Antonio Mejías Jiménez - Fiestabrava
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JUAN J. ZALDÍVAR ORTEGA<br />
ANTONIO MEJÍAS JIMÉNEZ<br />
(Bienvenida).<br />
(La Saga de los «Bienvenida»).<br />
EL PUERTO DE SANTA MARÍA - VERANO, 2009
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
2 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
PRÓLOGO<br />
2008<br />
C<br />
omo los buenos aficionados saben, el apodo Bienvenida, o nombre<br />
artístico, es el que le pusieron al banderillero Manuel <strong>Mejías</strong> Luján, el<br />
primero de tan famosa saga de toreros, y se debe al hecho de haber<br />
nacido en una localidad de la provincia de Badajoz que lleva ese nombre,<br />
y que entonces contaba con una población aproximada de 5.000<br />
habitantes. Bienvenida es un pueblo situado en una amplia planicie y se ubica sobre la<br />
loma de un cerro, siendo sus pobladores gente sencilla, trabajadores amables, y desde<br />
los más lejanos tiempos se dedican a la producción de corderos, aceite, pan y vino,<br />
siendo especialmente devotos a su Virgen de los Milagros, como todos los portuenses.<br />
Y fue ahí donde nació el primer torero Bienvenida, como veremos posteriormente.<br />
Y, ya entrando en materia, diremos en forma resumida la importancia que<br />
tiene la profesión de ser torero -arte que «se mete en el ánimo de quienes abrazan<br />
esta singular carrera, única en el mundo, tan llena de peligros, tragedias, satisfacciones,<br />
fama, dinero y glorias-, habrá que añadir necesariamente siempre las influencias<br />
familiares en los profesionales del toreo y llamar la atención sobre el papel que<br />
desempeñan cuando están integradas por muchos diestros que alcanzaron los más<br />
altos sitios en el rango de los matadores de toros, como ha ocurrido con muchas<br />
estirpes o dinastías de toreros, como lo fueron los Romeros, los Gómez (Gallos), los<br />
Dominguín y los <strong>Mejías</strong> (Bienvenida). La historia de éstos últimos -de los Bienvenidasempezó<br />
en el siglo XIX cuando un banderillero, José <strong>Mejías</strong>, nacido en una pequeña<br />
población de Extremadura, llamada Bienvenida, adoptó el nombre de su pueblo natal<br />
como apodo. Así nació la dinastía Bienvenida.<br />
Como señaló tan acertadamente don Francisco Miralles Moya, desde la revista<br />
«TENDIDO 1» -interesantísima publicación taurina que se edita en Jaén (Andalucía)resulta<br />
«muy difícil poder contar algo que no se haya dicho de esta gran dinastía de<br />
toreros, ya que a lo largo de los años han corrido tantos ríos de tinta entre libros,<br />
revistas taurinas, reportajes, entrevistas, etc.» Todas ellas merecidas, pero en cualquier<br />
caso siempre es un gran placer recordar a los diez Bienvenidas, grandes toreros que<br />
ha dado tan importante saga, que desde el (21-07-1844), en que nació el primer<br />
Bienvenida, comenzó la aportación de toreros a nuestra Fiesta Nacional; «pero toreros<br />
de los de pie a cabeza, sabiendo realizar todas las suertes y, en una ocasión, Manuel<br />
<strong>Mejías</strong> (El Papa Negro), en la Plaza de Lima, lidiar seis toros, haciendo de picador, de<br />
banderillero, de espada y puntillero, y a la perfección, con naturalidad, elegancia y<br />
plasticidad; y lo más importante de estos toreros, su inteligencia, que es lo primero<br />
que le tiene que funcionar a un buen diestro: la mente. Después el valor y luego el arte,<br />
3
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
pero esto sí es verdad que no se puede aprender, porque, sin lugar a dudas, se trata<br />
de una condición divina, que es innata, lo mismo que nace un gran pintor, escultor,<br />
músico, cantaor o bailaor.»<br />
Y que los afortunados que vieron torear a cualquier Bienvenida, pero sobre<br />
todo a <strong>Antonio</strong>, sintieron la impresión de que el toreo era una cosa muy fácil y sencilla,<br />
cuando todos nos suponemos lo difícil que es saber lidiar un toro o simplemente estar<br />
delante de él, ya que, si como espectador estamos en una barrera muy cercana,<br />
podemos comprobar el pánico que sentimos; de ahí la importancia de esta saga de<br />
toreros; porque cuando sucede este tipo de toreo aparentemente tan fácil es que el<br />
realizador es un gran torero, sobrado de facultades y muy inteligente, caso de toreros<br />
actuales como Enrique Ponce y Julián López (El Juli), entre otros.<br />
El citado señor Miralles, dice en su reportaje:<br />
«Yo tuve la suerte, junto con mis dos hermanos menores, Fernando y José<br />
Carlos, de presenciar la última corrida en la que actuaron juntos tres Bienvenidas:<br />
Pepe, <strong>Antonio</strong> y Juan, que por cierto guardo una anécdota muy simpática que nos<br />
ocurrió con el chófer que nos llevaba a la Plaza, Ignacio «El Chusco», y que cuando lo<br />
lean mis hermanos se reirán en cantidad. Dicha corrida se celebró el día (03-10-1957),<br />
en la Feria de San Miguel de Úbeda. Fuen una gran corrida de toros. Juan cortó cuatro<br />
orejas y dos rabos; el lleno de la Plaza fue tan grande que se vendieron muchas<br />
localidades de más, la gente de sol invadió el callejón y se pasaron muchos a sombra,<br />
por lo que la corrida tuvo que demorarse más de media hora. Y así, con los interesantes<br />
datos ofrecidos, creemos haber cubierto de forma resumida, por un lado -<br />
aprovechándonos del señor Miralles- el Prólogo y, por el otro, que el lector aficionado<br />
se haga una idea de la grandeza de los Bienvenidas con la lectura de las páginas de<br />
esta modesta publicación.<br />
La Saga de los Bienvenidas<br />
Manuel <strong>Mejías</strong> Luján: (21-07-1844) – (21-03-1908): 64 años.<br />
Teresa Rapela Camacho.<br />
*Teresa <strong>Mejías</strong> Rapela.<br />
*José <strong>Mejías</strong> Rapela. (01-10-1880) – (21-12-1959) : 79 años 2º Bienvenida.<br />
*Luisa <strong>Mejías</strong> Rapela.<br />
*Manuel <strong>Mejías</strong> Rapela (el Papa Negro). (12-02-1884)-(24-10-1964) : 80.<br />
Carmen <strong>Jiménez</strong> Álvarez. (17-09-1911). Primera esposa, fallece (10-01-1914).<br />
*Manuel <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong>, 4º Bienvenida. (21-11-1912)-(31-08-1938) : 26 años.<br />
*Pepe II <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong>, 5º Bienvenida. (04-01-1914)-(04-10-1968) : 54 años.<br />
*Rafael <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong>, 6º Bienvenida. (31-08-1917)-(31-03-1933) : 16 años.<br />
*<strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong>, 7º Bienvenida. (25-06-1922)-(04-10-1975) : 53 años.<br />
*Ángel Luis <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong>, 8º Bienvenida.<br />
*Juan <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong>, 9º Bienvenida. (31-08-1928)<br />
*Miguel <strong>Mejías</strong> Álvarez, 10º Bienvenida, hijo de Ángel Luis. (05-07-1962).<br />
4 El PUERTO de SANTA MARÍA
1.<br />
La Saga de los Bienvenidas<br />
ANTONIO MEJÍAS JIMÉNEZ (Bienvenida).<br />
Corridas toreadas en El Puerto:<br />
1. (03-08-1941) Novillero.<br />
2. (31-08-1941) Novillero.<br />
3. (31-07-1949) Matador.<br />
4. (29-08-1954) Matador.<br />
5. (28-08-1955) Matador.<br />
6. (04-08-1957) Matador.<br />
7. (01-04-1962) Matador.<br />
8. (18-07-1971) Matador.<br />
9. (22-08-1971) Matador.<br />
10. (29-08-1971) Matador.<br />
11. (12-08-1973) Matador.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
L<br />
as sabias enseñanzas del Papa Negro –Manuel <strong>Mejías</strong> Rapela- llegaron<br />
a todos sus hijos y el profesionalismo con que los distinguió siempre<br />
siguen hasta hoy siendo un ejemplo para quienes deseen ser toreros,<br />
y no sólo en la plaza, ya que, para la vida común y corriente, también<br />
les inculcó el sentido de la cordialidad y el señorío. Este autor tuvo la<br />
suerte de conocer personalmente a <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong> (Bienvenida), el número<br />
VII de la famosa saga de toreros. La mañana que este autor fue a tranquilizar un toro<br />
en los corrales de la Plaza de Toros de Vista Alegre (Madrid), por expresa invitación<br />
de Pepe Dominguín, allí estaban su hermano Luis Miguel y <strong>Antonio</strong> Bienvenida. Ello<br />
ocurrió en 1965 y, tras realizar con éxito nuestro trabajo, <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> (Bienvenida)<br />
nos invitó a almorzar en un restaurante cercano a la plaza de toros, al ingeniero<br />
norteamericano Mr. Harold C. Palmer y a este servidor de ustedes. En verdad que<br />
ambos recibimos un trato humano y amigable de aquella gran figura del toreo.<br />
Pero reseñaremos su biografía, aunque sólo sea resumidamente. <strong>Antonio</strong><br />
Bienvenida fue el séptimo de la saga y el quinto hijo de El Papa Negro, pero el cuarto<br />
matador de toros, nacido en Caracas el día (25-06-1922) y fallecido a consecuencia<br />
de un desgraciado percance causado en una placita de tientas por una erala llamada<br />
Conocida, de la ganadería de su amiga Amelia Pérez-Tabernero, el día (04-10-1975),<br />
cuando contaba cincuenta y tres años de edad.<br />
5
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
<strong>Antonio</strong> fue, sin duda alguna, el torero predilecto de Madrid durante muchísimos<br />
años. Sus salidas en hombros de la Plaza de Toros de Las Ventas hasta la casa del<br />
general Mola fueron innumerables. Su gran virtud fue su naturalidad y un arte muy<br />
profesional. Una novillona le causó la muerte tras una voltereta. Él decía que «el<br />
sentimiento espiritual de un torero es sentirse siempre torero, la estética, la pureza, la<br />
inteligencia y el dominio absoluto del toro.» También el gran <strong>Antonio</strong> Ordóñez decía:<br />
«Pienso que el toreo es un arte, un gran arte y el arte es algo que se nace con él y, por<br />
tanto, se lleva dentro. Por eso, para que el toreo sea puro tiene que sentirse dentro en<br />
el momento que se está realizando.» Pepe Luis Vázquez, decía: «Cuando se ha<br />
toreado con sentimiento y arte, dándolo todo, esto no es para conservarlo en cintas<br />
de vídeo, sino que se quede en el pensamiento y en algún rincón del corazón de los<br />
buenos aficionados.»<br />
De la mano del escritor jienense don Francisco Miralles Moya continuaremos<br />
para saber que desde muy niño, al igual que todos sus hermanos, <strong>Antonio</strong> llevaba el<br />
toreo en la sangre. Ya con cinco años, el padre le deja que se ponga delante de una<br />
becerra que, como es lógico, le arrolló, tirándolo al suelo y su progenitor consiente<br />
que lo revuelque y lo pisotee. Lo mismo ocurrió cuando tenía nueve años (1931)<br />
toreando con su hermano Manolo en una plaza de tientas de la finca paterna. Manolo<br />
no acudió al quite por lo que <strong>Antonio</strong> le dice: ¿Es que no quieres a tu hermano?, y le<br />
contestó: «¡Cómo no te voy a querer!, te he dejado para que sepas lo que duelen los<br />
porrazos y los pisotones, a ver si tienes agallas de levantarte con valor e irte de nuevo<br />
con coraje hacia ellla.» Y en efecto, así fue, se acercó a la becerra y estuvo toreando<br />
hasta que el animal se cansó de embestir.<br />
Mató su primer becerro en la Plaza de Toros de El Escorial, el día (29-08-<br />
1934) y a partir de esa fecha no dejó de torear festejos menores. El día (03-07-1937)<br />
ya se enfrenta a novilladas fuertes de eralas y utreros, hasta el día (26-06-1938), que<br />
se presentó con picadores en la Plaza de Toros de Cádiz, junto a Pepe Luis Vázquez<br />
Y Juanito Belmonte.Aun faltaban tres años oara que hiciera su presentación como<br />
