De Harmont a Trujillo - Banco de Reservas
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César A. Herrera | DE HARTmOnT A TRUJILLO de 1904, el ministro de Relaciones Exteriores, Sánchez, “asentía a la exigencia de acatar la sentencia del 14 de julio de este año pronunciada en Washington por el Tribunal Arbitral, se reserva, sin embargo, del modo más absoluto y formal, el derecho que le asiste para invalidar, conforme a las reglas del Derecho de Gentes, en el punto controvertido, el expresado laudo”. 56 Como Sánchez no asentía a la entrega de la aduana de Puerto Plata, o cuando menos no trataba ese punto, Dawson volvió a insistir en ello manifestando que suspendía la discusión de estos asuntos hasta que dicha aduana fuera entregada al agente financiero. El ministro Sánchez puso entonces en conocimiento de Dawson que esa aduana no había sido entregada, porque mr. Abbott había convenido con el ministro de Hacienda dominicano, entregar $680.00 diarios de su recaudación para atender a los gastos de las provincias de Puerto Plata, Santiago y moca, y que después de haber sido puesto en práctica ese acuerdo la Improvement había ordenado suspender esas entregas. Y terminaba manifestando de manera categórica que el gobierno había tomado la decisión de retener esa suma y entregar únicamente el exceso que se recaudare, porque de lo contrario se presentaría un grave colapso a la autoridad del gobierno en toda la región del Cibao. Ante ese agudo problema el ministro norteamericano resolvió poner a su gobierno en autos de la grave crisis financiera del Estado dominicano, y su imposibilidad material de dar cumplimiento fiel al debatido Laudo. Simultáneamente con esas informaciones mr. Abbott viajaba hacia los Estados Unidos a informar de viva voz los problemas que confrontaba en su misión. Todo este caos desembocó en un nuevo acuerdo, más oneroso aún para la República Dominicana. 56 Colección Trujillo, Tomo 15, pág. 66. 136
César A. Herrera | DE HARTmOnT A TRUJILLO LA CONVENCIÓN DE 1905. MISIÓN DILLINGHAM Al finalizar el año 1904, la situación de la República Dominicana era verdaderamente grave en todos los aspectos. Los gobiernos de francia, Italia y Alemania amenazaban con desembarcar fuerzas militares en el territorio nacional para el cobro de las acreencias de sus súbditos. Estados Unidos parecía dispuesto a tomarles la delantera. Y mientras todo esto sucedía el pueblo dominicano sólo pensaba en las luchas de partido, como si un inexorable fatalismo lo impulsara a las contiendas fratricidas. La administración del presidente morales fue verdaderamente grávida en sucesos de gran trascendencia para los destinos de la nación. mientras tanto, los países europeos interesados en las finanzas dominicanas, hacían vigorosas representaciones ante el gobierno de Washington, porque consideraban que su intervención en favor de la Improvement había lesionado los legítimos intereses de los suyos. En tal virtud, Washington decidió tomar medidas más importantes, no sólo para defender los intereses que se le habían confiado, sino también, para impedir el estallido de un conflicto con las potencias europeas, por cualquier acción súbita sobre Santo Domingo. Es interesante señalar que en un breve lapso de días, llegaron a las aguas dominicanas diversos buques de guerra. El Vinetta, alemán; el Giovanni Baussan, italiano; el De Ruyter, holandés; el Tage, francés, y el Atlanta, norteamericano, sin mencionar los que merodeaban en aguas de montecristi y Puerto Plata. El 30 de diciembre de 1904, el secretario Hay se dirigió al ministro Dawson, para que informara al gobierno dominicano acerca del desarrollo peligroso de la situación y le pedía enterarse si este gobierno estaba dispuesto a pedirle a los Estados Unidos que tomaren a su cargo el cobro de los derechos de aduanas y hagan una equitativa 137
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<strong>de</strong> 1904, el ministro <strong>de</strong> Relaciones Exteriores, Sánchez, “asentía<br />
a la exigencia <strong>de</strong> acatar la sentencia <strong>de</strong>l 14 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> este año<br />
pronunciada en Washington por el Tribunal Arbitral, se reserva,<br />
sin embargo, <strong>de</strong>l modo más absoluto y formal, el <strong>de</strong>recho que le<br />
asiste para invalidar, conforme a las reglas <strong>de</strong>l <strong>De</strong>recho <strong>de</strong> Gentes,<br />
en el punto controvertido, el expresado laudo”. 56<br />
Como Sánchez no asentía a la entrega <strong>de</strong> la aduana <strong>de</strong> Puerto<br />
Plata, o cuando menos no trataba ese punto, Dawson volvió a insistir<br />
en ello manifestando que suspendía la discusión <strong>de</strong> estos asuntos<br />
hasta que dicha aduana fuera entregada al agente financiero.<br />
El ministro Sánchez puso entonces en conocimiento <strong>de</strong> Dawson<br />
que esa aduana no había sido entregada, porque mr. Abbott había<br />
convenido con el ministro <strong>de</strong> Hacienda dominicano, entregar<br />
$680.00 diarios <strong>de</strong> su recaudación para aten<strong>de</strong>r a los gastos <strong>de</strong> las<br />
provincias <strong>de</strong> Puerto Plata, Santiago y moca, y que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
haber sido puesto en práctica ese acuerdo la Improvement había<br />
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manera categórica que el gobierno había tomado la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong><br />
retener esa suma y entregar únicamente el exceso que se recaudare,<br />
porque <strong>de</strong> lo contrario se presentaría un grave colapso a la autoridad<br />
<strong>de</strong>l gobierno en toda la región <strong>de</strong>l Cibao.<br />
Ante ese agudo problema el ministro norteamericano resolvió<br />
poner a su gobierno en autos <strong>de</strong> la grave crisis financiera <strong>de</strong>l Estado<br />
dominicano, y su imposibilidad material <strong>de</strong> dar cumplimiento fiel<br />
al <strong>de</strong>batido Laudo. Simultáneamente con esas informaciones mr.<br />
Abbott viajaba hacia los Estados Unidos a informar <strong>de</strong> viva voz los<br />
problemas que confrontaba en su misión.<br />
Todo este caos <strong>de</strong>sembocó en un nuevo acuerdo, más oneroso<br />
aún para la República Dominicana.<br />
56 Colección <strong>Trujillo</strong>, Tomo 15, pág. 66.<br />
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