de</strong> 1875, diciendo:<br />
Respecto a la or<strong>de</strong>n que me trasmite V. E. <strong>de</strong> gestionar nueva contratación<br />
<strong>de</strong> empréstito, <strong>de</strong>bo, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> lo expuesto en mis últimos<br />
<strong>de</strong>spachos, añadir que hoy por hoy sería ridículo tocar a las puertas<br />
<strong>de</strong> los banqueros. 15<br />
Garrido regresó a Santo Domingo en 1875, tan avergonzado<br />
como <strong>de</strong>rrotado.<br />
Simultáneamente con esos acontecimientos tan lamentables,<br />
en <strong>de</strong>smedro <strong>de</strong>l crédito y el buen nombre <strong>de</strong>l país, el Parlamento<br />
británico <strong>de</strong>signó un Comité Especial para efectuar una minuciosa<br />
investigación en torno a la estafa <strong>de</strong> Hartmont. Cuando Sir Henry<br />
James, Procurador General <strong>de</strong>l Reino, sometió una moción al Parlamento<br />
británico solicitando se nombrase una comisión encargada<br />
<strong>de</strong> investigar las negociaciones <strong>de</strong> diversos empréstitos con países<br />
americanos que habían culminado en pérdidas <strong>de</strong>sastrosas para los<br />
inversionistas ingleses, incluyó a la República Dominicana entre<br />
14 Doc. 39, Exp. 4, Legajo 27, Sección <strong>de</strong> Relaciones Exteriores, año 1875. A. G. n.<br />
(Ver, también, en Colección <strong>de</strong> Leyes y <strong>De</strong>cretos, Contrate O. Glavis).<br />
15 Doc. 41, Exp. 4, Leg. 27, Sección <strong>de</strong> Relaciones Exteriores, año 1875. A. G. n.<br />
51