novillero en la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María (Véase cartel en la siguiente<br />
página). El diestro <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong> (Bienvenida), séptimo de la famosa saga de<br />
toreros con ese apodo, hizo su presentación como novillero en la Plaza Real la tarde<br />
del (03-08-1941), con diecinueve años de edad, pues había nacido en Caracas el (25-<br />
06-1922). La crónica de la novillada, se la debemos a don José María Rojas Guillén,<br />
en la que Bienvenida alternaba con Miguel del Pino y <strong>Antonio</strong> Rivera, que lidiaron seis<br />
novillos de Villamaría, dice:<br />
«Una tarde espléndida y una buena entrada en ambos tendidos, hubo en la<br />
segunda novillada de la temporada en El Puerto de Santa María, el domingo (03-08-<br />
1941). Se lidiaron reses de Villamaría que dieron mucho juego, estaban bien<br />
presentadas y gordas. En esta novillada reaparecía después de la grave cogida sufrida<br />
en Granada el diestro <strong>Antonio</strong> Bienvenida que, al igual que sus compañeros Miguel<br />
del Pino y <strong>Antonio</strong> Rivera, fueron ovacionados al hacer el paseíllo.<br />
Bienvenida, aunque resentido aún de la lesión, tuvo en conjunto una excelente<br />
actuación, siendo frecuentemente ovacionado. A su primero lo recibió con cinco<br />
verónicas y media superiores y en quites toreó por chicuelitas entre olés. Colocó tres<br />
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La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
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La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
pares de banderillas, el último de dentro a fuera y tras brindar en el centro del ruedo,<br />
empezó la faena con la muleta plegada, para seguir con dos naturales excelentes,<br />
ligados con el de pecho; dos buenos molinetes, varios en redondo y otros muy artísticos<br />
y toreros que se jalearon, matando de media corta y dos pinchazos, haciéndolo todo<br />
el torero; una casi entera y un descabello. Ovación y vuelta. En el cuarto, tras unos<br />
capotazos que dio por la cara un espontáneo, Bienvenida dio unos buenos lances,<br />
luciéndose también en un quite muy pinturero. Muy cerca de los pitones realizó la<br />
faena de muleta, en la que con derroche de arte, destacaron un gran rodillazo, dos de<br />
pecho, un ayudado y varios adornos, cogiendo los pitones del toro y obligándole a<br />
embestir. Ovación. Para deshacerse del morlaco emplea dos pinchazos en buen<br />
sitio y una estocada entera entrando guapamente, que acaba con la vida del animal.<br />
Ovación y saludos desde el tercio.<br />
Miguel del Pino, en el segundo, un berrendo abierto de agujas, fija con ocho<br />
verónicas y media, modelo de temple y de arte, que ovacionan largamente. En quites<br />
toreó por chicuelitas entre olés y Rivera lo hace atropelladito. Miguel, tras brindar a la<br />
señorita Susi Soto, de Jerez, realiza una gran faena de muleta en la que emplea toda<br />
clase de pases, en los que prodiga el natural impecable, girando los talones; varios<br />
afarolados preciosos, dos izquierdazos imponentes, varios de costadillo en redondo<br />
y de la firma, que enloquecen al público. Dos pinchazos en todo lo alto, media estocada<br />
y cuatro descabellos. Vuelta al ruedo. Al salir<br />
el quinto se arrojan dos espontáneos que<br />
torean mano a mano y descomponen al<br />
novillo. En quites torea con salsa por<br />
chicuelinas. La faena de muleta fue un alarde<br />
de arte, de valor y de desprecio a la vida: no<br />
se puede torear mejor ni más cerca con más<br />
salero. Cuatro pinchazos y media estocada.<br />
Oreja.<br />
<strong>Antonio</strong> Rivera, en su primero, fue<br />
volteado al dar el segundo capotazo, lo que<br />
le hizo perder facultades. Con la muleta<br />
estuvo mejor que con el capote. Muleteó de<br />
cerca, dando algunos pases buenos.<br />
Palmas. En el último se le aplauden tres<br />
verónicas y el remate con la media. En quites<br />
da dos faroles excelentes. Con la muleta<br />
torea cerca, intercalando un molinete, un<br />
afarolado y varios derechazos. Mató de tres<br />
pinchazos y media estocada corta con<br />
derrame. Palmas. Destacaron en banderillas<br />
Pacorro, Orteguita y Rerre, y en varas<br />
Romualdo y Marín. Los novillos desiguales;<br />
hubo uno con 199 kilos en canal y otros con<br />
269.»<br />
Con esa magistral limpieza<br />
colocaba <strong>Antonio</strong> las<br />
banderillas.<br />
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La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
E<br />
l mismo mes de septiembre y año, concretamente el día 31, volvió<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida a la Plaza Real de El Puerto; pero queremos que<br />
sea el multicitado Sr. Rojas, el que después nos reseñe esa segunda<br />
actuación y última como novillero en nuestro emblemático coso, para<br />
no volver hasta ocho años después, ya con siete años de matador de<br />
toros. Esta vez, como en la alterior, alternó con el diestro de El Puerto Miguel del Pino,<br />
en un mano a mano, llevando como sobresaliente a Juanito Páez, la tarde del (31-08-<br />
1941). Resulta harto extraño que abra el cartel (Véase en la siguiente página) Bienvenida,<br />
cuando el torero local, ya comenzó a torear como novillero en nuestra plaza el (12-<br />
07-1936) y para el citado 31 de agosto ya había toreado en total en 11 ocasiones.<br />
Aceptando lo dicho vayámos a la página 325 del voluminoso e interesantísimo libro<br />
de don José María Rojas Guillén: «Un Día de Toros», para transcribir la novillada de<br />
referencia, en la que Bienvenida toreaba, como quedó señalado, por segunda vez en<br />
El Puerto, con ganado de don José Marzal:<br />
«Bienvenida más valiente que nunca y gran triunfo de Miguel del Pino.-<br />
Novillada a beneficio de la Prensa, con ganado muy desigual de presentación y<br />
condiciones. Lleno casi completo en el sol y superior entrada en la sombra.<br />
Bienvenida en su primer novillo dio unos lances aseados, así como un quite<br />
de frente por detrás. Con la muleta realizó un trasteo sosegado y valentón. Terminó<br />
con su enemigo de pinchazo y media estocada baja. Al tercero de la tarde lo recibió<br />
con unos lances valentones, aunque algo despegadillo, estrechándose más en los<br />
quites. Antoñito realizó una faena de muleta muy alegre y toreando de cerca,<br />
aguantando las tarascadas que le tiraba el novillo. Lo mató de un pinchazo, media<br />
estocada corta que escupe, otro pinchazo más, otra media estocada corta y un<br />
descabello. Al quinto lo lancea valiente, aunque con precauciones por los derrotes del<br />
animal. La faena de muleta resulta inteligente, en la que sobresalen un bun ayudado<br />
y uno de pecho, sufriendo dos desarmes. Mata de dos medias estocadas, la segunda<br />
algo baja.<br />
Miguel del Pino, al segundo novillo de la tarde y primero de su lote, lo fija<br />
con unas verónicas espeluznantes. Tras banderillear de manera notable, realizó una<br />
gran faena de muleta, metido materialmente entre los pitones del toro. Terminó con la<br />
res de pinchazo bien señalado y media estocada superior, cortando una oreja y dando<br />
la vuelta al ruedo. En su segundo (cuarto de la tarde), da unos buendos lances,<br />
siendo achuchado y recibiendo un fuerte golpe en la pierna derecha. El novillo es<br />
castigado en varas con maestría por Romualdo Almodóvar. Miguel realiza un trasteo<br />
tan artístico como valeroso. Se le arranca el novillo al tiempo de herir y coloca una<br />
estocada casi entera, delanterilla y acabando de varios descabellos. En el último de<br />
su lote y de la novillada lances ajustado, salió el animal huyendo. Con la pañosa da<br />
dos buenos pases de pecho, tres superiores en redondo, molinetes, rodillazos y de<br />
otras marcas, con un valor que raya la temeridad. Mata de dos pinchazos y media<br />
estocada baja. Ovación y saludos.»<br />
9
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
10 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
Su alternativa estaba anunciada para el día (05-04-1942), con toros de Miura,<br />
pero al sustituirse un toro de esa divisa por otro de Tovar, <strong>Antonio</strong> y su hermano<br />
Pepe que le iba a conceder la alternativa, se negaron a torear, actitud que la autoridad<br />
consideró como desacato y fueron detenidos, trasladados a prisión y multados con<br />
veinticinco mil pesetas cada uno, permaneciendo incomunicados hasta el día 8 por<br />
la mañana, y el día 9, por fin, se celebró la esperada corrida, que fue un mano a<br />
mano entre ambos hermanos, llamándose Cabileño el toro de la cesión, de pelaje<br />
cárdeno y marcado con el número 75.<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida lanceado a la verónica.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
E<br />
l día (02-07-1942) volvió <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong> (Bienvenida)<br />
nuevamente a Madrid, realizando dos extraordinarias faenas. El día<br />
26 del mismo mes logró otro gran triunfo en la Plaza de Toros de<br />
Barcelona, pero resultó herido en el vientre con una cornada muy grave,<br />
que le tuvo inactivo dos meses. Volvió de nuevo a torear en la Plaza<br />
de Toros de la Corte, triunfando rotundamente, cortando dos orejas y en esa misma<br />
línea se mantuvo hasta el 16-10-1966, en que se retiró por primera vez y en «su<br />
Plaza de Toros Monumental de Madrid, estoqueando en solitario seis toros de distintas<br />
ganaderías, obteniendo un gran éxito y saliendo a hombros por la Puerta Grande.<br />
Pero volvamos nuevamente la vista hacia la Plaza Real de El Puerto de Santa<br />
María en la que después de ocho años de ausencia apareción <strong>Antonio</strong> Bienvenida, la<br />
tarde del (31-07-1949) y lea el lector la reseña de don José María Rojas:<br />
«El diestro <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> (Bienvenida), que actuaba por tercera vez en<br />
nuestra Plaza Real, ya como matador de toros, alternó la tarde del domingo (31-07-<br />
1949) con Jaime Marco (El Choni), que era la segunda vez que toreaba, y <strong>Antonio</strong><br />
Caro, que hacía su presentación, encabezados por el rejoneador Sr. Duque de<br />
Pinohermoso, que lidiaron siete astados del marqués de Villamarta. Siguiendo la<br />
crónica de la corrida que nos dice:<br />
11
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
12 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
«Sin grandes cosas, porque no las hubo, salvando la difícil facilidad de aquellos<br />
pares de banderillas de <strong>Antonio</strong> Bienvenida, sello inconfundible de la casa y bandera<br />
enhiesta siempre en el segundo tercio de la lidia, la corrida del domingo en nuestra<br />
Plaza complació con creces al reducido grupo de espectadores que por razones de<br />
comodidad o tal vez de tradición, se hicieron sordos a otras llamadas insistentes para<br />
responder a esa otra, más alegre y evocadora de «Toros en el Puerto.»<br />
Al éxito contribuyeron los toros del marqués de Villamarta, a los cuales no<br />
cesó el público de aplaudir, pese que la corrida duró dos horas y media, llevándose el<br />
«Toro de Oro» el espectador que llevaba la papeleta con el nº 12.601. Quede al margen<br />
el lidiado en quinto lugar, que por defecto visual y alguna otra perceptible molestia<br />
ofreció dificultades al lucimiento del Choni, pero anótese en su haber la seria avería de<br />
un penco, dado de baja en el taller de reparaciones. Los demás, sí llegaron un poco<br />
