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EL CORAZON DEL SACERDOTE EL CORAZON DEL SACERDOTE

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AÑO LXVIII<br />

NUM. 3.416<br />

31 mayo 2008<br />

1,80 €<br />

JORNADA DE ORACIÓN<br />

POR LOS <strong>SACERDOTE</strong>S<br />

<strong>EL</strong> <strong>CORAZON</strong><br />

D<strong>EL</strong> <strong>SACERDOTE</strong>


■ Número: 3.416<br />

■ 31 de mayo de 2008<br />

■ Páginas de 789 a 828<br />

Uno de los momentos de mayor intensidad y unción en las<br />

órdenes sagradas es cuando el candidato a la ordenación se postra<br />

en oración mientras la asamblea canta las letanías de los santos.<br />

Inmediatamente después el obispo ordenante, tras la preceptiva<br />

oración consacratoria, le impone las manos y recibe el sacramento<br />

del Orden. ECCLESIA ofrece en este número abundantes materiales<br />

–incluso testimonios de sacerdotes santos como Juan de Avila o el<br />

Padre Pío de Pietrelcina– sobre la identidad y misión del sacerdocio<br />

ministerial, sobre su «corazón». De este modo, nos sumamos a la<br />

Jornada Mundial de Oración por la santificación de los sacerdotes.<br />

DIRECTOR:<br />

Jesús DE LAS HERAS MU<strong>EL</strong>A<br />

REDACTOR JEFE:<br />

Miguel DE SANTIAGO<br />

REDACTORES Y SECCIONES:<br />

Angel Arriví (España), José Ignacio Rivarés (Mundo y Latinoamérica),<br />

Miguel de Santiago (Cultura y Diagramación),<br />

Patricia Basterrechea (Secretaría de Dirección y Documentalista),<br />

Julio Rodríguez y Pablo Herrero (Traducciones y Documentación).<br />

ADMINISTRACION, PUBLICIDAD Y SUSCRIPCIONES:<br />

Antonio Cortés, José Díaz, María José Pariente y Valentín Sánchez.<br />

COLABORADORES Y CORRESPONSALES:<br />

M.A. Agea, J. Aymar, L. Azorín, A. Botías, Mª T. Compte, J.M. Coviella,<br />

J.E. Díaz, J. Díaz-Bernardo, J. Espeja, C. Fernández, G. Ferrer, P. Fuertes,<br />

M. García, A. Gil Moreno, E.T. Gil de Muro, J.Mª Gil Tamayo, A. Güemes,<br />

J.J. Iriarte, J.L. Larrabe, J.J. Montes, J. Moreno, M. Muñoz, J.R. Navarro,<br />

J.M. Pérez Charlín, R. Pestaña, J.F. Riaza, H. Riegas, J. Velasco, G. Vera.<br />

DOMICILIO: C/. Alfonso XI, 4, 4.º — 28014 Madrid<br />

T<strong>EL</strong>EFONOS: Redacción: 91 531 54 07 y 91 531 54 08<br />

Administración, Publicidad y Suscripciones: 91 531 54 00<br />

y 91 531 54 09<br />

Telefax (todas las secciones): 91 522 55 61<br />

INTERNET: www.revistaecclesia.com<br />

CORREO <strong>EL</strong>ECTRÓNICO:<br />

Redacción: ecclesia@planalfa.es<br />

Administración, Publicidad y Suscripciones:<br />

ecclesia_admon@planalfa.es<br />

IMPRIME: Gráficas Arias Montano, S. A. Móstoles (Madrid)<br />

ISSN 0012-9038 Depósito Legal: M-2.095-1958<br />

TARIFAS:<br />

España: 83,50 E al año.<br />

Europa: 113,50 E.<br />

Resto de países: 144 E.<br />

Número atrasado: 1,95 E (más gastos de envío).<br />

791<br />

Editorial<br />

El corazón del sacerdocio ............................................................................................................................. 5<br />

El progreso sin ética lleva al hombre al precipicio ........................................... 5<br />

Opinión<br />

En torno al Doctorado del santo patrono de los sacerdotes,<br />

por María Encarnación González ....................................................................................... 6<br />

España<br />

Vivir la Eucaristía, celebrar la caridad ....................................................................................... 7<br />

El Fondo «Nueva Evangelización» aprueba 80 proyectos por<br />

valor de 835.000 euros ....................................................................................................................... 8<br />

Asamblea ordinaria de los obispos de Andalucía ............................................. 10<br />

Clausurado el Año Jubilar Guadalupense, por Juan José Montes<br />

González ........................................................................................................................................................................ 11<br />

En marcha, desde Todelo, hacia Quebec, por Juan Díaz-Bernardo<br />

............................................................................................................................................................................................... 12<br />

Falleció Julián Blázquez, ex vicario de Avila .................................................................. 13<br />

Cultura<br />

Reseñas de novedades editoriales ................................................................................................. 15<br />

Latinoamérica<br />

Entrevista al cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de<br />

Lima y primado de Perú, por María Elena Rojas Orellana ... 16<br />

Los embriones híbridos son una ofensa a la dignidad del hombre<br />

............................................................................................................................................................................................ 17<br />

Mundo<br />

Clamor internacional contra las bombas de racimo, por José Ignacio<br />

Rivarés .......................................................................................................................................................... 18<br />

Vaticano<br />

Santa María la Mayor acogió el día 24 una Eucaristía por la<br />

Iglesia de China, por Miguel Angel Agea ............................................................. 19<br />

Reportaje<br />

Datos inéditos del obispo Irurita y el cardenal Vidal en el Archivo<br />

Secreto Vaticano, por Vicente Cárcel Ortí ......................................... 20<br />

Documentación<br />

Homilía de Benedicto XVI en la ordenación de 29 sacerdotes<br />

de la diócesis de Roma ....................................................................................................................... 24<br />

Discurso a la comunidad del «Almo Collegio Capránica» .................... 26<br />

Carta de la Congregación del Clero para promover la adoración<br />

eucarística en reparación y para la santificación del<br />

clero ...................................................................................................................................................................................... 27<br />

Carta de la Congregación del Clero para la Jornada Mundial de<br />

Oración por la santificación de los sacerdotes ......................................... 28<br />

Discurso al Fórum de Asociaciones Familiatres y a la Federación<br />

Europea de Asociaciones Familiares Católicas .......................... 31<br />

Discurso a los miembros del Movimiento por la Vida ............................. 32<br />

Discurso en la catedral de San Lorenzo de Génova ...................................... 34<br />

Colaboración<br />

¿Iglesia sin sacerdotes?, por José Luis Larrabe Orbegozo ........................ 36<br />

El Domingo, Pan de la Palabra<br />

Lo que significa misericordia, por Jesús Francisco Riaza ......................... 37<br />

La firma<br />

Padre Pío: un santo para los sencillos, por Vittorio Messori ........... 38<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 3


editorial<br />

793<br />

Editorial<br />

El corazón del sacerdocio<br />

La jornada mundial de oración por la santificación de los sacerdotes, en la fiesta del Sagrado Corazón de<br />

Jesús, nos permite una nueva ocasión para reflexionar sobre la grandeza del sacerdocio ministerial. Lo hacemos<br />

de la mano de las tres más recientes alocuciones al respecto de Benedicto XVI y de la preciosa carta de<br />

la Congregación del Clero para la citada jornada mundial. Si a todos estos textos hubiera que buscarles un<br />

denominador común, una respuesta a la pregunta sobre cuál es el «corazón» del sacerdocio, la respuesta sería<br />

muy sencilla: la amistad con Jesucristo, reavivando continuamente la gracia de la imposición de manos<br />

de la misma ordenación sacerdotal. Y es que, como afirma el Papa, «sin una amistad auténtica con Cristo resulta<br />

imposible para un cristiano y con mayor razón para un sacerdote llevar a cabo la misión que el Señor<br />

le encomienda».<br />

La vida interior, a través de la oración personal, de la liturgia de la Horas y de la Eucaristía diaria, se convierte,<br />

de este modo, en la primera e insustituible fuente de la identidad y del ministerio sacerdotal. El fuego<br />

del Evangelio debe arder en el corazón del sacerdote, habitado por la alegría y la gracia del Señor. En esta<br />

hora de activismo y de grandes quehaceres, compromisos y urgencias en la actividad pastoral, es preciso recordar<br />

la prioridad de la oración sobre la acción en cuanto que de ella depende la eficacia del obrar. Solo desde<br />

la intimidad con Dios es realmente factible y fecundo el apostolado. Esta vida interior de los presbíteros<br />

ha de reencontrar también en María Santísima, la Madre Sacerdotal, a uno de sus pilares y de sus hontanares.<br />

«La relación con Ella —escribe la Congregación del Clero— no puede reducirse a una piadosa practica<br />

de devoción, sino que debe alimentarse con un continuo abandono de toda nuestra vida, de todo nuestro ministerio,<br />

en los brazos de la siempre Virgen». María nos lleva a la cruz de su Hijo para contemplar con Ella<br />

el amor infinito de Dios.<br />

Desde estos presupuestos —que hacen posible la radicalidad y la entrega en totalidad— y desde la vivencia<br />

del ministerio presbiteral en el gozo de la comunión eclesial, el sacerdote de hoy y de siempre será fiel<br />

dispensador de los ministerios de Dios. Será experto en la misericordia de Dios con nosotros, anunciará y testimoniará<br />

la verdadera alegría y la esperanza que no defrauda y se revestirá de un estilo, de un talante, de<br />

un corazón auténtica y santamente sacerdotal: testigo y dispensador sabio y generoso, afable y fuerte, respetuoso<br />

y convencido, como señalaba Benedicto XVI en la última ordenación sacerdotal en Roma; especialista<br />

en la escucha de Dios y ejemplo creíble de una santidad que se traduzca en fidelidad al Evangelio, sin concesiones<br />

al espíritu del mundo, como también pedía el Papa a los sacerdotes y consagrados de Génova, en su<br />

reciente visita a esta ciudad. De este modo, el «tria munera» —el triple «munus» o servicio— del sacerdote, no<br />

será «el lugar de la alienación o, peor aún, de un reduccionismo funcional», sino la expresión más auténtica<br />

de la identidad sacerdotal de ser hombres de Cristo y hombres para los demás, que viven y sirven en misión<br />

permanente. ■<br />

El progreso sin ética<br />

lleva al hombre al precipicio<br />

Una de las noticias más escalofriantes de la pasada semana, que en España ha pasado casi desapercibida,<br />

tenía lugar en Londres el lunes 19 de mayo. El parlamento británico aprobaba la utilización de embriones<br />

híbridos, creados mediante la introducción de ADN humano en óvulos de animales. Una vez más,<br />

el pretexto empleado para promover esta aberración es el hipotético servicio que a la investigación de enfermedades<br />

como el Alzheimer o el Parkinson podrían prestar los referidos embriones híbridos.<br />

Con razón, el presidente de la Pontificia Academia para la Vida ha calificado de «monstruosidad» a la<br />

medida, a la que ha definido además como «mentira mediática sin base científica». Bajo ella se esconden,<br />

so capa de progreso y con mucha demagogia y manipulación de los sentimientos, espurios intereses comerciales,<br />

amén de un deleznable desprecio a la dignidad de la persona. La ciencia sin conciencia y sin ética<br />

se vuelve, tarde o temprano, contra el hombre. Y es que —señalaba Benedicto XVI, días después, en la<br />

homilía del Corpus— «no es suficiente avanzar, es necesario ver hacia dónde se va. No basta el progreso si<br />

no hay criterios de referencia. Es más, se sale del camino, se corre el riesgo de caer en el precipicio o de alejarse<br />

de la meta». ■<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

5


Opinión<br />

En torno al Doctorado del santo<br />

patrono de los sacerdotes<br />

María Encarnación González<br />

Directora de la Oficina para las Causas de los Santos de la CEE<br />

Desde que en 1970 el Papa Pablo<br />

VI canonizara al Maestro Juan<br />

de Avila, cobró vigor el deseo de<br />

iniciar la Causa de su Doctorado. Hubo<br />

distintas iniciativas a este efecto, promovidas<br />

tanto por los estudiosos del<br />

santo como por personas y entidades<br />

relacionadas con los ambientes en que<br />

se desarrolló su existencia. Se crearon<br />

Juntas y Comisiones pro Doctorado y<br />

se fomentaron nuevas investigaciones<br />

sobre el que ya era bien conocido en<br />

España y fuera de ella.<br />

Con motivo del V Centenario del nacimiento<br />

de San Juan de Avila, en torno<br />

al año 2000 tuvieron lugar distintos<br />

acontecimientos que, con el trasfondo<br />

de la proclamación del Doctorado,<br />

contribuyeron sin duda a realzar su figura.<br />

Así, la celebración de un Congreso<br />

Internacional en noviembre de 2002,<br />

con más de 400 participantes, en el que<br />

presentaron sus estudios profesores de<br />

Salamanca, Alcalá de Henares, Córdoba,<br />

Madrid, Sevilla, Roma, Múnich y<br />

Harvard, como puede verse en el voluminoso<br />

libro El Maestro Avila. Actas del<br />

Congreso Internacional (Madrid, 2002).<br />

También, la publicación, por la Biblioteca<br />

de Autores Cristianos, de los cuatro<br />

volúmenes que contienen las Obras<br />

Completas de San Juan de Avila (Madrid,<br />

2003), publicación que ha facilitado<br />

tesis doctorales, libros, artículos, estudios<br />

y ensayos muy variados.<br />

Mientras tanto, en la Congregación<br />

para la Doctrina de la Fe y en la de las<br />

Causas de los Santos, de Roma, se han<br />

realizado, y prosiguen, los trabajos de<br />

la Causa del Doctorado. El punto decisivo<br />

para que un santo sea proclamado<br />

Doctor de la Iglesia es que la suya haya<br />

sido doctrina eminente. Es decir, que<br />

haya gozado de un particular carisma<br />

de sabiduría, dado por el Espíritu Santo<br />

para el bien de la Iglesia, comprobado<br />

y ratificado por la influencia benéfica<br />

de sus escritos en el pueblo de Dios.<br />

Un Maestro, un Doctor de la Iglesia es,<br />

pues, quien ha estudiado y contemplado<br />

con singular clarividencia los misterios<br />

más profundos de la fe y es capaz<br />

de exponerlos a los fieles, de modo que<br />

les sirvan de guía en su formación y en<br />

su vida espiritual.<br />

Los estudios realizados sobre los<br />

escritos del Maestro Avila para su beatificación<br />

y para su canonización, ya<br />

pusieron de manifiesto la eminencia de<br />

su doctrina, que tuvo gran influjo en su<br />

época (1499-1569) y posteriormente. El<br />

tuvo una visión clara, amplia y profunda<br />

de los contenidos de la fe, y llegó a<br />

una síntesis verdaderamente sapiencial.<br />

Su cristocentrismo, fundado en el Nuevo<br />

Testamento, profundamente vivido<br />

por él y propuesto a los demás, ha sido<br />

fuente donde han bebido santos, maestros<br />

espirituales y estudiosos de estos<br />

últimos siglos.<br />

San Juan de Avila fue amigo, compañero<br />

y maestro de santos, algunos de<br />

ellos ya proclamados Doctores de la<br />

Iglesia. Fue muy estimado y reconocido<br />

por San Juan de la Cruz, Santa Teresa<br />

de Jesús, San Ignacio<br />

de Loyola, San<br />

Juan de Dios, San<br />

Francisco de Borja…<br />

Y por Fray Luis de<br />

Granada, su primer<br />

biógrafo. ¿Y qué maestro<br />

espiritual, de<br />

entonces y posterior,<br />

no se ha acercado a<br />

sus Sermones, su Tratado<br />

sobre el Amor de<br />

Dios o su conocida<br />

obra, Audi, filia?<br />

Se está estudiando,<br />

como decimos, si<br />

los escritos de San<br />

Juan de Avila tuvieron,<br />

y siguen teniendo,<br />

amplia difusión,<br />

acogida positiva e influencia<br />

benéfica en<br />

el pueblo de Dios. Es<br />

6 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

Una significativa representación<br />

iconográfica de San Juan de Avila.<br />

la clave para ser proclamado Doctor de<br />

la Iglesia. Quienes han profundizado en<br />

su figura, no dudan en afirmarlo.<br />

En este momento está prácticamente<br />

concluida la Ponencia (Positio) que demuestra<br />

este hecho. En su elaboración<br />

han intervenido eminentes especialistas<br />

en el santo como Juan Esquerda Bifet,<br />

Francisco Martín Hernández, José<br />

Luis Moreno Martínez, Alvaro Huerga,<br />

Manuel Ríos Gómez, Lope Rubio,<br />

etc. El estudio de los peritos teólogos y<br />

la posterior Congregación Ordinaria de<br />

los Cardenales y Obispos miembros de<br />

la Congregación de las Causas de los<br />

Santos, esperamos que ratifiquen lo<br />

que sin duda es convencimiento generalizado<br />

de estudiosos y fieles.<br />

Nos unimos al cardenal Darío Castrillón<br />

quien dijo en su discurso en el<br />

aludido Congreso Internacional sobre<br />

San Juan de Avila, maestro y ejemplo sacerdotal<br />

para los presbíteros del tercer<br />

milenio, lo siguiente: «Se percibe en<br />

el ambiente un deseo, una petición que<br />

los sacerdotes españoles, juntamente<br />

con sus obispos, quieren<br />

elevar al Santo Padre:<br />

que San Juan de<br />

Avila sea declarado<br />

Doctor de la Iglesia.<br />

Todos los aquí reunidos<br />

y el incesante clamor<br />

del clero secular<br />

español, quieren ser<br />

la demostración patente<br />

de la fuerza del<br />

deseo con que se quiere<br />

presentar al Santo<br />

Padre la petición. Mi<br />

presencia ante ustedes<br />

no es más que mi<br />

personal contribución<br />

a este anhelo que, poniendo<br />

todo en las<br />

manos de Dios, espe-<br />

ramos —y espero—<br />

sea muy pronto una<br />

realidad». ■<br />

794


Vivir la Eucaristía, celebrar la caridad<br />

Los prelados españoles llaman en la festividad<br />

del Corpus Christi a vivir la íntima relación entre Eucaristía y caridad<br />

Ante una multitud de fieles congregada<br />

en la explanada de la catedral<br />

de La Almudena, el arzobispo de<br />

Madrid, cardenal Antonio María Rouco,<br />

advirtió, durante la homilía de la misa del<br />

Corpus, sobre «la tentación de declarar<br />

“la muerte de Dios”, que latía a principios<br />

del siglo XX en una Europa fascinada por<br />

los progresos de las ciencias empíricas<br />

modernas» y que, en su opinión, «vuelve<br />

a estar presente hoy». Junto a ese riesgo,<br />

el purpurado indicó que «también hoy<br />

vuelve a ser cuestionado en múltiples<br />

contextos de la sociedad actual el reconocimiento<br />

incondicional de su dignidad<br />

personal, sea cual sea su edad, su procedencia<br />

étnica, su estado físico y psíquico<br />

de salud, su preparación profesional, sus<br />

cargos y riquezas, su visión de la vida».<br />

«Los más débiles —aseguró Rouco—<br />

acostumbran a ser en estas coyunturas<br />

históricas los más directamente afectados<br />

por “la ausencia de Dios”, propagada<br />

y querida por sus contemporáneos».<br />

795<br />

Ante este panorama de incertidumbre,<br />

el cardenal ensalzó la presencia real de<br />

Jesucristo en la Eucaristía y la adoración<br />

pública como «un deber de reparación,<br />

que nos urge en lo más hondo de nuestra<br />

conciencia cristiana, de los gravísimos<br />

pecados de escarnecimiento y uso sacrílego<br />

de las especies eucarísticas que se<br />

vienen reiterando impunemente, con excesiva<br />

frecuencia, en nuestras Iglesias de<br />

la ciudad y de la comunidad de Madrid».<br />

Respeto a la libertad religiosa<br />

Por su parte, en la vecina ciudad de Toledo,<br />

el arzobispo primado, cardenal Antonio<br />

Cañizares, criticó con dureza en su homilía<br />

del 25 de mayo uno de los actos organizados<br />

la víspera por el ayuntamiento<br />

toledano, donde, en el marco de una «cabalgata<br />

medieval», se parodiaban ciertos<br />

aspectos de la procesión del Corpus. Ante<br />

esos hechos, el cardenal reclamó «que se<br />

respete la auténtica libertad religiosa»<br />

y criticó el «escarnio» y «los verdaderos<br />

sarcasmos y blasfemias»<br />

con las que se intentó «agredir la<br />

fiesta del Cuerpo de Cristo».<br />

«Pedimos perdón por los que<br />

ayer ultrajaron el Cuerpo de Cristo»,<br />

declaró el primado al comienzo<br />

de su homilía. «Perdónalos<br />

porque no saben lo que hacen»,<br />

añadió, al tiempo que lamentó<br />

que «son muchos los insultos, los<br />

agravios, son muchas las ofensas<br />

que está recibiendo la Iglesia ante<br />

la pasividad de tantos y no puede<br />

continuar esta situación».<br />

En su homilía, Cañizares manifestó<br />

además su seria inquie-<br />

España<br />

Con motivo de la fiesta del Corpus Christi, una fecha en la que la Iglesia celebra también el Día de Caridad,<br />

los prelados españoles han insistido en sus homilías dominicales del 25 de mayo en la íntima relación<br />

que existe entre Eucaristía y caridad. Algunos de ellos, además, han aprovechado esa celebración para alertar,<br />

como el cardenal Rouco, sobre el riesgo de la «ausencia de Dios» que se cierne sobre el momento actual<br />

o para pedir, como el cardenal Cañizares, que «se respete la auténtica libertad religiosa»<br />

