Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
POR EL SENDERO DEL ASRAMA 91<br />
Veinte<br />
Una noche serían las once cuando me <strong>de</strong>sperté. Nuestra<br />
habitación estaba en la primera planta. Seti, una <strong>de</strong> las criadas,<br />
todavía no había terminado <strong>de</strong> recoger la cocina. En una familia<br />
tan gran<strong>de</strong> había que hacer varios turnos para cenar. Seti cantaba<br />
muy dulcemente esta melodía:<br />
Cuando era pequeña, mamá, me dabas mantequilla con<br />
azúcar.<br />
Ahora <strong>de</strong> mayor, papá, me envías más allá <strong>de</strong> las siete<br />
colinas.<br />
Cuando era pequeña, mamá, me hacías muchas caricias.<br />
Ahora <strong>de</strong> mayor, papá, me casas con un <strong>de</strong>sconocido.<br />
La canción me emocionó. Parecía retratar mi historia. A<br />
pesar <strong>de</strong> que las burlas seguían en la casa, no tardaron en apreciar<br />
alguna <strong>de</strong> mis habilida<strong>de</strong>s. Ninguna <strong>de</strong> estas mujeres sabía nada<br />
<strong>de</strong> tejer ni <strong>de</strong> bordar. Notaba su curiosidad cuando yo lo hacía.<br />
Mis habilida<strong>de</strong>s con las agujas fueron conocidas también por los<br />
vecinos que comenzaron a frecuentar la casa. Se enteraron<br />
también que yo sabía inglés y que había tenido que <strong>de</strong>jar la<br />
escuela para casarme. Así que empezaron a compa<strong>de</strong>cerme y a<br />
lamentar que no pudiera ya seguir con mis estudios.<br />
Hacía cuatro años que había llegado a la casa y los rumores<br />
sobre mi incapacidad para quedarme embarazada eran ya muy<br />
frecuentes. Pero yo acababa <strong>de</strong> cumplir los dieciocho. No era<br />
suficiente con ser guapa y traer una buena dote. Hacían falta