quedados a la muleta fue sólo para dar al matador el tiempo preciso para enmendar la<br />
figura a la salida de cada pase.<br />
El duque de Pinohermoso, a cuyo cargo estaba la primera parte, se lució<br />
en el toreo a caballo y colocó muy buenos rejones, sobresaliendo con las banderillas,<br />
de las que puso dos pares superiores, dando prueba de su destreza como jinete. Pie<br />
a tierra, pasaportó a su enemigo de una entera, cortando las dos orejas de su enemigo.<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida, como sus compañeros de terna, traía muchas ganas<br />
de complacer. El sentirse este año un poco olvidado, ha picado sin duda su amor<br />
propio y una vez más ha querido exponer al respetable cómo el movimiento se<br />
demuestra andando. Se advirtió la autoridad del maestro –hacía ocho años de su<br />
última actuación como novillero (31-08-1941)-, en la dirección de la lidia, la habilidad<br />
del rehiletero, especialmente en aquellos dos pares al sesgo, y la alegre presencia de<br />
la escuela Sevillana que tiene <strong>Antonio</strong>, uno de los más destacados alumnos. El público<br />
le aplaudió mucho y hubo que corresponder a este entusiasmo con vuelta al ruedo y<br />
reiterados saludos desde el tercio.<br />
Jaime Marco (El Choni) deleitó a la concurrencia en la lidia de su primer<br />
enemigo, cuya muerte brindó al general Varela, advirtiéndose que el diestro valenciano<br />
marcha por caminos de recuperación. Muy buenas sus ceñidas verónicas y sus<br />
estatuarios y manoletinas con la flámula; todo esto muy cerca, con reposo y arte. Mató<br />
pronto y paseó en triunfo por el redondel, mostrando las orejas del de Villamarta. Al<br />
quinto toro, el único que ofreció dificultades, lo pasaportó decorosamente, por lo que el<br />
público le mostró su complacencia.<br />
<strong>Antonio</strong> Caro demostró ser valiente y artista; tal vez un poco precipitado en<br />
la ejecución, defecto éste fácil de corregir. Toreó muy cerca de sus toros, destacándose<br />
sus manoletinas ceñidísimas y sus adornos de rodillas al que cerró Plaza. Mató con<br />
limpieza, por lo que también fue obligado a dar la vuelta al ruedo, mostrando la oreja<br />
de su primer enemigo.»<br />
Fueron realmente espectaculares los triunfos logrados en las Plazas de Toros<br />
de Perú, Colombia y Venezuela. Y recordando años atrás, citaremos que a finales de<br />
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E<br />
l cartel de la Plaza Real de El Puerto de Santa María no podía despertar<br />
mayor interés entre los aficionados de toda la región, pues además de<br />
tratarse de la «corrida grande de Agosto», la procedencia de los toros<br />
–seis de D. Manuel Sánchez Cobaleda y uno de D. Salvador Guardiolay<br />
el arranque de la corrida, enarbolada con el sobrio arte ecuestre de<br />
D. Ángel Peralta, al que siguió la egregia terna formada por <strong>Antonio</strong> Bienvenida, Rafael<br />
Ortega y César Girón, fueron más que suficientes para que se agotaran todos los<br />
asientos de Sol, y en la Sombra una muy buena entrada… y todo ello aguantando la<br />
concurrencia y los toreros el agobiante viento de Levante.<br />
Pues a lo que vamos. D. Ángel tuvo una de sus incontables tardes de éxito,<br />
porque al de Guardiola lo rejoneó con su admirable destreza, especialmente colocando<br />
banderillas a dos manos, deshaciéndose de su enemigo con un certero rejón de<br />
muerte, seguido de un pinchazo poco hondo y media estocada efectiva.<br />
El cronista –seguimos sin saber la verdadera fuente original-, decidió hacer<br />
su reseña teniendo en cuenta el orden de los diestros según sus méritos, y por ello,<br />
puso en primer lugar al voluntarioso diestro venezolano César Girón, que le tocó el<br />
mejor lote, lanceando muy artísticamente a su primero y colocándole tres magníficos<br />
pares de poder a poder. Su faena fue tan inteligente que dejó al descubierto de que se<br />
trataba de un torero caro, bullidor, destacando la serie de redondos de 18 kilates.<br />
Magníficos sus naturales y el de pecho. Por su magistral faena y su certera estocada<br />
mereció la dos orejas y el rabo. En su segundo, que cerró plaza, volvió a cuajar en<br />
banderillas, entusiasmando al nutrido respetable, pues domina la suerte a la<br />
perfección, saliendo de la cara de su enemigo caminando, como siempre lo hiciera<br />
el mexicano Rodolfo Gaona. Inició la faena de muleta con impecables estatuarios al<br />
más puro estilo de Manolete, tras los cuales llegaron los derechazos, afarolados,<br />
naturales y de otras marcas, para acabar con un pinchazo, buena estocada y dos<br />
orejas con salida a hombros.<br />
A Rafael Ortega le tocó el que fue el peor del encierro, por lo que lo toreó con<br />
la debida precaución. El mal carácter y pésimo estilo del toro se acentuaron a la hora<br />
de la muleta, haciéndose muy peligroso, de ahí que el de San Fernando se limitara a<br />
cuadrarlo para propinarle un estocada magnífica, en la que se entregó de cuerpo y<br />
alma, dejando hecho un verdadero trapo el de Cobaleda, recibiendo palmas y pitos el<br />
toro. A su segundo lo toreó de forma impecable con el capote. Se cambió el primer<br />
tercio con una sola vara, ya que el animal se caía. Su faena de muleta fue buena, si<br />
bien se deslució por las reiteradas caídas del animal. Después comenzó a trastearlo<br />
con uno doblones eficaces, seguidos de varios derechazos suaves, naturales lentos<br />
y ligados con el de pecho, un molinete vistoso y manoletinas, ejecutándo todo con<br />
valor. Pinchazo y media estocada fueron suficientes, para lograr una oreja del débil<br />
enemigo.<br />
La reseña dice claramente que <strong>Antonio</strong> Bienvenida «no correspondió a la<br />
expectación que tenía el público por verle actuar, después de su brillante campaña. Y<br />
decimos esto porque un torero de su talla no puede justificarse nunca con sólo un<br />
par de lances, por muy toreros que sean, tales como los que se limitó a darle a su<br />
primero, y dos pares de banderillas. La faena de muleta fue medrosa, vulgar, de las<br />
14 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
15
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
que merman el prestigio de un encumbrado torero. Y para colmo estuvo fatal con el<br />
acero. A «huye que te alcanzo», tres pinchazos desganados y medio golletazo, con<br />
derrame. A su segundo, que dicho sea de paso fue de los mejores del encierro, le<br />
aplicó el desinterés de las precauciones, a las que no había lugar y menos justificación,<br />
escuchando protestas masivas y hasta palmas en chunga. Si nada hizo con la capa,<br />
menos con la franela, y llegada la hora de la verdad no pudo estar peor, y fue cuando<br />
la pita, de las más merecidas, ensordeció el indignado ambiente del populacho.»<br />
La cadencia y el temple de <strong>Antonio</strong> «Bienvenida» al<br />
rematar una media verónica... con los pies juntos.<br />
16 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
olvía <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong> (Bienvenida) a la Plaza Real, en su quinta<br />
V<br />
actuación, la tarde del (28-08-1955) (Véase cartel en la siguiente página),<br />
después de las merecidas pitas de la concurrencia en la pasada del (29-<br />
08-1954), para alternar esta vez con Miguel Báez (Litri) y Pepe Ordóñez,<br />
que sustituía a Rafael Ortega, lidiando ganado de distintas ganaderías .<br />
La crónica rescatada del don José María Rojas Guillén, asegura que fue: «Una corrida<br />
memorable.- La corrida conmemorativa de las bodas de diamante -75 años- de nuestra<br />
Plaza Real, que no debía dejarse de recordar.<br />
Las cuadrillas hicieron el paseíllo desmonterados, en recuerdo de Manuel<br />
Rodríguez (Manolete.) Los toros corridos llevaron los nombres de Chivato, negro, de<br />
don Ignacio Sánchez Sepúlveda; Habilidoso, negro, de don Fermín Bohórquez Gómez;<br />
Travieso, colorado, de José Manuel Domecq; Rabioso, castaño, de do José Luis<br />
Osborne; Huerfanito, negro, de don Alipio Pérez-Tabernero; Hirviente, negro, del<br />
marqués de Villamarta.<br />
Abrió plaza <strong>Antonio</strong> Bienvenida con el toro de Sepúlveda y le anotamos unos<br />
buenos lances y un vistoso quite por chicuelinas. Litri hace un portentoso quite por<br />
verónicas. El maestro puso luego dos pares de garapullos. Con la franela da unos<br />
pases de tanteo, otros para ahormar la cabeza del animal, y a matar. El público dividió<br />
las opiniones. En el otro, Rabioso, un toraco de Osborne, volvió a caer en la vulgaridad.<br />
Tuvo cosas sueltas que le acreditan como gran torero, pero todo quedó en detalles.<br />
Aquel animal tenía más faena, pero no le gustaría el percal al maestro.<br />
Litri -se presentó como novillero el (08-05 y el 17-07-1949) y el (23-07-1950) y<br />
como matador el (06-05-1951) y esta corrida fue la nº 5-, estuvo con el capote colosal<br />
toda la tarde, hasta pinturero, cosa que no habíamos visto antes. Y con la muleta dos<br />
faenas de asombro, por lo mandonas, lo pausadas y lo valiente. Derechazos suaves y<br />
largos, naturales, molinetes, afarolados, manoletinas y, luego, temerarios desplantes.<br />
Puso la Plaza boca abajo. Estuvo bien con el acero, cortando dos orejas y rabo en su<br />
primero y los mismos trofeos en su segundo.<br />
Pepe Ordóñez estuvo de artista toda la tarde. Esta vez le vimos al hijo de<br />
Cayetano muchas ganas de triunfo. Manejó la capichuela muy requetebién y sus faenas<br />
tuvieron un efecto preciosista que agradó bastante. Con el pincho estuvo regular. En su<br />
primero, después de un viaje, descabelló dos veces, cortando una oreja y en el último<br />
largó varios pinchazos y volvió a cortar otra. (Al menos la paseó por el ruedo, no sabemos<br />
si concedida por la presidencia.) (En otra crónica leemos que obtuvo petición y vuelta).<br />
Y esto fue la corrida de las «Bodas de Diamante» de la Plaza Real. Una tarde apoteósica<br />
para Litri, que salió a hombros en unión de Ordóñez y, sobre todo, un ambiente inolvidable<br />
en el histórico marco de la Plaza de Toros Portuense. Presenciaron la corrida desde un<br />
palco, siendo objeto de calurosa ovación al aparecer en él, los ex diestros Juan Belmonte<br />
y Rafael El Gallo, con los ganaderos de las tres divisas más antiguas de España. La<br />
revista cinematográfica NO-DO captó en sus cámaras este memorable festejo, del<br />
que guardaremos siempre un recuerdo gratisimo.»<br />
17
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
18 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
A<br />
l estudiar el largo pasado taurino de nuestra hermosa y emblemática<br />
Plaza Real, nos vemos obligados, desgraciadamente, a pensar que<br />
acarrea una extraña enfermedad, la de no ser debidamente tratada por<br />
propios y extraños, encontrándose entre éstos, desde muy antiguo, los<br />
ganaderos españoles, es decir, lo mismo los del entorno que los de<br />
centenares de kilómetros de El Puerto, que envían sus desechos ganaderos, salvo<br />
muy escasas excepciones. Y así, una vez más, la tarde del domingo (04-08-1957), en<br />
la que sin duda brillaría con la reaparición en España del madrileño Luis Miguel<br />
Dominguín, respondiendo la afición casi llenando el bello coso casi hasta los banderines<br />
del tejado, el ganadero salmantino, don <strong>Antonio</strong> Pérez (hijo) de San Fernando, cuyos<br />
seis toros estaban anunciados a su nombre, sólo se lidiaron dos toros, pues tres fueron<br />
rechazados por chicos y otro, que salió en tercer lugar, fue devuelto a los corrales por<br />
su escasa presencia. Los salmantinos fueron una becerrada en toda regla. Ante tales<br />