El cardenal Cañizares presidió la procesión del Corpus<br />

en Toledo, que se vio deslucida por la lluvia.<br />

tud pastoral ante el laicismo y la «hora<br />

difícil» por la que atraviesan las familias<br />

debido a los «grandes ataques» de los<br />

que están siendo objeto, sobre todo en<br />

lo que atañe al ejercicio del «derecho que<br />

tienen a elegir la formación religiosa y<br />

moral» que desean para sus hijos.<br />

Invitación a la solidaridad<br />

En Barcelona, el cardenal Lluís Martínez<br />

Sistach denunciaba en su carta dominical<br />

cómo «la sociedad del bienestar<br />

no consigue disimular la realidad de la<br />

pobreza y de la marginación que sufre<br />

un gran número de personas» y cómo<br />

«va dejando personas marginadas, incapaces<br />

de seguir el tren que avanza constantemente».<br />

«Ante esta realidad, el cardenal<br />

invitó a los fieles a adoptar «una<br />

decisión de ser solidarios con nuestros<br />

hermanos que sufren a causa de la pobreza<br />

y la marginación».<br />

Mientras, el cardenal Agustín García-Gasco,<br />

arzobispo de Valencia, se refería<br />

en su homilía del 25 de mayo a la<br />

dimensión social y pública de la Eucaristía,<br />

que, dijo, «no puede ser nunca un hecho<br />

privado o reservado».<br />

Para expresar el significado de la solemnidad<br />

de ese día, recordó, con referencia<br />

a la procesión del Corpus, que<br />

«caminar con el Señor por las calles de<br />

Valencia» es llevarlo a «nuestra vida diaria».<br />

«Con la Eucaristía —aseguró—, el Señor<br />

Jesús nos levanta y nos hace avanzar,<br />

nos hace dar un paso adelante, y<br />

luego otro, y de este modo nos pone en<br />

camino». Y sentenció: «Cada uno puede<br />

encontrar su propio camino si sigue de<br />

verdad a Cristo». ■<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 7


España<br />

El Fondo «Nueva Evangelización» aprueba<br />

80 proyectos por valor de 835.000 euros<br />

Fueron autorizados por el Comité Ejecutivo de la CEE el pasado 10 de abril<br />

Una vez más se comprueba que es<br />

posible vivir la caridad con los<br />

más necesitados. Para canalizar<br />

esta cooperación la Conferencia Episcopal<br />

Española desde hace años ha puesto<br />

en marcha el Fondo «Nueva Evangelización».<br />

Su principal cometido es recoger<br />

las aportaciones de las instituciones<br />

eclesiales y de los fieles y valorar la urgencia<br />

y necesidad de los proyectos pastorales<br />

que llegan desde los territorios<br />

de misión donde gastan su vida los misioneros.<br />

La peculiaridad de este servicio<br />

es destinar estas ayudas exclusivamente<br />

a proyectos pastorales. Otras organizaciones<br />

se preocupan de proyectos a la<br />

promoción y al desarrollo. El Fondo<br />

«Nueva Evangelización» tiene como carisma<br />

fundacional atender a las necesidades<br />

inherentes al anuncio del Evangelio<br />

y a la celebración de la fe. El pasado<br />

10 de abril el Comité Ejecutivo de la Conferencia<br />

Episcopal aprobó la subvención<br />

de 80 proyectos pastorales por un valor<br />

de 835.000 euros euros. Esta es la relación<br />

de proyectos aprobados:<br />

1. Colección BAC. Biblioteca<br />

Seminario Mayor Diócesis de<br />

Barinas (Venezuela), 6.000 a.<br />

2. Formación. Parroquia S. Sebastián<br />

Cucuí. Diócesis de San Gabriel da<br />

Cachoeira (Brasil), 6.000 a.<br />

3. Construir templo parroquial Ntra.<br />

Sra. del Rosario. Diócesis de Pasto<br />

(Colombia), 12.000 a.<br />

4. Colección BAC. Biblioteca. Diócesis<br />

de Chimbote (Perú), 6. 000 a.<br />

5. Pastoral Social. Caritas de Chile.<br />

Diócesis de Santiago (Chile), 10.000 a.<br />

6. Convento. Misioneras Salvador Sta.<br />

B. Ozumba. Diócesis de Chalco<br />

(México), 5.000 a.<br />

7. Construir Capillas. Parroquia<br />

Inmaculada Concepción. Diócesis<br />

de Coroico (Bolivia), 6.000 a.<br />

8. 12 Becas de licenciatura en la<br />

Facultad de Teología del Callao<br />

(Perú), 12.000 a.<br />

9. Formación de 58 Religiosas.<br />

Diócesis de Moundou (Chad),<br />

10.000 a.<br />

10. Capilla. Congregación del Buen<br />

Pastor. Hogar de Niñas. Diócesis<br />

Copiapó (Chile), 10.000 a.<br />

11. Restauración del Santuario de San<br />

Policarpo. Diócesis de Izmir<br />

(Turquía), 10.000 a.<br />

12. Catedral de la Diócesis de<br />

Ouahigouya (Burkina Faso),<br />

10.000 a.<br />

13. Iglesia y dormitorios. Monasterio<br />

Cisterciense. Diócesis de Benguela<br />

(Angola), 10.000 a.<br />

14. Monasterio Tybum Paráclito<br />

Divino. Diócesis de Sonsón<br />

Rionegro (Colombia), 15.000 a.<br />

8 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

Forto de archivo de un proyecto educativo de evangelización en India.<br />

15. Construir la Biblioteca del<br />

Seminario Mayor. Diócesis de<br />

Abancay (Perú), 15.000 a.<br />

16. Terreno para construir<br />

Monasterio. Diócesis de Songea<br />

(Tanzania), 9.000 a.<br />

17. Reconstruir Templo de Punta Hermosa.<br />

Diócesis de Lurín (Perú), 10.000 a.<br />

18. 22 motocicletas para la Diócesis<br />

de Kotido (Uganda), 9.000 a.<br />

19. Vehículo para trabajo pastoral.<br />

Diócesis de Iquique (Chile), 10.000 a.<br />

20. Casa de las Religiosas Salesianas<br />

en la Diócesis de La Habana<br />

(Cuba), 10.000 a.<br />

21. Formación. Carmelitas Descalzas.<br />

Diócesis de Buenos Aires<br />

(Argentina), 9.000 a.<br />

796


22. Sostenimiento de agentes de<br />

Pastoral. Vicariato Apostólico de<br />

Inírida (Colombia), 9.000 a.<br />

23. Salón multiusos de Poilwa. Diócesis<br />

de Nagaland (India), 6.000 a.<br />

24. Salones Auxiliares. Parroquia<br />

«Santísimo Redentor». Diócesis de<br />

Carabayllo (Perú), 6.000 a.<br />

25. Ayuda al Fondo Común de<br />

Religiosas. Diócesis de Riobamba<br />

(Ecuador), 12.000 a.<br />

26. Construir la Catedral, Curia y<br />

Casa cural. Diócesis de Puerto<br />

Gaitán (Colombia), 15.000 a.<br />

27. Colección BAC. Centro Arquidiocesano<br />

de Formación. Diócesis de La Habana<br />

(Cuba), 6.000 a.<br />

28. Muro y mejora del techo. Ermita<br />

de San Antonio. Diócesis de San<br />

Vicente (El Salvador), 6.000 a.<br />

29. Iglesia de Zinder. Misioneros de<br />

África. Zinder. Diócesis de Maradi<br />

(Níger), 9.000 a.<br />

30. Salón multiusos. Misioneros del<br />

Sagrado Corazón. Diócesis de<br />

Granada (Nicaragua), 10.000 a.<br />

31. Capilla. Seminario Mayor. Diócesis<br />

de Neiva (Colombia), 10.000 a.<br />

32. Formación seminaristas. Diocesis<br />

de Registro (Brasil), 12.000 a.<br />

33. Sala de la Comunidad Seminario.<br />

Diócesis de Mysore (India),<br />

10.000 a.<br />

34. Plan Misionero. Parroquia Santa<br />

Lucía. Diócesis de Santiago de<br />

Cuba, 6.000 a.<br />

35. Casa de Espiritualidad en la<br />

región de Kiev. Diócesis de Kiev<br />

(Ucrania), 12.000 a.<br />

36. Construir dos capillas. Parroquia<br />

de Chincheros. Diócesis de<br />

Abancay (Perú), 12.000 a.<br />

37. Construir Seminario Mayor.<br />

Diócesis de Serrinha (Brasil),<br />

15.000 a.<br />

38. Formación bíblica. Misión de<br />

Onanrungu. Diócesis de Medan<br />

(Indonesia), 9.000 a.<br />

39. Catequistas y animadores de las<br />

Ceb’s. Limones. Diócesis de<br />

Esmeraldas (Ecuador), 5.000 a.<br />

40. Equipamiento audio-visual y<br />

libros. Thiruvallur. Diócesis de<br />

Madrás-Mylapore (India), 4.000 a.<br />

41. Formación Aspirantes. Misioneras<br />

Hijas del Calvario. Diócesis de Tete<br />

(Mozambique), 5.000 a.<br />

42. Convento. Hnas. Benedictinas en<br />

Kiseke. Diócesis de Mwanza<br />

(Tanzania), 15.000 a.<br />

797<br />

43. Vehículo. Animación Vocacional y<br />

Formación Catequistas. Diócesis<br />

de Ngozi (Burundi), 10.000 a.<br />

44. Cubrir patio central. Inst.<br />

Misioneras Seculares. Diócesis de<br />

Quito (Ecuador), 10.000 a.<br />

45. Cerramiento del Seminario.<br />

Diócesis de Paraná (Argentina),<br />

10.000 a.<br />

46. Casa parroquial San Antonio de<br />

Mavila. Diócesis de Inhambane<br />

(Mozambique), 12.000 a.<br />

47. Rehabilitar convento. Hnas. de<br />

CIM. Diócesis de Fianarantsoa<br />

(Madagascar), 10.000 a.<br />

48. Finalizar Templo de la Trinidad.<br />

Dedougou (Burkina Faso), 6.000 a.<br />

49. Construir dos aulas. Casa Pastoral<br />

Parroquial. Diócesis de Toluca<br />

(México), 5.000 a.<br />

50. Construir Capilla San Juan<br />

Macías. Ciudadela Pachacútec.<br />

Diócesi de Callao (Perú), 5.000 a.<br />

51. Sostenimiento del Seminario.<br />

Prelatura de Moyobamba (Perú),<br />

15.000 a.<br />

52. Construir Capilla Sector La<br />

Quiebra. Diócesis de Caldas<br />

(Colombia), 10.000 a.<br />

53. Centro de servicios sociales en la<br />

Diócesis de Mahagi-Nioka (R. D.<br />

Congo), 15.000 a.<br />

54. Vehículo para la Pastoral Familiar.<br />

Diócesis de Tiruchirapalli (India),<br />

9.000 a.<br />

55. Becas. Seminario Mayor Ntra. Sra.<br />

de Quilca. Diócesis de<br />

Chuquibamba (Perú), 15.000 a.<br />

56. Seminario de formación para<br />

formadores. Conferencia<br />

Episcopal (R.D. Congo), 6.000 a.<br />

57. Formación de Catequistas.<br />

Vicariato Apost. Soddo-Hosanna<br />

(Etiopía), 12.000 a.<br />

58. Formación permanente. Diócesis<br />

de Lisala. Kinshasa (R. D. Congo),<br />

9.000 a.<br />

59. Formación catequistas.<br />

Archidiócesis de Piura-Tumbes<br />

(Perú), 6.000 a.<br />

60. Actividad pastoral Parroquia N.<br />

Sra. del Carmen. Diócesis de<br />

Mercedes (Uruguay), 4.000 a.<br />

61. Centro Pastoral «San Juan<br />

Bautista». Parroquia de Tambo.<br />

Diócesis de Ayacucho (Perú),<br />

12.000 a.<br />

62. Formación de agentes de Pastoral.<br />

Misioneras M. Laura. Diócesis de<br />

Jardím (Brasil), 10.000 a.<br />

España<br />

63. Biblioteca. Seminario Diocesano.<br />

Diocesis de San Carlos Borromeo<br />

(Perú), 6.000 a.<br />

64. Restaurar la Iglesia de la Goulette.<br />

Diócesis de Túnez (Túnez), 15.000 a.<br />

65. Emisora diocesana «Radio<br />

Catatumbo». Diócesis de Ocaña<br />

(Colombia), 12.000 a.<br />

66. Servicio pastoral hispanoportugués.<br />

Diócesis de Moscú<br />

(Rusia), 9.000 a.<br />

67. Restaurar Parroquia Ntra. Sra. de<br />

la Portería. Diócesis de Legazpi<br />

(Filipinas), 15.000 a.<br />

68. Agentes de Pastoral. Verbum Dei.<br />

Diócesis de Barquisimeto<br />

(Venezuela), 5.000 a.<br />

69. Construir Parroquia Inmaculada<br />

Concepción. Diócesis de Feira de<br />

Santana (Brasil), 12.000 a.<br />

70. Biblioteca y comprar libros. Casa<br />

Juventud. Diócesis de Montes<br />

Claros (Brasil), 3.000 a.<br />

71. Acondicionamiento de lugares<br />

para el culto. Diócesis de<br />

Camagüey (Cuba), 6.000 a.<br />

72. Construir el convento St. Anne’s.<br />

Gunalada. Diócesis de Vijayawada<br />

(India), 15.000 a.<br />

73. Actividades Pastorales. Parroquia<br />

San Pedro de Juli. Diócesis de Juli<br />

(Perú), 6.000 a.<br />

74. Formación de catequesis. Diócesis<br />

de Bogotá, Soacha y Fontibón<br />

(Colombia), 9.000 a.<br />

75. Vehículo para la pastoral. Parroquia<br />

de Ntra. Sra. de Fátima. Diócesis de<br />

Huacho (Perú), 3.000 a.<br />

76. Construir Catedral del Vicariato<br />

de Trinidad (Colombia), 10.000 a.<br />

77. 13 suscripciones de la Revista<br />

ECCLESIA para las Diócesis de Cuba<br />

2.000 a.<br />

78. 5 Becas para la formación<br />

permanente de sacerdotes<br />

americanos, 32.000 a.<br />

79. Becas para sacerdotes<br />

latinoamericanos y libaneses.<br />

UPSA. Salamanca, 70.000 a.<br />

80. Beca de estudios para un<br />

sacerdote. Djougou (Benin),<br />

10.000 a.<br />

Quienes deseen unirse a esta corriente<br />

de caridad y solidaridad para atender<br />

los proyectos y actividades pastorales<br />

nuestros misioneros pueden encontrar<br />

información detallada y el modo de hacerlo<br />

en la página web de la Conferencia<br />

Episcopal y en las diócesis. ■<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 9


España<br />

Asamblea ordinaria<br />

de los obispos de Andalucía<br />

Dieron el visto bueno a los próximos encuentros<br />

de sacerdotes, de obispos y superiores mayores, y de jóvenes<br />

Los días 20 y 21 de mayo, se celebró,<br />

en la Casa de Espiritualidad de San<br />

Antonio de Córdoba, la CXI Asamblea<br />

Ordinaria de los Obispos andaluces.<br />

Como es habitual, el encuentro se inició<br />

con el retiro espiritual, que en esta ocasión<br />

lo dirigió monseñor Antonio Ceballos,<br />

obispo de Cádiz y Ceuta.<br />

Los trabajos dieron comienzo con una<br />

información a cargo de monseñor Ceballos<br />

sobre la marcha del Encuentro de Sacerdotes<br />

de la Región Sur, que tendrá lugar<br />

en Cádiz, del 21 al 31 de julio. En su<br />

edición número doce, este encuentroconvivencia<br />

lleva como lema «La Parroquia:<br />

iniciación cristiana de adultos». Su<br />

primera semana se centrará en la iniciación<br />

cristiana, el primer anuncio, la conversión<br />

y los contenidos fundamentales<br />

de la fe; y la segunda abordará las coordenadas<br />

fundamentales de la formación<br />

catecumenal: iniciación a la oración-celebración,<br />

la formación moral, la comunión<br />

y el compromiso cristiano. Con una metodología<br />

sencilla y práctica, el curso<br />

quiere ofrecer a los sacerdotes que participen<br />

un tiempo fuerte de formación y de<br />

intercambio de los desafíos y cauces en<br />

la actividad pastoral.<br />

Encuentro de obispos<br />

y superiores mayores<br />

El obispo de Málaga, monseñor Antonio<br />

Dorado, como delegado para las relaciones<br />

con los religiosos, junto al secretario<br />

general, presentaron el borrador del<br />

Programa para la celebración del VII Encuentro<br />

de Obispos y Superiores Mayores.<br />

La cita tendrá lugar el próximo 21 de<br />

octubre en la Casa de Espiritualidad de<br />

San Antonio, en Córdoba. Seguirá un esquema<br />

sencillo: tras la presentación del<br />

encuentro por parte del arzobispo de Sevilla,<br />

cardenal Carlos Amigo, se abrirá un<br />

amplio espacio para el diálogo, modera-<br />

Foto de archivo de una reciente reunión de los<br />

obispos andaluces.<br />

do por Juan José García, provincial de<br />

los Claretianos y presidente de la URPA.<br />

Los obispos andaluces estudiaron<br />

también con interés, por una parte, la<br />

nueva Ley de Patrimonio Histórico de<br />

Andalucía, aprobada en noviembre de<br />

2007, especialmente en aquellos artículos<br />

que inciden en la gestión del patrimonio<br />

cultural de la Iglesia, y, por otra, el<br />

informe sobre la Ley de Protección de<br />

Datos presentado en la sesión anterior,<br />

en el que se hacía hincapié en todo<br />

aquello que afecta a la misión pastoral<br />

de la Iglesia, a la luz del principio de libertad<br />

religiosa y de los acuerdos Iglesia-Estado.<br />

Con Sydney desde El Rocío<br />

Con motivo de la Jornada Mundial de<br />

la Juventud en Sydney (Australia), los días<br />

16 al 20 de julio, y ante las dificultades<br />

que plantea un desplazamiento tan largo<br />

para la mayoría de nuestros jóvenes, los<br />

obispos de Andalucía van a poner en<br />

marcha un encuentro de jóvenes, en esos<br />

mismos días, en la aldea del Rocío. Des-<br />

10 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

de ese lugar, y siguiendo el lema de la<br />

Jornada «Recibiréis la fuerza del Espíritu<br />

Santo que vendrá sobre vosotros y<br />

seréis sus testigos», se mantendrán conexiones<br />

en directo con los diversos<br />

actos que se desarrollarán en Sydney.<br />

Para la organización de esta convocatoria,<br />

el obispo de Huelva, monseñor<br />

José Vilaplana, se ha reunido<br />

con la Hermandad Matriz del Rocío,<br />

con el ayuntamiento de Almonte y la<br />

Delegación del Gobierno de la Junta<br />

de Andalucía en Huelva para garantizar<br />

que el acontecimiento se desarrolle<br />

según los planes previstos. Asimismo<br />

se han mantenido ya diversas<br />

reuniones con los delegados diocesanos<br />

de Juventud de Andalucía, para<br />

poner en marcha la logística que necesita<br />

un evento de este tipo.<br />

Además, está previsto que los obispos<br />

andaluces dirijan próximamente una<br />

Carta a los Jóvenes para animarlos a<br />

participar en el encuentro y explicarles su<br />

significado de comunión y universalidad<br />

con el Papa y los jóvenes de todo el<br />

mundo.<br />

También los prelados se dirigirán a<br />

los monasterios contemplativos de las<br />

diócesis del sur de España para que, a<br />

través de sus oraciones, sostengan los<br />

trabajos y actividades de dicho encuentro,<br />

a fin de que los jóvenes participantes<br />

crezcan en un mayor conocimiento de<br />

Jesucristo y ayuden a conseguir los frutos<br />

que se pretenden de este encuentro.<br />

Cáritas Regional<br />

Por último, el obispo de Jaén, monseñor<br />

Ramón del Hoyo, informó de la labor<br />

que desempeña Cáritas Regional de<br />

Andalucía y dio cuenta de la firma del<br />

próximo convenio que se va a suscribir<br />

con la Consejería Autonómica de Igualdad<br />

y Bienestar Social. ■<br />

798


Miles de extremeños participaron<br />

el domingo 18 de<br />

mayo en la Eucaristía que<br />

tenía lugar en el santuario de<br />

Guadalupe y que ponía el punto<br />

final al Año Jubilar, concedido por<br />

la Penitenciaría Apostólica con<br />

motivo del primer Centenario de la<br />

Declaración de la Virgen de Guadalupe<br />

como patrona de Extremadura.<br />

La Eucaristía estuvo presidida<br />

por el arzobispo de Toledo, cardenal<br />

Antonio Cañizares, y concelebrada<br />

por los tres obispos extremeños<br />

y el de la diócesis de Segovia,<br />

natural de Guadalupe. En su<br />

homilía, monseñor Cañizares agradeció<br />

a Dios este Año Jubilar que<br />

se clausuraba y pidió a la Virgen<br />

que proteja y ayude a Extremadura<br />

como Patrona y Madre.<br />

Durante el Año Jubilar, el santuario<br />

de Guadalupe ha sido el centro de un<br />

gran número de peregrinaciones. Las<br />

primeras en reunirse en torno a la Virgen<br />

fueron las familias. A ellas le siguieron<br />

sacerdotes y seminaristas, jóvenes y<br />

cientos de parroquias de las tres diócesis<br />

extremeñas y de fuera de esta región,<br />

que quisieron peregrinar hasta Guadalupe<br />

y ganar así el jubileo.<br />

El Guardián del Monasterio, el padre<br />

Guillermo Cerrato, ha resaltado la importancia<br />

de los objetivos marcados en<br />

las diferentes comisiones eclesiales, como<br />

los trabajos catequéticos, la carta pastoral<br />

de los obispos o la obra social que se<br />

planteó, un centro de aprendizaje y ocupación<br />

dirigida a personas discapacitadas,<br />

que va dando sus primeros pasos.<br />

Desde un punto de vista espiritual, el<br />

padre Cerrato ha destacado el incremento<br />

de peregrinos, tanto de peregrinaciones<br />

organizadas como de los que han<br />

llegado por sus propios medios. Diariamente<br />

se ha aprovechado la misa de peregrinos<br />

para desarrollar una catequesis.<br />

En este sentido, el Guardián de Monasterio<br />

ha querido resaltar la presencia de<br />

delegaciones juveniles de las diócesis de<br />

Extremadura, Toledo, Madrid, Ciudad<br />

799<br />

España<br />

Clausurado el Año Jubilar Guadalupense<br />

En una solemne ceremonia presidida por el cardenal Antonio Cañizares<br />

Foto de archivo correspondiente a la ceremonia de apertura<br />

del Año Jubilar Guadalupense.<br />

Real y Córdoba, que han acercado a<br />

Guadalupe a cerca de 5.000 jóvenes.<br />

Junto a todo la anterior cabe citar<br />

también el aspecto cultural, con la publicación<br />

de una decena de libros, muy valorados,<br />

sobre el Monasterio y las ponencias<br />

presentadas en las Jornadas Teológicas<br />

con ocasión del novenario de la<br />

Virgen, que verán la luz próximamente.<br />

Haciendo memoria<br />

El Año Jubilar se inauguraba el 24 de<br />

marzo de 2007 con una eucaristía en la<br />

explanada del Monasterio presidida por<br />

el cardenal Cañizares, acompañado por<br />

sus obispos auxiliares, los obispos extremeños<br />

y más de doscientos sacerdotes<br />

de las cuatro diócesis. A la misa asistieron<br />

alrededor de 15.000 personas que<br />

abarrotaron la Plaza y las calles aledañas.<br />

Al inicio de la misa se procedía al rito<br />

de apertura del Año Guadalupense, con<br />

la apertura de la puerta basilical, el traslado<br />

de la imagen de la Virgen al altar y<br />

el anuncio de la concesión de Indulgencia<br />

Plenaria otorgada por la Santa Sede.<br />

Partiendo del Magníficat, don Antonio<br />

Cañizares fue esbozando su homilía en<br />

la que afirmaba, entre otras cosas: «Esta<br />

es la Madre, a la que tantas y tantas<br />

personas a lo largo de generaciones<br />

y generaciones, durante siglos<br />

acuden aquí, invocada como<br />

Virgen de Guadalupe, Patrona de<br />

Extremadura, Reina de las Españas.<br />

Porque ha creído, Dios Amor está<br />

en Ella, actúa en Ella, el Amor obra<br />

por Ella. El amor permanece eternamente<br />

y tiene el futuro en la<br />

mano: vence el amor y no el odio,<br />

al final vence la paz». «En María<br />

—señalaba el purpurado en otro<br />

momento— vemos y palpamos<br />

que Dios es amor. Junto a Ella experimentaremos<br />

que Dios es<br />

amor. A quienes les resulta difícil<br />

creer en Dios, les digo y repito:<br />

“Dios es amor”».<br />

Durante la misa se procedió<br />

también a la bendición de una réplica<br />

de la imagen de Santa María de<br />

Guadalupe, que fue entregada al Papa<br />

por los peregrinos que acudieron a<br />

Roma en la peregrinación interdiocesana<br />

de finales de mayo de 2007.<br />

Comisión civil<br />

Durante este año Jubilar ha funcionado<br />

también una comisión creada por la<br />

Junta de Extremadura que ha promovido<br />

la imagen de Guadalupe, y de Extremadura<br />

en general, y ha desarrollado diversos<br />

actos culturales.<br />

Uno de los más destacados fue una<br />

exposición, inaugurada por la Infanta<br />

Elena en el mes de febrero, que con el<br />

nombre de «Guadalupe en Madrid», llevó<br />

hasta la capital de España medio centenar<br />

de joyas del Monasterio. El comisario<br />

de la misma, el sacerdote de Mérida-<br />

Badajoz Francisco Tejada, recuerda que<br />

fue visitada por medio millar de personas<br />

en sus tres sedes: el Palacio Real, el<br />

claustro del convento de la Encarnación<br />

y el claustro del convento de las Descalzas<br />

Reales. ■<br />

Juan José Montes González<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 11


España<br />

En marcha, desde Toledo, hacia Quebec<br />

Un centenar de participantes intervienen en Toledo<br />

en el encuentro preparatorio del Congreso Eucarístico Internacional de Quebec<br />

