De Harmont a Trujillo - Banco de Reservas
De Harmont a Trujillo - Banco de Reservas De Harmont a Trujillo - Banco de Reservas
César A. Herrera | DE HARTmOnT A TRUJILLO suspendidos. Los valores destinados a ese fin serían depositados en un banco de nueva York. A esta forma de solucionar el problema creado por el Senado norteamericano se le llamó el Modus Vivendi. El primer colector de las rentas aduaneras fue el coronel George R. Colton, quien había servido siete años como colector de aduanas en manila, filipinas. El banco escogido como depositario de los fondos fue el national City Bank of new York. El Modus Vivendi duró 28 meses. La intervención de Dawson en los asuntos dominicanos había triunfado de manera decisiva. De él dijo el diputado Gavino Alfredo morales, miembro disidente de la Comisión de Relaciones Exteriores en 1907, que: Dawson, ese hombre habilísimo para la diplomacia anexionista, no ha podido tampoco sustraerse al estilo despectivo con que el yankee trata al dominicano, como a todo el de raza española, y se presenta en pantuflas al Palacio de Gobierno, como si estuviera en una de las habitaciones de su quinta de recreo. A veces se le olvida la corbata, y en ocasiones lleva remangada una de las piernas del pantalón, y siempre sus maneras y sus prendas de vestir están en abierta oposición con las reglas y formas que exige la diplomacia. 59 59 Col. Trujillo, Tomo 15, pp. 196-197. 146
CAPíTULO VII Gobierno del general Ramón Cáceres EL pLAN DE AJUSTE E l Modus Vivendi calmó bastante las inquietudes de los acreedores europeos, al enterarse de que el receptor general de las Aduanas, mr. Colton, depositaba mensualmente en el national City Bank of new York algo más de $100,000.00. Este método de recaudación, que sustrajo las aduanas de la rapacería de los políticos de oficio, dio, indudablemente, muy buenos resultados al Estado dominicano, pero al precio de una mutilación de sus derechos soberanos. Solucionado en parte el problema, aunque de manera provisional, era urgente poner en claro a cuánto ascendía en ese momento el total de la deuda pública dominicana. Los funcionarios dominicanos de la Secretaría de Hacienda manifestaban de manera reiterada que no tenían los datos comprobatorios que les permitieran establecerlo. El propio presidente Teodoro Roosevelt, interesado en conocer también el monto de la deuda, envió a Santo Domingo, en abril de 1905, al doctor Jacobo H. Hollander, como su agente confidencial, para que hiciera una investigación minuciosa incluyendo las cuentas de la Improvement. Hollander era profesor de la Universidad de Baltimore, y estaba considerado como un técnico en la materia. 147
- Page 95 and 96: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 97 and 98: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 99 and 100: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 101 and 102: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 103 and 104: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 105 and 106: CAPíTULO V Se remachan las cadenas
- Page 107 and 108: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 109 and 110: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 111 and 112: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 113 and 114: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 115 and 116: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 117 and 118: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 119 and 120: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 121 and 122: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 123 and 124: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 125 and 126: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 127 and 128: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 129 and 130: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 131: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 134 and 135: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 136 and 137: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 138 and 139: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 140 and 141: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 142 and 143: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 144 and 145: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 148 and 149: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 150 and 151: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 152 and 153: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 154 and 155: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 156 and 157: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 158 and 159: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 160 and 161: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 162 and 163: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 164 and 165: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 166 and 167: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 168 and 169: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 170 and 171: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 172 and 173: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 174 and 175: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 176 and 177: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 178 and 179: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 180 and 181: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 182 and 183: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 184 and 185: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 186 and 187: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 188 and 189: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 190 and 191: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 192 and 193: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
- Page 194 and 195: César A. Herrera | DE HARTmOnT A T
César A. Herrera | DE HARTmOnT A TRUJILLO<br />
suspendidos. Los valores <strong>de</strong>stinados a ese fin serían <strong>de</strong>positados en<br />
un banco <strong>de</strong> nueva York. A esta forma <strong>de</strong> solucionar el problema<br />
creado por el Senado norteamericano se le llamó el Modus Vivendi.<br />
El primer colector <strong>de</strong> las rentas aduaneras fue el coronel George R.<br />
Colton, quien había servido siete años como colector <strong>de</strong> aduanas<br />
en manila, filipinas. El banco escogido como <strong>de</strong>positario <strong>de</strong> los<br />
fondos fue el national City Bank of new York. El Modus Vivendi<br />
duró 28 meses.<br />
La intervención <strong>de</strong> Dawson en los asuntos dominicanos había<br />
triunfado <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>cisiva. <strong>De</strong> él dijo el diputado Gavino Alfredo<br />
morales, miembro disi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Comisión <strong>de</strong> Relaciones<br />
Exteriores en 1907, que:<br />
Dawson, ese hombre habilísimo para la diplomacia anexionista, no<br />
ha podido tampoco sustraerse al estilo <strong>de</strong>spectivo con que el yankee<br />
trata al dominicano, como a todo el <strong>de</strong> raza española, y se presenta<br />
en pantuflas al Palacio <strong>de</strong> Gobierno, como si estuviera en una <strong>de</strong> las<br />
habitaciones <strong>de</strong> su quinta <strong>de</strong> recreo. A veces se le olvida la corbata,<br />
y en ocasiones lleva remangada una <strong>de</strong> las piernas <strong>de</strong>l pantalón, y<br />
siempre sus maneras y sus prendas <strong>de</strong> vestir están en abierta oposición<br />
con las reglas y formas que exige la diplomacia. 59<br />
59 Col. <strong>Trujillo</strong>, Tomo 15, pp. 196-197.<br />
146