circunstancia –no sabemos los esfuerzos que fueron necesarios realizar para impedir<br />
un desaguisado- fueron lidiados cuatro toros de don José Luis Osborne Vázquez, de<br />
preciosas hechuras, relucientes de gordos, bien armados y cargados de bravura y<br />
buena casta, pues hicieron brava pelea con los montados y, después, se dejaron torear.<br />
El cartel lo encabezaba <strong>Antonio</strong> Bienvenida y Rafael Ortega ocupaba el tercer lugar.<br />
Siguiendo la reseña –que nos ofrece D. José María Rojas Guillén- sin conocer<br />
la fuente original de procedencia, diremos que «<strong>Antonio</strong> Bienvenida, vestido de tabaco<br />
y oro, no hizo nada son su primer choto de A. P., al que dio seis pases de muleta, en<br />
medio de un griterío imponente, matándolo de media atravesada y baja. Al cuarto, un<br />
buen mozo de D. José Luis Osborne, lo toreó finamente con el capote y le clavó tres<br />
buenos pares de banderillas, Con la muleta realizó una buena faena con la derecha,<br />
cortita, para acabar con él de dos pinchazos y media estocada. Hubo aplausos para el<br />
torero y para el toro…, más para la brava y noble fiera que para su Gilgamesh.<br />
Luis Miguel, de verde y oro, no logró cortar ningún trofeo en la esperada tarde<br />
de su reaparición –éste actuó por primera vez en la Plaza Real el (03-08-1952)- por<br />
haber fallado con el estoque, pues de haber acertado con la tizona, las dos orejas del<br />
segundo hubiesen ido a sus manos. La sola presencia de su primer toro en el ruedo<br />
levantó una unánime protesta, ya que ni con lupa podía verse el astado, lo que pudo<br />
originar un serio conflicto, por el escaso trapío de las reses. Los minitoros comenzaron<br />
a anunciar su masiva presencia. El madrileño, pese a todo, quiso hacerle faena y<br />
hasta le sacó cuatro naturales buenos. Pero el diestro desistió ante el cariz que había<br />
tomado el asunto, limitándose a matar el becerro de cuatro pinchazos y dos descabellos,<br />
silbando el público frenéticamente. En el quinto salió por el desquite, al sacar su<br />
reconocido poderío para triunfar cuando quería, contra viento y marea. Estuvo realmente<br />
extraordinario al torear por verónicas, ora con los pies juntos, ora con el compás abierto.<br />
De la misma forma adornó el morrillo del de Bolaños, colocado tres pares banderillas<br />
que quedaron izadas sobre las mismas péndolas, no dejando en ningún momento de<br />
19
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
que intervinieran los miembros de su cuadrilla. La faena de muleta fue de magistral.<br />
Especialmente los ayudados por bajo iniciales y tres pases en redondo a cual mejores;<br />
así como dos tandas de manoletinas, entre pases de todas las marcas. Faena de<br />
dos orejas, pero el estoque volvió a fallar, pinchando otra vez cuatro veces, recetando<br />
al final una entera y dos descabellos, quedándose todo en una merecida ovación.<br />
¡Ah mi Rafael Ortega!, de celeste y oro, que consiguió un triunfo clamoroso.<br />
Uno de los más grandes de toda su vida profesional. Su primer enemigo fue devuelto<br />
al corral. Por tanto, lidió dos toros de su gran amigo D. José Luis Osborne, a los que<br />
les hizo cuanto le vino en ganas, tanto con el capote como con la muleta. Ejecutó dos<br />
series de naturales, una en cada «colaborador» de sus éxitos, que será difícil superar.<br />
Al primero lo mató de una estocada en todo los rubios, haciendo maravillosamente la<br />
suerte, y al sexto de un pinchazo y un soberano volapié. Le cortó las dos orejas y el<br />
rabo al primero, y al sexto las dos, saliendo de la Plaza Real a hombros y por la<br />
Puerta Grande.» (Cartel en la siguiente página).<br />
<strong>Antonio</strong><br />
«Bienvenida»<br />
citando al toro para<br />
estoquear<br />
recibiendo.<br />
<strong>Antonio</strong><br />
«Bienvenida» en una<br />
ceñidísima verónica,<br />
con los pies juntos.<br />
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La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
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La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
a tarde del domingo (01-04-1962) se celebró en la Plaza Real de El<br />
L<br />
Puerto de Santa María un interesante festejo, en el que se corrieron 7<br />
novillos de distintas ganaderías, que lidiaron Álvaro Domecq y Díez, su<br />
hijo Álvaro Domecq Romero, Pepe Luis Vázquez, <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong><br />
(Bienvenida), Julio Aparicio, Miguel Báez (Litri) y <strong>Antonio</strong> Ordóñez. Manolo<br />
González ¡váya cartel!-, que estaba anunciado, no se presentó. La crónica de don<br />
José María Rojas Guillén lo dice todo (Véase cartel en la siguiente página):<br />
«La plaza registró un lleno total.- El pasado domingo y tal como habíamos<br />
anunciado se vivió un auténtico día de toros en nuestra ciudad. El magnífico cartel<br />
que se había conjuntado para el homenaje a Bernardo Muñoz (Carnicerito) era motivo<br />
más que suficiente para que acudieran los aficionados. En él vimos torear a <strong>Antonio</strong><br />
Ordóñez, como sólo él sabe hacerlo. Una faena larga y completa, recreándose en<br />
cada pase y ofreciéndonos la belleza incomparable de su arte exquisito, que los<br />
aficionados recordarán por mucho tiempo y que sin duda alguna servirá para denominar<br />
un año taurino de la historia de nuestra Plaza: El año de la gran faena de Ordóñez<br />
en el homenaje a Bernardo. Quiso matar recibiendo y no lo consiguió, deshaciéndose<br />
del bravísimo animal de estocada desprendida que fue suficiente.<br />
Miguel Báez (Litri) fue el que levantó la tarde de toros. A él se le deben<br />
también los momentos más felices y emocionante de la tarde son su temeraria faena<br />
que coronó de estocada estupenda, ejecutada a la perfección. Con la capa toreó el<br />
Litri como nunca lo habíamos visto, con elegancia y con gracia, y después con la<br />
muleta, aparte de sus alardes temerarios de no mirar a la fiera, y de sus desplantes<br />
escalofriantes instrumentó unos derechazos superiores y tres pases naturales<br />
sencillamente formidables. El entusiasmo fue inenarrable y las ovaciones no cesaron<br />
en toda la tarde.<br />
Pepe Luis Vázquez nos trajo el perfume de su toreo de capa obsequiando a<br />
la concurrencia con unas verónicas ceñidas y airosas que el público aplaudió con<br />
calor. La faena de muleta fue pinturera y elegante. Pinchazo y estocada. Ovación.<br />
<strong>Antonio</strong> Mejía <strong>Jiménez</strong> (Bienvenida) demostró el domingo el arte que tiene<br />
con la muleta estando muy decidido en un novillo que no tenía nada de bueno. Inició<br />
su faena con ayudados por bajo, siguió con derechazos y naturales y tras un pinchazo<br />
mató de estocada delantera.<br />
Julio Aparicio sacó todo el provecho a un novillo de su ganadería que no<br />
tenía nada bueno. Muleteó por bajo dominador e inteligente y dio derechazos de<br />
excelente factura. Al dar muerte a su enemigo se le concedió una oreja.<br />
Don Álvaro Domecq Romero pasaportó al último novillo de la ganadería de<br />
Villamarta, tras una lucida actuación, consumado caballista y digno sucesor de su<br />
padre. Despachó a la res de una estocada y varios intentos de descabello. Mención<br />
especial merece don Álvaro Domecq y Díez que inició el festejo rejoneando con<br />
gallardía, arte y belleza suma a un toro del marqués de Domecq, destacando su<br />
22 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
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La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
magnífica labor ecuestre en un soberbio par de banderillas que levantó en la Plaza<br />
clamores de entusiasmo.<br />
El ganado que se lidió pertenecía a las ganaderías de marqués de Domecq,<br />
José Luis Osborne, Álvaro Domecq, marqués de Villamarta, Julio Aparicio, Fermín<br />
Bohórquez Gómez y Juan Pedro Domecq. Todos los matadores fueron muy<br />
aplaudidos, unos cortaron orejas (*) y otros no. Juan Belmonte ocupó la presidencia<br />
honoraria y todos los diestros brindaron sus faenas a Carnicerito de Málaga, que a la<br />
terminación del festejo salió al ruedo para agradecer la colaboración de todos.»<br />
(*) Refiere «cortaron orejas», pero en la crónica sólo aparece la lograda por Aparicio, por lo<br />
que creemos que, tanto Ordóñez como Litri, debieron cortar 2 orejas cada uno, ya que<br />
salieron a hombros por la Puerta Grande.»<br />
<strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong> cortó dos rejas en<br />
todas las Plazas que toreó... en la de El<br />
Puerto, también.<br />
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La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
os espadas <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong> (Bienvenida), José Luis Feria<br />
L<br />
Fernández (Galloso) y Sebastián Palomo Martínez (Palomo Linares)<br />
alternaron el domingo (18-07-1971), en la Plaza Real de El Puerto de<br />
Santa María, saliendo los tres por la Puerta Grande, ya que Bienvenida,<br />
cortó dos orejas, de las cuatro logradas en la Plaza Real de El Puerto<br />
de Santa María en 10 ocasiones –dos como novillero-, logrando cortar sólo 4 orejas y<br />
saliendo dos veces en hombros por la Puerta Grande: la primera el citado 18 de julio,<br />
día que concedió la alternativa a José Luis Galloso, tras cortar dos orejas al toro,<br />
llamado Acortado, de la ganadería de don Carlos Núñez; y la segunda, el (12-08-<br />
1973), después de cortar otras dos orejas. Galloso cortó cuatro orejas y dos rabos,<br />
por la que cruzó a hombros 42 veces, toreando en dicha plaza 86 corridas y logró 124<br />
orejas y 8 rabos. Y Palomo Linares, cortó otras cuatro orejas y rabo, siendo la segunda<br />
vez de las cuatro veces que salió en triunfo por ella, de las 9 ocasiones que toreó en<br />
nuestro emblemático Coso, en las que cortó 10 orejas y 3 rabos.<br />
Pese a la reseña citada, resulta fundamental ofrecer a los lectores la verdadera<br />
crónica de la corrida -en la que intervinieron los diestros antes citados, que lidiaron<br />
seis toros de Núñez Hermanos-, que nos ofrece don José María Rojas Guillén:<br />
«José Luis Galloso comenzó su carrera con matrícula de honor.- El<br />
domingo fue día grande para El Puerto; de todas partes afluyeron personas para gozar<br />
de sus playas, sus pinares y de la Plaza de Toros. Se puso el cartel de No hay billetes.<br />
José Luis –de blanco y oro- dio toda una lección de toreo, ante un catedrático<br />
del arte como es <strong>Antonio</strong> Bienvenida. Después de fijar al primero de la tarde, llamado<br />
Inclusero, con el número 188, negro listón y de 460 Kgrs. de peso vivo, le dio cuatro<br />
verónicas muy mandonas, que cerró con una chicuelita y un recorte. A las siete menos<br />
tres minutos, <strong>Antonio</strong> Bienvenida cedió los trastos a José Luis Galloso, con estas<br />
palabras:<br />
Te deseo suerte, arrímate mucho que el toreo está muy difícil. ¡Hala, adelante<br />
y suerte otra vez! José Luis brindó a su padre con estas palabras: Papá, va por ti,<br />
porque ya es realidad lo que para ti y para mi era un sueño. Has sido muy bueno para<br />
mi y me ayudaste mucho siempre. Y a seguido realizó una faena extraordinaria, citando<br />
largo para el derechazo impecable, templado, siempre con la muleta planchada; igual<br />
con los naturales, los de pecho largos y profundos, circulares, molinetes y adornos,<br />
todo entre el clamor general. Dos orejas y rabo. En el último que toreó, soberbio con el<br />