El Encuentro Nacional preparatorio<br />

del 49 Congreso Eucarístico Internacional<br />

que se celebrará en la ciudad<br />

canadiense de Quebec este mes de junio,<br />

se celebró en Toledo durante los días 16,<br />

17 y 18 de mayo, organizado por la Federación<br />

Mundial de Adoración Nocturna a<br />

Jesús Sacramentado y Otras Obras Eucarísticas.<br />

Reunió a un centenar de participantes<br />

de diversas diócesis españolas.<br />

El obispo auxiliar de la diócesis, monseñor<br />

Carmelo Borobia, delegado de la<br />

Conferencia Episcopal Española para el<br />

Congreso de Quebec dio la bienvenida a<br />

los participantes. «Toledo —recordó— es<br />

una ciudad eminentemente eucarística»,<br />

de lo que es manifestación su singular y<br />

única celebración del Corpus Christi, «la<br />

procesión del Señor Sacramentado en la<br />

Custodia de Arfe que recorre sus calles,<br />

con una solemnidad como no hay en<br />

ningún otro lugar».<br />

Tras la presentación del encuentro, el<br />

cardenal primado, Antonio Cañizares,<br />

presidió la misa solemne de apertura, en<br />

la catedral toledana. Don Antonio aseguró<br />

que el Congreso Eucarístico Internacional<br />

«constituye para la Iglesia un<br />

acontecimiento de gracia, porque solo<br />

Dios sabe la gracia derramada por El a<br />

través de estos congresos», añadió. «Será<br />

un acontecimiento salvador al que debemos<br />

abrirnos en paz y en gracia», afirmó.<br />

Ponencias<br />

del primado y del nuncio<br />

El primado, dentro de los actos del encuentro,<br />

pronunció también una conferencia<br />

sobre «La Eucaristía, impulso para<br />

la juventud católica» y constató que «aunque<br />

vivimos en una sociedad globalizada<br />

en la que parece que todos estamos más<br />

unidos que nunca», la realidad es que es<br />

una de las épocas «en la que existe más<br />

división, más guerras silenciosas y más<br />

violencia». «Estamos en una sociedad empeñada<br />

en reabrir viejas heridas, o que<br />

sencillamente está desintegrada».<br />

Tras referirse a la necesidad de la<br />

adoración eucarística que hace posible el<br />

encuentro con «el amor sin extremo ni<br />

medida de Cristo», el cardenal Cañizares<br />

recordó que la Eucaristía no puede terminar<br />

dentro de la Iglesia, «sino que<br />

debe salir y divulgarse por todos lados»<br />

y pidió a los jóvenes que, «centrados en<br />

Eucaristía», sean testigos de este amor.<br />

También el nuncio apostólico en España,<br />

monseñor Manuel Monteiro de<br />

Castro, habló sobre «Un Congreso Eucarístico,<br />

hoy. Quebec 2008». En su intervención<br />

dijo que estos encuentros de reflexión<br />

«y acercamiento espiritual» deben<br />

ser la recopilación de «un conjunto de<br />

momentos ricos de reflexión, fraternidad<br />

y testimonio de la palabra de Jesús». Recordó<br />

también que los Congresos Eucarísticos<br />

suponen «un gran acontecimiento<br />

al servicio de la nueva evangelización»,<br />

porque «la Eucaristía es el don que Dios<br />

nos envía para tener una vida eternamente<br />

feliz». Por último, se refirió al mensaje<br />

eucarístico en las apariciones de la<br />

Virgen a los tres pastorcillos de Fátima.<br />

12 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

Un momento de la intervención de monseñor Borobia en la sesión inaugural.<br />

En la tarde del día 18, el director del<br />

Secretariado de la Comisión Episcopal de<br />

Liturgia Juan María Canals, habló sobre<br />

«La experiencia de los Congresos Eucarísticos.<br />

Su impacto de la vida eclesial».<br />

Terminada su ponencia, tuvo lugar la<br />

recepción de banderas y estandartes en<br />

el Salón de Concilios del arzobispado.<br />

Desde allí los participantes caminaron en<br />

procesión hasta la catedral primada para<br />

participar en la misa de clausura y en la<br />

vigilia de adoración ante el Santísimo Sacramento,<br />

que estuvo coordinada por la<br />

Federación Mundial de Adoración Nocturna<br />

a Jesús Sacramentado y otras<br />

Obras Eucarísticas.<br />

A partir de las 12 de la noche se celebraron<br />

los actos propios de la Vigilia<br />

Nocturna: la Procesión del Santísimo, la<br />

oración del Santo Rosario, los Turnos de<br />

Vela y, finalmente, la oración de Laudes y<br />

Reserva del Santísimo, a las cinco de la<br />

madrugada. ■<br />

Juan Díaz-Bernardo<br />

Castilla-La Mancha<br />

800


El pasado 16 de mayo, a los 86 años,<br />

fallecía en Avila el ex vicario capitular<br />

y ex vicario general de esta diócesis<br />

Julián Blázquez Chamorro. Era<br />

también canónigo de la catedral y había<br />

servido en el seminario, en la curia y<br />

como capellán durante veinte años de<br />

las Adoratrices. Junto a Baldomero Jiménez<br />

Duque —fallecido el pasado verano—,<br />

fue uno de los más sobresalientes<br />

y emblemáticos sacerdotes abulenses.<br />

Fue vicario capitular entre las<br />

prelacías de monseñor Maximino Romero<br />

de Lema y de monseñor Felipe<br />

Fernández García, con quien fue vicario<br />

general, al igual que con monseñor Antonio<br />

Cañizares Llovera. Era prelado de<br />

honor del Papa desde 1998.<br />

Un día antes de este fallecimiento, el<br />

obispo de Palencia, monseñor José Ignacio<br />

Munilla Aguirre, nombraba nuevo<br />

vicario general de esta diócesis al sacerdote<br />

Antonio Gómez Cantero. Nacido<br />

en 1956, es sacerdote desde 1981. Ha<br />

sido rector del seminario mayor y delegado<br />

de Pastoral Vocacional. Es párroco<br />

de «San Lázaro», servicio que continuará<br />

realizando junto al de vicario general.<br />

Reemplaza en esta cargo a Gerardo<br />

Melgar Viciosa, nombrado el 1 de<br />

mayo obispo de Osma-Soria y que recibirá<br />

la ordenación episcopal el 6 de julio.<br />

Los sacerdotes diocesanos de Jaén Félix<br />

Martínez Cabrera, Jesús Moreno<br />

Lorente y Manuel Bueno Ortega, antiguos<br />

vicarios generales, han sido nombrados<br />

prelados de honor del Papa. En<br />

Tarazona, Florentino Nonay Raga ha<br />

sido nombrado delegado episcopal de<br />

Caridad; en Jaca, Alfredo Giménez Cortés,<br />

delegado episcopal de Pastoral de la<br />

Tercera Edad; y en Oviedo, Carlos Pandiella<br />

Meana, presidente diocesano de<br />

la JOC.<br />

801<br />

España<br />

Falleció Julián Blázquez, ex vicario de Avila<br />

Nuevo vicario general en Palencia y efemérides eclesiales<br />

Efemérides eclesiales<br />

La Universidad Abad Oliba-CEU de<br />

Barcelona celebraba los días 26 y 27 de<br />

abril unas jornadas académicas en Ripoll<br />

con motivo del milenario de la proclamación<br />

de Oliba como abad del monasterio<br />

benedictino de esta ciudad gerundense.<br />

Por otra parte, el obispo de Segovia,<br />

monseñor Angel Rubio, preside el<br />

22 de junio la clausura del V Centenario<br />

de la erección del monasterio de las<br />

Concepcionistas de Torrijos (Toledo).<br />

También en Toledo, el 9 de mayo, el cardenal<br />

Antonio Cañizares clausuraba los<br />

actos del 450 aniversario del Colegio de<br />

Infantes. Por otro lado, en Tortosa se<br />

cumplen los 125 años de la Adoración<br />

Nocturna, fundada por el beato Manuel<br />

Domingo Sol.<br />

El colegio de Santa María del Pilar de<br />

Madrid, de la Sociedad Marianista, celebra<br />

su primer centenario, de lo que ya<br />

hemos informado en otras ocasiones. En<br />

este contexto, en la tarde del martes 6 de<br />

mayo el cardenal Antonio María Rouco<br />

presidía una Eucaristía conmemorativa.<br />

También cumplen cien años el servicio de<br />

los Trinitarios en el santuario de la Bien<br />

Aparecida, patrona de Cantabria, y la sección<br />

Adoradora Nocturna de Estella (Navarra).<br />

Igualmente se han cumplido cien<br />

años de la muerte de la madre Remedio<br />

Palos Casanova, cofundadora de las<br />

Hermanas Capuchinas del Divino Pastor.<br />

Los religiosos de los Sagrados Corazones,<br />

conmemoraban el noventa aniversario<br />

de su revista mensual «21rs». Presentaban<br />

un nuevo portal de Internet y galardonaban<br />

al cardenal Carlos Amigo,<br />

colaborador de la revista.<br />

La antes citada ciudad navarra de Estella<br />

conmemora igualmente las bodas<br />

de oro de la conmemoración canónica<br />

de la Virgen del Puy. Con este motivo se<br />

celebra Año Jubilar. Las Hermanitas de<br />

los Ancianos Desamparados de Avila han<br />

cumplido los cincuenta años de su presencia<br />

y servicio en la ciudad. La diócesis<br />

de Tarazona ha comenzado las celebraciones<br />

del cincuenta aniversario de la<br />

construcción del nuevo seminario. Otros<br />

cinco cincuentenarios tienen lugar en Zaragoza<br />

con Cursillos de Cristiandad; en la<br />

Facultad de Teología de Valencia con su<br />

revista «Teología Espiritual»; en el colegio<br />

Jesús-María de Bilbao; en la Congregación<br />

de las Hermanitas de los Ancianos<br />

Desamparados con motivo de las bodas<br />

de oro de la beatificación de su fundadora,<br />

la hoy santa, Teresa de Jesús Jornet<br />

e Ibars y en el templo parroquial de<br />

Campo de Criptana (Ciudad Real).<br />

También cumple cincuenta años la<br />

Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes<br />

de Madrid. Con este motivo organiza del<br />

15 al 29 de mayo una especial peregrinación<br />

diocesana con enfermos al santuario<br />

mariano francés. Es la 73 peregrinación<br />

que promueve esta institución. Se<br />

puede ampliar información en la página<br />

web www.hospitalidadmadrid.es<br />

El 14 de mayo la Facultad de Teología<br />

de Burgos organizaba un nuevo acto<br />

conmemorativo de su cuarenta aniversario,<br />

que servía, a su vez, de clausura de la<br />

efeméride. La conmemoración se dividía<br />

en tres momentos: una mesa redonda,<br />

una Eucaristía y una conferencia a cargo<br />

del arzobispo francés, monseñor Roland<br />

Minnerath. En Castellón de la Plana se<br />

celebra Año Mariano del Lledó, con motivo<br />

del 25 aniversario de la declaración<br />

del santuario de la Virgen del Lledó<br />

como basílica. La Eucaristía de apertura<br />

del año Mariano era presidida el 4 de<br />

mayo por el arzobispo de Valencia, cardenal<br />

Agustín García-Gasco. ■<br />

El arzobispo de Dijón, monseñor Minnerath.<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 13


España<br />

■ «AL SERVICIO D<strong>EL</strong> EVANG<strong>EL</strong>IO» es el título de un libro<br />

editado por la BAC, que recoge el magisterio episcopal en Sigüenza-Guadalajara<br />

de su obispo, monseñor José Sánchez<br />

González. El primer tomo de la obra, que reúne sus homilías,<br />

ha sido presentado el 17 de mayo en el contexto de la celebración<br />

de las bodas de oro<br />

sacerdotales de monseñor<br />

Sánchez, de las que<br />

hemos informado en esta<br />

misma sección (en la<br />

foto). Antes de la presentación<br />

del libro —coordinado<br />

por los sacerdotes<br />

de esta diócesis Félix<br />

Ochayta y Julián García—,<br />

hubo una solemne<br />

concelebración eucarística.<br />

Participaron cinco<br />

obispos, setenta sacerdotes<br />

y las principales autoridades<br />

locales, provinciales<br />

y regionales. Los actos<br />

se desarrollaron en el seminario<br />

menor «San José»<br />

de Guadalajara.<br />

■ «LA FAMILIA, AMOR PARA SIEMPRE» es el lema del III<br />

Encuentro diocesano de familias de Canarias, que se desarrolla<br />

en tres fases y lugares. El pasado 27 de abril fue en Lanzarote;<br />

el 18 de mayo, en Gran Canaria (Santa Brígida); y el próximo 22<br />

de noviembre en La Antigua de Fuerteventura. El obispo local,<br />

monseñor Francisco Cases, preside la apertura de la jornada y<br />

la celebración de la Eucaristía. Por su parte, la otra diócesis, la<br />

de Tenerife, celebraba el XIV Encuentro de Familias Cristianas el<br />

sábado 17 de mayo en la basílica de la Candelaria. «Cuida tu familia»<br />

era su lema. El obispo local, monseñor Bernardo Alvarez<br />

Afonso, presidió el encuentro.<br />

■ UN SIMPOSIO SOBRE LA MISION DE LA IGLESIA tenía<br />

lugar en Madrid, en horario matinal y vespertino los días 27 y<br />

28 de mayo. Era organizado por la cátedra de Misionología de<br />

la Facultad de Teología «San Dámaso» de Madrid. La apertura<br />

fue presidida por el arzobispo de Pamplona y director nacional<br />

de las OMP, monseñor Francisco Pérez González; y la clausura,<br />

por el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo<br />

de Madrid y presidente de la CEE.<br />

■ LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE AMIGOS DE TIERRA<br />

SANTA celebra hoy, sábado 31 de mayo, el XXIII Día del Peregrino.<br />

Como en años anteriores, los actos se desarrollan en el<br />

colegio San Buenaventura y parroquia de Santa Clara del barrio<br />

madrileño de Batán. En la jornada, amén de contar con varios<br />

14 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

testimonios de peregrinos, el jurista José María Segovia ofrecerá<br />

una ponencia. El franciscano Teodoro López, director del<br />

Centro Tierra Santa, anima esta Asociación.<br />

■ <strong>EL</strong> CURSO DE FORMACION BIBLICO-ECUMENICA que<br />

ofrecen cada año en Madrid las Misioneras de la Unidad, tiene<br />

su sesión de clausura el lunes 2 de junio. «Hacia una nueva visión<br />

teológica: la ecoteología» es el título de la lección que impartirá<br />

el teólogo claretiano José Cristo Rey García Paredes.<br />

Asimismo las Misioneras de la Unidad participan en el XXXII<br />

Encuentro Internacional e interconfesional de Religiosos y Religiosas.<br />

Será del 12 al 18 de julio en el monasterio cisterciense<br />

de Sobrado de los Monjes, bajo el lema «La fuerza del nombre<br />

de Cristo, corazón del mundo».<br />

■ LA IX SEMANA D<strong>EL</strong> <strong>CORAZON</strong> DE JESUS concluye hoy<br />

en Valladolid, en el correspondiente Centro diocesano. Como<br />

en años anteriores, ha habido conferencias, mesas redondas,<br />

celebraciones litúrgicas, sesiones audiovisuales... «El Corazón de<br />

Jesús es la Divina Misericordia» ha sido el lema de la semana,<br />

una iniciativa, impulsada, entre otras personas por monseñor<br />

Francisco Cerro Cháves, actual obispo de Coria -Cáceres.<br />

■ FERMIN HERNANDEZ DE MIEZA, fraile capuchino de origen<br />

salmantino y afincado en Santander, ha recibido recientemente<br />

un homenaje con motivo de sus bodas de oro al<br />

frente de la revista mensual «El Santo». Participaron 200 personas,<br />

entre ellas el ministro provincial de los Capuchinos<br />

y el vicario general de<br />

Santander. Fermín de<br />

Mieza tiene 82 años y<br />

ha trabajado en la<br />

predicación popular,<br />

en la poesía y en los<br />

medios de comunicación.<br />

«El Santo» nació<br />

en 1941, es de carácter<br />

devocional y formativo.<br />

Cuenta con<br />

una ámplia tirada, informa<br />

el periodista<br />

José Pedroche.<br />

■ MISIONEROS AMIGOS DE ECCLESIA nos proponen con<br />

frecuencia celebrar misas por las intenciones de nuestros lectores<br />

y a cambio recibir nuestra revista. Las personas interesadas<br />

en esta forma de colaboración con misioneros necesitados y<br />

con este semanario pueden encargar misas con un donativo de<br />

6 euros por cada intención a ECCLESIA, a través del teléfono<br />

91.531.54.07, por correo postal (C/ Alfonso XI, 4, 4.º 28014 Madrid),<br />

por correo electrónico (ecclesia@planalfa.es) o en la página<br />

web www.revistaecclesia.com. ■<br />

802


los libros<br />

Con la precisión y profundidad de<br />

experto en Sagradas Escrituras y también<br />

con la claridad y amenidad accesible<br />

que caracteriza la pedagogía y el<br />

discurso del profesor Francisco Varo<br />

nos llega Las claves de la Biblia (Ed.<br />

Palabra). Se trata de una excelente introducción<br />

a la lectura del Libro Sagrado,<br />

en la que el autor pretende facilitar<br />

la lectura personal y orante de<br />

la Biblia; para ello proporciona las<br />

pistas que ayudan a entenderla, de<br />

modo que sea posible entablar una<br />

conversación con Dios tras su lectura.<br />

Santiago Madrigal en Eclesialidad,<br />

reforma y misión (Ed. San Pablo-Universidad<br />

Pontificia Comillas) estudia el<br />

legado teológico de tres jesuitas de<br />

primera hora, de quienes se celebró<br />

recientemente un Año Jubilar: Ignacio<br />

de Loyola en sus Ejercicios Espirituales,<br />

Pedro Fabro en su Memorial y<br />

Francisco de Javier en ese diario misionero<br />

que son sus Cartas. La pasión<br />

por lo eclesial, la implicación espiritual<br />

en los acontecimientos de la Reforma<br />

protestante y el entusiasmo apostólico<br />

en el encuentro con otras religiones<br />

son, respectivamente, asuntos de<br />

ayer y de hoy en el tratamiento que<br />

hace el profesor Santiago Madrigal.<br />

Para quienes la desconocieran, no<br />

exenta de interés resulta la primera<br />

parte de la obra dedicada a exponer la<br />

visión que de la Compañía de Jesús<br />

tuvo en el siglo XVI el teólogo dominico<br />

Melchor Cano, convertido en bestia<br />

negra de los jesuitas por sus violentos<br />

ataques a la congregación fundada<br />

por Ignacio de Loyola.<br />

El n.º 7 de la revista de pensamiento<br />

y cultura «Communio» (editada ahora<br />

por Ciudad Nueva) está dedicado al<br />

espíritu de J. Ratzinger-Benedicto XVI.<br />

Diferentes estudios (de David Schindler,<br />

Eberhard Jüngel, Thomas Söding,<br />

Pablo Blanco, Javier Prades, José Vidal<br />

Taléis, Santiago Madrigal y Juan Javier<br />

Flores) se proponen dar a conocer la<br />

teología de uno de los fundadores de<br />

la revista y facilitar la comprensión de<br />

su magisterio pontificio.<br />

Isidro Catela, director de la Oficina de<br />

Información de la Conferencia Episcopal<br />

Española, publica Entrevistas con doce<br />

obispos españoles (Ed. La Esfera de los<br />

Libros). He aquí la relación de los interlocutores,<br />

todos ellos con cargos en el<br />

Comité Ejecutivo de la C.E.E.: Rouco,<br />

Amigo, Cañizares, Sistach, Blázquez,<br />

Sánchez, Asenjo, Carles, Merchán, Delicado,<br />

Yanes y Sebastián. Con un esquema<br />

similar el entrevistador lleva al entrevistado<br />

desde los asuntos íntimos y sus<br />

vivencias familiares y otras previas al<br />

episcopado hasta las cuestiones de fe y<br />

las que se están debatiendo en la plaza<br />

pública, relacionadas con la religión. He<br />

aquí a unos hombres y pastores de la<br />

Iglesia que se retratan en estas conversaciones<br />

largas y respetuosas, nada capciosas<br />

ni tramposas, en las que se les<br />

nota cómodos, como era de esperar. Lo<br />

cual es de agradecer por haber cumplido y por la oportunidad aprovechada<br />

de divulgar el pensamiento de la Iglesia sobre temas fundamentales. ■<br />

803<br />

Cultura<br />

La diócesis de Madrid tiene corta<br />

historia: no hace muchos años celebraba<br />

su primer centenario. Ahora ha<br />

tocado conmemorar el de una de sus<br />

más queridas instituciones. Las intervenciones<br />

en unas jornadas dedicadas<br />

al evento está recogida en el libro El<br />

Seminario de Madrid (A propósito de<br />

un centenario) (Ed. Facultad de Teología<br />

San Dámaso). Además de dos trabajos<br />

directamente dedicados al tema<br />

madrileño aunque no abordan los últimos<br />

setenta años, firmados por Andrés<br />

Martínez Esteban y Nicolás Alvarez<br />

de las Asturias, hay otros escritos<br />

que abordan la problemática general<br />

de los Seminarios: a partir del Concilio<br />

de Trento (por Francisco Juan Martínez<br />

Rojas), durante la Ilustración (por<br />

José Ramón Hernández Figueiredo) y<br />

después del Concilio Vaticano II (por<br />

Joaquín Martín Abad).<br />

Margaret Silf en su librito En compañía<br />

de Cristo (Ed. Sígueme) aporta<br />

experiencias y reflexiones en torno a<br />

la búsqueda espiritual; muchas veces<br />

se trata de hechos aparentemente insignificantes,<br />

como pudo parecer la<br />

herida de Iñigo de Loyola, pero que a<br />

la postre resultan suficientes para reorientar<br />

radicalmente la existencia y<br />

adentrarse por caminos de conversión.<br />

Después de la muerte del autor, el<br />

claretiano granadino Florencio García<br />

Castro, aparece Caminar con María<br />

(Ed. Ciudad Nueva), un librito en el<br />

que se recogen unos ejercicios espirituales,<br />

siguiendo la parábola de la<br />

existencia humana como una peregrinación<br />

y tomando a María como la<br />

discípula que cumplió a la perfección<br />

el camino de la vida espiritual siguiendo<br />

a su hijo Jesucristo.<br />

El folleto Celebraciones en ausencia<br />

de sacerdote (Ed. Centre de Pastoral Litúrgica)<br />

contiene los materiales, elaborados<br />

por la delegación de liturgia de<br />

la diócesis de San Feliu de Llobregat,<br />

destinados a ayudar a aquellas comunidades<br />

cristianas que quieren vivir intensamente<br />

el encuentro con el Señor,<br />

pero no les resulta posible la asistencia<br />

a la misa dominical por falta de sacerdote.<br />

■<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 15


Latinoamérica<br />

«La Misión es Cristo en acción»<br />

Entrevista al cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima y primado del Perú<br />

Acasi un año de la Conferencia<br />

General de<br />

Aparecida, la archidiócesis<br />

limeña acaba de dar el<br />

pistoletazo de partida a la<br />

«Gran Misión de Lima». Laicos,<br />

religiosas y sacerdotes<br />

llenaron a rebosar la catedral<br />

capitalina el pasado 28 de<br />

abril, donde el cardenal Juan<br />

Luis Cipriani dio inicio a una<br />

etapa que será de intensa<br />

acción evangelizadora. Precisamente,<br />

sobre los objetivos<br />

de esta gran misión, sugerida<br />

a todo el continente, conversamos<br />

con el primado de<br />

la Iglesia en el Perú.<br />

—PREGUNTA: La gran<br />

misión propuesta en Aparecida<br />

tiene como objetivo salir al encuentro<br />

de los bautizados que no participan<br />

en la vida de la Iglesia. Junto a<br />

este propósito, ¿cuáles son los ejes de<br />

la Gran Misión de Lima?<br />

—RESPUESTA: Hay una dinámica<br />

que el Santo Padre Benedicto XVI nos<br />

enseña y que consiste en tres dimensiones<br />

de la evangelización que se entrelazan<br />

entre sí: el encuentro personal<br />

con Jesucristo, el conocimiento de su<br />

doctrina y, como consecuencia, el testimonio<br />

público y privado. El primer<br />

momento de la Gran Misión de Lima,<br />

que se inició el 28 de abril, día en la<br />

celebración litúrgica de Santo Toribio<br />

Alfonso de Mogrovejo, está centrado<br />

en una intensa formación de los misioneros.<br />

Para ello, hemos preparado una<br />

«Guía de Animación» para los misioneros<br />

y unas breves «Orientaciones».<br />

—P: ¿Qué particularidad tendrá la<br />

Gran Misión de Lima, respecto a la misión<br />

«Remar mar adentro» desarrollada<br />

hace algunos años en su arquidiócesis?<br />

—R: Como es lógico no se trata de<br />

preparar «misiones» con novedades<br />

Aspecto que ofrecía la catedral de Lima el 28 de abril, al inicio de la<br />

Gran Misión de Lima.<br />

pasajeras. La misión de la Iglesia será<br />

siempre «Id por todo el mundo y predicad<br />

el Evangelio...». La misión es Cristo<br />

en acción. Nuestra tarea es dejar<br />

que El cuente con todos nosotros, los<br />

bautizados y, a través de nuestra poquedad,<br />

con muchísimas almas que lo<br />

esperan con ansiedad. Es necesario<br />

despertarnos todos a esta llamada de<br />

Jesucristo y facilitar la misión del Espíritu<br />

Santo. ¿En qué se diferencia esta<br />

misión de la anterior? Digo con toda<br />

certeza que se diferencia en el amor<br />

nuevo, en el ardor nuevo, en la experiencia<br />

nueva del encuentro con Dios.<br />

Dios no se repite nunca y, si lo amamos,<br />

tampoco nosotros. Hagamos la<br />

experiencia de ir al encuentro del amor<br />

de Dios y no detenernos ante el dolor<br />

de la Cruz, en el cumplimiento amoroso<br />

de nuestros deberes ordinarios, que<br />

nos viene amablemente cada día. Ahí<br />

está el secreto.<br />

—P: Al convocar a esta misión, usted<br />

señaló que ésta no sólo buscará fortalecer<br />

la dimensión religiosa sino que<br />

será una invitación para que cada cristiano<br />

dé ejemplo de que es seguidor<br />

16 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

de Cristo. ¿A qué se refería<br />

con esta afirmación?<br />

—R: En el encuentro del<br />

C<strong>EL</strong>AM en Aparecida, el Papa<br />

nos dijo, en su discurso de<br />

apertura, que discípulo y misionero<br />

son dos caras de una<br />

misma medalla. Por lo tanto,<br />

estamos seguros de que<br />

quien se encuentra con Jesucristo,<br />

en la oración, en la Eucaristía,<br />

en la Reconciliación,<br />

experimenta tal alegría que<br />

siente la urgencia de ir a compartirla<br />

con los demás. La misión<br />

nos llevará, en primer lugar,<br />

a salir de nosotros mismos<br />

para ir el encuentro de<br />

los otros, nuestros prójimos.<br />

El mundo de hoy tiene sed de<br />

Dios, aunque no sepa explicarlo<br />

y hasta parezca que se aleja de El.<br />

En la Gran Misión de Lima le daremos<br />

una importancia muy grande a lo que<br />

llamamos «el Voluntariado». En pocas<br />

palabras, dar de nuestro tiempo, dar<br />

nuestra propia vida para servir a los enfermos,<br />

a los niños, a los que no tienen<br />

familia, a los que tienen hambre, a los<br />

abandonados de esta sociedad fría y<br />

distante. Lo que siempre hemos conocido<br />

como las obras de misericordia. Las<br />

múltiples formas de entregar la vida al<br />

servicio de Dios no caben en meras organizaciones<br />

sociales y sólo se entienden<br />

a la luz de la experiencia personal<br />

de lo que es verdaderamente el amor<br />

de Dios. El Papa nos lo enseña muy<br />

bien en la encíclica «Dios es amor» que<br />

conviene leer y meditar muchas veces.<br />

—P: Esta gran misión, ¿puede entenderse<br />

como una respuesta al secularismo,<br />

activismo y laicismo, que invade a<br />

la sociedad peruana?<br />

—R: La sociedad peruana no está,<br />

gracias a Dios, invadida por esa ola de<br />

secularismo, de manera tan fuerte,<br />

como ocurre en Europa. Sin embargo,<br />

seríamos ciegos si no vemos el grave<br />

804


peligro que estas tendencias hedonistas<br />

y laicistas traen a nuestras sociedades.<br />

No son tiempos para siestas y flojeras,<br />

ni para relativismos y menos<br />

para tener miedo al qué dirán. Basta de<br />

tantos análisis sociológicos y de teorías<br />

desacralizantes. Son tiempos fuertes<br />

para estar alertas y rezando. En Aparecida<br />

los obispos de Latinoamérica<br />

coincidimos en la necesidad de despertar<br />

a nuestros pueblos y ponerlos<br />

en el camino de una Misión Continental.<br />

La misión quiere ser una respuesta<br />

humilde y entusiasta a nuestro Señor<br />

Jesucristo que dio la vida por cada<br />

uno de nosotros y nos sigue mirando<br />

desde la Cruz y nos sigue buscando<br />

con ternura para darnos la alegría de<br />

su amistad. Los tiempos pasan, las herejías<br />

también y quedan las huellas de<br />

los santos en la historia. Decía San Josemaría<br />

Escrivá, fundador del Opus<br />

Dei, que hay un algo divino en las situaciones<br />

humanas que toca a cada<br />

uno descubrir. Estoy seguro que Nuestra<br />

Madre Santa María contempla con<br />

gozo estos deseos y los bendecirá<br />

abundantemente con frutos apostólicos,<br />

especialmente vocaciones sacerdotales<br />

y religiosas.<br />

—P: Antes de concluir… ¿Alguna inquietud<br />

que quiera trasladar a todos<br />

los católicos?<br />

—R: Una sola palabra final. Un llamado<br />

a los fieles laicos para que participen<br />

más activamente en los asuntos<br />

que les competen desde su lugar en la<br />

sociedad. El matrimonio, la familia, la<br />

vida humana desde su concepción<br />

hasta la muerte natural, la educación<br />

de los hijos, la formación religiosa, la<br />

moralidad pública, el recto uso de los<br />

medios de comunicación y tantos<br />

otros, son responsabilidades que reclaman<br />

una mejor respuesta de todos.<br />

La verdad no es una imposición, tampoco<br />

es un mero conjunto de reglas.<br />

La verdad es una Persona, Jesucristo,<br />

el mismo ayer, hoy y siempre. Es El<br />

quien entregó a su Iglesia un depósito<br />

de fe para que lo custodiemos y lo<br />

trasmitamos de generación en generación.<br />

No fallemos a esta cita con la historia<br />

porque nos jugamos el alma. ■<br />

805<br />

María Elena Rojas Orellana<br />

Perú<br />

Mundo<br />

«Los embriones híbridos son una<br />

ofensa a la dignidad del hombre»<br />

La Iglesia advierte de que la combinación de material genético<br />

animal y humano «puede dar lugar a monstruosas aberraciones»<br />

El presidente de la Academia<br />

Pontificia para la Vida, monseñor<br />

Elio Sgreccia, ha lamentado<br />

barrera hombre-animal se han visto<br />

consecuencias muy graves, incluso involuntariamente».<br />

la decisión de la Cámara de los Co- Para el presidente de la Academia<br />

munes británica de dar luz verde a la Pontificia para la Vida, el hecho de<br />

investigación científica con embriones que estas células puedan ser utiliza-<br />

«híbridos», es decir,<br />

das para combatir en-<br />

fruto de la combinafermedades<br />

como el<br />

ción de códigos gené-<br />

Alzheimer o el Parkinticos<br />

de animales y seson,<br />

como afirman<br />

res humanos.<br />

sus partidarios, «es<br />

La polémica «Ley<br />

una hipótesis que to-<br />

de Fertilización Humadavía<br />

no tiene fundana<br />

y Embriología» remento<br />

alguno».<br />

cibió el visto bueno<br />

La ley prohíbe ex-<br />

del Parlamento en la<br />

presamente la implan-<br />

noche del 19 de junio,<br />

tación de embriones<br />

al rechazar sus miem-<br />

híbridos en el útero<br />

bros –336 votos fren-<br />

de una mujer, y estate<br />

a 176– la enmienda<br />

blece que todo el ma-<br />

que pretendía prohibir<br />

terial genético utiliza-<br />

toda experimentación<br />

de este tipo. Finalmen-<br />

Monseñor Sgreccia.<br />

do en su desarrollo<br />

debe ser destruido en<br />

te, los diputados labo-<br />

un plazo máximo de<br />

ristas, el partido en el Gobierno, dis- catorce días. Según monseñor Sgrecpusieron<br />

–al igual que los conservacia, esto significa que para esta ley los<br />

dores y liberal-demócratas– de embriones que tienen menos de<br />

libertad de voto y pudieron pronun- quince días «no valen nada, algo que<br />

ciarse según su conciencia.<br />

es falso desde el punto de vista cien-<br />

En declaraciones a la Radio Vaticatífico»; por otra parte, si se decidiera<br />

na, monseñor Sgreccia ha valorado dejarles con vida «podrían dar lugar a<br />

esta nueva ley en estos términos: «Esta monstruosidades».<br />

unión busca una fecundación utilizan- La Iglesia católica de Gran Bretaña<br />

do el elemento masculino, que es el publicó recientemente un documento<br />

núcleo, y el elemento femenino, que es que afirma que la producción de em-<br />

el óvulo, uno del hombre y otro del briones híbridos es algo «instrínseca-<br />

animal. (…) Este procedimiento constimente inmoral» que «viola los deretuye<br />

una ofensa para la dignidad del chos humanos de los seres por na-<br />

hombre. Es un intento de fecundación cer» y que «puede dar lugar a<br />

entre especies que hasta ahora estaba monstruosas aberraciones».<br />

prohibido por todas las leyes sobre Además de la cuestión de los hí-<br />

fecundación artificial. La unión hombridos, los diputados británicos votabre-animal,<br />

aunque no sea sexual, reron también a favor de la selección de<br />

presenta uno de los horrores que embriones con características genéti-<br />

siempre han provocado el rechado de cas específicas para crear «hermanos<br />

la ética. (…) Cada vez que se ha roto la salvadores». ■<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 17


Mundo<br />

Clamor internacional<br />

contra las bombas de racimo<br />

Consensuar un tratado internacional<br />

vinculante que prohíba el uso,<br />

la producción, el traslado y el almacenamiento<br />

de las bombas de racimo.<br />

Con este objetivo en el horizonte<br />

se inauguraba el pasado 19 de mayo la<br />

Conferencia Internacional de Dublín,<br />

en la que tomaban parte delegaciones<br />

de 109 Estados. El éxito de participantes<br />

quedaba ensombrecido, no obstante,<br />

por la ausencia en la convención<br />

de los principales productores mundiales<br />

de estos artefactos: Estados<br />

Unidos, Rusia, China, Israel e India. En<br />

vísperas de su inauguración, el Papa<br />

pidió a los participantes desde Génova<br />

que hiciesen el mayor esfuerzo posible<br />

para conseguir «un instrumento internacional<br />

fuerte y creíble» que «prohíba<br />

estos mortíferos artefactos».<br />

El arzobispo Silvano Tomasi ha representado<br />

a la Santa Sede en el evento,<br />

en su calidad de observador permanente<br />

ante la oficina de las Naciones<br />

Unidas en Ginebra. «Después de<br />

cuarenta años de uso de estas bombas<br />

en el sureste asiático —declaraba<br />

el diplomático a la Radio Vaticana—<br />

todavía hoy sigue<br />

habiendo muertos y heridos.<br />

Por tanto, no hablamos de<br />

una realidad abstracta o histórica,<br />

sino de algo que sigue<br />

produciendo víctimas.<br />

(...) Nosotros, como Iglesia,<br />

como cristianos, que queremos<br />

ser sensibles a la protección<br />

de las personas más<br />

vulnerables, tratamos de hacer<br />

algo para limitar el impacto<br />

de estos artefactos».<br />

Monseñor Tomasi confió en<br />

que el «nuevo instrumento<br />

jurídico» sea «verdaderamente<br />

eficaz».<br />

Una bomba de racimo es,<br />

en esencia, un contenedor<br />

de metal repleto de pequeños<br />

artefactos (hasta 650)<br />

que antes de llegar al suelo<br />

extiende su carga sobre una amplia<br />

superficie. Su peligro radica en que<br />

una buena parte de estas pequeñas<br />

bombas (entre un 10% y un 40%) no<br />

estallan al caer, con lo que se convierten<br />

en una suerte de minas antipersonales<br />

que matan y mutilan a quienes<br />

tienen la desgracia de toparse con<br />

ellas... aun en tiempo de paz. Dado<br />

que desde 1997 el Tratado de Ottawa<br />

prohíbe el uso de minas antipersonas,<br />

no tiene mucho sentido que se sigua<br />

aceptando esta otra arma, que se<br />

comporta de forma similar. Según estudios<br />

internacionales, hasta el 98%<br />

de sus víctimas son también civiles.<br />

Las bombas de racimo fueron concebidas<br />

durante la Segunda Guerra<br />

Mundial —y perfeccionadas durante la<br />

Guerra Fría— para hacer frente a grandes<br />

concentraciones de tropas en<br />

campo abierto. Hasta ahora, sin embargo,<br />

han sido utilizadas en veintiún<br />

países (Bosnia, Iraq, Serbia, Kosovo,<br />

Líbano...) y siempre en un escenario<br />

distinto para el que fueron ideadas.<br />

Actualmente las fabrican 34 países<br />

El general Michel Suleiman,<br />

nuevo presidente de Líbano<br />

D espués de 19 tentativas<br />

infructuosas, el<br />

Parlamento designó el día<br />

25 al nuevo presidente del<br />

Líbano. Se trata del general<br />

Michel Suleiman (en la<br />

foto), comandante en jefe<br />

del Ejercito hasta ahora. Su<br />

nombramiento es fruto del<br />

acuerdo entre los principales<br />

líderes políticos alcanzado<br />

en Doha (Qatar) el<br />

día 21. Con él se pone fin a<br />

dieciocho meses de vacío<br />

de poder y se supera la grave crisis política que a punto<br />

ha estado de desencadenar una nueva guerra civil. ■<br />

18 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

(entre ellos España) y están presentes<br />

en los arsenales de 75 ejércitos.<br />

Viaje a Rusia<br />

del cardenal Kasper<br />

Por otra parte, el prefecto del Consejo<br />

Pontificio para la Promoción de la<br />

Unidad de los Cristianos, cardenal<br />

Walter Kasper, ha efectuado del 21 al<br />

30 de mayo un viaje a Rusia, invitado<br />

por el metropolita Kiril de Smolenk y<br />

Kaliningrado, presidente del Departamento<br />

de Relaciones Exteriores del Patriarcado<br />

de Moscú.<br />

Durante su periplo ruso, el purpurado<br />

alemán se entrevistó con el patriarca<br />

Alexis II, a quien entregó un<br />

mensaje y un regalo de Benedicto<br />

XVI, y participó en diversas ceremonias,<br />

entre ellas la del Corpus Christi en<br />

la catedral católica de la Madre de<br />

Dios de Moscú. Peregrinó monseñor<br />

Kasper, asimismo, al santuario de Kazan<br />

(a unos 720 kilómetros de la capital,<br />

donde los rusos veneran un icono<br />

plurisecular de la Virgen que<br />

desapareció durante la revolución<br />

bolchevique y que<br />

Juan Pablo II devolvió al<br />

Patriarcado Ortodoxo en<br />

2004) y al monasterio de Diveevo,<br />

otro lugar de peregrinación<br />

de los ortodoxos rusos<br />

ubicado a 550 kilómetros<br />

al noroeste de Moscú<br />

en donde se venera a San<br />

Serafino de Sarov.<br />

En su última visita al Vaticano,<br />

el 7 de diciembre pasado,<br />

el metropolita Kiril,<br />

«número dos» del Patriarcado<br />

Ortodoxo Ruso, dijo que<br />

las relaciones con la Iglesia<br />

católica eran «muy positivas»<br />

y aludió a un «clima de con-<br />

fianza» y «amistad». ■<br />

José Ignacio Rivarés<br />

806


Católicos chinos de la Iglesia «oficial», la<br />

tolerada por el Gobierno de Pekín, y la<br />

«subterránea», la perseguida, se dieron<br />

cita, en la basílica romana de Santa María la<br />

Mayor, el sábado 24 de mayo, para una Eucaristía,<br />

con ocasión de la Jornada Mundial<br />

de Oración por la Iglesia en China, expresamente<br />

querida por Benedicto XVI, justamente<br />

en el día en que los católicos chinos<br />

celebran a María, auxilio de los cristianos,<br />

venerada en su santuario de Sheshan, meta<br />

de peregrinación de los católicos chinos.<br />

Durante la misa, que presidió el cardenal<br />

Ivan Dias, prefecto de la Congregación<br />

para la Evangelización de los Pueblos, se<br />

rezó por la Iglesia en China y por los damnificados<br />

por el reciente terremoto en la región<br />

sureste de Sichuan. Concelebraron con<br />

el purpurado más de un centenar de sacerdotes,<br />

entre ellos muchos de nacionalidad<br />

china. Entre los fieles, más de quinientos<br />

chinos. Jamás se había asistido a una ceremonia<br />

similar, con unos católicos chinos<br />

unidos pese a la separación que creó el régimen<br />

comunista de Pekín, al comienzo de<br />

los años 50 del pasado siglo. «En el paraíso<br />

—dijo el cardenal Días, en su homilía— no<br />

existirán católicos oficiales y subterráneos,<br />

porque todos seremos hijos de Dios». Pero<br />

—añadió— «el Papa quiere que esta unidad<br />

se vea también sobre esta tierra». Recordó<br />

los «sufrimientos del pasado» y pidió el<br />

«perdón de todas las ofensas», manifestando<br />

su esperanza por los pasos dados a favor<br />

de la unidad de los católicos chinos, que<br />

recientemente se han concretado en hechos<br />

tales como el concierto ofrecido al<br />

Papa por la Orquesta Sinfónica china, hace<br />

varias semanas, y el deseo formulado por el<br />

Papa por el éxito del «importante acontecimiento<br />

de las Olimpiadas», así como sus<br />

oraciones por las víctimas y los supervivientes<br />

del seísmo en Sichuan.<br />

La ceremonia se desarrolló con especial<br />

solemnidad, en medio de cantos en chino y<br />

oraciones en chino e italiano. Estaban presentes<br />

numerosos fieles católicos chinos inmigrantes<br />

en Italia, llegados a Roma desde<br />

diversas ciudades italianas. Al final de la<br />

misa, se desplazaron a la Universidad Urbaniana,<br />

donde tuvo lugar una comida de<br />

807<br />

Vaticano<br />

Santa María la Mayor acogió el día 24<br />

una Eucaristía por la Iglesia de China<br />

confraternidad, y se desarrolló el primer encuentro<br />

de chinos residentes en Italia.<br />

La mañana del domingo 25, numerosos<br />

inmigrantes chinos se dieron cita en la plaza<br />

de San Pedro, para el rezo del Angelus. Al final,<br />

el Papa saludó a los peregrinos de lengua<br />

china allí reunidos y encomendó «a Dios misericordioso<br />

a todos aquellos compatriotas<br />

vuestros que estos días han muerto como<br />

consecuencia del terremoto, que ha afectado<br />

a una amplia zona de vuestro país. Renuevo<br />

mi cercanía personal a cuantos están viviendo<br />

horas de angustia y de tribulación».<br />

Según datos que publica la agencia misionera<br />

de noticias Asia New, los católicos<br />

en China suman unos 12 millones, de los<br />

cuales 4 millones pertenecen a la Iglesia oficial,<br />

controlada por la Oficina gubernamental<br />

para los Asuntos Religiosos, que se quiere<br />

sea autónoma y separada de Roma. Las<br />

autoridades controlan, por medio de la llamada<br />

Asociación Patriótica, el nombramiento<br />

de obispos, las ordenaciones de sacerdotes,<br />

los ingresos en el seminario, el profesorado,<br />

los lugares de culto, las publicaciones,<br />

las relaciones con el exterior, la administración.<br />

Actualmente, la Iglesia Oficial cuenta<br />

con 79 obispos. La Iglesia «subterránea», fiel<br />

a Roma, tiene estructuras paralelas a la Oficial,<br />

y cuenta con 49 obispos.<br />

Otras noticias<br />

Entre las recientes audiencias del Papa<br />

destaca la del viernes 23, correspondiente a<br />

la visita «ad limina» de los obispos de Albania.<br />

Ese mismo día recibía a los participantes<br />

en un simposio del Consejo Pontificio para<br />

las Comunicaciones Sociales sobre la identidad<br />

de las facultades eclesiásticas de Comunicación.<br />

Entre los participantes en la misma<br />

se hallaba nuestro colaborador José María<br />

Gil Tamayo, consultor del citado dicasterio<br />

vaticano y secretario técnico de la Comisión<br />

Episcopal de Medios de Comunicación Social.<br />

De cara a esta semana, Benedicto XVI<br />

ha convocado para la tarde del sábado 31<br />

de mayo una gran vigilia mariana en la plaza<br />

de San Pedro, con ocasión del final del<br />

mes de mayo, el mes de María.<br />

El sábado 24 de mayo se hicieron varios<br />

nombramientos destacados. El conocido y<br />

carismático arzobispo de Argel, monseñor<br />

Henri Teissier (1929), veía aceptada su jubilación<br />

por razones de edad y era reemplazado<br />

por el sacerdote y jurista jordano Ghaleb<br />

Moussa Abdella Bader (1951). También ha<br />

habido relevo al frente de Obras Misionales<br />

Pontificias y en la secretaría adjunta de la<br />

congregación para la Evangelización de los<br />

Pueblos: el arzobispo polaco Henry Hosser<br />

(1942) pasa a regir la diócesis de Warszawa-<br />

Praga, en su país, y es sustituido por el hasta<br />

vicesecretario de la Conferencia Episcopal<br />

Italiana Piergiuseppe Vacchelli (1937). Por<br />

último, el antiguo consejero de la nunciatura<br />

en España, monseñor Anselmo Guido Pecorari<br />

(1946), ha sido nombrado nuncio<br />

apostólico en Uruguay. En los últimos cuatro<br />

años y medio ha sido nuncio en Ruanda. ■<br />

Miguel Angel Agea<br />

Ciudad del Vaticano<br />

El jueves 22 de mayo Benedicto XVI presidió<br />

la misa y la procesión del Corpus en Roma.<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 19