capote. Seis verónicas y media con el remate. Muletazos con la derecha, lentos,<br />
templados, larguísimos; naturales con cite de frente, el abaniqueo, afarolado y de pecho.<br />
Pinchazo y estocada hasta la bola. Dos orejas y rabo, y nuevo paseo triunfal y salida a<br />
hombros.<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida –de verde y oro- dio seis verónicas muy buenas a su<br />
primer toro. Realizó faena aseada, sin mucho ajuste, dando muestras de su maestría.<br />
Media estocada en lo alto después de pinchar y una oreja con vuelta. En el cuarto dio<br />
unos lances que cerró con dos medias verónicas. Brindó a don Manuel Camacho con<br />
estas palabras: Por la amistad que tuvo con mi padre, con mi hermano Manolo, por mi<br />
y mi familia. La faena la realizó en un palmo de terreno y fue extraordinaria, asombrosa.<br />
25
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
Tres series de derechazos perfectos; una serie de naturales, un afarolado, adornos,<br />
quiquiriquíes, culminándolos con unos trincherazos rodilla en tierra, con dominio<br />
perfecto y sin descomponer la figura. Fue aclamado entusiastamente por el público. A<br />
la hora de matar necesitó cuatro pinchazos y media estocada. Una oreja y vuelta al<br />
ruedo los tres matadores, con música.<br />
Palomo Linares vistió celeste y plata; dio tres lances y un recorte a su<br />
primero. Comenzó la faena con dos muletazos rodilla en tierra, perdió el trapo y quedó<br />
–por la estaquilla- enhebrado en la cola del toro, que se lo llevó tras él. Lo rescató el<br />
mismo Palomo en el siguiente pase y realizó faena valiente, espectacular, con dosis<br />
de buen toreo y tremendismo, más de esto que de lo otro. Terminó de estocada y le<br />
concedieron dos orejas. En el quite dio tres lances; brindó a sus compañeros y realizó<br />
una faena valerosa, a su estilo, iniciada con cuatro ayudados; siguió con naturales y<br />
pases sobre la derecha, adornándose, siempre valiente. Mató de estoconazo, que<br />
acabó con la vida del toro de forma espectacular. Dos orejas y rabo, aunque el último<br />
apéndice no lo esperaba parte del público. Dieron la vuelta al ruedo los tres matadores.»<br />
(Cartel en la siguiente página).<br />
Como dijo el poeta: «Lento, muy lento, muy fiel, /<br />
perpetuizaba los pases / perpetuándose él.»<br />
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La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
27
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
E<br />
l diestro <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong> (Bienvenida), el 7º de la famosa saga de<br />
toreros con tal apodo, hacía su novena actuación en la Plaza Real, de<br />
las once que en total torearía, alternando la tarde del domingo (22-08-<br />
1971) con Julio Vega (Marismeño) y Ricardo Chibanga, en la lidia de seis<br />
toros de don Salvador Guardiola, de cuya corrida ofrecemos la crónica<br />
de don José María Rojas Guillén: «Los toros de Guardiola tuvieron la culpa.- Poca<br />
historia tiene la corrida ofrecida en pasado domingo. Poco público en el coso portuense,<br />
en una tarde en el que el calor apretó de firme. Los toros bien presentados, pero fueron<br />
a menos por momentos. La corrida, por culpa de los toros, resultó muy sosa.<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida salió vestido de caña y oro. En su primero dio unos lances<br />
despegados y sin decisión. Nada en quites, en los que sólo dio un capotazo. Con la<br />
muleta, unos trapazos sueltos, con bastante precaución –miedo es la palabra más<br />
exacta- y terminó de dos pinchazos y media habilidosa. Algunos pitos. En el cuarto,<br />
repitió su anterior labor de capa; el toro tuvo algo más de recorrido a la hora de la<br />
muleta y hubo algún destello del toreo de <strong>Antonio</strong>. Pero vino abajo el animal y se vino<br />
abajo el torero, que acabó de pinchazo bajo, otros pinchazo, estocada corta y descabello.<br />
Se dividieron las opiniones.<br />
Marismeño, de grana y oro, dio cinco lances muy valientes a la salida de su<br />
primero; fue muy aplaudido en quites. Dio unos pases de castigo al iniciar la faena y<br />
luego ligó cinco derechazos con el de pecho, muy valiente. Siguió sobre la derecha y el<br />
toro comenzó a probar, se vino abajo, pero el diestro, a fuerza de porfiar, consiguió<br />
otros muletazos, haciéndose aplaudir. Mató de estocada defectuosa y descabello al<br />
cuarto intento. Renunció al dar la vuelta. En el quinto, dos lances, saliendo la res de<br />
estampida. Brindó a Canorea y el torero estuvo muy valiente en un toro que tuvo<br />
tendencia a defenderse, tirando siempre la cara arriba con evidente peligro. Julio no se<br />
descompuso, estuvo en todo instante valiente y terminó de pinchazo, estocada y<br />
descabello al segundo intento, siendo ovacionado.<br />
El mozambiqueño Ricardo Chibanga salió vestido de lila y oro; en su primero<br />
comenzó la labor con dos lances, saliendo acuchado al colarse el toro. Clavó tres<br />
pares entre ovaciones. Brindó al público y comenzó con unos pases de tanteo,<br />
tropezando con un toro muy probón; expuso y consiguió naturales –dos series- cerrados<br />
con los de pecho; otras dos series, valiente y terminó de pinchazo, estocada atravesada<br />
y descabello a la segunda. Ovación. En el segundo estuvo muy valiente con el capote,<br />
en unos lances muy ajustados, que ligó con dos chicuelitas. También colocó tres pares<br />
de banderillas. Igualmente brindó a la empresa, Mientras brindaba, los peones del<br />
mozambiqueño llevaron el toro hasta las tablas y allí le hicieron derrotar fuertemente.<br />
Rompió una de ellas, pero también se rompió el pitón derecho. Así poco pudo hacer<br />
Ricardo, en un toro que con poco castigo en varas, pudo dar mejor juego que los<br />
demás. Unos pases por el lado izquierdo y ante el requerimiento del público y porque el<br />
animal estaba ya descompuesto, mató de pinchazo y estocada, siendo fuertemente<br />
ovacionado. El ganado, ya queda dicho, estuvo bien presentado, pero tuvieron una<br />
sosería impresionante y, tras las varas, mucho más. Pesaron en vivo, por orden de<br />
lidia: 485, 495, 475, 540, 525 y 515 kilos.» (Cartel en la siguiente página).<br />
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a tarde del domingo (29-08-1971) la Plaza Real recibió seis toros del<br />
L<br />
marqués de Domecq, para ser lidiados por los diestros <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong><br />
<strong>Jiménez</strong> (Bienvenida) –que dicho sea de paso en la Plaza Real no se le<br />
dio bien-, Francisco Ruiz Miguel y José Luis Feria (Galloso); pero dejemos<br />
que don José María Rojas Guillén nos relate la crónica de la corrida: «Ruiz<br />
Miguel y Galloso, una oreja cada uno.- Se celebró el domingo la tradicional corrida<br />
grande del último domingo de agosto, que va siendo conveniente trasladar al penúltimo,<br />
para evitar la coincidencia con el Trofeo de Carranza. Hubo algo menos de media entrada.<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida, de verde claro y oro; perdió el capote en el primer lance que<br />
quiso dar al que abrió plaza y tuvo que salir huyendo. Después dio unos lances cuando<br />
habían salido los picadores. Comenzó con la muleta con pases de castigo, un par de<br />
derechazos sin ajustarse y fue entonces cuando un espectador lo apostrofó. Se dividieron<br />
las opiniones y <strong>Antonio</strong> siguió con pases por la cara sin querer ver al toro. Mató de<br />
media un tanto atravesada y descabello al cuarto intento. División de opiniones. En el<br />
cuarto de la tarde estuvo decidido y lanceó valiente. El toro, en presencia, fue muy<br />
bueno. Lo llevó al caballo por chicuelinas y brindó al público. En la faena de muleta hubo<br />
pases con clase. Alargó su labor y además todas las veces alcanzaba el toro el engaño.<br />
Media estocada y aprovechó las palmas para dar la vuelta al ruedo.<br />
Ruiz Miguel lucía un traje violeta y oro. Recibió al segundo de la tarde con un par<br />
de lances de su marca, saliendo el toro de estampía. Acusó la res flojera de remos y<br />
sentido. Paco estuvo muy valiente, muy cerca, para sacar naturales, derechazos,,<br />
molinetes, de pecho y desplantes. Estocada corta y varios descabellos. División de<br />
opiniones. En el quinto toro a la verónica con mucho temple, tres de los lances muy<br />
buenos, después de rasgar el toro el capote. En varas salió huído el animal. Comenzó<br />
la faena con pases por alto, derechazos y naturales. El toro, gazapón, no dejaba<br />
colocarse al torero. Estocada entera a toro arrancado, una oreja y vuelta.<br />
Galloso, de tabaco y oro, consiguió una ovación de clamor cuando remató una<br />
serie de verónica al tercero de la tarde con una chicuelina y una revolera. Lo llevó al<br />
caballo por delantales. La faena de muleta fue memorable; algo sensacional fue la labor<br />
del joven torero que entusiasmó al público. Fue una sucesión de muletazos ligados,<br />
con temple, perfectos y con un arte extraordinario, apoyado en las buenas condiciones<br />
del toro. Toreó a gusto, enrachado como está, todo lo salió perfecto. Pero la espada lo<br />
dejó en mal lugar. Se empeñó en matar por arriba y pinchó cinco veces hasta agarrar la<br />
estocada entera. Vuelta. Creemos que esta ha sido, con mucho, de las mejores faenas<br />
de Galloso en El Puerto. El sexto, el más grande de la corrida –pesó 549 kilos en vivoacusó<br />
sentido y peligro. De recibo le dio siete verónicas rematadas con una revolera.<br />
Fue bien banderilleado –igual que el primero- y comenzó por unos pases por alto; el<br />
toro derrotó lo suyo, pero José Luis siguió toreándolo, de cerca y valiente, con muletazos<br />
con ambas manos y los de pecho. Una faena en la que salió a relucir la casta del torero,<br />
para dominar –lidiándolo- a su enemigo. Puso fin de pinchazo, estocada y descabello a<br />
pulso. Una oreja, ovación grande y vueltas, recibiendo regalos. La corrida estuvo bien<br />
presentada y pesaron por orden de lidia: 500, 495, 467, 540, 500 y 549 kilos.» (Cartel en<br />
la siguiente página).<br />
30 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
31
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
ntonio <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong> (Bienvenida) –que era la onceava y última vez<br />
A<br />
que se actuó en nuestro coso-, Rafael de Paula y José <strong>Antonio</strong> Campuzano<br />
alternaron en la Plaza Real de El Puerto de Santa María la tarde veraniega<br />
del (12-08-1973), para enfrentarse a seis toros de don Salvador Guardiola.<br />
La crónica de don José María Rojas Guillén dice:«Bienvenida, premiado<br />
con dos orejas: Brilló el arte de Rafael de Paula.- El Puerto de Santa María celebra<br />
su III Feria del Vino Fino; un completo programa polariza la atención sobre la ciudad de<br />
nuestra Bahía, con una serie completísima de actos. Naturalmente no podían faltar los<br />
espectáculos taurinos. Entre domingo y domingo se celebraron cuatro corridas de<br />
toros, una novillada picada y otra sin caballos. Un esfuerzo digno de destacar.<br />
Hubo el domingo algo más de media entrada. Se hizo el paseíllo con las<br />
cuadrillas descubiertas en póstumo homenaje al mozo de espada de la Isla, muerto en<br />
accidente de circulación el día anterior, Manolo Aranda. Se guardó un minuto de silencio.<br />
La corrida estuvo excelentemente presentada, de bonita lámina, con kilos y que pelearon<br />
bien en el caballo. En el tercio final acusaron blandura.<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida lanceó bien al primero, rematando con tres medias, muy<br />