Reportaje<br />

Datos inéditos<br />

del obispo IRURITA<br />

y el cardenal VIDAL<br />

en el Archivo Secreto Vaticano<br />

PÍO XII<br />

Y LA CRUZ PECTORAL<br />

D<strong>EL</strong> OBISPO IRURITA<br />

Muchas son las sorpresas que el Archivo Secreto<br />

Vaticano nos está dando a los investigadores al<br />

consultar la documenta ción del pontificado de<br />

Pío XI (1922-1939).<br />

En dos recientes monografías —Caídos, víctimas y mártires.<br />

La Iglesia y la hecatombe de 1936 (Espasa Calpe) y Pío XI entre<br />

la República y Francia. La angustia del Papa ante la tragedia española<br />

(Biblioteca de Autores Cristianos)— he señalado las<br />

aportaciones inéditas, a mi juicio más interesantes y novedosas,<br />

para reivindicar la ingente tarea realizada por la Santa Sede y la<br />

Jerarquía española para mitigar los horrores de la guerra y salvar<br />

a numerosos detenidos políticos y condenados a muerte.<br />

20 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

Ahora quiero destacar algunos documentos que se refieren<br />

al obispo de Barcelona, Manuel Irurita Almandoz,<br />

quien, el 21 de julio de 1936, poco después de celebrar la<br />

santa misa y haber sido asaltado el palacio episcopal por los<br />

milicianos que andaban cometiendo toda clase de crímenes<br />

por Barcelona, junto con algunos de sus familiares, pudo salir<br />

del edificio y ocultarse en casa del joyero Antonio Tort y<br />

en ella permaneció hasta el 1.º de diciembre de 1936, cuando<br />

un grupo de milicianos detuvo a todas las personas escondidas<br />

y al dueño. Durante mucho tiempo se ignoró el<br />

paradero del obispo y se hicieron gestiones para dar con su<br />

paradero. A mediados de agosto, Luis Creus Vidal, ingeniero<br />

industrial y teniente asimilado de Artillería, intervino para<br />

gestionar la salvación del obispo. La iniciativa partió del cónsul<br />

general de Italia en Barcelona, Carlo Bossi, que deseaba<br />

salvarlo embarcándolo para Italia.<br />

El obispo se opuso a salir de la ciudad, pareciéndole faltar<br />

a sus deberes pastorales si huía de Barcelo na. También<br />

intervino en el asunto el cónsul francés, Tremoulet, quien se<br />

mostró dispuesto a facilitar la salida del obispo ya que,<br />

«por representar a un Gobierno extranjero rojo, como es el<br />

francés, tenía naturalmente mayores facilidades para la<br />

empresa», según leemos en el informe del mencionado<br />

Luis Creus.<br />

Para facilitar las gestiones, propuso Tremoulet que Irurita<br />

presentase al Papa su renuncia como obispo de Barcelona<br />

y él mismo se ofreció a hacer llegar a Pío XI, por vía<br />

diplomática, la carta en cuestión. Una vez renunciado su<br />

cargo, el cónsul francés se ofrecía para sacar a Irurita de<br />

Barcelona. Temió Creus que esto fuese una trampa masónica,<br />

porque sabía muy bien el cónsul que los republicanos<br />

asesinarían a Irurita, tanto si era obispo de Barcelona<br />

como si había dejado de serlo, en el caso de caer en sus<br />

manos. Existía además la sospecha fundada de una conjura<br />

para conseguir «echar la baba inmunda de la masonería<br />

sobre el Sr. Irurita, obteniendo una prueba irrefutable de<br />

que dicho obispo «se reconocía culpable» y «cómplice» de<br />

los «facciosos» y exponerle al universal ludibrio. Las facilidades<br />

ofrecidas tan liberalmente para hacer llegar la carta<br />

del Dr. Irurita al Santo Padre aumentaban las sospechas».<br />

808


Bastantes días y pasos le costó a Creus hallar al<br />

obispo, hasta que por fin lo encontró oculto en la<br />

mencionada casa del joyero Tort y al comunicarle lo<br />

ocurrido y el contenido de la conversación, «estalló<br />

la indignación del obispo contra este proceder, manifestando<br />

debía acabar en el acto toda negociación de evasión.<br />

Lo mismo pensaron, unánimemente, cuantos conocieron<br />

el asunto».<br />

Siguió tranquilo en su escondite el obispo, hasta que, a<br />

primeros de diciembre, y de rechazo de un registro practicado<br />

en el domicilio de un hermano del Sr. Tort, se realizó otro<br />

en casa de éste. Fue en tal ocasión apresado el obispo, tan<br />

solo como sospechoso, y durante varios días se ignoró su<br />

identidad. Se supone que fue fusilado entre el 3 y el 4 de diciembre<br />

de 1936, junto con otras personas, aunque este<br />

dato se supo después. Por ello, durante muchos meses se<br />

especuló sobre el paradero del obispo ya que nadie sabía<br />

con certeza lo que le había ocurrido.<br />

«El obispo fue vilmente ejecutado»<br />

El 7 de octubre de 1937, Franco le dijo a monseñor Antoniutti,<br />

delegado de Pío XI en la España Nacional, que estaba<br />

ocupándose de la liberación del obispo, tratando de intercambiar<br />

lo con un detenido civil en Valen cia. Pero de Irurita<br />

no vuelve a hablarse en los despachos de Antoniutti, que<br />

marchó de España en junio de 1938.<br />

Aparecen algunas referencias imprecisas a su suerte en la<br />

correspondencia del nuncio de París, Valerio Valeri, quien<br />

afirmaba a principios de enero de 1938 que el obispo de<br />

Barcelona seguía ocupándose, en la medida de lo posible, de<br />

la organiza ción del culto y de los fieles, si bien permanecía<br />

oculto por temor a las autoridades republicanas que le perseguían.<br />

Pero Valeri transmitía desde la capital francesa noticias<br />

contradictorias sobre la suerte de Irurita, pues, unos decían<br />

que las autoridades republicanas estaban haciendo<br />

grandes esfuerzos para llegar a descubrir su paradero, mientras<br />

que otros aseguraban que el obispo había muerto hacía<br />

tiempo y algunos creían que estaba refugiado en Italia.<br />

809 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

Reportaje<br />

Sin embargo, al Vaticano<br />

llegaron noticias provenientes<br />

del vicario general<br />

de Barcelona, P. José<br />

María Torrent, el 1.º de<br />

febrero de 1938, según el<br />

cual: «Cada día se arraiga<br />

más en mi el convencimiento<br />

de que el obispo<br />

fue vilmente ejecutado y<br />

que su alma estará gozando<br />

ya en el Cielo del<br />

premio que Dios concede<br />

al obispo santo».<br />

En las instrucciones<br />

que la Secretaría de Estado<br />

le dio al nuncio Cicognani<br />

el 10 de junio<br />

de 1938 aparece una referencia<br />

a Irurita afirmando<br />

con cierto fundamento<br />

que había sido<br />

asesina do. Mientras que,<br />

según sus noticias recibidas en la nunciatura francesa, Irurita<br />

estaba escondido en un lugar, de momento seguro, cercano<br />

a Barcelona.<br />

Sin embargo, el 28 de marzo de 1939 el nuncio en París,<br />

Valerio Valeri envió al cardenal Maglione, secretario de Estado<br />

del nuevo Papa, Pío XII, elegido pocas semanas antes,<br />

un breve despacho con el que le remitía, en paquete separado,<br />

la cruz pectoral y el «signum Crucis» que habían pertenecido<br />

a Irurita, «vittima dei rossi di Spagna», según palabras<br />

textuales del Nuncio. «Los dos venerados objetos<br />

—añadía Valeri— han sido enviados a este cardenal arzobispo<br />

(se refiere al arzobispo de París, cardenal Jean Verdier),<br />

con el ruego de hacerlos llegar al Santo Padre, por el señor<br />

Irujo, que fue Ministro de la República española, al cual le<br />

habían sido entregados por personas amigas del obispo<br />

fallecido». Maglione respondió el 5 de abril de 1939 diciendo<br />

que Pío XII había acogido «los preciosos recuerdos con<br />

viva satisfacción, y dispuesto que fueran celosamente custudiados».<br />

Estos datos confirman el asesinato del obispo y desmienten<br />

la tesis de quienes, sin documentación probatoria fehaciente,<br />

difundieron la especie increíble de que Irurita sobrevivió<br />

a la guerra y se le vio pasear por las calles de Barcelona<br />

vestido de paisano. En 1940 se creyó identificar su cadáver<br />

entre los 1.200 exhumados en una fosa común de Montcada<br />

y sus restos mortales fueron enterrados solemnemente<br />

en la catedral de Barcelona y la Ciudad Condal le dedicó la<br />

calle en que tiene su sede el arzobispado.<br />

Cuando se abrió su proceso de beatificación, y para salir<br />

definitivamente de dudas, se hizo la prueba del DNA sobre<br />

sus restos mortales y se pudo comprobar que coincidían<br />

con los de su hermana. Así consta en la documentación forense<br />

incluida en la correspondiente Positio super martyrio,<br />

presentada el 5 de octubre de 2005 a la Congregación de las<br />

Causas de los Santos. ■<br />

21


Reportaje<br />

<strong>EL</strong> CARDENAL VIDAL<br />

Y BARRAQUER DESEÓ<br />

LA VICTORIA DE FRANCO<br />

He dicho en las páginas precedentes que la apertura<br />

en el Archivo Secreto Vaticano de los fondos del<br />

pontificado de Pío XI está deparando notables sorpresas<br />

a los investigadores, porque aparecen documentos<br />

hasta ahora desconocidos que nos descubren hechos y actitudes<br />

de personajes que ignorábamos. Así, por ejemplo,<br />

del que fue cardenal y arzobispo de Tarragona,<br />

Francisco de Asís Vidal y Barraquer, se conserva<br />

no solo su correspondencia epistolar con<br />

el cardenal Pacelli, secretario de Estado, sino<br />

también con las minutas o borradores de las<br />

respuestas, los apuntes reservados sobre su<br />

conducta y los comentarios del Papa y de los<br />

cardenales sobre su actuación personal durante<br />

la República y la Guerra Civil.<br />

Sabido es que, al estallar la revolución de<br />

1936, consiguió salvarse de la «barbarie roja»<br />

—según las palabras con las que él mismo calificó<br />

la persecución religiosa, en carta del 23 abril<br />

1937— gracias a la intervención de las autoridades<br />

de la Generalitat, que le facilitaron la huída a<br />

Italia. No tuvo esta suerte su obispo auxiliar,<br />

Manuel Borrás, asesinado por los milicianos.<br />

El cardenal se estableció en la cartuja de Farneta,<br />

cerca de Lucca, «después de haber sido<br />

arrancado de las garras de la muerte y de haber<br />

pasado durante nueve días un verdade ro calvario<br />

de sufrimientos», según él mismo dijo al cardenal<br />

Pacelli.<br />

Pío XI le recomendó que viviera retirado y que<br />

actuara con mucha prudencia y discreción. Siguiendo<br />

estos consejos se abstuvo en noviem -<br />

bre de 1936 de dirigir un mensaje de salutación<br />

a Franco, pero lo hizo de palabra confiándo lo al<br />

cardenal Gomá, a quien pidió que le expresara<br />

«mis salutaciones y homenajes de simpatía y<br />

afecto y mis sinceros votos de que se logre<br />

cuanto antes alcanzar y restablecer en nuestra<br />

España una paz sincera y perdurable, cimentada<br />

en el amor cristiano y en la armónica convivencia<br />

de todos los hombres de buena voluntad».<br />

Mucho más explícito fue cuanto dijo a Pacelli<br />

el 21 de febrero de 1937 que había «intentado<br />

hacer llegar reservadamente y de palabra al<br />

General Franco el testimonio de mi felicitación y<br />

simpatía y mis sinceros votos por el éxito de la<br />

buena causa (…). Deseo vivamente que triunfe<br />

Franco…». Pacelli respondió el 13 de marzo di-<br />

22 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

ciéndole que el Papa consideraba superflua una manifestación<br />

más explícita hacia Franco.<br />

Según decía Vidal en carta del 23 de abril de 1937: «No sería<br />

viable hoy en España, después de la presente guerra, un<br />

Gobierno en el que participaran socialistas y sus afines, pues<br />

impe dirían la sólida y verdadera reconstitución de España, el<br />

castigo de los instigadores y autores de tantos y tan horrendos<br />

crímenes contra todo lo más santo y sagrado y prepararían el<br />

terreno para una nueva revolución marxista. Tal vez de momento<br />

no sería oportuna una restauración monárquica, pues el<br />

nuevo Gobierno habría de ser riguroso, justiciero y debería actuar,<br />

al principio, dictatorialmente, lo que restaría simpatías al<br />

Rey y no le granjearía la estima de las masas ni de las naciones<br />

guiadas por las llamadas ideologías democráticas. Un Gobierno<br />

nombrado por Franco, conservando éste la función de director<br />

y moderador, de carácter transitorio y pacificador, for-<br />

El cardenal Vidal y Barraquer durante su exilio .<br />

810


mado por elementos militares y civiles ponderados,<br />

enérgico y prudente, sin dejarse llevar por extremismos<br />

peligrosos, parecería el más in dicado y<br />

quizás el que suscitaría menos recelos, si presidiera<br />

el acierto en la designación de sus componentes<br />

(…). Cabría mayor o menor transigencia en la fórmula<br />

de arreglo se gún fuesen las fuerzas con que<br />

contara Franco y las de sus contrarios, pues la prolongación<br />

de la lucha, además de los peligros de<br />

or den internacional, entraña la desmoralización<br />

propia de todas las guerras, la descristianización<br />

de los pueblos, la matanza y perse cución de los<br />

buenos y la desaparición de toda señal de culto y<br />

de religión en la zona roja».<br />

A pesar de que Vidal no firmó la Carta colectiva<br />

del Episcopado del 1.º de julio de 1937, el 14<br />

de septiembre insistió en sus deseos y le preguntó<br />

a Pacelli si, «en vista de las presentes circunstan<br />

cias, estima oportuno que yo haga alguna<br />

manifestación más explícita, de simpatía al<br />

General Franco en carta confidencial». Pacelli le<br />

dijo que no se veía dificultad alguna a que hiciera por su<br />

parte los pasos que estimase oportunos según su prudencia.<br />

En carta del 19 de noviembre de 1937 reiteraba Vidal «mi<br />

especial y delicada situación con respecto a Franco, de mis<br />

simpatías por él y de toda mi familia; uno de mis sobrinos<br />

sirve voluntario en las filas de su ejército…»<br />

La guerra presente «ha producido asesinatos<br />

cometidos por comunistas y anarquistas»<br />

El 10 de marzo de 1938 Vidal envió a Pacelli una carta personal<br />

y confidencial dirigida a Franco el día 3, pidiéndole que<br />

la hiciera llegar por vía segura a su alto destinatario, a través<br />

del correo diplomático. En ella le decía: «No se me oculta que<br />

la guerra es la guerra y que tiene sus leyes y difíciles de evadir,<br />

pero tanto ella, por legítima que sea, como sus métodos y<br />

procedimiento revisten solamente la condición de medio indispensable<br />

para alcanzar un fin justo no asequible de otra<br />

manera (…) La mayor parte de las naciones que siguen con<br />

interés nuestras cosas apoyarían una solución razonable que<br />

implicare el des terrar para siempre de nuestra Patria el sindicalismo<br />

anarco-comunista y ateo, enemigo acérrimo de nuestra<br />

civilización cristiana. Es perfectamente comprensible este<br />

ambiente internacional y cabe además no olvidar que toda<br />

guerra, y más la presente, a la larga, des cristianiza, desmoraliza<br />

y causa bajas muy dolorosas en especial entre la juventud<br />

de buenas ideas y costumbres morigeradas, la más entusiasta<br />

y generosa de ordinario, que, sumadas a las producidas por<br />

los asesinatos cometidos por comunistas y anarquistas, dejan<br />

desangrado el país privándolo del elemento más vigoroso y<br />

sano, y dificultan en gran manera la pronta reconstrucción o<br />

reacción en un sentido verdaderamente cristiano y tradicional.<br />

Precisamente por ello el Komintern con todos sus esfuerzos<br />

y propagandas favorece la prolongación de la lucha y<br />

tiende a extenderla a otros pueblos, pues sabe bien que los<br />

odios, venganzas, cansancio y malestar engendrados por la<br />

811 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

Reportaje<br />

Entrevista en El Pardo entre el general Franco y el nuncio Cicognani.<br />

violencia, constituyen la preparacion más adecuada para la<br />

difusión del comunismo ateo y que dejan viva su raíz pronta<br />

siempre a retoñar en momento oportuno (…).<br />

Te nía ya de V.E. las mejores referencias por un muy buen<br />

amigo mío (e.p.d) padre del Sr. Serrano Súñer, que he visto<br />

confirmadas por las de otras personas y por la rectitud de<br />

intención que revelan las reiteradas ma nifestaciones y propósitos<br />

que tanto enaltecen a V.E. y tantas simpatías le han<br />

ganado y a las cuales sinceramente he unido las mías».<br />

Terminaba la carta con estas palabras: «Me cabe el honor<br />

de reiterar a V.E. el testimonio de mi simpatía y afecto y de<br />

manifestarle que diariamente ruego a Dios nuestro Señor<br />

por V.E., y por la salvación de nuestra estimada España, al<br />

ofrecerme de V.E. atento seguro servidor y capellán que de<br />

corazón le bendice».<br />

De nuevo, en otra carta del 31 de marzo de 1938 habló de<br />

«las simpatías que me han merecido los propósitos y la recta<br />

intención del General Franco y la forma en que se las he manifestado<br />

ya verbalmente y por tercera persona, ateniéndome a<br />

altísimo consejos, ya últimamente mediante carta, que le dirigí».<br />

La actuación del cardenal Vidal desde que salió de España<br />

en 1936 fue esencialmente silenciosa y caritativa, inspirada<br />

siempre en motivos humanitarios y encaminada a practicar<br />

todo el bien que permitían las circunstancias prescindiendo de<br />

toda mira política y sin comprometer nada. Pero los Nacionales<br />

estuvieron particularmente molestos con él y no le permitieron<br />

regresar a España, si bien la campaña promovida por algunos<br />

elementos extremistas era cosa ya vieja: se le acusaba en particular<br />

de no haber firmado la carta colectiva, del viaje de su vicario<br />

general, Salvador Rial, a Roma y París, y de sus supuestas<br />

relaciones con el presidente del Gobierno Vasco, Aguirre.<br />

El cardenal Vidal murió en la Cartuja de Valsainte (Friburgo-Suiza),<br />

el 13 de septiembre de 1943. Sus restos mortales<br />

fueron enterrados en la catedral de Tarragona en 1978. ■<br />

Vicente Cárcel Ortí<br />

Hitoriador<br />

23


Documentación<br />

Anunciar y testimoniar alegría y esperanza<br />

Homilía de Benedicto XVI en la ordenación de 29 sacerdotes de la diócesis de Roma (27-4-2008)<br />

Queridos hermanos y hermanas:<br />

Cobra realidad hoy para nosotros<br />

de manera muy especial la palabra<br />

que dice: «Acreciste la alegría,<br />

/ aumentaste el gozo» (Is 9, 2). Y es<br />

que a la alegría de celebrar la Eucaristía<br />

en el día del Señor se le suman la<br />

exultación espiritual propia del Tiempo<br />

de Pascua, que alcanza hoy su VI Domingo,<br />

y sobre todo la fiesta de la ordenación<br />

de nuevos sacerdotes. Junto<br />

con vosotros saludo con afecto a<br />

los 29 diáconos que dentro de poco<br />

serán ordenados presbíteros. Expreso<br />

vivo agradecimiento a cuantos los han<br />

guiado en su camino de discernimiento<br />

y de preparación, y os invito a todos<br />

a dar gracias al Señor por el don<br />

hecho a la Iglesia en la persona de estos<br />

nuevos sacerdotes, a quienes apoyaremos<br />

con una oración intensa durante<br />

la presente celebración, en un<br />

espíritu de fervorosa alabanza al Padre<br />

que los ha llamado, al Hijo que los ha<br />

atraído a sí, al Espíritu que los ha forjado.<br />

Habitualmente, la ordenación de<br />

nuevos sacerdotes tiene lugar el IV<br />

Domingo de Pascua, denominado Domingo<br />

del Buen Pastor, que es también<br />

Jornada Mundial de Oración por<br />

las Vocaciones, pero este año no ha<br />

sido posible debido a mi visita pastoral<br />

a los Estados Unidos de América. El<br />

icono del Buen Pastor parece poner en<br />

evidencia, más que ningún otro, la<br />

función y el ministerio del presbítero<br />

en la comunidad cristiana. Pero también<br />

los pasajes bíblicos que la liturgia<br />

de hoy ofrece a nuestra meditación<br />

arrojan luz —si bien desde diferente<br />

ángulo— sobre la misión del sacerdote.<br />

La Primera Lectura, tomada del capítulo<br />

VIII de los Hechos de los Apóstoles,<br />

narra la misión del diácono Felipe<br />

en Samaria. Quisiera llamar inmediatamente<br />

la atención sobre la frase<br />

que pone fin a la primera parte del texto:<br />

«La ciudad se llenó de alegría» (Hch<br />

8, 8). Esta expresión no comunica una<br />

idea, un concepto teológico, sino que<br />

El Papa impone las manos a un nuevo<br />

sacerdote.<br />

relata un acontecimiento concreto,<br />

algo que cambió la vida de las personas:<br />

en una determinada ciudad de Samaria,<br />

durante el período sucesivo a la<br />

primera persecución violenta contra la<br />

Iglesia en Jerusalén (Hch 8, 1), acaeció<br />

algo que la «llenó de alegría». ¿Qué había<br />

sucedido? Narra el autor sagrado<br />

que, para escapar de la persecución<br />

desatada en Jerusalén contra quienes<br />

se habían convertido al cristianismo,<br />

todos los discípulos, con excepción de<br />

los Apóstoles, abandonaron la Ciudad<br />

Santa y se dispersaron por sus alrededores.<br />

De tan doloroso acontecimiento<br />

nació, de forma misteriosa y providencial,<br />

un renovado impulso de difusión<br />

del Evangelio. Entre los que se habían<br />

dispersado también se hallaba Felipe,<br />

uno de los siete diáconos de la comunidad,<br />

diácono como vosotros, queridos<br />

ordenandos, si bien según moda-<br />

24 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

lidades ciertamente distintas, toda vez<br />

que, en la irrepetible temporada que<br />

vio a la Iglesia naciente, los Apóstoles<br />

y los diáconos se vieron dotados por<br />

el Espíritu Santo de un poder extraordinario<br />

tanto en la predicación como<br />

en la acción taumatúrgica. Aconteció,<br />

pues, que los habitantes de la localidad<br />

samaritana de la que habla este capítulo<br />

de los Hechos de los Apóstoles acogieron<br />

unánimes el anuncio de Felipe,<br />

quien, gracias a la adhesión de aquéllos<br />

al Evangelio, pudo curar a muchos<br />

enfermos. En aquella ciudad de Samaria,<br />

entre una población tradicionalmente<br />

despreciada y prácticamente excomulgada<br />

por los judíos, resonó el<br />

anuncio de Cristo que abrió a la alegría<br />

el corazón de cuantos lo acogieron<br />

con confianza. He aquí por qué<br />

—subraya San Lucas— aquella ciudad<br />

«se llenó de alegría».<br />

Esa es también vuestra misión, queridos<br />

amigos: llevar el Evangelio a todos,<br />

para que todos experimenten la<br />

alegría de Cristo y toda ciudad se llene<br />

de alegría. ¿Acaso puede concebirse<br />

algo más hermoso que esto? ¿Algo<br />

más grande, más entusiasmante que<br />

cooperar en difundir en el mundo la<br />

Palabra de vida, que comunicar el agua<br />

viva del Espíritu Santo? Anunciar y testimoniar<br />

la alegría: éste es el núcleo<br />

central de vuestra misión, queridos diáconos<br />

que dentro de poco os convertiréis<br />

en sacerdotes. El apóstol Pablo llama<br />

a los ministros del Evangelio «servidores<br />

de la alegría». A los cristianos de<br />

Corinto les escribe en su Segunda Carta:<br />

«No es que pretendamos dominar<br />

sobre vuestra fe, sino que contribuimos<br />

a vuestro gozo, pues os mantenéis firmes<br />

en la fe» (2 Co 1, 24). Se trata de<br />

unas palabras programáticas para todo<br />

sacerdote. Para contribuir al gozo de<br />

los demás, en un mundo a menudo<br />

triste y negativo, es preciso que el fuego<br />

del Evangelio arda en vuestro interior,<br />

que os habite la alegría del Señor.<br />

Sólo así podréis ser mensajeros y multiplicadores<br />

de esa alegría y transmitir-<br />

812


la a todos, particularmente a cuantos<br />

están tristes y descorazonados.<br />

Volvamos a la Primera Lectura, que<br />

nos depara otro elemento de meditación.<br />

Se habla en ella de una reunión<br />

de oración, celebrada precisamente en<br />

la ciudad samaritana evangelizada por<br />

el diácono Felipe. La presiden los<br />

apóstoles Pedro y Juan, dos «columnas»<br />

de la Iglesia, venidos de Jerusalén<br />

para visitar a la nueva comunidad y<br />

confirmarla en la fe. Gracias a la imposición<br />

de sus manos, el Espíritu Santo<br />

descendió sobre los que habían sido<br />

bautizados. Podemos hallar en este<br />

episodio un primer testimonio del rito<br />

de la Confirmación, el segundo sacramento<br />

de la iniciación cristiana. También<br />

para los que nos hallamos aquí<br />

reunidos resulta harto significativa la<br />

referencia al gesto ritual de la imposición<br />

de las manos. Se trata también,<br />

en efecto, del gesto central del rito de<br />

la ordenación, mediante el cual conferiré<br />

a los candidatos la dignidad presbiteral.<br />

Es un signo inseparable de la<br />

oración, de la que constituye una prolongación<br />

silenciosa. Sin decir palabra,<br />

el obispo consagrante y los demás sacerdotes<br />

tras él imponen las manos<br />

sobre la cabeza de los ordenandos,<br />

expresando así la invocación a Dios<br />

para que derrame su Espíritu sobre<br />

ellos y los transforme haciéndolos<br />

partícipes del sacerdocio de Cristo. Se<br />

trata de pocos segundos, de un tiempo<br />

brevísimo, pero colmado de extraordinaria<br />

densidad espiritual.<br />

Queridos ordenandos: En lo futuro,<br />

deberéis volver siempre a este momento,<br />

a este gesto que nada tiene de<br />

mágico y sin embargo es tan rico en<br />

misterio, pues en él está el origen de<br />

vuestra nueva misión. En esa oración<br />

silenciosa se realiza el encuentro entre<br />

dos libertades: la libertad de Dios, que<br />

actúa por medio del Espíritu Santo, y<br />

la libertad del hombre. La imposición<br />

de las manos expresa plásticamente la<br />

modalidad específica de este encuentro:<br />

la Iglesia, personificada en el obispo<br />

erguido y con las manos tendidas,<br />

ruega al Espíritu Santo que consagre<br />

al candidato; el diácono, de rodillas,<br />

recibe la imposición de las manos y se<br />

encomienda a dicha mediación. Si el<br />

conjunto que forman los gestos es importante,<br />

infinitamente más lo es el<br />

movimiento espiritual, invisible, que<br />

los mismos expresan; un movimiento<br />

813<br />

acertadamente evocado por ese sagrado<br />

silencio que todo lo rodea, así por<br />

dentro como por fuera.<br />

En la perícopa evangélica volvemos<br />

a hallar este misterioso «movimiento»<br />

trinitario que lleva al Espíritu y al Hijo a<br />

morar en los discípulos. En ella, el propio<br />

Jesús promete que pedirá al Padre<br />

que envíe a los suyos el Espíritu, definido<br />

como «otro Paráclito» (Jn 14, 16),<br />

término griego que equivale al latino<br />

ad-vocatus, es decir abogado defensor.<br />

Y es que el primer Paráclito es el Hijo<br />

encarnado, que vino a defender al<br />

hombre de su acusador por antonomasia,<br />

que es satán. En el momento en<br />

que Cristo, una vez cumplida su misión,<br />

regresa al Padre, éste envía al Espíritu<br />

como Defensor y Consolador para que<br />

permanezca para siempre con los creyentes,<br />

habitando en ellos. De esta manera<br />

se instaura entre Dios Padre y los<br />

discípulos, gracias a la mediación del<br />

Hijo y del Espíritu Santo, una relación<br />

íntima de reciprocidad: «Yo estoy con<br />

mi Padre, vosotros conmigo y yo con<br />

vosotros» (Jn 14, 20). Pero todo ello depende<br />

de una condición que Cristo fija<br />

claramente al principio: «Si me amáis»<br />

(Jn 14, 15), y que repite al final: «Al que<br />

me ama, lo amará mi Padre, y yo también<br />

lo amaré y me revelaré a él» (Jn 14,<br />

21). Sin el amor a Jesús, que se concreta<br />

observando sus mandamientos, la<br />

persona se excluye del movimiento trinitario<br />

y comienza a replegarse en sí<br />

misma, perdiendo la capacidad de recibir<br />

a Dios y de comunicarlo.<br />

«Si me amáis». Queridos amigos: Estas<br />

palabras las pronunció Jesús durante<br />

la Última Cena en el mismo momento<br />

en que instituía la Eucaristía y el<br />

Sacerdocio. Aun estando dirigidas a<br />

los Apóstoles, no dejan de dirigirse de<br />

alguna manera a todos sus sucesores<br />

y a los sacerdotes, que son los colaboradores<br />

más estrechos de los sucesores<br />

de los Apóstoles. Nosotros volvemos<br />

a escucharlas hoy como una<br />

invitación a vivir cada vez con mayor<br />

coherencia nuestra vocación en la<br />

Iglesia; vosotros, queridos ordenandos,<br />

las escucháis con especial emoción,<br />

porque hoy precisamente Cristo<br />

os hace partícipes de su sacerdocio.<br />

¡Acogedlas con fe y con amor! ¡Dejad<br />

que se graben en vuestro corazón, dejad<br />

que os acompañen a lo largo del<br />

camino de toda vuestra existencia! Releedlas,<br />

meditadlas con frecuencia y<br />

Documentación<br />

sobre todo rezad partiendo de ellas.<br />

Así os mantendréis fieles al amor de<br />

Cristo y advertiréis con alegría siempre<br />

nueva cómo esa divina palabra suya<br />

«camina» y «crece» con vosotros.<br />

Permitidme otra observación sobre<br />

la Segunda Lectura: está tomada de la<br />

Primera Carta de Pedro, ante cuyo sepulcro<br />

nos encontramos y a cuya intercesión<br />

quisiera encomendaros de<br />

especial manera. Hago mías y os encomiendo<br />

con afecto sus palabras: «Glorificad<br />

en vuestros corazones a Cristo y<br />

estad siempre prontos para dar razón<br />

de vuestra esperanza a todo el que os<br />

la pidiere» (1 Pe 3, 15). Glorificad en<br />

vuestros corazones a Cristo: es decir,<br />

cultivad una relación personal de amor<br />

con él, de amor primero y más grande,<br />

único y global, en el que habéis de vivir,<br />

purificar, iluminar y santificar toda<br />

otra relación. «Vuestra esperanza» está<br />

ligada a esa «glorificación», a ese amor<br />

de Cristo que, mediante el Espíritu, vive<br />

—como decíamos— en nosotros. Nuestra<br />

esperanza, vuestra esperanza es<br />

Dios, en Jesús y en el Espíritu. Esperanza<br />

que desde hoy en vosotros se<br />

convierte en «esperanza sacerdotal», la<br />

de Jesús el Buen Pastor, que habita en<br />

vosotros y amolda vuestros deseos a<br />

su Corazón divino: esperanza de vida y<br />

de perdón para las personas que se<br />

encomendarán a vuestra atención pastoral;<br />

esperanza de santidad y de fecundidad<br />

apostólica para vosotros y<br />

para toda la Iglesia; esperanza de<br />

apertura a la fe y al encuentro con<br />

Dios para cuantos se acerquen a vosotros<br />

en busca de la verdad; esperanza<br />

de paz y de consuelo para los dolientes<br />

y los heridos por la vida.<br />

Esta es mi felicitación, amadísimos<br />

hermanos, en este día tan significativo<br />

para vosotros: ¡Que la esperanza que<br />

arraiga en la fe pueda ser cada vez<br />

más vuestra! Y que de ella podáis ser<br />

siempre testigos y dispensadores sabios<br />

y generosos, afables y fuertes,<br />

respetuosos y convencidos. Que os<br />

acompañe en esta misión y os proteja<br />

siempre la Virgen María, a quien os<br />

exhorto a acoger una vez más, al igual<br />

que hiciera el apóstol Juan bajo la<br />

cruz, como Madre y Estrella de vuestra<br />

vida y de vuestro sacerdocio. Amén. ■<br />

(Original italiano procedente del archivo<br />

informático de la Santa Sede;<br />

traducción de ECCLESIA)<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 25


Documentación<br />

El cardenal Capránica, modelo sacerdotal<br />

Discurso de Benedicto XVI a la comunidad del «Almo Collegio Capránica» (19-1-2008)<br />

Un año más tengo el placer de<br />

reunirme con vosotros con<br />

ocasión de la fiesta de Santa<br />

Inés, vuestra celestial patrona. Vaya<br />

a cada uno mi más cordial bienvenida.<br />

Saludo ante todo al señor<br />

cardenal Camillo Ruini y le agradezco<br />

las amables expresiones con<br />

las que se ha hecho intérprete de<br />

vuestros sentimientos. Saludo al<br />

rector y a cuantos le auxilian en la<br />

dirección de la comunidad; un saludo<br />

especial, queridos alumnos,<br />

para vosotros y para todos los presentes,<br />

que hago extensivo también<br />

a los antiguos alumnos del Capránica<br />

que ejercen su ministerio al<br />

servicio de la Iglesia y de las almas<br />

en diferentes partes del mundo.<br />

El Almo Collegio, que se precia<br />

de una historia secular y de una larga<br />

tradición de fidelidad a la Iglesia y a su pastor supremo, tras<br />

celebrar en 2007 su 550º aniversario, conmemorará durante el<br />

próximo mes de agosto el mismo aniversario de la muerte del<br />

cardenal Domenico Capránica (14 de agosto de 1458), que tanto<br />

contribuyó a que surgiera el Collegium pauperum scholarium,<br />

destinado a la preparación de hombres bien formados con vistas<br />

al ministerio sacerdotal. Ante esa próxima efeméride, recordaré<br />

gustosamente la figura ejemplar y previsora de aquel cardenal,<br />

que con energía y espíritu práctico supo sustentar el anhelo<br />

de reforma que ya empezaba a percibirse en el propio<br />

ambiente romano y que, un siglo más tarde, contribuiría a determinar<br />

las orientaciones y las decisiones del Concilio de Trento.<br />

Tuvo el cardenal Capránica el don de intuir sin incertidumbres<br />

que la reforma anhelada no debía afectar tan sólo a las estructuras<br />

eclesiásticas, sino principalmente a la vida y las<br />

opciones de cuantos en la Iglesia estuvieran llamados a ser, en<br />

todos los niveles, guías y pastores del Pueblo de Dios.<br />

Convencido de la importancia de la dimensión espiritual en<br />

la formación de los futuros ministros del altar y en la misión<br />

de la Iglesia, el cardenal Capránica no sólo se prodigó en la<br />

institución del Colegio, sino que quiso dotar a éste de unas<br />

Constitutiones que regulan completamente los diferentes aspectos<br />

de la formación de los jóvenes alumnos. Con ello manifestó<br />

su atención a la primacía de la dimensión espiritual y<br />

su convicción de que la profundidad y la consiguiente perseverancia<br />

de una sólida formación sacerdotal dependen decisivamente<br />

de la completitud y organicidad de la propuesta<br />

educativa. Tales opciones adquieren hoy en día aún mayor<br />

relieve a poco que se consideren los numerosos desafíos a<br />

los que ha de enfrentarse la misión de los presbíteros y de<br />

los evangelizadores. A este respecto, en más de una ocasión<br />

he recordado a seminaristas y sacerdotes la urgencia de<br />

26 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

cultivar una vida interior profunda,<br />

un contacto personal y constante<br />

con Cristo en la oración y en la<br />

contemplación, un anhelo sincero<br />

de santidad. En efecto, sin una<br />

amistad auténtica con Cristo resulta<br />

imposible para un cristiano, y a<br />

mayor razón para un sacerdote,<br />

llevar a cabo la misión que el Señor<br />

le encomienda. Ciertamente, en<br />

el presbítero ésta implica también<br />

una seria preparación cultural y teológica:<br />

la que vosotros, queridos<br />

alumnos, vais adquiriendo durante<br />

estos años de estudio en Roma.<br />

Panorámica de la capilla del «Almo Collegio» dedicado al<br />

Pero diría aún más, gracias preci-<br />

cardenal Capránica, una figura ejemplar y previsora, que<br />

samente a vuestra estancia en esta<br />

murió hace cinco siglos y medio.<br />

ciudad puede vuestro itinerario de<br />

formación recibir un impulso decisivo.<br />

Los niveles de experiencia y los<br />

contactos que aquí pueden vivirse<br />

constituyen efectivamente un don providencial y un estímulo<br />

singular. La presencia de la Cátedra de Pedro; la labor de hombres<br />

y organismos que ayudan al Obispo de Roma a presidir en<br />

la caridad; el conocimiento más directo de algunas Iglesias particulares,<br />

especialmente de la diócesis de Roma, son todos ellos<br />

elementos importantes que ayudan a un joven llamado al sacerdocio<br />

a prepararse para su futuro ministerio. Por otra parte,<br />

vuestros pastores os han enviado a la ciudad del Sucesor de Pedro<br />

con la esperanza de que volváis enriquecidos con un espíritu<br />

marcadamente católico, con una sensibilidad eclesial más<br />

plena y de alcance universal. La propia experiencia de la vida en<br />

común en el Colegio Capránica, entre alumnos procedentes de<br />

diferentes regiones de Italia y de países del mundo entero, permite<br />

a cada uno de vosotros, queridos amigos, conocer bien el<br />

entramado de culturas y mentalidades típico de la vida actual.<br />

Además, la presencia de alumnos pertenecientes a la Iglesia ortodoxa<br />

rusa imprime un impulso adicional al diálogo y a la fraternidad<br />

y alimenta la esperanza ecuménica.<br />

Queridos alumnos: Aprovechad al máximo las posibilidades<br />

que la Providencia os depara durante estos años de estancia<br />

en Roma. Cultivad sobre todo una relación íntima con<br />

el Cordero inmaculado, imitando a Santa Inés, que lo siguió<br />

fielmente hasta sacrificar su vida. Que, gracias a la intercesión<br />

de esta santa virgen y mártir, y recurriendo sobre todo a la<br />

protección maternal de María, Virgo Sapiens, os ayude el Señor<br />

a prepararos con atención constante al futuro ministerio.<br />

Mientras os agradezco de nuevo la visita, os imparto gustoso<br />

a los aquí presentes, junto con todos vuestros seres queridos,<br />

una especial bendición apostólica. ■<br />

(Original italiano procedente del archivo informático de la<br />

Santa Sede; traducción de ECCLESIA)<br />

814


Son realmente muchas las cosas<br />

por hacer para el verdadero bien<br />

del clero y para la fecundidad del<br />

ministerio pastoral en las actuales circunstancias,<br />

pero justamente por esto,<br />

aun con el firme propósito de afrontar<br />

tales desafíos sin eludir dificultades y<br />

fatigas, con la conciencia de que el actuar<br />

es consecuencia del ser y que el<br />

alma del apostolado es la intimidad divina,<br />

se quiere partir de un movimiento<br />

espiritual que, haciendo tomar cada<br />

vez más conciencia del vínculo ontológico<br />

entre Eucaristía y sacerdocio y de<br />

la especial maternidad de María hacia<br />

todos los sacerdotes, haga nacer una<br />

cadena de adoración perpetua, para la<br />

reparación de las faltas y para la santificación<br />

de los sacerdotes como un inicio<br />

de compromiso de las almas consagradas<br />

para que sobre la tipología<br />

de la Santísima Virgen María, Madre<br />

del Sumo y Eterno Sacerdote y Socia<br />

de su obra de Redención, quieran<br />

adoptar espiritualmente a sacerdotes<br />

para ayudarlos con la ofrenda de sí,<br />

con la oración y la penitencia.<br />

Según el dato constante de la Tradición,<br />

el misterio y la realidad de la Iglesia<br />

no se reducen a la estructura jerárquica,<br />

a la liturgia, los sacramentos y a<br />

los ordenamientos jurídicos. En efecto,<br />

la naturaleza íntima de la Iglesia y el<br />

origen primario de su eficacia santificadora,<br />

hay que buscarlos en la mística<br />

unión con Cristo.<br />

Según la doctrina y la propia estructura<br />

de la constitución dogmática Lumen<br />

gentium, tal unión no puede imaginarse<br />

separada de la Madre del Verbo<br />

Encarnado y que Jesús ha querido<br />

unida íntimamente a Sí para la salvación<br />

de todo el género humano. Entonces<br />

no es casual que el mismo día<br />

que fue promulgada la constitución<br />

dogmática sobre la Iglesia —el 21 de<br />

noviembre de 1964—, Pablo VI proclamara<br />

a María «Madre de la Iglesia», es<br />

decir, madre de todos los fieles y de<br />

todos los pastores. Y el Concilio Vati-<br />

815<br />

cano II —refiriéndose a la Santísima<br />

Virgen— así se expresa: «… Concibiendo<br />

a Cristo, engendrándolo, alimentándolo,<br />

presentándolo en el templo al<br />

Padre, padeciendo con el Hijo mientras<br />

El moría en la Cruz, cooperó en la obra<br />

del Salvador en forma del todo singular,<br />

por la obediencia, la fe, la esperanza<br />

y la encendida caridad en la restauración<br />

de la vida sobrenatural de las<br />

almas. Por tal motivo es nuestra Madre<br />

en el orden de la gracia» (LG, 61).<br />

Sin añadir o quitar nada a la única<br />

mediación de Cristo, la siempre Virgen<br />

es reconocida e invocada en la Iglesia<br />

con los títulos de Abogada, Auxiliadora,<br />

Socorro, Medianera; Ella es el modelo<br />

del amor materno, que tiene que<br />

animar a quienes cooperan, a través de<br />

la misión apostólica de la Iglesia, en la<br />

regeneración de toda la humanidad (cf.<br />

LG, 65). A la luz de estas enseñanzas<br />

que forman parte de la eclesiología del<br />

Concilio Vaticano II, los fieles dirigiendo<br />

la mirada a María —ejemplo fúlgido<br />

de cada virtud— están llamados a imitar<br />

a la primera discípula, la Madre, a<br />

quien en Juan —a los pies de la cruz<br />

(cf. Jn 19, 25-27)— fue confiado cada<br />

discípulo, así, convirtiéndose en sus hijos,<br />

aprenden de Ella el verdadero sentido<br />

de la vida en Cristo.<br />

Documentación<br />

La intimidad divina, alma del apostolado<br />

Carta de la Congregación del Clero para promover la adoración eucarística<br />

en reparación y para la santificación del clero (8-12-2007)<br />

Sacerdotes con su obispo diocesano.<br />

De tal modo —y desde el papel desarrollado<br />

por la Santísima Virgen en<br />

la historia de la salvación— se confía a<br />

María, la Madre del Sumo y Eterno Sacerdote,<br />

a todos los sacerdotes, suscitando<br />

en la Iglesia un movimiento de<br />

oración, que ponga en el centro la<br />

adoración eucarística continuada durante<br />

las veinticuatro horas, de modo<br />

que de cada rincón de la tierra siempre<br />

se eleve a Dios incesantemente una<br />

oración de adoración, agradecimiento,<br />

alabanza, petición y reparación, a fin<br />

de suscitar un número suficiente de<br />

santas vocaciones al estado sacerdotal<br />

y, al mismo tiempo, acompañar espiritualmente<br />

con una especie de maternidad<br />

espiritual, a quienes ya han sido<br />

llamados al sacerdocio ministerial y están<br />

ontológicamente conformados al<br />

único Sumo y Eterno, para que siempre<br />

lo sirvan mejor a El y a los hermanos<br />

como a quienes que, al mismo<br />

tiempo, que están «en» la Iglesia, están<br />

también, «al frente de» la Iglesia, teniendo<br />

las funciones de Cristo y representándolo<br />

como cabeza, pastor y esposo<br />

de la Iglesia (cf. PdV, 16).<br />

Por tanto, se ruega a todos los ordinarios<br />

diocesanos que adviertan de la<br />

especificidad y de la insustituibilidad<br />

del ministerio ordenado en la vida de<br />

la Iglesia, junto a la urgencia de una<br />

acción común en favor del sacerdocio<br />

ministerial, que sean parte activa y promuevan<br />

—en los diferentes sectores del<br />

pueblo de Dios confiados a ellos— verdaderos<br />

cenáculos en los que sacerdotes,<br />

religiosos y laicos se dediquen,<br />

unidos entre ellos y con espíritu de<br />

verdadera comunión, a la oración bajo<br />

forma de adoración eucarística continuada,<br />

también con espíritu de genuina<br />

y real reparación y purificación.<br />

¡Que María, Madre del Unico, Eterno<br />

y Sumo Sacerdote, bendiga esta iniciativa<br />

e interceda ante Dios, pidiendo<br />

una auténtica renovación de la vida sacerdotal<br />

desde el único modelo posible:<br />

Jesucristo, Buen Pastor! ■<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 27


Documentación<br />

Sacerdotes según el corazón de Cristo<br />

Carta de la Congregación del Clero para la Jornada Mundial de Oración<br />

por la santificación de los sacerdotes (Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, 30-5-2008)<br />

Reverendos y queridos hermanos<br />

en el sacerdocio:<br />

En la fiesta del Sacratísimo Corazón<br />

de Jesús, con una mirada incesante<br />

de amor, fijamos los ojos<br />

de nuestra mente y de nuestro corazón<br />

en Cristo, único Salvador de<br />

nuestra vida y del mundo. Remitirnos<br />

a Cristo significa remitirnos a aquel<br />

Rostro que todo hombre, consciente o<br />

inconscientemente, busca como única<br />

respuesta adecuada a su insuprimible<br />

sed de felicidad.<br />

Nosotros ya encontramos este<br />

Rostro y, en aquel día, en aquel instante,<br />

su amor hirió de tal manera<br />

nuestro corazón, que no pudimos<br />

menos de pedir estar incesantemente<br />

en su presencia. «Por la mañana escucharás<br />

mi voz, por la mañana te expongo<br />

mi causa y me quedo aguardando»<br />

(Sal 5).<br />

La sagrada liturgia nos lleva a contemplar<br />

una vez más el misterio de la<br />

encarnación del Verbo, origen y realidad<br />

íntima de esta compañía que es la<br />

Iglesia: el Dios de Abraham, de Isaac y<br />

de Jacob se revela en Jesucristo. «Nadie<br />

habría podido ver su gloria si antes<br />

no hubiera sido curado por la humildad<br />

de la carne. Quedaste cegado<br />

por el polvo, y con el polvo has sido<br />

curado: la carne te había cegado, la<br />

carne te cura» (San Agustín, Comentario<br />

al Evangelio de San Juan, Homilía<br />

2, 16).<br />

Sólo contemplando de nuevo la<br />

perfecta y fascinante humanidad de<br />

Jesucristo, vivo y operante ahora, que<br />

se nos ha revelado y que sigue inclinándose<br />

sobre cada uno con el amor<br />

de total predilección que le es propio,<br />

se puede dejar que él ilumine y colme<br />

ese abismo de necesidad que es nuestra<br />

humanidad, con la certeza de la<br />

esperanza encontrada, y con la segu-<br />

Foto de archivo de una ordenación de<br />

sacerdotes en la basílica de San Pedro del<br />

Vaticano.<br />

ridad de la Misericordia que abarca<br />

nuestros límites, enseñándonos a perdonar<br />

lo que de nosotros mismos ni<br />

siquiera lográbamos descubrir. «Una<br />

sima grita a otra sima con voz de cascadas»<br />

(Sal 41).<br />

Con ocasión de la tradicional Jornada<br />

de oración por la santificación<br />

de los sacerdotes, que se celebra en<br />

la fiesta del Sacratísimo Corazón de<br />

28 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

Jesús, quiero recordar la prioridad<br />

de la oración con respecto a la acción,<br />

en cuanto que de ella depende<br />

la eficacia del obrar. De la relación<br />

personal de cada uno con el Señor<br />

Jesús depende en gran medida la<br />

misión de la Iglesia. Por tanto, la misión<br />

debe alimentarse con la oración:<br />

«Ha llegado el momento de reafirmar<br />

la importancia de la oración<br />

ante el activismo y el secularismo»<br />

(Benedicto XVI, Deus caritas est, 37).<br />

No nos cansemos de acudir a su<br />

Misericordia, de dejarle mirar y curar<br />

las llagas dolorosas de nuestro pecado<br />

para asombrarnos ante el milagro<br />

renovado de nuestra humanidad<br />

redimida.<br />

Queridos hermanos en el sacerdocio,<br />

somos los expertos de la Misericordia<br />

de Dios en nosotros y, sólo así,<br />

sus instrumentos al abrazar, de modo<br />

siempre nuevo, la humanidad herida.<br />

«Cristo no nos salva de nuestra humanidad,<br />

sino a través de ella; no nos<br />

salva del mundo, sino que ha venido<br />

al mundo para que el mundo se salve<br />

por medio de él (cf. Jn 3, 17)» (Benedicto<br />

XVI, Mensaje «urbi et orbi», 25<br />

de diciembre de 2006). Somos, por último,<br />

presbíteros por el sacramento<br />

del Orden, el acto más elevado de la<br />

Misericordia de Dios y a la vez de su<br />

predilección.<br />

Mendicidad, radicalidad<br />

En segundo lugar, en la insuprimible<br />

y profunda sed de él, la dimensión<br />

más auténtica de nuestro sacerdocio<br />

es la mendicidad: la petición<br />

sencilla y continua; se aprende en la<br />

oración silenciosa, que siempre ha<br />

caracterizado la vida de los santos;<br />

hay que pedirla con insistencia. Esta<br />

conciencia de la relación con él se ve<br />

816


sometida diariamente a la purificación<br />

de la prueba. Cada día caemos de<br />

nuevo en la cuenta de que este drama<br />

también nos afecta a nosotros, ministros<br />

que actuamos in persona Christi<br />

capitis. No podemos vivir un solo instante<br />

en su presencia sin el dulce anhelo<br />

de reconocerlo, conocerlo y adherirnos<br />

más a él. No cedamos a la<br />

tentación de mirar nuestro ser sacerdotes<br />

como una carga inevitable e indelegable,<br />

ya asumida, que se puede<br />

cumplir «mecánicamente», tal vez con<br />

un programa pastoral articulado y<br />

coherente. El sacerdocio es la vocación,<br />

el camino, el modo a través del<br />

cual Cristo nos salva, con el que nos<br />

ha llamado, y nos sigue llamando<br />

ahora, a vivir con él.<br />

La única medida adecuada, ante<br />

nuestra santa vocación, es la radicalidad.<br />

Esta entrega total, con plena conciencia<br />

de nuestra infidelidad, sólo<br />

puede llevarse a cabo como una decisión<br />

renovada y orante que luego<br />

Cristo realiza día tras día. Incluso el<br />

don del celibato sacerdotal se ha de<br />

acoger y vivir en esta dimensión de<br />

radicalidad y de plena configuración<br />

con Cristo. Cualquier otra postura,<br />

con respecto a la realidad de la relación<br />

con él, corre el peligro de ser ideológica.<br />

Incluso la cantidad de trabajo, a veces<br />

enorme, que las actuales condiciones<br />

del ministerio nos exigen llevar a<br />

cabo, lejos de desalentarnos, debe impulsarnos<br />

a cuidar con mayor atención<br />

aún nuestra identidad sacerdotal,<br />

la cual tiene una raíz ciertamente divina.<br />

En este sentido, con una lógica<br />

opuesta a la del mundo, precisamente<br />

las condiciones peculiares del ministerio<br />

nos deben impulsar a «elevar el<br />

tono» de nuestra vida espiritual, testimoniando<br />

con mayor convicción y<br />

eficacia nuestra pertenencia exclusiva<br />

al Señor.<br />

El, que nos ha amado primero, nos<br />

ha educado para la entrega total. «Salí<br />

al encuentro de quien me buscaba.<br />

Dije: “Heme aquí” a quien invocaba mi<br />

nombre». El lugar de la totalidad por<br />

excelencia es la Eucaristía, pues «en la<br />

Eucaristía Jesús no da “algo”, sino a sí<br />

mismo; ofrece su cuerpo y derrama<br />

su sangre. Entrega así toda su vida,<br />

manifestando la fuente originaria de<br />

817<br />

este amor divino» (Sacramentum caritatis,<br />

7).<br />

Celebración<br />

diaria de la Eucaristía<br />

Queridos hermanos, seamos fieles<br />

a la celebración diaria de la santísima<br />

Eucaristía, no sólo para cumplir un<br />

compromiso pastoral o una exigencia<br />

de la comunidad que nos ha sido encomendada,<br />

sino por la absoluta necesidad<br />

personal que sentimos, como<br />

la respiración, como la luz para nuestra<br />

vida, como la única razón adecuada<br />

a una existencia presbiteral plena.<br />

El Santo Padre, en la exhortación<br />

apostólica postsinodal Sacramentum<br />

caritatis (n. 66) nos vuelve a proponer<br />

con fuerza la afirmación de San Agustín:<br />

«Nadie come de esta carne sin antes<br />

adorarla (…), pecaríamos si no la<br />

adoráramos» (Enarrationes in Psalmos<br />

98, 9). No podemos vivir, no podemos<br />

conocer la verdad sobre nosotros<br />

mismos, sin dejarnos contemplar y<br />

engendrar por Cristo en la adoración<br />

eucarística diaria, y el «Stabat» de María,<br />

«Mujer eucarística», bajo la cruz de<br />

su Hijo, es el ejemplo más significativo<br />

que se nos ha dado de la contemplación<br />

y de la adoración del Sacrificio<br />

divino.<br />

Como la dimensión misionera es<br />

intrínseca a la naturaleza misma de la<br />

Iglesia, del mismo modo nuestra misión<br />

está ínsita en la identidad sacerdotal,<br />

por lo cual la urgencia misionera<br />

es una cuestión de conciencia de<br />

nosotros mismos. Nuestra identidad<br />

sacerdotal está edificada y se renueva<br />

día a día en la «conversación» con<br />

nuestro Señor. La relación con él,<br />

siempre alimentada en la oración continua,<br />

tiene como consecuencia inmediata<br />

la necesidad de hacer partícipes<br />

de ella a quienes nos rodean. En efecto,<br />

la santidad que pedimos a diario<br />

no se puede concebir según una estéril<br />

y abstracta acepción individualista,<br />

sino que, necesariamente, es la santidad<br />

de Cristo, la cual es contagiosa<br />

para todos: «Estar en comunión con<br />

Jesucristo nos hace participar en su<br />

ser “para todos”, hace que este sea<br />

nuestro modo de ser» (Benedicto XVI,<br />

Spe salvi, 28).<br />

Documentación<br />

Este «ser para todos» de Cristo se<br />

realiza, para nosotros, en los tria munera<br />

de los que somos revestidos por<br />

la naturaleza misma del sacerdocio.<br />

Esos tria munera, que constituyen la<br />

totalidad de nuestro ministerio, no<br />

son el lugar de la alienación o, peor<br />

aún, de un mero reduccionismo funcionalista<br />

de nuestra persona, sino la<br />

expresión más auténtica de nuestro<br />

ser de Cristo; son el lugar de la relación<br />

con él. El pueblo que nos ha sido<br />

encomendado para que lo eduquemos,<br />

santifiquemos y gobernemos, no<br />

es una realidad que nos distrae de<br />

«nuestra vida», sino que es el rostro de<br />

Cristo que contemplamos diariamente,<br />

como para el esposo es el rostro<br />

de su amada, como para Cristo es la<br />

Iglesia, su esposa. El pueblo que nos<br />

ha sido encomendado es el camino<br />

imprescindible para nuestra santidad,<br />

es decir, el camino en el que Cristo<br />

manifiesta la gloria del Padre a través<br />

de nosotros.<br />

«Si a quien escandaliza a uno solo y<br />

al más pequeño conviene que se le<br />

cuelgue al cuello una piedra de molino<br />

y sea arrojado al mar (…), ¿qué<br />

deberán sufrir y recibir como castigo<br />

los que mandan a la perdición (…) a<br />

un pueblo entero?» (San Juan Crisóstomo,<br />

De sacerdotio VI, 1.498). Ante la<br />

conciencia de una tarea tan grave y<br />

una responsabilidad tan grande para<br />

nuestra vida y salvación, en la que la<br />

fidelidad a Cristo coincide con la<br />

«obediencia» a las exigencias dictadas<br />

por la redención de aquellas almas,<br />

no queda espacio ni siquiera para dudar<br />

de la gracia recibida. Sólo podemos<br />

pedir que se nos conceda ceder<br />

lo más posible a su amor, para que él<br />

actúe a través de nosotros, pues o dejamos<br />

que Cristo salve al mundo, actuando<br />

en nosotros, o corremos el<br />

riesgo de traicionar la naturaleza misma<br />

de nuestra vocación. La medida de<br />

la entrega, queridos hermanos en el<br />

sacerdocio, sigue siendo la totalidad.<br />

«Cinco panes y dos peces» no son<br />

mucho; sí, pero son todo. La gracia de<br />

Dios convierte nuestra poquedad en<br />

la Comunión que sacia al pueblo. De<br />

esta «entrega total» participan de<br />

modo especial los sacerdotes ancianos<br />

o enfermos, los cuales, diariamente,<br />

desempeñan el ministerio divi-<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 29