buenas las dos primeras. Con la muleta, un tanto a la deriva en una res que en verdad<br />
no colaboró, pero a la que tampoco hizo mucho por torear. Después de matar con<br />
estocada habilidosa, hubo división de opiniones. En el segundo –descarado de pitonesvolvió<br />
a estar bien con la capa; en el tercio final hubo desquite. Bienvenida comenzó<br />
sentado en el estribo y después realizó una gran faena, justa, precisa, sin pase alguno<br />
de más: unos ayudados, derchazos, naturales y redondos. Todo entre olés entusiastas.<br />
Estocada entera, Dos orejas y vuelta. Sacó a saludar a sus compañeros.<br />
Paula, como en Jerez, sonaron palmas por bulerías, antes de la salida de su<br />
primer toro al que el jerezano dio media docena de verónicas, varias de ellas enormes<br />
de temple y mando, provocando el entusiasmo en los tendidos. Otros lances enormes<br />
al intervenir en quites. Con la muleta dio unos ayudados cargando la suerte; un<br />
trincherazo pleno de gracia torera y garbo. Después dio pases de extraordinaria calidad,<br />
a lo que faltó ligazón, por culpa de la blandura y sosería del animal. Dos pinchazos, una<br />
estocada y descabello. Ovación. El torero pasó a la enfermería para examinarse su<br />
pierna operada. Su segundo toro fue mejor que el otro. Toreó bien con el capote y logró<br />
cuajar pases con arte a base de porfiar, insistir, para provocar las embestidas de su<br />
enemigo. Mató de pinchazo y estocada; hubo fuerte ovación y dio la vuelta al ruedo.<br />
El joven torero José <strong>Antonio</strong> Campuzano no pudo hacer nada en el tercero<br />
de la tarde; estuvo delante, peleó, pero no logró lucimiento, en un toro que salió huído,<br />
corretón. Después el animal cabeceó una enormidad, buscó al torero, legando incluso<br />
a alcanzarlo, aunque sin consecuencias. Con la muleta consiguió ligar una serie de<br />
pases en su primero, haciéndose aplaudir con fuerza. Derechazos y naturales,<br />
mostrándose valentísimo. Terminó de pinchazo y media estocada. Hubo fuerte ovación<br />
y dio la vuelta al ruedo. En el que cerró Plaza –otro toro esaborío- volvió a mostrarse<br />
decidido y nuevamente fue volteado, sin nada que lamentar. Tras breve faena acabó<br />
con la vida de su enemigo de tres pinchazos, estocada y varios descabellos; una de<br />
las veces salió rebotado el verduguillo sobre la barrera.» (Cartel en la siguiente página).<br />
32 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
33
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
<strong>Antonio</strong> «Bienvenida» toreando al natural... con la izquierda.<br />
octubre de 1949, fue el triunfador abasoluto en la Plaza de Toros del Acho, en Lima,<br />
donde se le distinguió con el máximo trofeo del «Escapulario del Cristo de los Milagros»<br />
-cuya historia de milagros resulta fascinante-, creado para premiar al mejor torero de<br />
la temporada. El nombre de <strong>Antonio</strong> Bienvenida ha sido grabado en el frontis del Coliseo<br />
Monumental de Lima, en mérito a sus extraordinarios éxitos, por acuerdo en su día de<br />
la Empresa de la citada Plaza; homenaje público que explica elocuentemente la<br />
trascendencia del enorme éxito conquistado por el torero de «las supremas<br />
elegancias.»<br />
Y es que la Plaza del Acho de Lima se viste de gala a fines de octubre ya que<br />
se da inicio a la feria taurina más importante de Sudamérica donde toreros de diversas<br />
nacionalidades se disputan el Escapulario de Oro del Señor de los Milagros (Véase<br />
imágenes en la siguiente página). Entre orejas y rabos es el público el que decide con<br />
pañuelo blanco al aire quien es el que ofreció la mejor faena en las tardes taurinas,<br />
haciéndolo ganador de tan disputado Escapulario.<br />
34 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
La Feria del Señor de los Milagros,<br />
es un evento taurino realizado anualmente<br />
en la Plaza de Toros del Acho, en Lima,<br />
Perú. En él se reúnen las principales<br />
figuras del toreo nacional e internacional,<br />
quienes se disputan el Escapulario de Oro<br />
del Señor de los Milagros, máxima<br />
distinción de la feria.<br />
Se realiza en homenaje al Señor de<br />
los Milagros, santo patrón de Lima entre<br />
los meses de octubre, noviembre y<br />
diciembre. Es considerado por la crítica el<br />
evento taurino más importante de América<br />
del Sur.<br />
Paseillo en la<br />
Plaza del Acho,<br />
en una tarde de<br />
la Feria del<br />
Señor de los<br />
Milagros, cuya<br />
imagen se<br />
halla en una<br />
alfombra de<br />
flores sobre el<br />
albero.<br />
Tras la remodelación de la plaza, se instituyó en Acho la Feria del Señor de<br />
los Milagros, la que se realiza desde 1946 a la fecha.<br />
La feria fue creada gracias a la idea del crítico taurino del diario El Comercio,<br />
don Fausto Gastañeta y tras la muerte de éste, por Manuel Solari Swayne «Zeñó<br />
Manué.» La expectativa nació con un artículo publicado en la revista «Toros»,<br />
firmado por el mencionado «Zeñó Manué» y titulado «¿Por qué no establecemos<br />
en Lima la Feria del Señor de los Milagros?» Dicha idea fue tomando cuerpo en el<br />
2008<br />
35
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
medio taurino hasta hacerse realidad, cuando en los meses de octubre y noviembre<br />
de 1946 la Sociedad Explotadora de Acho, que tenía al frente al ganadero de reses de<br />
lidia don Fernando Graña Elizalde, organizó la primera edición de la feria, inicialmente<br />
llamada «Feria de Octubre» (*), que a partir del año siguiente se denominaría «Feria<br />
del Señor de los Milagros.»<br />
La primera corrida de la Feria se celebró el (12-10-1946), con la presencia<br />
del Presidente del Perú, don José Luis Bustamante y Rivero. El primer cartel estuvo<br />
integrado por Manuel Rodríguez, «Manolete», y los mexicanos Luis Procuna y<br />
Alejandro Montani. En 1948 la feria fue reducida a novilladas. De 1949 a 1951 se<br />
realizaría en la Monumental Plaza de Lima o Plaza de Chacra Ríos. Pero desde 1952<br />
hasta el presente se realiza en la Plaza del Acho.<br />
En 1996 se cumplieron 50 años de la Feria del Señor de los Milagros. Dicho<br />
año el Escapulario lo obtuvo el matador Vicente Barrera, quien cortó un rabo a un<br />
toro de «Real de Saltillo.» No se cortaba un rabo en Acho desde 1975.<br />
Escapularios de Oro y de Plata<br />
Los escapularios de oro y de plata son las distinciones que otorga la feria una<br />
vez culminada, al matador y a la ganadería, respectivamente, de mejor actuación en<br />
la feria. En 1947, una vez establecida oficialmente la temporada de corridas entre<br />
octubre y noviembre, es que se crea como premio el «Escapulario de Oro del Señor<br />
de los Milagros». En 1969 se crea la «Divisa de Oro» , para premiar al mejor toro de<br />
la feria. En 1970 queda establecido como «Escapulario de Plata», entregado al<br />
ganadero propietario del mejor toro lidiado en la feria.<br />
El Escapulario, tanto el de oro como el de plata, es una imagen tallada en alto<br />
y bajo relieve en oro de la limeña advocación del Señor de los Milagros. La Procesión<br />
del Señor de los Milagros es una tradición y creencia religiosa peruana de más de<br />
300 años. La imagen del Cristo de Pachacamilla es sacada en andas y la procesión<br />
recorre las calles de Lima durante varios días en el mes de octubre siendo cientos<br />
de miles los que acompañan al Cristo Moreno, habiéndose convertido en una de las<br />
manifestaciones religiosas más grandes del mundo.<br />
.<br />
(*) El mes de octubre es conocido también como el «Mes Morado» ya que, especialmente en<br />
la ciudad de Lima, calles, casas y muchos lugares públicos son adornados con banderas y<br />
pancartas de dicho color. Muchas personas se visten con hábitos de color morado también,<br />
otros llevan una corbata o una cinta morada acompañada de un detente en el pecho y las<br />
camisetas del Alianza Lima, uno de los equipos más populares del Perú, se tiñen de morado<br />
durante todo el mes de octubre. Una vela de color morado es prendida en la mayoría de las<br />
casas en señal de homenaje a nuestro Cristo Moreno o Cristo de Pachacamilla.<br />
36 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
ecordamos ahora, a título de breve inventario, entre otras muchos hechos<br />
R<br />
de su vida profesional y familiar, cómo para conmemorar la efeméride<br />
del primer cincuentenario de la Plaza de Toros de las Arenas, de<br />
Barcelona, el (29-06-1950), día de San Pedro, se dio una corrida en la<br />
que Ángel Peralta y Juan Balañá rejonearon dos astados de don Daniel<br />
Salas (primero y quinto), y los diestros de a pie fueron: <strong>Antonio</strong> Bienvenida, Manolo<br />
González y Rafael Ortega (Gallito), que despacharon en lidia ordinaria a seis<br />
cornúpetas de la ganadería de Villagodio Hermanos. Los de Salas dieron buen juego<br />
(mejor el quinto que el primero), y los dos rejoneadores obtuvieron un feliz éxito,<br />
siendo ovacionados largamente. Cada uno de ellos clavó un par de banderillas al toro<br />
de su compañero, y ambos dieron la vuelta al ruedo después de sus respectivas<br />
intervenciones. Peralta hubo de dar muerte al suyo con el estoque, y Balañá lo consiguió<br />
con un certero rejón.<br />
Los toros de Villagodio acusaron carencia de casta, que no parecía sino que<br />
se trataba de un ganado más o menos. Salieron sueltos de las caballos y se agotaron<br />
en un santiamén, y sólo el último tuvo poder, si bien, luego de derribar son fuerza,<br />
salía huyendo cobardemente. Aun no teniendo <strong>Antonio</strong> Bienvenida una brillante<br />
actuación, agradó sensiblemente a la concurrencia, por la difícil facilidad con que<br />
jugó los engaños, por la suavidad con que los maneja y la suficiencia y la soltura que<br />
deja advertir siempre en su peculiar manera de hace el toreo. Así fueron sus dos<br />
faenas, realizadas con dos bichos que ni a medias embestían, y comenzada la<br />
segunda con tres pases sentado en el estribo. Estuvo breve con la espada y clavó a<br />
su segundo enemigo dos finos pares de banderillas.<br />
A partir de la fecha de su retirada, <strong>Antonio</strong> se dedicó a su familia y diversas<br />
actividades culturales, religiosas y sociales. Viajaba, realizó películas, escribe, colabora<br />
co n su parroquia y también se dedicó a sus negocios, pero después de cuatro meses<br />
comenzó a torear en festivales, pero sobre todo en la temporada de 1970 que se<br />
desborda toreando donde y en cada festival que le proponían, sacando en todos a<br />
relucir su arte, técnica y torería. Hasta que llegó un momento en que no pudo aguantar<br />
más y le dice un día a su familia: «No puedo estar ni un minuto más sin torear porque<br />
lo necesito para mi espírituy lo deseo con toda mi alma, porque esto forma parte de lo<br />
más maravilloso y hondo de mi vida.»<br />
Y, efectivamente, <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong> (Bienvenida), reaparece en su Plaza<br />
de Toros Monumental de Madrid el día (18-05-1971), con toros de don Samuel Flores<br />
y de nuevo permaneció en activo, toreando entre otras muchas corridas en la Plaza<br />
Real de El Puerto de Santa María en 8 ocasiones, logrando cortar sólo 4 orejas y<br />
saliendo dos veces en hombros por la Puerta Grande: la primera el (18-07-1971),<br />
tras cortar dos orejas; y la segunda, el (12-08-1973), después de cortar otras dos<br />
orejas, hasta su retirada definitiva el día (05-10-1974), en la Plaza de Toros de Vista-<br />
Alegre de Carabanchel Bajo, alternando con Curro Romero y Rafael de Paula, con<br />
toros de don Fermín Bohórquez Escribano..<br />
Su último toro se llamaba Ventanero y se lo brindó a su hermano Ángel Luis<br />
con el ya conocido brindis histórico: Por los malos ratos que te he hecho pasar,<br />
pero desde hoy te prometo que ya no vas a sufrir más.<br />
37
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
En los tres años de su última reaparición <strong>Antonio</strong> estaba en su esencia, toreaba<br />
todos los toros muy despacio, como acariciándolos con la muleta, con la capa bajaba<br />
las manos abriendo el compás y ejecutaba unas verónicas de ensueño, y con las<br />
banderillas estaba extraordinario como siempre, colocándolas de verdad, es decir,<br />
haciendo la reunión en misma cara del toro y sacando los palos de abajo. En suma, ha<br />
sido, de todos los toreros que ha dado la casa Bienvenida, el más puro, el más fino y<br />
más clásico de todos ellos. A lo largo de toda su profesión se dedicó en cuerpo y alma<br />
a lo que más le gustaba: ser torero, realizando su trabajo ante los toros con todo<br />
respeto, responsabilidad, ganas, arte y torería, siendo incontables las grandes faenas<br />
que logró. Por citar algunas, reseñaremos la que ejecutó en la Plaza de Toros<br />
Monumental de Madrid en la temporada de 1952; la de Salamanca de 1955; otra gran<br />
faena en la Monumental en 1963 y otra superior al año siguiente, al igual que las Plazas<br />
de Toros de Játiva, Mérida, Huelva, etc. Fue <strong>Antonio</strong> Bienvenida un torero de muy<br />
acusadas desigualdades, pero eso no quita para que le coloquemos con Manolete,<br />
Pepe Luis y <strong>Antonio</strong> Ordóñez, como uno de los cuatro o cinco mejores, más clásicos<br />
y más puros que han existido en el segundo tercio del siglo XX.<br />
Hombre de excepcionales cualidades humanas, tuvo siempre de su parte a<br />
todos sus compañeros de profesión, y contó siempre con el admirativo respeto de los<br />
públicos, porque a pesar, como hemos dicho, de sus desigualdades de ánimo, nunca<br />
se le vio en la plaza que hiciera un mal gesto, y hasta en sus peores tardes dejó<br />
siempre traslúcida la clase que poseía para superar en el ruedo con una finura sin<br />
igual, los malos días de las broncas.<br />
Herido de gravedad en muchas ocasiones por los toros bravos, quiso la ironía<br />
del destino que muriese cuando se entrenaba, en el campo, como consecuencia del<br />
tremendo porrazo que se dio contra el suelo, al caer, de la voltereta que le dio una<br />
becerra que arrancándosele a traición originó la cogida. Y he aquí que <strong>Antonio</strong><br />
Bienvenida, hombre que fue cogido por una vaquilla mortalmente en el campo, que<br />
murió como un gran torero, porque los grandes toreros no dejan nunca de serlo, sea<br />
donde estén: en el campo, en la ciudad, o en la plaza frente al toro. Su entierro tuvo los<br />
caracteres de acontecimiento que tienen siempre los triunfos de los que cimentan la<br />
gloria de esta gran Fiesta nuestra: no en un día, sino a lo largo y ancho de todas las<br />
vidas que como las de <strong>Antonio</strong> Bienvenida lo dieron todo en su favor, y fueron haciendo,<br />
como se hacen las cosas grandes, no todo de una vez, sino un poquito cada día. Por<br />
esta razón es por la que el triunfo de <strong>Antonio</strong> Bienvenida, ¡Su mayor triunfo!, fue el de<br />
ese día en que fue alzado en hombres, sin olés, pero en medio de tan grande y silenciosa<br />
ovación, que sólo se escuchaba cuando así fue paseado por todo Madrid, el tilín de los<br />
alamares, de su traje de luces.<br />
Más tarde surgió Ángel Luis <strong>Mejías</strong>, el cual posiblemente era el que tenía más<br />
arte de todos los hermanos, pero no cuajó en la gran figura que al principio apuntaba.<br />
Más tarde salió de España para dedicarse a otras actividades en Colombia. Vivió rodeado<br />
de una gran afecto de quienes le conocen, porque él, como sus hermanos es un<br />
caballero a carta cabal. El benjamín de la familia es Juanito <strong>Mejías</strong> (Bienvenida), un<br />
torero con alegría y las condiciones de los cinco hermanos, todos matadores de toros.<br />
Pero también en este caso los percances no le permitieron alcanzar la cima.<br />
38 El PUERTO de SANTA MARÍA
La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
Cambiando de tercio, agregamos los conceptos que sobre su arte y<br />
pesronalidad no ha dejado escrito don José María de Cossío, en la primera parte de<br />
su trabajo sobre este diestro, aparecido en el Tomo IV de su obra LOS TOROS –<br />
página 575 y 579-, y que después, tal y como veremos, fue concluía en el Tomo VI:<br />
«De los toreros contemporáneos suyos, muy pocos han tenido la intuición<br />
taurina, la conciencia de los terrenos de la lidia, el conocimiento de las condiciones y<br />
tendencias de los toros. Esta maestría ha sido el cimiento solidísimo del edificio alegre<br />
y melancólico de su toreo. Porque si en sus medios tácticos, en su manera de entender<br />
el dominio sobre las reses pertenece a la especie de toreros generales y dominadores,<br />
en su estilo, en su sentimiento del arte de torear ha mostrado un equilibrio inalterable<br />
entre el patetismo, que siempre ha rehuído, la alegría andaluza y la sequedad y<br />
austeridad de que toreros suyos contemporáneos han sido exponente agregio.<br />
El toreo de <strong>Antonio</strong> Bienvenida busca su puesto en la aparente ligereza<br />
sevillana, pero con un matiz de melancolía que no llega al patetismo. Esta negativa a<br />
conducir su arte por los escapes que pudiéramos llamar románticos del arte de torear,<br />
caracteriza su toreo, y le da pleno derecho a la consideración de clásico, de maestro<br />
clásico de su arte. Y todo lo que de difícil dignidad ha tenido este estilo nos lo muestran<br />
los numerosos y graves percances que ha sufrido y que no le han hecho variar su<br />
línea torera ni por el temor, ni por la afectación de un aparente valor desmelenado.<br />
La estadística de tardes afortunadas o sin fortuna no pueden dar la medida del<br />
valer y la trascendencia del arte de un diestro. El conjunto de los recuerdos de sus<br />
faenas reducidos a unidad y a significación es el que puede proporcionarnos una idea<br />
de lo que el diestro significa en la historia de su arte. Las grandes sombras de sus<br />
dos mejores penates taurinos familiares, su padre y su hermano Manolo, han llevado<br />
al público y a los aficionados a considerarle como un torero alegre. Ya dije –nos sigue<br />
diciendo Cossío, que huyó en su arte del patetismo, y que nada tiene que ver con el<br />
hieratismo de diestros eminentes con quienes alternara, pero lo mismo tras los adornos<br />
sobrios, y el ritmo de gracia y, sobre todo, de su permanente sonrisa en el ruedo,<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida ha practicado un toreo escrupulosamente grave, en el que lo alegre<br />
muchas veces era tan sólo la sonrisa permanente. Ha toreado ejemplarmente con el<br />
capote, ha sido un banderillero largo y entendido, y su muleta puede pasar por modelo<br />
y canon de buen toreo, sin que el más escrupuloso aficionado pudieran en sus grandes<br />
faenas tildar una sola concesión a la ventaja. Pocos nombres pasarán a la historia del<br />
toreo con ejecutoria más noble y varonil que la de <strong>Antonio</strong> Bienvenida. Su influjo en la<br />
Fiesta, las posiciones por él adoptadas frente a los claros abusos, no son sino el<br />
reflejo fiel de su carácter entero, asentado sobre la bondad y simpatía más evidente e<br />
indiscutida.»<br />
Y cumpliendo con lo dicho, don José María de Cossío, en la última edición de<br />
grandes volúmenes, aparecida en 1981 y que llevará siempre la connotación negativa<br />
de que los vendedores de Espasa Calpe, S. A., entre ellos nada menos que dos de<br />
los nietos del diestro Manuel Álvarez (Andaluz), lanzaron a los aficionados ese edición<br />
como «Colección Completa de LOS TOROS», y cuando recibimos dos colecciones<br />
les faltaban los Tomos IX y XI. Y lo peor es que nada se puede reclamar. A lo que<br />
íbamos. Don José María retoma la información en el Tomo VI recordando el medio<br />
fracasado proyecto de <strong>Antonio</strong> Bienvenida de torear, como recordará el lector, aquellos<br />
39
La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
12 toros en la Plaza de Madrid –en mañana y tarde del (16-06-1960)-, para seguir<br />
diciéndonos: «En aquel punto comienza un señalado declive en el número de<br />
actuaciones y en su resultado artístico. Durante la temporada tan sólo participó en<br />
doce corridas.; en diecisiete, en 1961 y en trece, en 1962. En tal período hay que<br />
señalar una nueva cornada recibida el (18-07-1961), en la Plaza de Toros Monumental<br />
de Barcelona, donde un toro de don José Marías Bernardos le hirió de gravedad en el<br />
muslo derecho, etc.», y en este momento trasladamos al lector a la Cronología General.<br />
Y a modo de breve colofón de la parte descrita, de tan egregia figura taurina,<br />
reseñaremos lo que se dijo al regreso de una brillantísima jira artística por América,<br />
en una hoja de El Ruedo, de las emociones y de los éxitos de <strong>Antonio</strong> Bienvenida. Y<br />
es que no podía ser de otra manera. Dieron abundantes frutos las sabias enseñanzas<br />
de su padre, el Papa Negro –Manuel <strong>Mejías</strong> Rapela-, que llegaron a todos sus hijos,<br />
el profesionalismo con que los distinguió siempre siguen hasta hoy siendo un ejemplo<br />
para quienes deseen ser toreros, y no sólo en la plaza, ya que, para la vida común y<br />
corriente, también les inculcó el sentido de la cordialidad y el señorío, el buen sabor<br />
que se dejó entre los aficionados de aquellas Plazas de Toros de las Repúblicas<br />
hispanoamericanas, y, por último, el haber nacido en Caracas le hizo ser muy querido<br />
en Venezuela y, en realidad, en toda Centro América:<br />
«Lleno de laureles, cargado de sensaciones artíticas, que el exquisito afán de<br />
este torero supo seleccionar perfectamente, llegó una y otra vez a España como un<br />
gran triunfador. En el regazo de un íntimo coloquio, a la sombra de valiosos trofeos<br />
taurinos, que decoraban los rincones de su casa, la charla con el diestro se hizo más<br />
entonada y cálida, como si no quisiera perder nada de su natural esencia, este lidiador<br />
excelso fue hilvanando la seda de sus recuerdos con una casi infantil reiteración:<br />
-Vengo maravillado –decía- de mi viaje. El cariño que Perú, Venezuela y<br />
Colombia dedica a todo lo nuestro, a todo lo español, es algo tan hondo, que impresiona<br />
y seduce. Y en la magia de sus ofrendas traigo enredado lo mejor de mis fantasías.<br />
En el toro y fuera del toro, como español y como artista, el derroche de atenciones<br />
recibidas ha sido tal que no hay palabra que lo ensalce. Sólo el temblor vivo de un<br />
vervo como el de Federico García Sanchíz sería capaz de describir los cuadros de<br />
fervorosa adhesión de que he sido objeto, no por mi insignificante persona ni por mi<br />
modesta calidad profesional, sino por lo que nuestro viaje podría entrañar de mensajería<br />
española. La recepción, mi debut, mi despedida, tanto en mi cuna como en Colombia,<br />
han sido hitos sólidos de un ininterrumpido estruendo de agasajos.<br />
Nunca pude esperar ni concebir tanta aventura. La desmedida afición por la<br />
fiesta de los toros, que hoy revienta de entusiasmo, fue, sin duda, el marco apropiado<br />
para nuestros mejores logros. Se vive allí nuestra fiesta con tal ardor, con tan minuciosa<br />