Documentación<br />

no uniéndose a la pasión de Cristo y<br />

ofreciendo su existencia presbiteral<br />

por el verdadero bien de la Iglesia y la<br />

salvación de las almas.<br />

Por último, el fundamento imprescindible<br />

de toda la vida sacerdotal sigue<br />

siendo la santa Madre de Dios. La<br />

relación con ella no puede reducirse a<br />

una piadosa práctica de devoción,<br />

sino que debe alimentarse con un<br />

continuo abandono de toda nuestra<br />

vida, de todo nuestro ministerio, en<br />

los brazos de la siempre Virgen. También<br />

a nosotros María santísima nos<br />

lleva de nuevo, como hizo con San<br />

Juan bajo la cruz de su Hijo y Señor<br />

nuestro, a contemplar con ella el<br />

Amor infinito de Dios: «Ha bajado<br />

hasta aquí nuestra Vida, la verdadera<br />

Vida; ha cargado con nuestra muerte<br />

para matarla con la sobreabundancia<br />

de su Vida» (San Agustín, Confesiones<br />

IV, 12).<br />

Dios Padre escogió como condición<br />

para nuestra redención, para el<br />

cumplimiento de nuestra humanidad,<br />

para el acontecimiento de la encarnación<br />

del Hijo, la espera del «fiat» de<br />

una Virgen ante el anuncio del ángel.<br />

Cristo decidió confiar, por decirlo así,<br />

su vida a la libertad amorosa de su<br />

Madre: «Concibiendo a Cristo, engendrándolo,<br />

alimentándolo, presentándolo<br />

al Padre en el templo, sufriendo<br />

con su Hijo que moría en la<br />

cruz, colaboró de manera totalmente<br />

singular a la obra del Salvador por<br />

su obediencia, su fe, su esperanza y<br />

su amor ardiente, para restablecer la<br />

vida sobrenatural de los hombres.<br />

Por esta razón es nuestra madre en<br />

el orden de la gracia» (Lumen gentium,<br />

61).<br />

Maternidad espiritual<br />

El Papa San Pío X afirmó: «Toda vocación<br />

sacerdotal viene del corazón<br />

de Dios, pero pasa por el corazón de<br />

una madre». Eso es verdad con respecto<br />

a la evidente maternidad biológica,<br />

pero también con respecto al<br />

«alumbramiento» de toda fidelidad a la<br />

vocación de Cristo. No podemos<br />

prescindir de una maternidad espiritual<br />

para nuestra vida sacerdotal: encomendémonos<br />

con confianza a la<br />

oración de toda la santa madre Iglesia,<br />

a la maternidad del pueblo, del<br />

que somos pastores, pero al que está<br />

encomendada también nuestra custodia<br />

y santidad; pidamos este apoyo<br />

fundamental.<br />

Se plantea, queridos hermanos en<br />

el sacerdocio, la urgencia de «un movimiento<br />

de oración, que ponga en el<br />

centro la adoración eucarística continuada,<br />

durante las veinticuatro horas,<br />

de modo tal que, de cada rincón<br />

de la tierra, se eleve a Dios incesantemente<br />

una oración de adoración,<br />

agradecimiento, alabanza, petición y<br />

reparación, con el objetivo principal<br />

de suscitar un número suficiente de<br />

santas vocaciones al estado sacerdotal<br />

y, al mismo tiempo, acompañar<br />

espiritualmente —al nivel de Cuerpo<br />

místico— con una especie de maternidad<br />

espiritual, a quienes ya han<br />

sido llamados al sacerdocio ministerial<br />

y están ontológicamente conformados<br />

con el único sumo y eterno<br />

Sacerdote, para que le sirvan cada<br />

vez mejor a él y a los hermanos,<br />

como los que, a la vez, están “en” la<br />

Iglesia pero también, “ante” la Iglesia<br />

(cf. Juan Pablo II, Pastores dabo vobis,<br />

16), haciendo las veces de Cristo y,<br />

representándolo, como cabeza, pastor<br />

y esposo de la Iglesia» (Carta de<br />

la Congregación para el clero, 8 de diciembre<br />

de 2007).<br />

Se delinea, últimamente, una nueva<br />

forma de maternidad espiritual, que<br />

en la historia de la Iglesia siempre ha<br />

acompañado silenciosamente el elegido<br />

linaje sacerdotal: se trata de la<br />

consagración de nuestro ministerio a<br />

un rostro determinado, a un alma<br />

consagrada, que esté llamada por<br />

Cristo y, por tanto, que elija ofrecerse<br />

a sí misma, sus sufrimientos necesarios<br />

y sus inevitables pruebas de la<br />

vida, para interceder en favor de nuestra<br />

existencia sacerdotal, viviendo de<br />

este modo en la dulce presencia de<br />

Cristo.<br />

Esta maternidad, en la que se encarna<br />

el rostro amoroso de María, es<br />

preciso pedirla en la oración, pues<br />

sólo Dios puede suscitarla y sostenerla.<br />

No faltan ejemplos admirables<br />

en este sentido. Basta pensar en las<br />

benéficas lágrimas de Santa Mónica<br />

por su hijo Agustín, por el cual lloró<br />

30 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

«más de lo que lloran las madres por<br />

la muerte física de sus hijos» (San<br />

Agustín, Confesiones III, 11). Otro<br />

ejemplo fascinante es el de Eliza<br />

Vaughan, la cual dio a luz y encomendó<br />

al Señor trece hijos; seis de<br />

sus ocho hijos varones se hicieron<br />

sacerdotes; y cuatro de sus cinco hijas<br />

fueron religiosas. Dado que no es<br />

posible ser verdaderamente mendicantes<br />

ante Cristo, admirablemente<br />

oculto en el misterio eucarístico, sin<br />

saber pedir concretamente la ayuda<br />

efectiva y la oración de quien él nos<br />

pone al lado, no tengamos miedo de<br />

encomendarnos a las maternidades<br />

que, ciertamente, suscita para nosotros<br />

el Espíritu.<br />

Santa Teresa del Niño Jesús,<br />

consciente de la necesidad extrema<br />

de oración por todos los sacerdotes,<br />

sobre todo por los tibios, escribe en<br />

una carta dirigida a su hermana Celina:<br />

«Vivamos por las almas, seamos<br />

apóstoles, salvemos sobre todo las<br />

almas de los sacerdotes (…). Oremos,<br />

suframos por ellos, y, en el último<br />

día, Jesús nos lo agradecerá»<br />

(Carta 94).<br />

Encomendémonos a la intercesión<br />

de la Virgen Santísima, Reina de los<br />

Apóstoles, Madre dulcísima. Contemplemos,<br />

con ella, a Cristo en la continua<br />

tensión a ser total y radicalmente<br />

suyos. Esta es nuestra identidad.<br />

Recordemos las palabras del santo<br />

cura de Ars, patrono de los párrocos:<br />

«Si yo tuviera ya un pie en el cielo y<br />

me vinieran a decir que volviera a la<br />

tierra para trabajar por la conversión<br />

de los pecadores, volvería de buen<br />

grado. Y si para ello fuera necesario<br />

que permaneciera en la tierra hasta el<br />

fin del mundo, levantándome siempre<br />

a medianoche, y sufriera como sufro,<br />

lo haría de todo corazón» (Frère Athanase,<br />

Procès de l’Ordinaire, p. 883).<br />

El Señor guíe y proteja a todos y<br />

cada uno, de modo especial a los enfermos<br />

y a los que sufren, en el constante<br />

ofrecimiento de nuestra vida por<br />

amor. ■<br />

† Cardenal Cláudio Hummes, O.F.M.<br />

Prefecto<br />

† Mons. Mauro Piacenza<br />

Arzobispo titular de Vittoriana<br />

Secretario<br />

818


Gracias por vuestra visita, que me<br />

permite conocer la actividad<br />

que desempeñan vuestras beneméritas<br />

asociaciones, que forman<br />

parte del Fórum de Asociaciones Familiares<br />

y de la Federación Europea de<br />

Asociaciones Familiares Católicas.<br />

Vaya a cada uno de los aquí presentes<br />

mi cordial saludo. Un saludo que dirijo,<br />

en primer lugar, al presidente del<br />

Fórum, el abogado Giovanni Giacobbe,<br />

a quien le doy las gracias por las<br />

amables palabras que me ha dirigido<br />

en vuestro nombre. El actual encuentro<br />

tiene lugar con ocasión de la celebración<br />

anual, ayer día 15 de mayo, de<br />

la Jornada Internacional de la Familia.<br />

Para subrayar la importancia de dicha<br />

efeméride habéis querido organizar<br />

un congreso específicamente dedicado<br />

a un tema de relevante actualidad:<br />

«La alianza por la familia en Europa: el<br />

asociacionismo protagonista», para<br />

confrontar las experiencias entre las<br />

diferentes formas asociativas familiares<br />

y con el objetivo de sensibilizar a<br />

los gobernantes y a la opinión pública<br />

acerca de la función central e insustituible<br />

que la familia desempeña en<br />

nuestra sociedad. Y es que, como<br />

acertadamente observáis, una acción<br />

política que pretenda encarar el futuro<br />

con amplitud de miras no puede dejar<br />

de poner a la familia en el centro de<br />

su atención y de su programación.<br />

Como sabéis, celebramos este año<br />

el cuadragésimo aniversario de la encíclica<br />

Humanæ vitæ y el vigésimo<br />

quinto de la promulgación de la Carta<br />

de los derechos de la familia, presentada<br />

por la Santa Sede el 22 de octubre<br />

de 1983. Se trata de dos documentos<br />

estrechamente relacionados por lo<br />

que a su inspiración se refiere. Efectivamente,<br />

si el primero, yendo valientemente<br />

a contracorriente respecto a la<br />

cultura dominante, recuerda enérgicamente<br />

la calidad del amor conyugal,<br />

819<br />

desprovisto de egoísmo y abierto a la<br />

vida, la segunda pone de relieve los<br />

derechos inalienables que permiten a<br />

la familia, basada en el matrimonio<br />

entre un hombre y una mujer, ser la<br />

cuna natural de la vida humana. Particularmente<br />

la Carta de los derechos de<br />

la familia, que se dirige en primer lugar<br />

a los Gobiernos, ofrece a toda<br />

persona con responsabilidades en el<br />

bien común un modelo y un punto de<br />

referencia para la elaboración de una<br />

legislación correcta de la política familiar.<br />

También se dirige a todas las familias,<br />

a las que invita a organizarse<br />

con el fin de defender y promover sus<br />

derechos. A este respecto, vuestras<br />

asociaciones pueden constituir un<br />

cauce harto adecuado para hacer realidad<br />

el espíritu de la Carta de los derechos<br />

de la familia.<br />

Documentación<br />

Necesidad del asociacionismo familiar<br />

Discurso de Benedicto XVI al Fórum de Asociaciones Familiares<br />

y a la Federación Europea de Asociaciones Familiares Católicas (FAFCE) (16-5-2008)<br />

El Papa bendice a una familia.<br />

El querido Papa Juan Pablo II, con<br />

razón llamado también «el Papa de la<br />

familia», solía repetir que «el futuro de<br />

la humanidad se fragua en la familia»<br />

(Familiaris consortio, n.º 86: ECCLESIA,<br />

núm. 2.060 [1982/I], pág. 46). Subrayaba<br />

a menudo el insustituible valor de<br />

la institución familiar según el designio<br />

del Dios Creador y Padre. Yo también<br />

reiteré —precisamente al inicio de<br />

mi pontificado, al inaugurar el 6 de junio<br />

de 2005 el Congreso de la diócesis<br />

de Roma dedicado a la familia—<br />

que la verdad del matrimonio y de la<br />

familia está enraizada en la verdad del<br />

hombre y se ha visto realizada en la<br />

historia de la salvación, en cuyo centro<br />

resuena la palabra: «Dios ama a su<br />

pueblo». En efecto, la revelación bíblica<br />

es ante todo expresión de una historia<br />

de amor: la historia de la alianza<br />

de Dios con los hombres. Por eso la<br />

historia del amor y de la unión entre<br />

un hombre y una mujer en la alianza<br />

del matrimonio fue adoptada por<br />

Dios como símbolo de la historia de<br />

la salvación. Precisamente por ello, la<br />

unión de vida y de amor basada en el<br />

matrimonio entre un hombre y una<br />

mujer, unión que constituye la familia,<br />

es un bien irreemplazable para toda la<br />

sociedad que no cabe confundir ni<br />

equiparar con otras formas de unión.<br />

Somos todos muy conscientes de<br />

los numerosos retos a los que las familias<br />

se enfrentan en la actualidad, y sabemos<br />

cuán difícil es, en las actuales<br />

condiciones sociales, alcanzar el ideal<br />

de fidelidad y de solidaridad en el amor<br />

conyugal, criar a los hijos y preservar la<br />

armonía de la unidad familiar. Mientras<br />

que por un lado, gracias a Dios, hay<br />

ejemplos elocuentes de familias buenas,<br />

abiertas a la cultura de la vida y del<br />

amor, por otro lado, desgraciadamente,<br />

crece el número de matrimonios y familias<br />

en crisis. Son muchas las familias<br />

en situación gravemente precaria que<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 31


Documentación<br />

piden ayuda —a veces de manera inconsciente—<br />

y exigen respuesta de las<br />

autoridades civiles, de las comunidades<br />

eclesiales y de los diferentes organismos<br />

educativos. Paralelamente, es cada<br />

vez más apremiante la necesidad de un<br />

compromiso conjunto con el fin de<br />

apoyar a las familias con todos los medios<br />

a disposición, tanto en lo social y<br />

económico como en lo jurídico y en lo<br />

espiritual. A este respecto, me complace<br />

recomendar y fomentar algunas iniciativas<br />

y propuestas que han surgido en<br />

el curso de vuestra conferencia. Pienso,<br />

por ejemplo, en el loable compromiso<br />

de movilizar a la ciudadanía en apoyo<br />

de la iniciativa por una política fiscal favorable<br />

a las familias, instando a los<br />

Gobiernos a promover unas políticas<br />

familiares que den a los padres la posibilidad<br />

real de tener hijos y de criarlos<br />

en el entorno familiar.<br />

La familia, célula de comunión en la<br />

que se basa la sociedad, es para los<br />

creyentes como una «pequeña iglesia<br />

doméstica» llamada a revelar al mundo<br />

el amor de Dios. Queridos hermanos y<br />

hermanas: Ayudad a las familias a ser<br />

signo visible de esta verdad, a defender<br />

los valores inscritos en la propia naturaleza<br />

humana y comunes, por consiguiente,<br />

a toda la humanidad: la vida,<br />

la familia y la educación. No son principios<br />

que se deriven de una confesión<br />

de fe, sino de la aplicación de la justicia,<br />

que respeta los derechos de todo<br />

hombre. ¡Esta es vuestra misión, queridas<br />

familias cristianas! Que no desfallezcan<br />

nunca vuestra confianza en el<br />

Señor y vuestra comunión con él en la<br />

oración y en la referencia constante a<br />

su Palabra. Así seréis testigos de su<br />

amor, sin limitaros a contar con recursos<br />

humanos y estando firmemente<br />

asentados en la roca que es Dios y vivificados<br />

por el poder de su Espíritu.<br />

Que María, Reina de la Familia, guíe<br />

cual Estrella luminosa de esperanza el<br />

camino de todas las familias de la humanidad.<br />

Con estos sentimientos, bendigo<br />

de todo corazón a los aquí presentes<br />

y a todos los miembros de las<br />

asociaciones a las que representáis. ■<br />

(Original italiano, francés, alemán e<br />

inglés, procedente del archivo informático<br />

de la Santa Sede; traducción de<br />

ECCLESIA)<br />

Con vivo placer os recibo en este<br />

día y saludo cordialmente a cada<br />

uno de vosotros. Saludo ante<br />

todo a monseñor Michele Pennisi,<br />

obispo de Piazza Armerina, y a los sacerdotes<br />

presentes. Vaya un saludo<br />

especial al honorable Carlo Casini,<br />

presidente del Movimiento por la<br />

Vida, a quien le doy sinceramente las<br />

gracias por las palabras que me ha dirigido<br />

en vuestro nombre. Saludo a<br />

los miembros de la Dirección Nacional<br />

y del Consejo Ejecutivo del Movimiento<br />

por la Vida, a los presidentes<br />

de los Centros de Ayuda a la Vida y a<br />

los responsables de los diferentes servicios:<br />

Progetto Gemma, Telefono Verde,<br />

Sos Vita y Telefono rosso. Saludo<br />

también a los representantes de la<br />

Asociación Papa Juan XXIII y de algunos<br />

Movimientos por la Vida europeos.<br />

A través de los aquí presentes, mi<br />

pensamiento afectuoso alcanza a<br />

quienes, no pudiendo intervenir en<br />

persona, están espiritualmente unidos<br />

a nosotros. Pienso especialmente en<br />

los muchos voluntarios que, con abnegación<br />

y generosidad, comparten<br />

con vosotros el noble ideal de la promoción<br />

y de la defensa de la vida humana<br />

desde su concepción.<br />

Vuestra visita tiene lugar cuando se<br />

cumplen treinta años de la legalización<br />

en Italia del aborto, y es vuestra<br />

intención sugerir una reflexión en<br />

profundidad sobre los efectos humanos<br />

y sociales que dicha ley ha producido<br />

en la comunidad civil y cristiana<br />

durante este período. Examinando<br />

los tres decenios transcurridos y considerando<br />

la actual situación, no se<br />

puede dejar de reconocer que defender<br />

la vida se ha vuelto hoy más difícil<br />

desde un punto de vista práctico, toda<br />

32 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

Defensa de la vida y atención<br />

prioritaria a la familia<br />

Discurso de Benedicto XVI<br />

a los miembros del Movimiento por la Vida (12-5-2008)<br />

vez que se ha creado una mentalidad<br />

de menosprecio progresivo de su valor,<br />

confiado al criterio de cada individuo.<br />

Consecuencia de ello ha sido un<br />

menor respeto por la propia persona<br />

humana, un valor que está en la base<br />

de toda convivencia civil, más allá de<br />

la fe que se profese.<br />

El aborto,<br />

una nueva herida social<br />

Ciertamente son muchas y complejas<br />

las causas que impulsan a tomar<br />

una decisión dolorosa como el aborto.<br />

Si por un lado la Iglesia, fiel al<br />

mandato de su Señor, no se cansa de<br />

reiterar que el valor sagrado de la vida<br />

de todo hombre está enraizado en el<br />

designio del Creador, anima por otro<br />

lado a promover toda iniciativa en<br />

apoyo de la mujer y de la familia con<br />

vistas a crear condiciones favorables a<br />

la acogida de la vida y a la tutela de la<br />

institución familiar basada en el matrimonio<br />

entre un hombre y una mujer.<br />

El hecho de haber permitido el recurso<br />

a la interrupción del embarazo, lejos<br />

de resolver los problemas que afligen<br />

a muchas mujeres y a no pocos<br />

núcleos familiares, ha abierto una<br />

nueva herida en nuestras sociedades,<br />

desgraciadamente aquejadas ya por<br />

profundos sufrimientos.<br />

A decir verdad, grande ha sido la<br />

labor realizada durante estos años, y<br />

no sólo por la Iglesia, para responder<br />

a las necesidades y a las dificultades<br />

de las familias. Pero no podemos negar<br />

que varios problemas siguen atenazando<br />

a la sociedad actual, impidiendo<br />

que se cumpla el deseo de<br />

tantos jóvenes de casarse y formar<br />

820


una familia, debido a las condiciones<br />

desfavorables en las que viven. La falta<br />

de un trabajo seguro; legislaciones<br />

con frecuencia carentes en materia de<br />

tutela de la maternidad; la imposibilidad<br />

de asegurar un sustento adecuado<br />

a los hijos, son algunos de los impedimentos<br />

que parecen sofocar la<br />

exigencia del amor fecundo, al tiempo<br />

que abren paso a una sensación creciente<br />

de desconfianza en el futuro. Es<br />

preciso, pues, aunar esfuerzos para<br />

que las diferentes instituciones vuelvan<br />

a poner en el centro de su acción<br />

la defensa de la vida humana y la<br />

atención prioritaria a la familia, en<br />

cuyo cauce la vida nace y se desenvuelve.<br />

Hay que ayudar con todo instrumento<br />

legislativo a la familia para<br />

facilitar su formación y su labor educativa<br />

en el no fácil contexto social actual.<br />

Dios, único señor de la vida<br />

Para los cristianos permanece<br />

siempre abierto, en este ámbito fundamental<br />

de la sociedad, un campo<br />

de apostolado y de testimonio evangélico<br />

tan urgente como indispensable:<br />

proteger la vida con valentía y<br />

amor en todas sus fases. Por eso,<br />

queridos hermanos y hermanas,<br />

pido al Señor que bendiga la acción<br />

que, como Centro de Ayuda a la Vida<br />

y como Movimiento por la Vida, lleváis<br />

adelante para evitar el aborto incluso<br />

en caso de embarazos difíciles,<br />

actuando al mismo tiempo en los<br />

821<br />

Benedicto XVI<br />

saluda a los<br />

miembros del<br />

Movimiento por la<br />

Vida, a su llegada al<br />

salón de<br />

bendiciones del<br />

Vaticano. Les<br />

recuerda que un<br />

campo fundamental<br />

de apostolado<br />

y testimonio<br />

evangélico es<br />

proteger la vida con<br />

valentía y amor en<br />

todas sus fases.<br />

campos de la educación, de la cultura<br />

y del debate político. Es menester<br />

testimoniar de manera concreta que<br />

el respeto a la vida es la primera justicia<br />

que debe aplicarse. Para quien<br />

posee el don de la fe, este imperativo<br />

se vuelve inderogable, ya que el seguidor<br />

de Cristo está llamado a ser<br />

cada vez más «profeta» de una verdad<br />

que jamás podrá ser eliminada:<br />

Dios es el único Señor de la vida.<br />

Todo hombre es por él conocido y<br />

amado, querido y guiado. Sólo aquí<br />

se encuentra la unidad más profunda<br />

y grande de la humanidad: en el<br />

hecho de que todo ser humano realiza<br />

el único proyecto de Dios, en<br />

que cada uno tiene su origen en la<br />

misma idea creadora de Dios. Ello<br />

explica por qué afirma la Biblia que<br />

quien profana al hombre, profana la<br />

propiedad de Dios (cf. Gn 9, 5).<br />

Valores «innegociables»<br />

Se celebra este año el LX aniversario<br />

de la Declaración de los Derechos<br />

Humanos, que tiene el mérito de permitir<br />

que diferentes culturas, expresiones<br />

jurídicas y modelos institucionales<br />

confluyan en un núcleo fundamental<br />

de valores y, por consiguiente, de derechos.<br />

Como he recordado recientemente,<br />

en mi visita a la ONU, a los<br />

miembros de las Naciones Unidas,<br />

«los derechos humanos han de ser<br />

respetados como expresión de justicia,<br />

y no simplemente porque pueden<br />

hacerse respetar mediante la voluntad<br />

Documentación<br />

de los legisladores (…) La promoción<br />

de los derechos humanos sigue siendo<br />

la estrategia más eficaz para extirpar<br />

las desigualdades entre países y<br />

grupos sociales, así como para aumentar<br />

la seguridad» (ECCLESIA, núm.<br />

3.411 [2008/I], págs. 618-619). De ahí<br />

que resulte extremadamente loable<br />

también vuestro compromiso en el<br />

ámbito político de servir de ayuda y<br />

de estímulo a las instituciones con el<br />

fin de que la locución «dignidad humana»<br />

goce de justo reconocimiento.<br />

Vuestra iniciativa ante la Comisión de<br />

Peticiones del Parlamento Europeo, en<br />

la que afirmáis los valores fundamentales<br />

del derecho a la vida desde la<br />

concepción; de la familia basada en el<br />

matrimonio de un hombre y una mujer;<br />

del derecho, que asiste a todo ser<br />

humano concebido, a nacer y a ser<br />

educado en una familia de padre y<br />

madre, confirma una vez más la solidez<br />

de vuestro empeño y vuestra plena<br />

comunión con el magisterio de la<br />

Iglesia, que desde siempre proclama y<br />

defiende dichos valores como «innegociables».<br />

Queridos hermanos y hermanas: Al<br />

reunirse con vosotros el 22 de mayo<br />

de 1998, Juan Pablo II os exhortaba a<br />

perseverar en vuestro compromiso de<br />

amor y defensa de la vida humana, y<br />

recordaba que, gracias a vosotros,<br />

muchos niños podían experimentar la<br />

alegría del don inestimable de la vida.<br />

Diez años después, soy yo quien os<br />

da las gracias por el servicio que habéis<br />

prestado a la Iglesia y a la sociedad.<br />

¡Cuántas vidas humanas habéis<br />

salvado de la muerte! Proseguid por<br />

este camino y no tengáis miedo, para<br />

que la sonrisa de la vida triunfe en los<br />

labios de todos los niños y de sus<br />

madres. Encomiendo a cada uno de<br />

vosotros, y a las numerosas personas<br />

a las que servís en los Centros de<br />

Ayuda a la Vida, a la tutela maternal<br />

de la Virgen María, Reina de la Familia,<br />

y al tiempo que os aseguro mi recuerdo<br />

en la oración, os bendigo de corazón<br />

a vosotros y a todos los miembros<br />

de los Movimientos por la Vida<br />

en Italia, en Europa y en el mundo. ■<br />

(Original italiano procedente del archivo<br />

informático de la Santa Sede;<br />

traducción de ECCLESIA)<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 33


Documentación<br />

Sacerdotes y consagrados,<br />

en estado de misionalidad permanente<br />

Discurso de Benedicto XVI en la catedral de San Lorenzo de Génova (18-5-2008)<br />