captación, con tan enamorado celo, que estoy por creer que si en España algún día<br />
se llegara a desdibujar, vendría de allí el aliento que de nuevo la hiciera grande, popular<br />
e indestructible…» Mientras aquí se destruye un mausoleo a un diestro, como Julio<br />
Robles ¡qué pena de la España de nuestros días!... y mientras la ETA mata con<br />
coches bombas de forma indisciminada, y millones de españoles viven como<br />
«pasotas» alimentados con la manipulación soez que siembran casi todos los medios<br />
de comunicación, siempre al servicio de la incultura y desprovistos de valores, en las<br />
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La Saga de los Bienvenidas<br />
paredes de la Plaza Real de El Puerto de Santa María, los antitaurinos -deben ser los<br />
modernos patriotas- escriben: «Toreros Asesinos.»<br />
«Nuestros problemas taurinos son los suyos -sigue diciendonos <strong>Antonio</strong>-;<br />
nuestros temas son sus escarceos más preferidos; baste decir que en Caracas se<br />
siguió en aquellos días la apasionante discusión la iniciativa del gran escritor Giménez<br />
Caballero de enderezar la suerte de varas hasta su máximo esplendor. Allí me enteré<br />
del valor de sus razonamientos y del alto fin que los guía, y me hicieron terciar en<br />
todas las controversias. Podría decirse, sin temor a dudas, que la línea taurina<br />
española, quizá por influencia tropical, se hace más densa al llegar allí. Por ello, la<br />
excursión, magnífica por todos conceptos, ha tenido sobre todos el grato sabor de la<br />
convivencia en un ambiente que le es a uno peculiar.<br />
De otra parte, el comprobar la solera afectiva por un nombre artístico que mi<br />
padre supo dar y respetar y querer en años de lucha y triunfo, ha sido, sin duda, el<br />
más preciado título de nuestra amable jira. Todo, pues, contribuyó al espléndido<br />
resultado, del que no puedo más que enorgullecerme. Y de mi viaje me queda, junto<br />
a la emoción del regreso, el afán de volver a gustar las satisfacciones recibidas. Y la<br />
firme promesa, que hemos tenido que dejar empeñada, de que en mi próxima visita<br />
nos acompañe mi hermano Pepe, torero que, con Manolete, forman la más soñada<br />
expectación en aquellas tierras de todas mis ilusiones y para las que tengo, desde<br />
MARCA, los mejores de mis respetos.»<br />
Sin pausa tipográfica hemos recogido en monólogo sintético lo más saliente<br />
de un diálogo dejado pender entre gratas confidencias, donde la juventud lozana de<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida ha esmaltado con la suprema gracia de su saber decir, los rasgos<br />
más sobresalientes de este brillantísimo viaje, donde la calidad suprema de este<br />
singular torero se ha sabido imponer a las multitudes con el rumbo de su<br />
desprendimiento y de su arte. Patentes son las certezas, llegadas a todos, acerca<br />
del clamoroso triunfo de <strong>Antonio</strong> Bienvenida por tierras americanas; pero con ser<br />
firmes, lo es más la confianza con que los públicos españoles siguen los pasos de<br />
este maravilloso intérprete del toreo al natural, seguros de que en la llama de su fe va<br />
prendida la seguridad del éxito de su único y verdadero ídolo.<br />
Y, ahora, a modo de breve reseña otro perfil, de tan egregia figura taurina, he<br />
aquí su trato personal, parte de su forma de ser como hombre, de la mano de Alfredo<br />
Marquerie, en corto artículo aparecido en El Ruedo cuando finalizaba la década de<br />
1940, que nos refiere a un <strong>Antonio</strong> Bienvenida entre bastidores, describiendo su vida<br />
de hogar y del mate bien cebado; de haber inventado una canción extraña; de escribir<br />
poesías que no se publicarán nunca; del mundo de los sueños y el del teatro; de su<br />
gusto por la caza mayor en Andújar; de que se arreglará lo de Madrid; y, por último,<br />
una frase definitoria:<br />
«El día que los poetas actuaron en Lara, leyendo poesías taurinas, <strong>Antonio</strong><br />
Bienvenida sorprendió y cautivó al público con unas cuartillas llenas de fino humor y<br />
de delicada ironía, donde llamaba al toro su colaborador y donde invitaba a los<br />
escritores a que alternaran con él en los ruedos, para corresponder al hecho de<br />
haber actuado él en un escenario. Don Alfredo aprovechó aquella oportunidad para<br />
vigilar al matador entre bastidores, después de haberle visto posar en su casa para<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
2008<br />
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La Saga de los Bienvenidas 2008<br />
el cuadro de Romero Rosende, terminado en aquellas fechas; por cierto, y del que<br />
<strong>Antonio</strong> se muestra entusiasmado y orgulloso.<br />
Al espada le gusta la vida hogareña.<br />
-Mi mujer es argentina –dice-, y no se puede dar idea de cómo ceba el mate,<br />
que es mi bebida favorita y predilecta.<br />
-¿Qué es lo que no te gusta de la profesión? –le preguntó Marquerie.<br />
-Tener que quedarme sin cenar para guardar la línea… ¡Paso hambre!<br />
-Y en la Plaza, ¿qué te desagrada?<br />
-Que el público se ría con la caída de un picador o con la huída de un torero<br />
perseguido de cerca por el toro. A mi eso me parece tan grave como dramático, y no<br />
le veo la gracia por ningún lado. Claro que desde el tendido las cosas tienen otra cara.<br />
En el ruedo, ¡es todo tan diferente…!<br />
-¿Tienes alguna superstición?...<br />
-Sí, una. Cuando voy a la Plaza no me gusta hablar con nadie. Mis compañeros<br />
ya lo saben, y respetan mi silencio en el coche. ¿Sabe usted por qué lo hacen?...<br />
-Ni idea.<br />
-Pues mentalmente canto una canción, a la que yo he puesto música y letra, y<br />
que repito tres veces. Esa me da una tranquiidad estupenda y me sosiega los nervios.<br />
-Y ¿cómo es esa canción?...<br />
-Una mezcla de inglés y de camelo.<br />
<strong>Antonio</strong>, riendo, entona la rara melopea, donde se repiten mchas veces la palabra<br />
engenbe, y que termina con la palabra iucki,pero que, en definitiva, no quiere decir<br />
nada concreto… Un capricho extraño.<br />
-A ti te gusta la literatura, ¿no?...<br />
-Ya lo creo… y Escribo poesías… que no publicaré nunca.<br />
-Por qué?<br />
-Porque soy partidario de aquello de zapatero, a tus zapatos.<br />
La conversación con el torero –que, por cierto, tiene una manera de hablar un<br />
poco entre dientes, idéntica a la del escritor Enrique Llovet, hasta el punto de que<br />
podrían doblarse en el cine o en la radio sin que nadie lo notara- toma rumbos<br />
francamente literarios. <strong>Antonio</strong> habla de sus preferencias –Guy de Maupassant, en lo<br />
narrativo; Rubén Darí, en lo poético; y entre los escritores españoles, Felipe Sassone,<br />
por quien siente tanta admiración como afecto-. Exploro su mundo onírivo:<br />
-¿Tienes algún sueño obsesivo?<br />
-Sí, uno que se repite con gran frecuencia: estoy en lo alto de una montaña y<br />
me cae un gran peso encima. Forcejeo lleno de angustia para librarme de ese peso,<br />
para desembarazarme de él, pero no puedo.<br />
-Y ese peso, ¿qué puede simbolizar?... La angustia que lógicamente precede a cada<br />
corrida?... ¿La sensación de peligro que entraña vuestra profesión?...<br />
<strong>Antonio</strong>, que posee la misma simpatía en la calle que en la Plaza, que es<br />
inteligente, afectuso, humano, cordial, queda serio un momento, y despues exclama,<br />
con la sonrisa recobrada:<br />
-¡Qué más da!... Que lo averigüen los psicoanalistas. ¿No te parece?...<br />
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La Saga de los Bienvenidas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
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Ahora la conversación se desvía por los derroteros teatrales. Al torero le encanta<br />
asistir a los estrenos. En un partidario acérrimo de Benavente.<br />
-Cuando los autores están en capilla se parecen mucho a nosostros en el<br />
patio de caballos. A veces, un público tiene una lidia más difícil que la de una fiera,<br />
pero cuando ya ha tomado la obra, se entrega más fácilmente, y sin ningún género de<br />
dudas, las cogidas en el teatro son mucho menos peligrosas.<br />
-¿Cuál es tu mayor ilusión?...<br />
-La de ser padre, que, Dios mediante, espero ver pronto cumplida. Y también<br />
la ilusión de seguir toreando.<br />
-¿Empezaras pronto la temporada?...<br />
-El 10 de abril, en Toledo.<br />
-¿Y antes?...<br />
-El entrenamiento a todo meter… Ahora me voy con mi hermano Juanito a<br />
cazar a Andújar, caza mayor, desde luego, algo muy emocionante. Y después a pprobar<br />
becerras, a cultivar el músculo y los brazos y la vista para estar siempre en forma.<br />
-¿Cree que se arreglará lo de Madrid?...<br />
-¡Hombre!... Que la Empresa no abuse de las novilladas, que nos de más<br />
corridas de toros.<br />
-Sí, sí, estoy seguro que este año va a ser mejor. Mis impresiones son muy<br />
optimistas.<br />
-Amén… Y ¿qué es lo que más te gusta del toreo?<br />
-Estar en la Plaza con la muleta en la mano izquierda, la espada en la derecha<br />
y el corazón en medio.<br />
En esa frase, rubricada por su valerosa y magnífica actuación en los ruedos,<br />
está todo <strong>Antonio</strong> Bienvenida,rebosante de gracia, de simpatía, de cordialidad.»<br />
Todo cuanto se ha señalado es una parte insignificante de la publicación de<br />
don Felipe Sassone, uno de los primeros jerarcas de nuestra letras, espíritu crítico<br />
muy sutil y viejo aficionado a los toros, sobre la biografía de <strong>Antonio</strong> Bienvenida, el<br />
maestro, titulada Pasos de torero. Pequeña historia de un artista grande.<br />
Aunque en honor a la realidad fue que los Bienvenida predominaban la elegancia<br />
no adquirida, sino natural, el arte y la alegría: la espectacular sonrisa, por ejemplo, de<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida se abrió a todos los grandes ruedos de España, de Francia, de las<br />
Américas española en las que se mantiene la fiesta en lugar de ir a macanear a París.<br />
América fue siempre una plaza muy importante para los Bienvenida. Ernest Hemingway<br />
repara en esa amplia sonrisa de potente dentadura en un capítulo de «El verano<br />
peligroso», aunque su parcialidad en favor de Ordóñez le impide detenerse en el otro<br />
gran <strong>Antonio</strong> del toreo de la segunda mitad del siglo XX: de un <strong>Antonio</strong> que llegó a ser<br />
don <strong>Antonio</strong>, con la mayor naturalidad y el mayor merecimiento. Como decía Rafael,<br />
andaluz fino y peluquero en Oviedo, y ocasionalmente rapsoda, refiriéndose a «don<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida», con motivo de la memorable faena de un 6 de junio en la Plaza<br />
de Toros de Las Ventas, que intentó enfrentarse a doce toros, cada uno de ganadería<br />
distinta: sólo pudo con nueve, pero fueron suficientes para que Rafael le proclamara<br />
«el torero más torero / de toda la torería», como ya antes fue reseñado.<br />
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Momento emocionante en<br />
que su hermano Pepe le<br />
corta la coleta en la Plaza<br />
de Toros Monumental de<br />
Las Ventas, en Madrid, a<br />
<strong>Antonio</strong> Bienvenida.<br />
La novilla «Conocida» que<br />
asesinó por la espalda al «gran<br />
maestro del toreo.»<br />
Con el magnífico natural de la imagen nos despedimos de un artista<br />
grande, poderoso y clásico: <strong>Antonio</strong> <strong>Mejías</strong> <strong>Jiménez</strong> (Bienvenida).<br />
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