Benedicto XVI en Génova: a la izquierda, durante la celebración de la misa y, a la derecha, en la entrega de un cuadro con su retrato.<br />

Señores cardenales, queridos miembros<br />

del Cabildo Catedralicio, amados<br />

religiosos y religiosas:<br />

En esta breve pero intensa visita pastoral<br />

a Génova no podía faltar una<br />

pausa en vuestra insigne catedral,<br />

dedicada a San Lorenzo y que conserva<br />

las reliquias del Precursor de Jesús, San<br />

Juan Bautista. Y me alegra reunirme con<br />

los canónigos del venerado Cabildo Metropolitano<br />

y con los religiosos y religiosas<br />

presentes y activos en la archidiócesis.<br />

Este templo, rodeado por tantos callejones,<br />

se antoja punto de confluencia y<br />

de destino de todo camino, como si de la<br />

sombra de las estrechas calles quisieran<br />

salir los hombres a la luz de su catedral;<br />

como si quisieran salir a la luz de Dios<br />

que a todos acoge, abraza, ilumina y<br />

conforta. Vaya a cada uno de vosotros mi<br />

cordial saludo. Dirijo un saludo especial a<br />

monseñor Mario Grone, presidente del<br />

Cabildo Catedralicio, y al padre Domenico<br />

Rossi, delegado diocesano para la vida<br />

consagrada, que se han hecho intérpretes<br />

de vuestros devotos sentimientos.<br />

Durante los siglos pasados, la Iglesia<br />

de Génova conoció una rica tradición<br />

de santidad y de servicio generoso<br />

a los hermanos gracias a la obra de<br />

fervorosos sacerdotes y religiosos y<br />

religiosas de vida activa y contemplativa.<br />

Acuden ahora a la memoria los<br />

nombres de varios santos y beatos:<br />

Antonio María Gianelli, Agostino Roscelli,<br />

Tommaso Reggio, Francesco María<br />

da Camporosso, Caterina Fieschi<br />

Adorno, Virgina Centurione Bracelli,<br />

Paola Frassinetti, Eugenia Ravasco, María<br />

Repetto, Benedetta Cambiagio Frassinello.<br />

Pero hoy también, pese a las<br />

dificultades por las que la sociedad<br />

atraviesa, es fuerte la pasión evangelizadora<br />

en vuestras comunidades. Ha<br />

crecido especialmente el deseo compartido<br />

de estrechar relaciones de entendimiento<br />

cada vez más fraterno con<br />

vistas a colaborar en la acción misionera,<br />

fomentada en toda la archidióce-<br />

34 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

sis. Efectivamente, siguiendo las orientaciones<br />

de la Conferencia Episcopal<br />

Italiana, queréis poneros en estado de<br />

misionalidad permanente como testimonio<br />

de la alegría del Evangelio y<br />

como invitación explícita, a todos dirigida,<br />

al encuentro con Jesucristo. Yo<br />

estoy entre vosotros, queridos amigos,<br />

para animaros a caminar en esa dirección.<br />

Quisiera señalaros como ejemplo<br />

concreto al apóstol Pablo, del que nos<br />

disponemos a celebrar un jubileo especial<br />

con ocasión del bimilenario de<br />

su nacimiento. Tras convertirse a Cristo<br />

en el camino de Damasco, se consagró<br />

por entero a la causa del Evangelio. Por<br />

Cristo afrontó todo tipo de tribulaciones<br />

y a él se mantuvo fiel hasta sacrificar<br />

su vida. Llegado ya al término de<br />

su peregrinación terrenal, así escribía a<br />

su fiel discípulo Timoteo: «Estoy a punto<br />

de ser derramado en libación y el<br />

momento de mi partida es inminente.<br />

He competido en la noble competición,<br />

822


he llegado a la meta en la carrera, he<br />

conservado la fe» (2 Tm 4, 6-7).<br />

Que cada uno de nosotros, queridos<br />

hermanos y hermanas, pueda decir<br />

lo mismo el último día de su vida.<br />

Para que así sea —pues es lo que el Señor<br />

espera de sus amigos—, debemos<br />

cultivar el mismo espíritu misionero<br />

que animó a San Pablo por medio de<br />

una formación espiritual, ascética y<br />

pastoral constante. Es preciso, por encima<br />

de todo, que nos convirtamos en<br />

«especialistas» en la escucha de Dios y<br />

en ejemplos creíbles de una santidad<br />

que se traduzca en fidelidad al Evangelio<br />

sin concesiones al espíritu del mundo.<br />

Como escribió el cardenal Giuseppe<br />

Siri, fervoroso pastor de esta archidiócesis<br />

durante varios decenios y<br />

sepultado ahora en esta catedral, «la<br />

vida religiosa se mueve alrededor de<br />

Dios y todo lo dispone alrededor de él,<br />

por lo que se convierte en testimonio<br />

de Dios y recordatorio de Dios» (Carta<br />

a las religiosas, 15-8-53).<br />

Vosotros, queridos miembros del<br />

Cabildo de Canónigos de la catedral,<br />

cuidando de las acciones litúrgicas<br />

que aquí se celebran recordáis que<br />

todo en nosotros se ve fortalecido por<br />

la oración personal y litúrgica. El mismo<br />

cardenal Siri subrayaba que «la<br />

acción más digna de veneración y<br />

más santa, digna de toda consideración<br />

y respeto, de todo honor y distinción,<br />

que en una diócesis se realiza,<br />

es la celebración solemne del Oficio<br />

Divino, es decir, la que hacéis vosotros<br />

(…) Toda la diócesis, y en cierto<br />

sentido toda la Iglesia, reza a través de<br />

vuestros labios. El débito de la familia<br />

diocesana de los fieles queda pagado<br />

a Dios ante todo gracias a vuestra<br />

oración» (Carta pastoral a los canónigos,<br />

24-1-53). Amadísimos hermanos<br />

y hermanas, y especialmente las personas<br />

consagradas: Os doy las gracias<br />

por vuestra presencia. Se trata de<br />

una presencia antigua y siempre nueva,<br />

pese a la disminución de números<br />

y de fuerzas. Pero confiad: los tiempos<br />

nuestros no son los de Dios y de su<br />

Providencia. Os pido que no os consideréis<br />

jamás como si estuvierais en el<br />

«ocaso» de la vida: Cristo es el alba<br />

perenne, nuestra luz. Os ruego que<br />

prosigáis en vuestras obras, pero sobre<br />

todo en vuestra presencia: la de-<br />

823<br />

Documentación<br />

saparición de vuestras comunidades<br />

no os depaupera sólo a vosotros, sino<br />

también a Génova. Los pobres, los<br />

enfermos, las familias, los niños, nuestras<br />

parroquias: todo es valioso campo<br />

de servicio y de entrega para construir<br />

la Iglesia y servir a los hombres.<br />

Os encomiendo, por encima de todo,<br />

la educación de los muchachos y de<br />

los jóvenes: sabéis que el reto educativo<br />

es el más apremiante, pues sin<br />

una auténtica educación del hombre<br />

no se llega lejos. Y todos vosotros, si<br />

bien de diferentes formas, poseéis una<br />

histórica experiencia educativa. Debemos<br />

ayudar a los padres en su extraordinaria<br />

y difícil tarea educativa; debemos<br />

ayudar a las parroquias y a los<br />

grupos; debemos dar continuidad,<br />

aun a precio de grandes sacrificios, a<br />

las escuelas católicas, gran tesoro de<br />

la comunidad cristiana y verdadero<br />

recurso para el país.<br />

Queridos canónigos y amados religiosos<br />

y religiosas: La larga tradición<br />

espiritual de Génova cuenta con seis<br />

Papas, de los que recordaré sobre todo<br />

a Benedicto XV, de venerada memoria,<br />

el Papa de la paz. Escribía él, en la Humani<br />

generis redemptionem, que «lo<br />

que capacita a la palabra humana para<br />

beneficiar a las almas es la gracia de<br />

Dios». No lo olvidemos nunca: lo que a<br />

todos nos aúna es que estamos llamados<br />

a anunciar juntos la alegría de<br />

Cristo y la belleza de la Iglesia. Esa alegría<br />

y esa belleza, que proceden del Espíritu,<br />

son don y signo de la presencia<br />

de Dios en nuestras almas. Para ser<br />

testigos y heraldos del mensaje salvífico<br />

no podemos contar tan sólo con<br />

nuestras energías humanas. Es la fidelidad<br />

a Dios la que estimula y conforma<br />

nuestra fidelidad a él: para ello, dejémonos<br />

guiar por el Espíritu de la verdad<br />

y del amor. Esta es la invitación<br />

que a todos os dirijo, avalorándola con<br />

un recuerdo especial en la oración. A<br />

todos os encomiendo a la Virgen de la<br />

Guardia, a San Lorenzo, a San Juan<br />

Bautista y a vuestros santos protectores.<br />

Con estos sentimientos, os bendigo<br />

de corazón. ■<br />

(Original italiano procedente del archivo<br />

informático de la Santa Sede; traducción<br />

de ECCLESIA)<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008 35


36<br />

Colaboración<br />

¿Iglesia sin sacerdotes?<br />

José Luis Larrabe Orbegozo<br />

Sacerdote y teólogo<br />

En lo que a la vieja Europa<br />

se refiere, esos<br />

son los indicios. En<br />

cinco años, en el reciente<br />

lustro que va del año<br />

2000 al 2005, hay cinco<br />

mil sacerdotes menos en<br />

activo según fuentes de<br />

L'Osservatore Romano,<br />

buen observatorio. Y en<br />

ese mismo quinquenio,<br />

4.000 seminaristas menos<br />

en los seminarios europeos.<br />

«Oremos, pues, al<br />

Señor de la mies», nos<br />

dice Jesús en los evangelios.<br />

O sea, pocos sacerdotes<br />

y en ellos, en nosotros,<br />

la mayoría de tercera<br />

y cuarta edad.<br />

Se ha acudido en domingos<br />

y fiestas de guardar<br />

a celebraciones de la<br />

Palabra sin sacerdotes en<br />

miles de parroquias europeas. Pero ha<br />

sido necesario poner un matiz realista<br />

llamándolas no ya celebraciones sin<br />

sacerdote, sino celebraciones a la espera<br />

de sacerdote; incluso poniendo<br />

sobre la mesa del altar una estola significativa<br />

de esta ausencia y de esta espera.<br />

No porque los sacerdotes sean<br />

más importantes que otros miembros<br />

de la comunidad, pero sí son constitutivo<br />

interno de la Iglesia como tal.<br />

Y ¿qué es el sacerdote? En primer<br />

lugar, hombre de evangelio, de Eucaristía<br />

y de fraternidad al servicio de los<br />

demás, de todos sin acepción ni exclusión<br />

de personas.<br />

1. El sacerdote,<br />

hombre de evangelio<br />

Aquí tiene, a su lado, el libro de los<br />

Evangelios, libro abierto a todos (al<br />

Una ordenación en el Vaticano. La escasez de sacerdotes hace que en<br />

muchos lugares haya celebraciones dominicales sin sacerdote, cuando<br />

realmente deberían ser celebraciones a la espera de sacerdote.<br />

parecer), libro de Dios, desde luego.<br />

Pero el sacerdote tiene como misión,<br />

primera misión, hacer que este libro<br />

de Dios sea también libro de todos, libro<br />

vuestro, libro de la comunidad.<br />

Escribe San Agustín al respecto que<br />

«no hay mayor esclavitud que la de<br />

saber que de esto depende la salvación<br />

y que no lo entiendan». y para<br />

que lo entiendan, ¿en qué consiste la<br />

homilía? Afirma Rahner, como respuesta:<br />

«Deciros aquello único que<br />

Dios quiere que se diga a la comunidad<br />

aquí y ahora, en este kilómetro de<br />

la historia de la salvación».<br />

En otras palabras: poner vibrante a<br />

Jesucristo en el horizonte del mundo<br />

actual, también de jóvenes y alejados;<br />

siendo, sobre todo, voz de los que no<br />

tienen voz: ni voz, ni pan, ni agua potable,<br />

¡tantos! ¿Y derecho a la vida?<br />

¡Más de 101.000 abortos en 2006 en<br />

España!<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

2. El sacerdote<br />

en el altar<br />

y en los<br />

sacramentos<br />

Aunque, propiamente,<br />

el que preside la mesa del<br />

altar es Dios, es Jesucristo,<br />

ahí está puesto el que<br />

«actúa en nombre de Cristo<br />

Cabeza», dice el Vaticano<br />

II (PO, 2), el sacerdote.<br />

Y en los sacramentos: «he<br />

pasado por el confesonario<br />

y no hay nadie dentro»<br />

me dijo un joven hace dos<br />

días. "«La diferencia es<br />

grande, añadió, con o sin<br />

sacerdote dentro».<br />

3. Y que no falte<br />

el pan para<br />

todos<br />

Aquí se habla de dos clases de pan:<br />

el pan supersustancial y el pan cotidiano:<br />

¿ni siquiera tú que comulgas<br />

das pan al hambriento?, dice un profeta<br />

de hoy, un sacerdote. y ¿cómo es<br />

que hay tantos alejados de esta<br />

mesa?: «No te pido que los traigas,<br />

sino que los atraigas» decía San Agustín,<br />

hablando del Buen Pastor (ojalá<br />

que de todos los sacerdotes, ¡pocos!).<br />

El sacerdote tiene como finalidad,<br />

en definitiva, dar orientación hacia<br />

Dios al mundo (Heb 5). Siendo portador<br />

de lo absoluto (y de valores absolutos)<br />

en lo contingente y pasajero del<br />

hombre y del mundo; o sea, testigo<br />

difícil de lo invisible. Con fidelidad a la<br />

verdad y una gran bondad. Siendo<br />

dialogante con todos hasta el fin. Luego,<br />

cada uno es libre y responsable de<br />

su vida y salvación. ■<br />

824


825<br />

X DOMINGO<br />

D<strong>EL</strong> TIEMPO<br />

ORDINARIO<br />

(8 junio 2008)<br />

Primera lectura: Os 6, 3-6.<br />

(Quiero misericordia, y no<br />

sacrificios).<br />

Salmo responsorial: 49. (Al<br />

que sigue buen camino le haré<br />

ver la salvación de Dios).<br />

Segunda lectura: Rom 4, 18-<br />

25. (Se hizo fuerte en la fe,<br />

dando con ello gloria a Dios).<br />

Evangelio: Mt 9, 9-13. (No<br />

he venido a llamar a los<br />

justos, sino a los pecadores).<br />

«Los fariseos, al verlo,<br />

preguntaron a los discípulos:<br />

—¿Cómo es que vuestro<br />

Maestro come con publicanos<br />

y pecadores?. Jesús lo oyó y<br />

dijo: —No tienen necesidad de<br />

médico los sanos, sino los<br />

enfermos. Andad, aprended lo<br />

que significa “Misericordia<br />

quiero, y no sacrificios”; que<br />

no he venido a llamar a los<br />

justos, sino a los pecadores».<br />

30 de mayo,:<br />

SOLEMNIDAD<br />

D<strong>EL</strong> SAGRADO<br />

<strong>CORAZON</strong> DE JESUS<br />

El domingo,<br />

pan de la palabra<br />

Lo que significa misericordia<br />

Este hermoso cuadro de Caravaggio<br />

que representa la llamada de Mateo,<br />

destaca con fuerza, y ocupa el centro<br />

de nuestra atención, la mano de Jesús que<br />

parece traspasar e ignorar al resto de personajes<br />

del cuadro para dirigirse al que<br />

está más alejado, aquel que maneja los<br />

dineros. Esa mano, a decir de los entendidos,<br />

es un recuerdo a la mano creadora<br />

de Dios en el conocido fresco de la Creación<br />

del Hombre de Miguel Angel en la<br />

Capilla Sixtina, como si Caravaggio hubiese<br />

querido decir que la llamada es una<br />

nueva creación. No estoy seguro de esto<br />

pero sí de que este lienzo recoge espléndidamente<br />

el sentido de la llamada: hay<br />

otros, pero es a él, a Mateo, a quien se dirige,<br />

a quien el dedo señala con inescrutable<br />

misterio. El proceso de elección, llamada<br />

y vocación, es un indudable misterio:<br />

¿quién soy yo? como Moisés; ¿por<br />

qué yo, que no sé hablar?, como Jeremías;<br />

¿por qué a mí, que no soy digno? como<br />

Isaías. Parece que Mateo quedó<br />

satisfecho, puesto que invita a Jesús y a<br />

sus discípulos a comer.<br />

Si lo miramos bien, es realmente extraño<br />

que Jesús llame a un recaudador<br />

de impuestos para formar parte del<br />

grupo de los discípulos. Es de sobra<br />

conocida la fama que estos recaudadores<br />

tenían entre la población y el mismo<br />

evangelista nos a una pista de<br />

quiénes se sentaban a su mesa: publicanos<br />

y pecadores.<br />

Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

Por tanto, la elección y llamada<br />

de Mateo tiene una intencionalidad<br />

por parte de Jesús, es<br />

como una declaración de principios.<br />

En palabras de Joachin Jeremías:<br />

«¡Que todos lo vean!<br />

¡Esos hombres son aceptados<br />

por Dios!». El texto de vocación<br />

y de llamada se convierte así en<br />

una mirada más profunda sobre<br />

el Dios de Jesucristo y su forma<br />

de entender al ser humano. Tal<br />

vez por eso, poco después, Jesús,<br />

sentado a la mesa, aclara el<br />

sentido de su misión y muestra su<br />

toma de posición a favor de los más<br />

desheredados (pecadores) y desarrolla<br />

con un hecho de vida las bienaventuranzas.<br />

Sin embargo, elige una cita de<br />

Oseas (primera lectura), para que sus<br />

oyentes comprendan que la novedad<br />

del Evangelio tiene sus raíces en una<br />

lectura sosegada de los profetas: «Misericordia<br />

quiero y no sacrificios».<br />

Misericordia, etimológicamente, hace<br />

referencia a compasión: el apego<br />

instintivo del corazón a la situación<br />

del otro. Curiosamente esto tiene mucho<br />

que ver con la maternidad puesto<br />

que en hebreo el término del que<br />

deriva es el que designa al seno materno.<br />

Pero misericordia, además de a<br />

compasión, hace también referencia a<br />

fidelidad. No es, por tanto, un instinto<br />

irracional y momentáneo, sino consciente,<br />

constante y profundamente<br />

humano. Y es desde aquí desde donde<br />

Jesús plantea la contraposición entre<br />

la comprensión de un Dios excluyente<br />

y el Padre de la Misericordia<br />

que mira al corazón de la persona y la<br />

elige, entre otras muchas.<br />

La elección y llamada de Mateo es<br />

un recuerdo a los discípulos de todos<br />

los tiempos que habrán de hacer de la<br />

misericordia su campo de batalla y de<br />

su práctica su aliento vital. ■<br />

Jesús Francisco Riaza<br />

37


Vittorio Messori<br />

Escritor y periodista italiano<br />

Comprendo bien el desconcierto, si<br />

no la repulsión, de muchos laicos e<br />

incrédulos ante un santo como el<br />

Padre Pío de Pietrelcina, y a las formas<br />

y modos de su culto. Es más: me solidarizaría<br />

con ellos, esas sensaciones de estupor<br />

y molestias serían también mías, si<br />

las vicisitudes de la vida no me hubieran<br />

llevado a una perspectiva cristiana. Es<br />

más, católica: una devoción así puede<br />

ser comprendida por las Iglesias grecoeslavas,<br />

aunque con matices diversos,<br />

pero es aborrecida por las confesiones<br />

cristianas cercanas a la Reforma. Para<br />

ateos, agnósticos, protestantes, el clímax<br />

de este horror clerical ha sido el directo<br />

televisado de la exposición del cuerpo<br />

del capuchino, con un adecuado tratamiento<br />

de silicona sobre el rostro, como<br />

ha explicado el especialista, y la urna a<br />

una temperatura controlada.<br />

Pero también para muchos católicos<br />

que se dicen «adultos» todo en San Giovanni<br />

Rotondo es teológicamente incorrecto:<br />

desde aquel 1918 en que se manifestaron<br />

los estigmas sobre el cuerpo<br />

del oscuro fraile hasta hoy. Y siempre<br />

será «incorrecto», a pesar de los intentos<br />

algo patéticos de normalizar el escándalo<br />

que representa el Padre Pío (…).<br />

En la historia del Padre Pío están las<br />

plebes rurales del sur, está la escualidez<br />

de los más que pobres, miserables conventos<br />

donde frailes llevados allí desde<br />

niños –a menudo más por necesidad<br />

que por vocación– se arrastran en sayos<br />

de dudosa limpieza. Una cultura infradesarrollada<br />

y arcaica, hostil a una modernidad<br />

a la que teme, pero de la que ignora<br />

las razones y el desarrollo. Una religiosidad<br />

dialectal, para turbas de cuya<br />

devoción nunca ha sido arrancada del<br />

todo la tenaz persistencia pagana. Sobre<br />

este fondo, surge la sangre de llagas que<br />

empapan toallas de tela tosca, las voces<br />

de signos celestiales y de milagros, la<br />

formación de un culto presidido por viejas<br />

analfabetas y pasionales, con la cabeza<br />

envuelta en chales negros, el asedio al<br />

convento de una pobre gente que invoca<br />

la curación de antiguos males como la<br />

tuberculosis, la malaria, el raquitismo. El<br />

mundo del Padre Pío es el de los rosarios,<br />

el de las estampitas coloreadas, el<br />

de las reliquias y las indulgencias, de los<br />

ángeles de la guarda, del temor al diablo,<br />

de los exorcismos, de los pequeños sacrificios,<br />

de las procesiones con el santo<br />

patrón, del agua bendita;<br />

esa «piedad» popular<br />

que en el sur asume<br />

acentos exasperados.<br />

Sólo he ido una vez<br />

a San Giovanni Rotondo.<br />

Fue en los años<br />

setenta, y allí encontré<br />

todo lo que ya esperaba:<br />

los autocares de<br />

las parroquias de provincias<br />

alrededor de los<br />

cuales los peregrinos<br />

comían sus bocadillos<br />

y bebían de la garrafa,<br />

una alcaldía caótica de<br />

cemento visto, una masa<br />

de pequeños albergues<br />

levantados con<br />

prisa, una cortina ininterrumpida<br />

de vitrinas<br />

y banquitos sobre los<br />

que se ofrecían objetos de un kitsch caricaturesco,<br />

explanadas polvorientas para<br />

aparcamientos confusos, la gran mole<br />

del hospital, de una excelente reputación<br />

sanitaria, pero de arquitectura «estilo<br />

Ceaucescu». Bajo un sol implacable<br />

se movían filas de peregrinos que entonaban<br />

cánticos en las estaciones de los<br />

vía crucis, arrastrando de la mano a niños<br />

gimoteantes.<br />

No he vuelto a ir, porque este primer<br />

acercamiento me bastó para confirmarme<br />

en la devoción por el Padre Pío, y en<br />

la convicción de que en él se ha manifestado<br />

verdaderamente el misterio del<br />

Dios de Jesús. ¿Una paradoja? Cierto,<br />

38 Número 3.416 ■ 31 de mayo de 2008<br />

Padre Pío: un santo<br />

para los sencillos<br />

igual de paradójico que ese cristianismo<br />

que —lo dice San Pablo— «es escándalo y<br />

locura para el mundo, pero para aquellos<br />

que creen, es sabiduría de Dios». Y<br />

tan paradójico como el grito de Jesús:<br />

«Te doy gracias, Padre, porque has revelado<br />

estas cosas a los pequeños y a los<br />

ignorantes, y se las has ocultado a los<br />

sabios y a los poderosos».<br />

(…) La devoción por el Padre Pío es<br />

interclasista, reúne a las masas de las<br />

más diversas clases sociales. Pero del<br />

mismo modo que el santo es, sociológicamente,<br />

un pueblerino del sur, pueblerina<br />

puede llamarse a la gran masa<br />

de sus seguidores, pueblerinos<br />

son sus gustos<br />

y sus sensibilidades.<br />

Esto, para un cristiano,<br />

no es motivo de<br />

duda, sino para convencerse<br />

de la presencia<br />

en este estigmatizado<br />

del espíritu de Jesús,<br />

que tantas veces<br />

quiso rodearse de multitudes<br />

como esas y<br />

que quiso revelarse de<br />

modo privilegiado a<br />

los sencillos. Multitudes<br />

que hoy parecen<br />

secularizadas, masas a<br />

las que la televisión y<br />

el consumismo han<br />

envenenado, pero que<br />

conservan, por instinto,<br />

algo del sano, obligado<br />

«materialismo» del cristianismo,<br />

religión de carne y de sangre.<br />

El cuerpo en la urna del Padre Pío,<br />

las reliquias, las pérdidas hemáticas, de<br />

los estigmas: lo que horroriza al eterno<br />

gnosticismo intelectual, a su abstracción,<br />

a su espiritualidad aséptica es,<br />

precisamente, lo que aparece como un<br />

signo de Dios ante el sensus fidei de la<br />

llamada «gente común». Así que, como<br />

a pesar de todo tengo confianza en ella,<br />

no tengo intención de quitar de mi cartera<br />

la estampita de cierto capuchino<br />

con barba blanca. ■<br />

(«La Razón», 7 de mayo de 2008)<br />

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